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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>21 de enero 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>Haití</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Canneau: la favela de los
olvidados</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Canneau es el nombre de las
paupérrimas favelas de las colinas de Canape Verd, corazón de la Zona Cero en el
Puerto Príncipe más profundo</FONT></STRONG><BR> <BR>
<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Daniel Lozano, enviado especial a Puerto
Prícipe</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Público, Madrid, 20-1-10</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.publico.es/"><STRONG>http://www.publico.es/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Han recibido ayuda del Gobierno haitiano o de la
comunidad internacional? Los cuatro miembros del comité ciudadano se miran entre
sí. Parecen sorprendidos ante tanta ingenuidad. Estamos en Canneau, las
paupérrimas favelas de las colinas de Canape Verd, corazón de la Zona Cero en el
Puerto Príncipe más profundo. Y el más olvidado. </DIV>
<DIV align=justify><BR>"Aquí nadie ha hecho nada, ni siquiera lo ha intentado.
Es más, usted es la primera persona que llega aquí arriba". Guerssien Wifford
estruja con sus manos un papel amarillo con sus reclamos, con el que se presentó
hace seis días ante el presidente haitiano René Preval. Habló con dos ministras
supervivientes. Le prometieron ayuda inmediata. Todavía la están esperando.
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>En las colinas de Canape Verd no han visto aún
ningún tipo de ayuda</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Dos días después se acercaron al lugar donde la ONU
repartía alimentos. "La gente se peleaba brutalmente por la comida, nos
golpearon. Volvimos con las manos vacías". <BR>Desde la catástrofe, Wifford se
ha empeñado en ayudar a su gente: "Ellos son mi sangre". Él es un privilegiado,
operador de una empresa de telefonía, pero que no ha querido huir de su barrio.
Todas las favelas se han escurrido unas encima de otras, tragándose las más
grandes a las pequeñas. Los supervivientes han trepado por las laderas y se han
instalado entre arbustos y piedras, debajo de un par de plásticos o de algún
techo de uralita. Recuerda a los campos de refugiados de África. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Patrullas ciudadanas</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero Alexandra Issamel no pierde la sonrisa. Amamanta a
Santana, de tres meses, mientras Lundeus, de 1 año, juega entre escombros. "Se
me acaba la leche para mi bebé", dice, mientras acaricia suavemente su pecho. A
pocos metros, entre toldos, los que están muriendo se despiden de la vida en la
favela olvidada. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El héroe Wifford lidera el comité ciudadano, 15 valientes
que patrullan todas las noches. "Escuchamos disparos constantemente y sólo
llevamos nuestras linternas, palos y machetes. ¿Miedo? Todos lo tenemos. Varios
presos fugados de la cárcel están aquí. Tenemos que defender a los nuestros",
resume Wilson Jacques, uno de los patrulleros. "Anoche escuchamos gritar y
llorar a una mujer. Acudimos corriendo. La estaban violando", explica Jean
Robinson, otro de los patrulleros. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>"Aquí nadie ha hecho nada, ni siquiera lo ha
intentado"</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Intentos de violación, pillaje, asaltos Las noches son
muy largas en Canneau. Y también los días. "Necesitamos agua, comida, medicinas,
baños portátiles (han construido un gran hoyo en el que hacen sus necesidades
fisiológicas), tiendas de campaña", explica Musac Oney, pastor evangélico que ha
gastado ya todo el dinero de su Iglesia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Uno de los supervivientes carga con una radio gigantesca,
algo parecido a un periódico hablado. Los franceses pelean con EEUU, informa el
locutor. "Dios mío, no es tiempo para críticas. Todas las familias han perdido
seres queridos. Y seguiremos falleciendo sin agua y sin comida", profetiza
Wifford.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En Canneau murieron 280 de sus 5.000 habitantes. A muchos
de ellos los han enterrado en sus propias casas. Otros cadáveres permanecen
aplastados.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>"Antes tampoco existíamos"</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>"Somos los olvidados del terre-moto. Pero antes tampoco
existíamos para el Estado", se lamenta Oney. El olvido es el maldito destino de
los pobres. Y pese a todo, cinco jovencitas, con sus cuerpos mojados tras el
baño milagroso, entonan una canción suave, una especie de himno religioso que
repiten con dulzura en lo que parece un homenaje al recién llegado: "Dios, te
pido un favor, ayúdanos con esta tragedia".
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>