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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>24 de enero 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Haití</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>El sitio de
Haití</FONT></STRONG> </FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Rachel Cohen y Alan
Maass </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Socialist
Worker</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://socialistworker.org/"><STRONG>http://socialistworker.org/</STRONG></A><STRONG>
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducido para La Haine por
Felisa Sastre</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV><FONT face=Arial
size=2>
<DIV align=justify><BR>El cerco de grandes buques de guerra de la costa de
Puerto Príncipe es un duro símbolo de las verdaderas intenciones del gobierno
estadounidense con su “humanitaria” misión tras el devastador terremoto de
Haití.<BR></DIV>
<DIV align=justify>La Armada y los guardacostas no están allí con alimentos,
agua o equipos de rescate. Están para vigilar que los haitianos no escapen del
desastre e intenten llegar a Estados Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Semana y media después del terremoto- con centenares
(sic) de miles de muertos y al menos 3 millones de gentes sin hogar- incluso los
principales noticiarios admiten que el despliegue de ayuda, organizado por el
ejército estadounidense no proporciona ni agua ni comida a mucha gente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el aeropuerto de Puerto Príncipe, ahora bajo control
del mando estadounidense, los vuelos militares tienen prioridad sobre los demás-
incluidos aviones cargados de ayuda humanitaria que se desvían a la República
Dominicana. Trabajadores de la cooperación internacional afirman que el personal
estadounidense no permite a los convoyes dejar el aeropuerto sin una escolta
militar armada hasta los dientes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y en las aguas de las costas haitianas, los buques de la
Armada están preparados para detener a los haitianos si tratan de huir, en
cualquier clase de barco que puedan encontrar, en un viaje desesperado hacia
EE.UU. a centenares de millas de distancia. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El mensaje del gobierno estadounidense a los haitianos es
el siguiente: Quedaos ahí y sufrid porque no sois bienvenidos en la “tierra de
la libertad”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para dejar claro el asunto, un avión de transporte de la
fuerza aérea se pasa horas diariamente sobrevolando Haití, no para transportar
agua y alimentos sino para emitir una declaración por radio del embajador de
Haití en EE.UU., Raymond Joseph: “Voy a ser sincero con ustedes- dice Joseph,
según una transcripción de la página web del departamento de Estado- “si creen
que llegarán a Estados Unidos y se les abrirán todas las puertas, están
totalmente equivocados. Les interceptarán en el mar y los devolverán al lugar de
partida ”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Gordon Duguid, ayudante del portavoz del departamento de
Estado, ha tenido la desfachatez de decir que el mensaje radiado es una “parte
de los esfuerzos estadounidenses para mantener a los haitianos a salvo”. La
realidad es que constituye una amenaza para reforzar la política del gobierno
estadounidense con los refugiados provenientes de Haití. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Ya ha habido antes oleadas de barcos llenos de gente que
escapaba de la represión política o de la exclusión económica o de ambas a la
vez, y el gobierno de Estados Unidos no ahorró esfuerzo alguno para
acorralarlos, meterlos en la cárcel y devolverlos a Haití. En esta ocasión,
Estados Unidos confía en que su presencia militar en “misión humanitaria”
detenga a los haitianos antes de que se pongan en marcha. Mandos militares
estadounidenses afirman que no han detenido ningún barco que partiera de Haití,
pero un reportaje del periódico británico Sun describe un intento frustrado de
escapar. Cuando se extendió el rumor de que un ferry anclado en la costa estaba
a punto de zarpar, una serie de barquitos lo rodearon, y los supervivientes
intentaron subir a bordo. El ferry no pudo salir: “No tenemos combustible”,
dijeron sus propietarios. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero EE.UU. sabe que los haitianos seguirán intentándolo.
