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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>16 de enero 2009<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV></FONT><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Haití<BR><BR>Estiman que son 140.000
los muertos por el terremoto. La ayuda no llega<BR></FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>El hambre, un drama para los
sobrevivientes</FONT></STRONG><BR><BR><BR><STRONG>Guy Adams, desde Puerto
Príncipe<BR>The Independent, Gran Bretaña </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Especial para Página/12<BR></STRONG><A
href="http://www.pagina12.com.ar/"><STRONG>http://www.pagina12.com.ar/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción de Celita Doyhambéhère</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Retorcidos, vestidos con trapos sucios o apilados, los
muertos están tirados por las calles de la arruinada capital de Haití. Algunos
no tienen nada que los cubra, están dejados a que se pudran al sol. Los
trabajadores de la ciudad comenzaron ayer la truculenta tarea de levantarlos,
usando los camiones de basura. La gente compara a Puerto Príncipe con una escena
de Armageddon, pero en realidad eso no le hace justicia a la escala de horror de
sus calles. Cuando uno finalmente se acostumbra al olor a carne podrida y aguas
servidas, o a las multitudes cubiertas de polvo que deambulan por los pavimentos
en busca de agua o comida, otra terrible visión surgirá de los escombros.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El número de muertos del mayor terremoto que asoló la
región en 200 años ya es de 40.000 pero, según el gobierno, son al menos 100.000
los desaparecidos, por lo que la cifra de víctimas podría superar las 140.000
personas. Una metrópolis de dos millones de personas se deshizo en pedazos. No
funcionan la electricidad ni el agua ni las cloacas y la infraestructura está
colapsada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Frenéticos por conseguir ayuda, los sobrevivientes
apilaban los cadáveres para crear vallas en los caminos, esperando shockear al
mundo para que apure la reacción. El temor ahora es que la gente se enerve y se
llegue a una crisis en la ley y el orden. “La situación en la ciudad es muy
difícil y tensa”, dijo Salavat Mingliyev, jefe del equipo de búsqueda y rescate
ruso.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Afuera del ahora arruinado palacio presidencial, en el
centro de la ciudad, una multitud tensa de unas mil personas estaba reunida.
Estaban parados detrás de un cordón de seguridad que los mantenía alejados de
los camiones de la Cruz Roja, con los trabajadores con miedo de distribuir los
suministros por temor a que se desatara un pandemónium. “Estoy furioso. Hemos
estado aquí durante cuatro días y no hemos visto nada: ni comida ni agua ni
carpas”, dijo Jean-Claude Hillaire. “Tengo tanta hambre. Y quiero saber por qué
esta gente no recibe ayuda. ¿Por qué nada llega? No hemos recibido nada de
Estados Unidos, nada de la comunidad internacional. Nos sentimos enojados y
abandonados.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Veinte mil personas están durmiendo en esta plaza y
nadie nos está ayudando. Estamos aullando por ayuda. Lo puedo llevar por este
camino, durante el próximo kilómetro y medio al puerto, hay cientos de cuerpos
tirados en la calle. El mundo necesita ver este sufrimiento, y ver esta muerte y
decirles a sus líderes que algo debe hacerse para ayudar, ya.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con un gesto hacia la historia de Haití, como la primera
nación esclava que logró la independencia, añadió: “Estoy especialmente enojado
con Barack Obama. La gente de este país, Haití, fueron los primeros negros que
se liberaron. Ahora necesitamos ayuda del primer presidente negro. No la
necesitamos en cuatro, cinco o 20 días. La necesitamos hoy, ahora”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El puerto de la ciudad, a un kilómetro y medio de
distancia, está vacío de los barcos de asistencia prometidos por los líderes del
mundo. Los caminos están atascados y en algunos lugares, intransitables. Los
suministros de comida y agua están varados en el disfuncional aeropuerto en las
afueras de la ciudad. “El aeropuerto es un caos”, dijo Mark Pearson, de la
empresa de caridad británica Shelterbox, que ayer estaba esperando que
