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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>24 de noviembre 2009<BR></U><FONT color=#800000>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Teléfono 4003298 - Montevideo
- Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Perú</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Trabajadoras
forzadas a la informalidad</FONT></STRONG><BR></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Maritza Asencios
<BR></STRONG></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG>IPS. Lima, noviembre 2009
<BR></STRONG><A
href="http://ipsnoticias.net/"><STRONG>http://ipsnoticias.net/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
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<DIV align=justify>En Perú, 51 por ciento del empleo lo genera la economía
informal, un sector que tiene rostro femenino, porque más de 60 por ciento de
las trabajadoras del país se ven forzadas a la informalidad, lo que se traduce
en que sólo 15 por ciento de ellas goce de seguro de salud y cuatro por ciento
de derecho a la pensión.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Son datos de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), cuya coordinadora de Género para la subregión andina, María Bastidas,
explicó a IPS que los nichos informales donde trabajan más mujeres son los de
cuenta propia (ambulantes y a domicilio), microempresas, labores agrícolas
temporales, servicios en los hogares y los familiares no remunerados.
<BR><BR>Bastidas, autora del estudio "La trabajadora informal en el Perú",
explicó que entre las razones para el predominio de la economía informal se
destacan el desajuste entre legalidad y realidad, el déficit del empleo formal,
la baja inversión y las secuelas de la crisis de los años 80 y 90, que propició
el desarrollo de las llamadas economías de supervivencia. <BR><BR>A ello hay que
agregar las migraciones rurales a las ciudades y un problema cultural y
educativo que impediría la incorporación a la economía moderna, detalló la
experta de la OIT, cuya sede latinoamericana está en la capital peruana.
<BR><BR>Lo cierto es que este país sudamericano ha tenido largos períodos de no
inversión productiva y casi nula demanda de nuevos trabajadores, mientras que en
las etapas en que sí aumentó la inversión no lo hizo igual el empleo formal,
debido a las actividades a las que se orienta el capital. <BR><BR>A este modelo
estructural, se sumó en la década de los 80 una crisis económica que eliminó
decenas de miles de puestos de trabajo, cerró numerosas empresas y forzó a los
peruanos a la informalidad laboral. <BR><BR>Perú, con 28,7 millones de
habitantes y prácticamente la mitad mujeres, tiene una población económicamente
activa de 10,6 millones, de la cual 35,4 por ciento es femenina, según las
cifras más recientes. <BR><BR>"Hace 20 años, trabajé en un hospital, pero tenía
dos niñas y no tenía dónde dejarlas, así que me fui y ni siquiera como servicio
doméstico encontraba trabajo al tener hijas pequeñas", relató a IPS Gloria
Solórzano, secretaria de la Mujer de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
<BR><BR>"Ahora digo con mucho orgullo que soy ambulante: trabajo desde hace 15
años en La Victoria, a un costado del mercado mayorista" de la capital peruana,
informó. <BR><BR>"Por sus cargas familiares, las mujeres tienen que ver como
emplearse. Por eso recurren al trabajo informal. Son recicladoras, taxistas,
mototaxistas, o hacen servicios múltiples, trabajos domésticos", explicó la
dirigente sindical. <BR><BR>En el comercio ambulante, contó, se ven desde
adultas mayores hasta jóvenes madres con sus hijos al lado. "No están en la
calle porque quieren: no hay trabajo y deben responder por la educación y
alimentación de sus hijos", dijo. <BR><BR><STRONG>Conciencia para
cambiar</STRONG> <BR><BR>Para Solórzano, es fundamental crear conciencia en
la sociedad, el gobierno, los medios y en las organizaciones gubernamentales y
no gubernamentales, sobre los cambios urgentes y necesarios en el mercado
laboral, si se quiere brindar trabajo decente en el país. <BR><BR>"Debe haber
una decisión del gobierno de implementar más empleos, pero dignos", subrayó,
antes de considerar que posiblemente eso sólo podrá conseguirse con una nueva
Constitución, porque la actual, herencia del gobierno derechista de Alberto
Fujimori (1990-2000), es una barrera para un cambio en el mercado del trabajo.
