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<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>19 de enero 2009</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </STRONG></FONT><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT
size=4><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A></DIV>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Haití</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>"Ahora sólo hay un lugar seguro para
los bandidos: el cielo"</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>El director de la principal compañía
de seguridad de Haití justifica las ejecuciones de delincuentes en plena calle
ante la inoperancia policial y la peligrosidad de los
bandidos</FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG>Francisco Peregil, Puerto Príncipe</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>El País, Madrid, 19-1-09</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.elpais.com/"><STRONG>http://www.elpais.com/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>Miles de antiguos reclusos andan sueltos por Haití
desde que el terremoto destruyera parte de las principales cárceles de Puerto
Príncipe. La cárcel que quedó en pie en el barrio de Carrefour está repleta. Y
las otras destruidas. Cientos de policías murieron y los presos se han
organizado. Ante la inoperancia de una policía demasiado joven y desmotivada,
las compañías privadas de seguridad imponen su ley en la calle. Con la
connivencia de las autoridades.</DIV>
<DIV align=justify><BR>"El Director General de la Policía nos ha dicho que no
hay sitio para los presos en las prisiones que han quedado en pie y que sólo hay
un lugar seguro para ellos. Y ése sitio sólo puede ser el cielo", explica con
una gran sonrisa Stanley St. Louis, director de la compañía privada de seguridad
Pap Security, la principal, según él, de las 20 que operan en Puerto Príncipe.
Antes del terremoto contaba con dos mil hombres a sus órdenes, ahora son 1.600.
Entre sus clientes se encuentra las propias fuerzas de la ONU y embajadas como
las de Japón y Canadá.</DIV>
<DIV align=justify><BR>"El director general de la policía no ha dicho
oficialmente que se ejecute a los delincuentes, pero lo ha dicho", continúa St.
Louis. "La policía está desarbolada. Es imposible saber cuántos quedan. Unos han
muerto, otros están heridos y otros han desertado. Algunos se han ido a otras
provincias en busca de sus familias. Mientras tanto, los bandidos se han
organizado y han intentado varias veces liberar a sus socios en la prisión de
Carrefour. Ese centro se ha reforzado con policías y, de momento, están
resistiendo. Pero son muy peligrosos. Van armados con machetes y pistolas. Roban
en los comercios del centro y, después de tantos años en la cárcel, están
violando a muchas mujeres. Yo sé que se están matando a algunos de ellos después
de esposarlos con las manos a la espaldas. Mis hombres no lo han hecho, pero sé
que se hace".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Stanley St. Louis, que mide unos 180 centímetros,
practica full contact y fue teniente del Ejército Nacional hasta 1994, no cree
mucho en la cuestión de los derechos humanos. "Está muy bien todo eso que dicen
las organizaciones humanitarias, ¿pero por qué no van a explicárselo a los
bandidos. ¿Por qué no les hablan a ellos de los derechos humanos?".</DIV>
<DIV align=justify><BR>El director de Pap Security cree que al país le puede
venir bien la llegada del Ejército estadounidense, pero también teme que surjan
nuevos problemas. "Necesitamos el apoyo de los gringos, pero a ellos les gusta
tener todo el poder y eso va a ser complicado. Porque van a apuntar a todo el
que vean con un arma. A mí mismo si me ven sin ninguna identificación, se
pondrán nerviosos y me apuntarán. Ellos no saben distinguir aquí entre buenos y
malos".
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>