Altos responsables del departamento de Seguridad Nacional dijeron a los
periodistas que habían trasladado a 200 inmigrantes indocumentados desde el
Krome Service Processing Center -cárcel federal de inmigrantes en Miami- para
dejar espacio a una eventual afluencia de haitianos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La actitud hacia los haitianos que intentan escapar del
desastre desmiente las afirmaciones del gobierno Obama y de otros funcionarios
estadounidenses que afirman estar preocupados por ayudar a las víctimas del
terremoto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según el New York Times, desde el martes los funcionariso
de aduanas de Estados Unidos habían permitido la entrada en el país a “un total
de 23 haitianos por razones humanitarias de asistencia médica”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El Dr. William O’Neill, decano de la facultad de medicina
de la Universidad de Miami- que ha montado un hospital de campaña en Haití cerca
del aeropuerto- ha declarado que el departamento de Estado ha negado visados a
muchos heridos graves para que fueran trasladados a Miami, operados y seguir un
tratamiento médico. “ Es algo más que una locura”, dijo O’Neill al Times, “ es
la peor de las burocracias”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Al inicio de la crisis, Janet Napolitano, secretaria de
Seguridad Nacional anunció la prórroga temporal para los inmigrantes haitianos
que se encuentran actualmente en el país, lo que supone una prórroga de 18 meses
de su “estatuto provisional protegido”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Eso supondría el retraso del proceso de deportación que
afecta a unos 30.000 haitianos, la mayoría de ellos retenidos en centros de
detención de inmigrantes dispersos por todo el país. Para otros, el 21 de enero
es el día fijado para empezar los trámites para el cambio temporal de estatuto.
Los funcionarios de inmigración esperan entre 100.000 y 200.000 solicitudes, a
pesar de que las tasas suponen 470 dólares hasta finalizar el proceso.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, para los haitianos que esperan escapar del
desastre actual, Napolitano explícitamente descartó la acogida en EE.UU. “En
estos trágicos momentos para Haití”, declaró en conferencia de prensa, “para la
gente que sufre las consecuencias de un terremoto es una tentación buscar
refugio donde sea, pero intentar marcharse de Haití ahora sólo ocasionará más
dificultades al pueblo haitiano y a su país”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En un primera impresión, parecía que para la despiadada e
insensible actitud de Napolitano sólo había una excepción: los niños huérfanos.
La CNN informaba el miércoles entusiasmada que “ más de 50 niños haitianos,
rescatados de un orfanato destruido por el terremoto la semana pasada, llegaban
a Pennsylvania, y que la mayoría irían eventualmente a hogares de acogida”.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero la prohibición del gobierno Obama de que los
haitianos entren en EE.UU. se aplica incluso a niños cuyos padres murieron
durante el terremoto. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los niños haitianos ya adoptados por estadounidenses
antes del terremoto, según Napolitano, tendrán un rápido proceso, y aquellos que
reunían las condiciones requeridas para la adopción internacional antes del 12
de enero tendrán “un permiso temporal por razones humanitarias”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero a los niños cuyos padres murieron durante el
terremoto se les deniega explícitamente esa salida del Puerto Príncipe ocupado
por Estados Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La actitud del gobierno Obama hacia los haitianos que
huyen de la pobreza y de la represión repite el vergonzoso modelo que se remonta
a décadas pasadas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno estadounidense trató con guante de terciopelo
a los dos dictadores que gobernaron Haití durante treinta años, desde mediados
de los años 1950: François Duvalier y su hijo Jean Claude, conocidos como Papa
Doc y Baby Doc.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En particular, Baby Doc Duvalier fue un instrumento para
los interese empresariales de Estados Unidos. En los años 1970, su gobierno
redujo las tasas a la importación, dando a las compañías agrícolas-
subvencionadas por el gobierno estadounidense- la oportunidad de inundar el país
de arroz y azúcar- la primera materia de las exportaciones haitianas- a unos
precios con los que no podían competir los cultivadores locales, lo que produjo
que el sector agrícola haitiano desapareciera, y la desesperada población rural
se desplazara a barrios de chabolas de Puerto Príncipe y de otras ciudades,
donde algunos encontraron trabajo con salarios de hambre en fábricas instaladas
por las corporaciones estadounidenses que explotaban a los obreros en
colaboración con la dictadura.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De manera que la pobreza de la que escapaban en barcos
rudimentarios y balsas, con la esperanza de llegar a Estados Unidos, fue una
consecuencia directa de los planteamientos de las grandes empresas
estadounidenses.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1986, una revuelta popular echó del poder a Baby Doc y
los haitianos eligieron a Jean-Bertrand Aristide, radical ex cura católico, en
las primeras elecciones democráticas celebradas en Haití. Sólo nueve meses
después de que asumiera la presidencia, un golpe patrocinado por la CIA en
septiembre de 1991 echó a Aristide. El régimen golpista llevo a cabo una
represión brutal contra las gentes que habían derrocado la dictadura de
Duvalier, lo que provocó el éxodo hacia Estados Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Helen Scott lo explicaba así en la International
Socialist Review:</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque Estados Unidos orquestara en gran medida el golpe,
negó tajantemente cualquier responsabilidad en los sufrimientos ocasionados.
