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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>25 de enero 2010</U><BR><FONT color=#800000><FONT size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Haití</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
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<DIV></FONT><FONT face=Arial><STRONG>Las mujeres aún mueren por el
seísmo<BR></DIV></DIV></STRONG></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Los médicos se
quejan de que muchas embarazadas no acuden a los hospitales por falta de dinero
y de información</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Los abusos y
violaciones son silenciados <BR></DIV></FONT></STRONG></FONT>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Francisco Peregil, enviado a
Puerto Príncipe</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>El País, Madrid,
25.1-10</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.elpais.com/"><STRONG>http://www.elpais.com/</STRONG></A></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>Ahora que por fin se pueden ver en
muchas zonas de Puerto Príncipe colas bien organizadas de gente recibiendo agua
y comida; ahora que el Gobierno ha anunciado que los que se han quedado sin casa
ascienden a un millón, los heridos son cerca de 200.000 y los muertos más de
150.000..., ahora mismo siguen muriendo en Haití mujeres a causa del terremoto.
Pero ya no engrosarán ninguna estadística. Morirán en silencio, muchas de ellas
en su casa, sin asistencia médica ni fotógrafos alrededor.<BR><BR>En Haití nunca
es raro que las mujeres tengan que dar a luz en su propia casa sin ninguna
ayuda, en el más absoluto de los desamparos.</FONT></DIV><FONT face=Arial
size=2>
<DIV align=justify><BR>Lo explica la enfermera noruega de Médicos sin Fronteras
Veronica Gran, en el hospital Saint Catherine del barrio Cité Soleil, rodeada de
parturientas en tiendas de campaña. "Unas mujeres no vienen nunca al hospital
porque no tienen dinero ni siquiera para el transporte. Otras, porque no saben
que el parto es gratis, que no se les va a cobrar nada. Y otras, porque saben
que se han priorizado las intervenciones de cirugía sobre el resto de la
atención médica. Como ocurre en todas las catástrofes, las principales víctimas
han vuelto a ser la gente más débil: las mujeres y los niños".</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Estoy convencida de que al hospital vienen muchas menos
mujeres de las que deberían", añade Gran. "Y muchas de las que están viniendo
llegan demasiado tarde, sin que se les haya hecho ningún seguimiento médico
durante el embarazo. Padecen infecciones de orina, algo que habría sido muy
fácil de tratar si se hubiera detectado a tiempo. Pero como no se hace, las
probabilidades de que el niño nazca con infecciones son muy altas. Otras llevan
sufriendo contracciones en su casa desde hace varios días y en medio de tanto
dolor no saben adónde acudir. Cuando llegan aquí traen el bebé muerto dentro de
ellas. Otras han venido con la presión muy alta y con anemia y sus hijos han
nacido muy pequeños y muy débiles".</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Pero si tienes un equipo para partos y no sabes cómo
usarlo, de poco sirve. Las mujeres con anemia, si empiezan a sangrar, es muy
difícil que superen el parto con vida", señala la enfermera de Médicos sin
Fronteras que ha repartido el material.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la maternidad del Centro Ginecológico Isaie Jeanty
& Leon Audain, el médico residente de tercer año Bordes Edouard certifica
que las mujeres han sido apartadas para atender casos supuestamente
prioritarios. Y lamenta la desinformación que sufren las parturientas. "Este
hospital cerró cuando el terremoto, pero abrió hace tres días y muchas mujeres
no lo saben, a pesar de que estamos anunciándolo por la radio. Otras creen que
aún hay que pagar por dar a luz, cuando desde hace unos meses los partos son
gratis en los centros públicos".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Si difícil es para las embarazadas llegar a los
hospitales, para las violadas el camino se hace inútil. Paul Henock, gerente del
centro ginecológico citado, asegura que desde el día del temblor han llegado al
hospital tres mujeres para que se las examinase después de haber sido violadas.
"Pero las hemos tenido que remitir a otros centros porque no había tiempo para
atenderlas", indica Edouard.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo en
Haití publicado en 2006 indicaba que un tercio de las mujeres del país habían
sufrido violencia física o sexual. Y que la mitad de ellas eran menores de 18
años.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el distrito de Carrefour se han organizado patrullas
ciudadanas para proteger a los cientos de personas que viven ahora en las
calles. Como el edificio del Ayuntamiento de Carrefour quedó destruido, el
alcalde recibe sentado bajo un árbol a todas las familias que van a pedir
dinero. La asistente social Malía Joseph atiende a las mujeres.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Aquí vienen muchas que no tienen dinero, están solas y
no saben adónde ir. Para mí eso también es una clase de violación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-¿Pero cuántas han llegado desde el terremoto para
denunciar violaciones físicas?</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Ninguna. Para eso van a la comisaría.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Medio kilómetro más allá, el subcomisario de Carrefour,
Angenor Pierre, sentado a la sombra con una pierna cruzada sobre la otra,
confiesa:</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Han venido brigadas de ciudadanos para decirnos que hubo
dos intentos de violaciones. Pero no hemos tenido tiempo de investigar nada
hasta ahora. A partir del martes lo haremos. De todas formas, aquí no suelen
venir las mujeres cuando las violan.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-¿Adónde van, entonces?</DIV>
<DIV align=justify><BR>-A un colegio de monjas que hay ahí arriba.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Finalmente, en el colegio de salesianos de Carrefour
pueden verse cientos de tiendas de campaña que se han levantado para acoger a
los que se han quedado sin casa. Junto a ellas, la monja colombiana Rocío Pérez,
de 67 años, que llegó hace 44 a Haití. "En este país las mujeres hacen de mamá y
de papá. Son ellas las que traen a los niños a las escuelas y las que se ocupan
de las casas. Los hombres pobres son muy negligentes". Rocío Pérez comenta que
el sábado llegó una mujer sola que parió ahí mismo, en una tienda.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-¿Y mujeres violadas han llegado?</DIV>
<DIV align=justify><BR>-De eso no sé. Pero en este país ése es un problema muy
antiguo. El Gobierno siempre dice que va a hacer algo contra los bandidos, pero
nunca hace nada. Yo recuerdo que a menudo, en el barrio donde yo trabajaba,
antes se comentaba que las niñas jovencitas salían a por agua por la noche y a
menudo las violaban. Pero ellas no decían nada. Nunca dicen nada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Si éstas son las vueltas que un blanco ha de dar para
sacar algo en claro sobre las violaciones después del terremoto, cuántas no dará
una mujer negra, con marido o sin él, que duerma en la calle y que se haya
armado de valor para denunciar una violación. Y si decidiera abortar, más le
valdría desechar la idea. "Un aborto cuesta desde los cien dólares que cobra
cualquier médico charlatán de los que te encuentras en la calle hasta los 250 de
uno serio", informa la asistente social Malía Joseph.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>