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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>22 de noviembre 2009</U><BR><FONT color=#800000>Colectivo Militante -
Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Teléfono 4003298 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Honduras</STRONG></FONT></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><FONT
size=3><STRONG>Escenarios</STRONG></FONT><BR></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Santiago
O’Donnell</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Página/12, Buenos Aires,
22-11-09</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.pagina12.com.ar/"><STRONG>http://www.pagina12.com.ar/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>La crisis de Honduras sigue sin resolverse, pero con la
campaña electoral en marcha ya se vislumbran algunos posibles escenarios. Desde
la perspectiva de Washington, la solución multilateral que ellos preferían fue
intentada y fracasó cuando se cayó el llamado Acuerdo de San
José-Tegucigalpa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por supuesto que Estados Unidos no fue ajeno a ese
proceso multilateral desde el mismo momento en que impulsó como negociador a
Oscar Arias, cosa que los demás países de la región aceptaron. Y más allá de si
apoyó, consintió, o no hizo suficiente cuando el avión que llevaba al exilio al
presidente legítimo hizo escala en la base de Palmerola, a la hora de negociar
el gobierno de Obama aceptó que la vuelta de Zelaya al poder era una condición
imprescindible para llegar a un acuerdo, y entendió que el dictador Micheletti
sólo aceptaría dicha solución bajo presión de la comunidad internacional.
Entonces canceló las visas de los golpistas, expulsó a sus diplomáticos, congeló
su crédito internacional, y los denunció en el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y quizá algo más. Este cronista no lo pudo confirmar,
pero una fuente diplomática europea le deslizó que el regreso de Zelaya a su
país también se produjo a través de la base de Palmerola. La ruta del regreso es
tema tabú entre los zelayistas, y en todo caso el gobierno de Estados Unidos fue
el primero en darle la bienvenida y llevarle comida cuando Zelaya se refugió en
la embajada brasileña de Tegucigalpa. Makes sense.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero según contó una fuente cercana al gobierno de Obama,
cuando el acuerdo se cayó hace dos semanas los zelayistas y los gobiernos
latinoamericanos le dijeron a Estados Unidos que resolviera el problema.
Entonces Shannon viajó a Tegucigalpa y negoció un acuerdo, que decía que el
Congreso debe decidir la restitución de Zelaya, “en el espíritu del acuerdo de
San José de Costa Rica”. O sea, el Congreso debe resolver, pero con la idea de
que Zelaya debe ser restituido.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Claro que en términos legales “espíritu” es una palabra
difícil de sopesar. Cuando Zelaya no fue restituido por el Congreso dentro de
los plazos que se conversaron en la negociación, con toda razón se dio por
engañado y dio por terminado el acuerdo. Pero el miércoles pasado Ian Kelly,
vocero del Departamento de Estado, dijo que el acuerdo sigue vigente porque no
establecía plazos para la restitución de Zelaya. Y anteayer el dictador anunció
que para facilitar la transición piensa “alejarse del poder” mientras se
celebran las elecciones, el próximo domingo. El mandato del futuro presidente
empezaría a fines de enero.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde la perspectiva de Washington, las cosas están
encaminadas. El escenario ideal es convencer a Zelaya de que reasuma aunque sea
en el último día de su mandato para legitimar al próximo gobierno. Calculan que
la dictadura no tendría problema en que asumiera Zelaya pocas horas o algunos
días antes de que termine su mandato constitucional, y que todavía podrían
negociar algunas cosas con Zelaya, para que cambie de idea. Desde que se cayó el
acuerdo, Zelaya viene diciendo que la elecciones del 29 de noviembre serán un
fraude y una farsa y que no será funcional a las maniobras para
legitimarlas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que haya elecciones
razonablemente libres, aunque Zelaya no las apoye, y que se elija un nuevo
gobierno? Claro que no es la solución ideal, pero las demás opciones son
peores”, argumenta una fuente estadounidense.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entonces, desde la perspectiva de Washington, a Zelaya
ahora le queda la opción de aceptar un regreso simbólico para legitimar las
elecciones, o exponer al próximo gobierno de Honduras a cuatro años más de