Durante el reinado del terror establecido por los golpistas en 1991, 38.000
haitianos escaparon buscando refugio en EE.UU. De ellos, sólo se concedió asilo
al 5 por ciento mientras que el resto fueron repatriados o retenidos en campos
de prisioneros en la bahía de Guantánamo.<BR>De forma más criminal, las agencias
estadounidenses facilitaron los nombres y direcciones los cabecillas de los
grupos que habían tratado de escapar, lo que les supuso la detención, torturas y
la ejecución de un número desconocido de ellos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante la campaña presidencial de 1982, el candidato
demócrata Bill Clinton criticó a George Bush padre por expulsar de EE.UU. a los
refugiados haitianos, pero tras su llegada a la Casa Blanca, Clinton mantuvo la
misma política de “mantener el ilegal campo de detención” para haitianos en
Guantánamo, tal como el periodista de investigación James Ridgeway ha dejado
claro. Las condiciones fueron especialmente penosas para uno grupo de 150
refugiados infectados de SIDA.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1994, una nueva oleada de oposición masiva al régimen
golpista, unida a las continuadas migraciones de los haitianos que escapaban a
los enfrentamientos, llevó a Clinton a enviar 20.000 soldados a Haití para
reponer en su cargo a Aristide. La “Operación restaurar la Democracia” se
enmascaró como intervención “humanitaria”. Pero sus efectos no fueron
humanitarios, ni fueron “para restaurar la democracia” ya que, para recuperar la
presidencia, Aristide aceptó adoptar reformas para favorecer el libre mercado
que agudizaron la pobreza y desigualdad en Haití.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante la invasión, la prisión de la bahía de Guantánamo
se llenó con decenas de miles de refugiados haitianos- que llegó a un total de
45.000 personas en 1995 y 1996, antes de que se los deportara a una país que
supuestamente se había estabilizado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una década después, Haití de nuevo se convirtió en
objetivo del gobierno de George Bush hijo. En 2004, la ultraderecha del país
organizó un golpe contra Aristide con la colaboración del ejército
norteamericano, que retuvo al presidente depuesto y le trasladó al exilio en una
avión estadounidense. Siguiendo las pautas de actuación tras los golpes apoyados
por Estados Unidos, Bush mantuvo durante su presidencia la negativa a conceder
“el estatus protegido temporal” a los haitianos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El trato de los inmigrantes haitianos indocumentados ha
sido espantoso. Edwige Danticat, famosa novelista haitiana, contaba a Amy
Goodman de Democracy Now lo sucedido con su tío, quien había intentado emigrar a
EE.UU. en 2004:</DIV>
<DIV align=justify><BR>Llegó a Miami, donde vivo, y pidió asilo temporal. Fue
detenido y encarcelado en el Krome Detention Center. Tenía 83 años, y había
superado un cáncer que le obligaba a hablar con la laringe. Su medicación le fue
retirada y murió pocos días después, bajo la custodia del servicio de
inmigración.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las muestras de preocupación y solidaridad de los
ciudadanos estadounidenses y de todo el mundo tras el terremoto de Haití,
contrasta con la despiadada actitud del gobierno de Estados Unidos hacia los
haitianos que quieren escapar de la desesperada situación económica y política
que EE.UU. ha contribuido a orginar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los haitianos merecen algo más que acogida en EE.UU.
Cuando menos, a quienes quieren viajar a EE.UU. se les debería garantizar la
inmunidad total. Pero además, el gobierno estadounidense les debe enormes
compensaciones por las últimas décadas de saqueo imperialista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sólo el pueblo haitiano tiene derecho a decidir cómo
recuperarse de esta catástrofe natural. Se merece también el derecho a decidir
el curso de su recuperación tras generaciones de sufrir el imperialismo.
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></FONT> </DIV></BODY></HTML>