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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa <BR></FONT><U>1º de diciembre 2009<BR></U><FONT
color=#800000>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 -
Teléfono 4003298 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Uruguay
</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Renovación de
mandato…</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Voto premio para el Frente
Amplio</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Ernesto Herrera
*</FONT></STRONG><BR> <BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Pasó la campaña electoral más chata de los últimos años.
Despolitizada y negativa. Recursos demagógicos y enojos teatrales. Total
ausencia de contrastes programáticos. Escasa movilización y entusiasmo popular
por cuenta gotas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque valdría destacar un denominador común en los
discursos. Unos y otros apelaron al mito de la “unidad nacional”. Pensando “en
el día después”. O sea, en “los puentes tendidos” para pactar “políticas de
Estado.” Porque en “un país de consensos”, los acuerdos son de fondo y las
divergencias de forma. Lo afirmó antes del balotaje la máxima autoridad del
Estado, el presidente Tabaré Vázquez: en lugar de una “contienda de modelos” o
de “proyectos de país”, las diferencias entre Mujica-Astori y Lacalle-Larrañaga
había que centrarlas entre “dos formas de encarar un gobierno.” (1) Aprobado.
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Una sola nota desentonó la “ritualidad cívica.” La marcha
convocada por la Coordinadora Contra la Impunidad, donde algo más de un millar
de manifestantes (en su gran mayoría jóvenes y militantes de la izquierda
radical) se dieron cita para continuar movilizados contra la impunidad del
terrorismo de Estado y, su vez, dar una respuesta política a la derrota sufrida
en el Plebiscito del 25 de octubre, cuando no se alcanzaron los votos necesarios
para anular la Ley de Impunidad (cuando los principales dirigentes del Frente
Amplio hicieron la plancha y no se comprometieron). Fue un acto pequeño, apenas
testimonial. Con el valor de mostrar que al costado de la “frivolidad
politiquera, sigue habiendo lucha, protesta, rebeldía. Memoria y dignidad.
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Un poco mejor y alcanzó</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Los pronósticos se cumplieron. El Frente Amplio ganó el
balotaje del 29 de noviembre. Con una ventaja mayor que la prevista por los
encuestadores. La fórmula Mujica-Astori obtuvo el 52,6% (1.153.267), la de
Lacalle-Larrañaga, 43,3% (932.828). Los votos en blanco y anulados alcanzaron el
4,08% (88.812). En relación a la primera vuelta, donde había obtenido el 48,5%,
el Frente Amplio no solo retuvo a la totalidad de sus votantes, sino que atrajo
a miles de los partidos tradicionales (Partido Nacional y Partido Colorado) y
del Partido Independiente. También consiguió un apoyo por izquierda: muchos de
los adherentes de Asamblea Popular (algo más de 15.000 votos en octubre),
desoyeron el llamado de sus dirigentes a votar anulado, y optaron esta vez por
el “mal menor”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Casi cinco años después de haber asumido el gobierno (1º
de marzo 2005), el “progresismo” no recibió el habitual “voto castigo” a un
gobierno que termina. Al revés, se benefició de un voto premio que le permite
renovar el mandato. La mayoría del electorado ratificó, de manera inapelable, el
rumbo propuesto por el Frente Amplio: “cambio posible”, “gradualismo”,
“moderación”, “gobernabilidad democrática”. Lo que refuerza la estrategia de
colaboración de clases. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La derecha volvió a sufrir una aplastante derrota
electoral. En ningún momento pudo competir realmente. Ni siquiera en el terreno
programático consiguió tomar distancia del gobierno, al punto de proponer
“mejorar” lo hecho por el Frente Amplio. Recién en los últimos días lanzó una
serie de propuestas desesperadas (como la baja general de impuestos). Y, sobre
todo, no pudo manejar a su favor - como en épocas anteriores -el eje
orden-inseguridad, estatismo-libre mercado. Desde la cabeza del Estado, el
Frente Amplio terminó con esas dicotomías. Con la autoridad que le asigna su
historia de izquierda, garantizó el orden social y el libre mercado. Sin talante
autoritario. Acercándose a una forma de “derecha moderada”. Entonces ¿para qué
cambiar?</DIV>
<DIV align=justify><BR>El país está “un poco mejor”. Es la percepción
mayoritaria. No se dio el “temblarán las raíces de los árboles” (como alguna vez
prometió Tabaré Vázquez), no hubo “reformas estructurales” (como las propuestas
por el Frente Amplio años atrás), ni “salariazo” (como algún día reclamaron los
sindicatos). Tampoco un avance sustancial en la justicia social. Los ricos son
cada vez más ricos. Al punto que el gobierno reconoce que la “distribución de la
riqueza” todavía está por hacerse. </DIV>
<DIV align=justify><BR>No obstante, han impactado sobre la mayoría de la
población trabajadora distintas medidas y políticas sociales que hacen al
empleo, convenios salariales, relaciones laborales, programas asistenciales,
atenuación de la pobreza y la indigencia, Plan Ceibal (una computadora por niño
en las escuelas públicas), Hospital de Ojos (10 mil operaciones gratuitas), etc.