aterrizaran los suministros. “En este momento la prioridad es todavía buscar y
rescatar y luego la ayuda, de manera que obviamente hay frustración. La gente
anda en busca de agua. Esa es la gran necesidad.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cada pedazo de parque, plaza o terreno en la ciudad está
lleno de carpas precarias, a veces hechas de bolsas plásticas, donde esperan los
sin hogar, con sus muertos y sus heridos, que llegue la ayuda. A pocos metros de
ahí está el Champs de Mars. Ahí me encontré con Marie Cayo, una niña de tres
años con una venda alrededor de su cabeza, y cuya madre, Souvenir, murió en el
terremoto del martes. “Marie tuvo suerte”, dijo su primo Nicolas, quien es uno
de los 20 parientes de Marie que duermen debajo de una pequeña lona. “Souvenir
murió cuando la casa se desplomó sobre ellos. Porque Marie es pequeña, la gente
la pudo sacar de entre los escombros. Llevamos el cuerpo de Souvenir al
cementerio y la enterramos nosotros mismos en un cajón. Fue lo mejor que pudimos
hacer.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Los cuerpos que no son reclamados son dejados en las
esquinas o puestos en fila en los costados de las calles. En un callejón que va
al centro de la ciudad conté 30 cadáveres en fila cubiertos con tela, pero más
cerca del puerto, los muertos simplemente están apilados, montones de ellos. Las
moscas les están comenzando a prestar atención, junto con los perros
abandonados.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Hemos estado durmiendo en una plaza desde el martes”,
dice Joseph Marc Antoine, con quien hablé en las calles que rodean el palacio.
“No tenemos nada. Todavía puedo oír a la gente gritar en medio de los escombros,
pero no podemos hacer nada. El olor a la gente muerta mezclada con la basura
está en todos lados. Y no es bueno.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Además, hay una creciente amenaza de enfermedades
infecciosas como tifoidea o disentería. Mucha gente están usando pañuelos
alrededor de sus rostros, y hay una creciente sensación de inseguridad. La mayor
parte de Puerto Príncipe es un área de peligro después que oscurece, y hay
rumores de que bandas armadas establecen bloqueos de calles para exigir dinero y
suministros esenciales a cualquiera que intente pasar. El delito y el saqueo son
algo común, en parte porque la cárcel de la ciudad colapsó, liberando a varios
miles de internos, incluyendo a muchos miembros de bandas, pero también porque
muchos sobrevivientes están desesperados por obtener comida o agua. Pequeñas
bandas de jóvenes portando machetes fueron vistas en algunas áreas de la ciudad,
presumiblemente en búsqueda de comida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Unos 5000 efectivos estadounidenses llegaron ayer para
distribuir ayuda y para evitar una explosión de disturbios entre los
sobrevivientes desesperados. Robert Gates, el secretario de Defensa de Estados
Unidos, dijo que su primera tarea será distribuir la ayuda tan pronto como sea
posible “para que la gente, en su desesperación, no se vuelva violenta”. En
medio de los temores por que se desaten disturbios, Barack Obama habló con el
presidente haitiano, René Preval, durante 30 minutos ayer. Pero la crisis que
confrontan ambos líderes ahora probablemente sea un tema: la pobreza. La
secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, llegará hoy al país, y mañana
lo hará el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los suministros de los aviones están atascados en el
aeropuerto de Haití. La pista de aterrizaje no tiene luces, de manera que sólo
está abierta durante el día, y ahora está tan congestionada que montones de
vuelos que llegan no pueden aterrizar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En los próximos días, una crisis de refugiados puede
afligir a Haití. Cuando uno se acerca a la capital por el camino desde la vecina
República Dominicana, una gran nube de polvo se hace visible. Pronto resulta
claro que proviene de los vehículos atestados, pegados unos a otros, obedeciendo
el consejo del gobierno de dirigirse al campo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Muchos está tratando de llegar al campo, que no fue
tocado por el desastre. Muchos más se dirigen a la frontera con la República
Dominicana, donde esperan llegar a hospitales que funcionen. Nadie sabe qué
sucederá cuando lleguen ahí. O si alguna vez volverán.
<HR>
<BR></FONT></DIV></BODY></HTML>