<BR><BR>Aparte de la falta de empleo, las mujeres optan por la informalidad
porque muchas empresas obligan a trabajar 12 horas o más y en ocasiones pagan
menos del salario mínimo, pese a que sea ilegal, así que las mujeres logran
mayor ingreso y flexibilidad para conciliar trabajo y familia dentro de ese
sector. <BR><BR>"Si esos derechos fueran respetados, muchas mujeres nos
inclinaríamos por un trabajo formal. Pero además aunque quisiéramos no hay
trabajo, pues en el país han sido violadas las leyes laborales, éstas no se
cumplen", arguyó Solórzano. <BR><BR>Un estudio del Banco Interamericano de
Desarrollo presentado en octubre abona la posición de la activista sindical: en
Perú la brecha salarial entre hombres y mujeres de la misma edad e idéntico
nivel educativo se mantiene en 19,4 por ciento, cuando el promedio
latinoamericano es de 17, 2 por ciento. <BR><BR>"El trabajo decente para la
mujer no existe, y menos en Perú. El trabajo de la mujer no es visible, aún
creen que no existimos como trabajadoras", indicó Solórzano. <BR><BR>Para la
directiva de la CUT, formalizar la informalidad también requiere de capacitación
para que las mujeres se organicen en pequeñas empresas y consigan apoyo en el
mercado de sus productos. <BR><BR>Según el economista Edgar Galván, ex director
general de PYME (pequeña y mediana empresa) y Cooperativas del Ministerio de la
Producción, "hay una tendencia creciente de mujeres conductoras de pymes, por
elementos que la refuerzan, como la gestión y la fiabilidad en términos del
crédito. Ser mujer tiene una connotación subjetiva de mayor acceso al
microcrédito". <BR><BR>Detalló que 70 por ciento de las pymes peruanas son
informales y, en consecuencia, su empleo es informal en ese mismo porcentaje. Se
trata de empresas de alto componente familiar de trabajadores no remunerados,
donde la mayoría son mujeres. <BR><BR>Las pymes conducidas por mujeres se ubican
mayoritariamente en los sectores de los servicios y el comercio (60 por ciento)
y hay muy pocas en las áreas de transformación e industria. <BR><BR>Para el
experto, es esencial capacitar a las responsables de esas unidades económicas
para que adquieran una visión empresarial, porque no surgieron como una
oportunidad de negocio, sino como una vía de salvación para la supervivencia
familiar. <BR><BR>"Son una respuesta a la falta de empleo formal, pero también
expresan una distorsión de nuestra educación, pues nos educan para ser empleados
y no para ser empresarios, por eso nuestra ‘empresarialidad’ es baja", indicó
Galván. <BR><BR>"Es necesario que la mujer emprendedora o conductora de pymes
asuma que tiene que generar espacios de capacitación, de asistencia técnica, y
buscar un nivel de ‘empresarialidad’ fuerte", concluyó. <BR><BR><STRONG>Del
dominio al liderazgo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Si un sector laboral domina la mujer peruana, ese es del
comercio informal, que en 80 por ciento está en manos femeninas, la gran mayoría
cabezas de familia y de toda edad y condición civil. <BR><BR>El descubrimiento
decidió a Solórzano a fundar hace seis años, junto con otras 11 comerciantes de
diversos distritos limeños, la Red de Mujeres Trabajadoras Ambulantes de
Mercados, Paraditas (paradas de transporte colectivo) y Campos Feriales.
<BR><BR>Actualmente, tienen 16 redes en la capital y su entorno y otras cuatro
en diferentes departamentos del país, una cifra que duplicarán en breve.
<BR><BR>La Red comenzó en el industrial Cono Norte de Lima, y algunas de sus
integrantes pasaron a dirigir sus asociaciones, como Rita Maguiña, actual
presidenta de la confederación de trabajadores ambulantes y secretaria de
organización de la Red. <BR><BR>"No pensé ser líder, pero al ver los abusos de
las autoridades y de los propios dirigentes, decidí participar, apoyar y cambiar
la estructura. Me dije, si las mujeres somos la mayoría de trabajadores
ambulantes, ¿por qué somos dirigidas por varones?", dijo Solórzano. <BR><BR>"Una
lleva en la conciencia buscar un cambio. Si hay muchas mujeres vendiendo en la
calle, tengo que buscar un cambio en el país, no para nosotras porque
posiblemente no lo vamos a gozar, pero será para nuestros hijos", reflexionó.
<BR><BR>"Detrás de una mujer existe un hogar. Quisiéramos tener un hogar con
empleo digno, donde los hijos tengan paz para el desarrollo, para el futuro de
nuestro país. Porque un parque lleno de flores no saciará el hambre del país",
remató Solórzano.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>