Ante el anuncio de Lacalle que pensaba pasar la “motosierra” al “gasto social” y
que el Plan de Emergencia Social solo había servido para pagarle a “80 mil
atorrantes”, el “sentido común” de los de abajo inclinó de manera decisiva la
balanza electoral. Aunque debe decirse: Mujica no sólo fue votado por la clase
trabajadora y los más pobres, en algunos barrios de “clase media alta” tuvo más
adhesiones que Lacalle, mientras que en algunos barrios populares de la
periferia urbana (tanto de Montevideo como del Interior) perdió con el candidato
blanco. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Poco pero alcanzó para revalidar la legitimidad. La del
Frente Amplio como fuerza política. La del gobierno como “conductor” de la
sociedad. La popularidad de Tabaré Vázquez (el gran triunfador de este proceso),
quien cuenta con un apoyo del 71% (solo comparable en la región a la que tienen
Lula, Uribe, y Bachelet), sintetiza esa hegemonía “progresista” en la sociedad.
Incontestable por ahora. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Evidente. Los moderados logros - celebrados efusivamente
por algunos “medios alternativos” del extranjero y por una izquierda “campista”
que sitúa al Frente Amplio en el “campo antiimperialista” -, se producen en el
cuadro de un “modelo de desarrollo” acorde con el esquema neoliberal y con los
programas de austeridad que imponen las instituciones financieras
internacionales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Ahora empieza otro episodio de la obra. Mujica en su
discurso triunfal de la noche del 29, proclamó que “no hay ni vencedores, ni
vencidos”. Que “apenas elegimos un gobierno, que no es dueño de la verdad, que
nos precisa a todos”. Parece un lugar común. No obstante, reafirma la voluntad
expresada muchas de veces de “colaboración y cooperación”. Porque como dijo
Lacalle en su discurso póstumo (reconociendo su derrota), “el país es un solo”.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>El clima político es “unidad nacional”. Aunque esto no
debe confundir. El Frente Amplio cuenta con mayoría parlamentaria propia (en
ambas cámaras legislativas). Puede “prácticamente hacer de todo” sin negociar
con nadie e incluso evitar la censura de sus ministros. Seguramente habrá
acuerdos. Ya se instalaron “comisiones de trabajo” sobre seguridad, educación,
medioambiente, energía. Pero no es probable un gobierno de coalición, pese a que
más del 60% de los votantes frenteamplistas estén a favor. En todo caso, las
amplias coincidencias programáticas se expresaran mediante “políticas de Estado”
y en la coparticipación en las empresas y bancos públicos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno presidido por Mujica arrancará con un amplio
consenso político y un apoyo de masas considerable. Contará con la benevolencia
de la dirección del PIT-CNT, factor clave para imponer las políticas de “acuerdo
social” con las patronales y desmovilizar a los sindicatos. Como hizo en el
gobierno de Tabaré Vázquez, al garantizar la menor “conflictividad laboral” de
los últimos 25 años. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por último, no tiene en su horizonte un contrincante
amenazador por la izquierda. Las fuerzas anticapitalistas se encuentran
fragmentadas y en pleno repliegue. Su expresión en estas elecciones se limitó a
unos cuantos miles de votos anulados. Lo tiene su importancia: resistir al
chantaje de votar entre lo “menos malo” y lo peor”. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Lo más a la derecha que pueda</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Atrás quedaron algunos cucos agitados - sin demasiado
énfasis, hay que decirlo - por momias de la derecha reaccionaria como los ex
presidentes Sanguinetti y Batlle. Los exponentes políticos más lucidos de la
clase dominante, las corporaciones patronales, los poderes mediáticos, saben de
sobra que el Frente Amplio es una pieza clave de la “lealtad institucional”.