aislamiento diplomático, porque la Organización de Estados Americanos (OEA) ya
ha dicho que sin restitución de Zelaya no reconocerá al ganador de los
comicios.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El primero sería el escenario ideal para los
estadounidenses; el segundo sería un escenario alternativo pero igualmente
aceptable. El aislamiento de Honduras sería sólo parcial. Para empezar, la Unión
Europea dice que recién se pronunciará al respecto después de las elecciones. La
mayoría de los países de la región y el propio organismo mantendrían su posición
de no reconocer las elecciones del 29 de noviembre. Pero en la OEA evalúan que
Panamá, Colombia, Canadá y quizá Perú acompañarían a Estados Unidos en el
reconocimiento del nuevo gobierno.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Siempre tan prácticos estos norteamericanos. Típica
solución de su manual de “nation building”, ese que está lleno de promesas, pero
que ya cuenta con demasiados fracasos, siendo el último el vergonzoso acto
eleccionario en Afganistán el 20 de agosto. No existe el almuerzo gratis. En
América latina costó demasiada sangre entender que los pueblos no toleran
líderes proscriptos, ni aguantan la pesada herencia de un golpe impune.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lamentablemente, a la hora de elegir muchas ex colonias
siguen comportándose como colonias, casi por inercia, sobre todo a la hora de
repartir culpas. Los verdaderos dueños de las llaves para destrabar el conflicto
son los políticos hondureños. Si los principales candidatos se bajaran de estas
elecciones ilegítimas, forzarían la restitución de Zelaya y desbaratarían la
estrategia estadounidense de mantener el statu quo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ese escenario haría posible una verdadera refundación de
Honduras. El punto de partida sería una discusión sobre la principal herramienta
de control de los sectores conservadores y proestadounidenses que forzaron la
salida de Zelaya.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esa herramienta de dominación es la Constitución
hondureña. Fue sancionada en 1982, en plena guerra de contrainsurgencia, cuando
ese país era la plataforma de lanzamiento de las operaciones militares y de
inteligencia del gobierno de Ronald Reagan para desestabilizar al gobierno
sandinista y combatir la guerrilla en El Salvador y Guatemala.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una Constitución tan rígida que hasta prohíbe cualquier
intento por reformarla, y a la vez tan perfectible que ni siquiera contempla un
proceso de juicio político para un presidente acusado de violarla. Podría
decirse que esa es la contradicción que dio origen a la crisis política
hondureña. Los errores de cálculo de Zelaya y sobre todo la ambición de poder de
la derecha golpista local e internacional hicieron el resto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La crisis encuentra a la región en un estado de
ebullición, sin grandes dramas pero con varios escenarios potencialmente
explosivos. La pelea entre Perú y Chile por un caso de espionaje, las tensiones
crecientes en la frontera entre Colombia y Venezuela, la amenaza golpista que
jaquea al presidente paraguayo, el enfrentamiento entre gobierno y empresarios
en Guatemala son nubes que se acumulan en el horizonte. Nubes que parecen
augurar un cambio de época.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Antes, bajo la tutela de Washington, muchos de estos
conflictos ya estarían resueltos o encaminados hacia un desenlace previsible.
Los escenarios que hoy se pueden vislumbrar para Honduras y la región no serán
alentadores, pero tampoco son tan catastróficos como cuando todo se solucionaba
con el garrote de los Marines y la chequera del FMI.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las huellas que va dejando el repliegue estadounidense
–repliegue táctico, estratégico, temporario, permanente, cínico, sincero,
oportunista, inevitable: el tiempo dirá– son huellas que conducen a un escenario
denso, fragmentado, fluido e imprevisible.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un escenario sin divas ni finales cantados, que invita a
la construcción colectiva. O sea, a la emergencia de nuevos liderazgos, a la
creación y afinación de instrumentos regionales, a la convergencia económica,
política y cultural, al pago de deudas internas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Nuevos actores, nuevo guión, un público que se renueva.
El escenario cambió. No del todo, pero cambió bastante. Y bastante costó
cambiarlo como para pensar que sólo cambió el decorado.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>