Porque su adhesión al orden capitalista es absolutamente sincera. Irrenunciable.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mujica, el antiguo guerrillero tupamaro, es un emblema de
esa adhesión. El definitivo adiós a las armas es de tiempo atrás. A casi
nadie le importa. La capitulación política, ideológica, ética, se fue gestando a
lo largo de estos años de democracia liberal. Fue su “pasaporte al poder”. O,
como dice la prensa conservadora, el “gran viraje milagroso” que permitió la
“resurrección de los vencidos”. (2) Al precio, claro, de una espantosa
“metamorfosis de identidad.” </DIV>
<DIV align=justify><BR>La conversión de Mujica a la economía de mercado es
fervorosa. “Yo sé que la propiedad privada es santa”, dijo ante un foro de
empresarios. (3) Cada vez que puede reitera la importancia de los capitales
extranjeros: “juegan un papel a favor del país.” (4) Por eso, una y otra vez, ha
defendido la instalación de Botnia, la multinacional de la celulosa. Porque se
debe preservar “la imagen de seriedad” de Uruguay como un país que respeta la
“seguridad jurídica” y “atrae las inversiones.” </DIV>
<DIV align=justify><BR>Ya lo había confesado hace unos meses: “No me voy a
disfrazar de capitalista, digo lo que pienso, pero vivo en un país capitalista,
y el capitalismo es el motor que mueve a la economía, y cada mañana el afán de
lucro que tiene mucha gente que sale a tratar de multiplicarlo es la fuerza
principal que está empujando a la economía, y esta tiene sus reglas”. (5) Si
algún ultraizquierdista todavía pensaba que el principal motor de la economía
eran los asalariados, obligados a vender su fuerza de trabajo, pues estaba
equivocado. Tanto como Marx. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por si acaso, despejó cualquier duda. “En economía haré
una maniobra de entrada lo más a la derecha que pueda, tipo Lula cuando llegó.
Se trata de no asustar a los buenos burgueses que están por ahí, esas señales
son clave, si no, corrés el riesgo de desestabilizar todo de entrada”. (6) Su
vicepresidente electo y ex Ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, no
podría sentirse más reconfortado. El “Pepe” aprende rápido. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Ninguno de sus “modelos” de referencia es de izquierda.
Brasil, Finlandia, Suecia, Nueva Zelandia. El “proceso bolivariano” solo aparece
críticamente. “Le dije a Chávez: vos no construís ningún socialismo, sino una
burocracia llena de empleados públicos”. (7) Su filosofía se resume a “como te
digo una cosa, te digo la otra”. Porque no hay que encerrarse en dogmas. Puede
ser la socialdemocracia sueca, “ampliando los espacios del Estado y apoyándose
en los sindicatos”; o el neoliberalismo de Nueva Zelandia, “agarrando a patadas
el Estado que tenían y parándole el carro a los sindicatos”. (8) </DIV>
<DIV align=justify><BR>En su presentación ante la Cámara de Industrias, fue
tajante: un gobierno del Frente Amplio por él presidido, puede “manejar mejor
las contradicciones con el PIT-CNT”. ¿No habrá querido decir alinear mejor a los
sindicatos? Nada quedó cerrado, ni siquiera la posibilidad de “revisar la
normativa laboral”, como exigen las patronales. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>En clave socialdemócrata</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque se ha mostrado “escéptico” sobre la posibilidad de
acuerdos sociales a largo plazo, su prédica (y su práctica) en torno a un pacto
social es sistemática. Como senador o ministro, como dirigente del Frente Amplio
o chacarero, Mujica ha sido uno de los más activos promotores de la
“concertación” entre trabajadores y empresarios. Un convencido apaciguador de la
lucha de clases. Porque no se trata de “multiplicar los focos de conflicto de
nuestra sociedad. Me parece que no es inteligente alentarlos.” (9)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para Constanza Moreira (politóloga y senadora electa por
el Movimiento de Participación Popular, corriente política mayoritaria en el
Frente Amplio y a la cual pertenece el presidente electo), el rol de Mujica es
el de un “articulador en clave socialdemócrata”. Porque “cuando Mujica habla
sobre un ‘capitalismo en serio’ (…) su modelo es Nueva Zelandia, no es ningún
país del socialismo real”. Porque cuando hace referencia a Lula, “que es el
icono más claro en América Latina de un pacto socialdemócrata en el sentido de
un pacto capital-trabajo, un pacto entre empresarios y trabajadores, un pacto de
cooperación capitalista, se ubica exactamente en ese lugar”. (10) </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por si faltaran, Mujica tiene credenciales que demuestran
la veracidad de su conversión. No solamente hay gestos o palabras coloquiales.
Están las pruebas de su gestión como “hombre de Estado” en el Ministerio de
Ganadería Agricultura y Pesca entre 2005-2008: período en el cual se dio uno de
los mayores procesos de concentración y extranjerización de la tierra y la
producción agropecuaria. No más de 150 empresarios son los responsables del 70%
de la cadena agrícola. La soja en manos de capitales argentinos y chilenos; la
producción forestal es un feudo de un puñado de grandes conglomerados
finlandeses, estadounidenses, españoles y portugueses; la industria frigorífica
en su mayoría propiedad de capitales brasileros. Bienvenidos los inversores.
Imprescindibles para “esta fase de acumulación.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cualquier sospecha de “violar la propiedad privada” -
como le indilgaba algunos políticos blancos y colorados - fue eliminada. En su
última comparecencia ante los corresponsales extranjeros, horas antes de la
elección, Mujica aseguró que “no habrá ninguna ley para limitar la tenencia de
la tierra”. Eso “no está ni en el programa del Frente Amplio, ni en el programa
de gobierno”. (11) En todo caso, las iniciativas en ese terreno deberán
“consensuarse con las otras fuerzas parlamentarias”. Es decir, con los partidos
de la derecha. Traducción: nada cambiará en términos de latifundios,
agro-negocios, desnacionalización de la tierra. La lucha por la reforma agraria
que iniciaron Raúl Sendic y el proletariado cañero allá por 1960…apenas un
lejano (y molesto) recuerdo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los editorialistas de orientación neoliberal se regocijan
al certificar el “gran viraje milagroso”. Para El Observador: “Los cambios
conceptuales de Mujica, según sus propias afirmaciones recientes, lo alejan de
la extrema izquierda de viejo cuño y lo acercan al ejemplo del presidente Lula,
incluyendo su compromiso con la democracia y el estado de derecho y la promoción
de la inversión privada doméstica y externa como fuente primordial de
desarrollo.” (12) Para el director de Búsqueda: "En los últimos meses, Mujica se
pegó a su compañero de fórmula, Danilo Astori para marcar bien la continuidad.
Astori, con su sola presencia, es la garantía de continuidad, porque es él quien
estructuró el éxito económico del gobierno de Tabaré.” (13)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Chocante. Hasta para un crítico radical del
“progresismo”. Sobre todo si uno piensa en los centenares de miles de
trabajadores y jóvenes que salieron a festejar ayer a la noche en todo el país
la “victoria de la izquierda”. Esperanzados en Mujica, “porque le quiere sacar a
los ricos para darle a los pobres”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los de arriba no temen. Por razones de parentesco
oligárquico las clases propietarias hubieran preferido el triunfo de Lacalle y
compañía. Pero un gobierno “progresista”, aún presidido por Mujica, no les quita
el sueño. No es una amenaza latente para su billetera. Por el contrario, resulta
funcional a sus intereses. No solo porque el Frente Amplio es garantía de orden
social (como lo demostró durante todos estos años), sino porque continuará
gerenciando eficientemente el ciclo “normal” de acumulación y reproducción del
capital. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Habrá voces que digan - desde la izquierda radical - que
el escenario es hasta cierto punto “favorable”. Que un segundo gobierno del
Frente Amplio acelerará el desgaste del “progresismo”; que se agudizarán las
contradicciones entre el imaginario y los hechos; que las masas completarán la
experiencia con el “reformismo”; que por fin, la “traición” de Mujica será
desenmascarada; que entonces las propuestas clasistas y revolucionarias tendrán
más espacio y receptividad. Me permito dudarlo. Sobre todo a la luz de la
frustrante realidad que han mostrado las fuerzas anticapitalistas en estos cinco
años. Más bien habría que (re)pensar, críticamente, nuestro estado de situación.
Y (re) encauzar los esfuerzos hoy dispersos que impiden la acumulación
revolucionaria. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Montevideo, 30 de noviembre 2009</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Miembro del Colectivo Militante. Editor de Correspondencia
de Prensa.<BR> <BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U><BR></U></STRONG>1) Declaraciones al
semanario Búsqueda, Montevideo, 29-10-2009.<BR>2) “Resurrección de
los vencidos”, nota de Mario Arregi sobre el rumbo de los tupamaros luego de su
derrota militar, diario El Observador, Montevideo,
26-10-2009.<BR>3) Foro organizado por la Cámara de Industrias el
8-10-2009. <BR>4) Ibdem.<BR>5) Entrevista en el Semanario
Brecha, Montevideo, 29-5-2009. <BR>6) Ibdem.. <BR>7) “El
triunfo de un proyecto comunitario de décadas”, Claudio Aliscioni, diario
Clarín, Buenos Aires, 30-11-2009-<BR>8) “Ideología eran las de
antes”, editorial de Mujica en el sitio “Pepe tal cual”,
7-7-2009.<BR>9) Nota ya citada de Aliscioni en Clarín.<BR>10)
Entrevista en el programa En Perspectiva, radio El Espectador, Montevideo,
9-11-2009<BR>11) Citado por el diario El País, Madrid, 29-11-2009.<BR>12) Nota
editorial en el diario El Observador, Montevideo, 30-11-2009.<BR>13) Citado por
el diario La Nación, Buenos Aires, 30-11-2009.
<HR>
<BR> </FONT></DIV></BODY></HTML>