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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>31 de enero 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Haití<BR> <BR>Imperialismo y
sub-imperialismo van de la mano</FONT> </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Participando de las operaciones de
seguridad – o sea, de la represión – con el beneplácito y en beneficio de los
Estados Unidos, Brasil espera ganar el premio consuelo de tomar parte en los
negocios de reconstrucción del país. Así, grandes constructoras brasileras, como
la OAS y la Odebrecht, ya enviaron equipos técnicos y equipamientos pesados
hacia Haití, posicionándose en la competencia que vendrá.</FONT></STRONG>
<BR><BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Duarte Pereira * <BR>Correio da
Cidadania<BR></STRONG><A
href="http://www.correiocidadania.com.br/"><STRONG>http://www.correiocidadania.com.br/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de
Prensa</STRONG><BR><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Se está consumando la crónica anunciada y previsible de la
nueva ocupación de Haití por los Estados Unidos, esta vez aprovechando el
terremoto que devastó el país y su capital.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los Estados Unidos ya desembarcaron 11 mil soldados en el
país. Ayer, tropas uniformadas y armadas para el combate, trasportadas en
helicópteros de guerra, ocuparon el palacio presidencial en Puerto Príncipe. El
aeropuerto, no olvidemos, continúa controlado y operado por los Estados Unidos,
que izaron su bandera en el lugar y deciden que aviones pueden aterrizar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En los últimos días, dieron prioridad a sus aeronaves,
principalmente militares, perjudicando el desembarco de la ayuda enviada por
otros países y por las organizaciones no-gubernamentales. El ministro francés de
la Cooperación, Alain Joyandet, llegó a protestar: “Precisamos ayudar a Haití,
no a ocuparlo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Es verdad que, habiendo cumplido el cronograma inicial de
desembarco de sus tropas, los Estados Unidos podrán autorizar, en los próximos
días, el aterrizaje de otros aviones de otros países, con técnicos y
equipamientos para la remoción de destrozos, médicos y medicinas para atender a
los heridos, agua y alimentos para la población desabrigada y desempleada.
A esa altura, no obstante, la posibilidad de encontrar personas con vida entre
los escombros será mínima y excepcional. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin que los medios den atención al respecto, los Estados
Unidos están aumentando también el control del puerto que da acceso a toda el
área litoral de Haití, con un porta-aviones, un navío equipado con un hospital
de campaña y varios navíos de la Guardia Costera, buscando socorrer heridos y,
también, seleccionar y controlar la aproximación de navíos con ayuda de otros
países, como el enviado por Venezuela con combustible, e impedir la emigración
desesperada de haitianos hacia la costa estadounidense en pequeñas
embarcaciones.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No pudiendo justificar sus acciones arrogantes y
unilaterales con ordenes de las Naciones Unidas, el gobierno de Washington
argumenta que actúa a pedido del gobierno haitiano. ¿Pero qué soberanía puede
tener un gobierno como el presidido por René Préval, que no dispone siquiera de
fuerzas policiales y de equipamientos de comunicación y de transporte para
mantener el orden público y organizar la salvación de sus ciudadanos?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es significativo también, que el plan de salvación y
reconstrucción de Haití por los Estados Unidos, haya sido anunciado en conjunto
por el presidente Barack Obama y por los ex-presidentes Clinton y Bush – el
mismo Bush que demoró tanto en actuar cuando el huracán Katrina destruyó una
gran área de los Estados Unidos. Cuando los intereses estratégicos de la
superpotencia estadounidense y de sus empresas transnacionales están en juego,
prevalece como siempre el consenso bipartidista entre “demócratas” y
“republicanos”, semejante al que se ensaya en Brasil con el PSDB y el PT, a
pesar de las agudas disputas en fases electorales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El periodista Roberto Godoy, especializado en asuntos
militares, escribió en el Estado de Sao Paulo: "Los Estados Unidos están
haciendo en Haití lo que saben hacer mejor: ocupar, asumir, controlar. Decidida
en Washington, la operación de soporte a la víctimas de la devastación, tenía en
cuatro horas a 2 mil militares movilizados – la mitad de ellos ya estaba rumbo a
Puerto Príncipe – mientras el resto del mundo apenas tomaba conocimiento de la
tragedia (...) E la Doctrina Powell, creada al fin de los años 80 por el
entonces jefe del Estado Mayor Conjunto, general Colin Powell, aplicada en
tiempo de paz. Ella prevé que los Estados Unidos no deben entrar en acción a no
ser con una superioridad arrasadora (...) El sábado, oficiales americanos (sería
más correcto escribir estadounidenses, porque americanos somos todos
nosotros) estaban al comando del tráfico aéreo. Los paracaidistas del la
82ª División de fusileros navales (...) son entrenados para el combate y también
para misiones de rescate. Se mueven en helicópteros y vehículos convertidos en
ambulancias ágiles. La retaguardia es poderosa. Un porta-aviones se volvió en
central logística y un navío-hospital de mil camas llegó el domingo. Ayer,
aviones de los Estados Unidos ocupaban 7 de las 11 posiciones de parada
existentes en el aeropuerto." </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los medios del gran capital, exagerando los saqueos y los
conflictos, cumplieron su papel de preparar a la opinión pública para aceptar la
operación político-militar de los dos Estados Unidos como necesaria y
benevolente. En realidad, los Estados Unidos han contribuido para agudizar los
conflictos y atrasar la ayuda humanitaria de otros países, utilizando aviones y
helicópteros para despejar obstáculos aleatorios en lugar de asistir a una
población sedienta, hambrienta y desorganizada. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Incluso el general brasilero Floriano Peixoto, comandante
de la Minustah (Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití),
afirmó en una video-conferencia, que lol casos más graves de violencia no
son generalizados y dijo que las calles de Puerto Príncipe están obstruidas, lo
que facilita la acción de las fuerzas de seguridad. En evaluación del general,
la situación se muestra menos grave de que la versión difundida por los medios
de prensa. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Además de eso, quien tiene experiencia política y ya
participó de la resistencia a regímenes entreguistas y autoritarios, no deja de
recibir con desconfianza la calificación fácil e indiferenciada, difundida por
lo medios, de que todos los presos que escaparon de las cárceles destruidas por
el terremoto son criminales comunes e integrantes de las “bandas de bandidos”.
Muchos oficiales y soldados del antiguo ejército haitiano formaron milicias, que
declaran su apoyo al último presidente libremente electo, Jean-Bertrand
Aristide, después que fuera derrocado en 2004. Secuestrado por tropas
estadounidenses fue llevado por la fuerza a África do Sul, bien lejos de Haití,
y continúa impedido de volver a su país, su partido fue prohibido de participar
en las últimas elecciones realizadas bajo el control de la Minustah. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Con diferencias secundarias de motivación y de la
situación interna, el libreto seguido por los Estados Unidos en Haití es, por lo
tanto, esencialmente el mismo adoptado en Irak o en Afganistán: primero se
destruyen los Estados nacionales que esbocen cualquier rebeldía, instalando la
devastación económica y social y el caos político; después, se utilizan esas
circunstancias deterioradas para justificar la construcción de Estados
satélites; por último, esos Estados satélites y corruptos se revelan incapaces
de garantir la paz, rescatar la dignidad nacional y mejorar las condiciones de
vida de la población (con excepción de las elites colaboracionistas),
justificando que la ocupación estadounidense se prolongue indefinidamente. La
crisis profundizada por intervención externa crea, mientras tanto, oportunidades
de negocios lucrativos para los fabricantes de armas, las empresas de seguridad
y las grandes constructoras de los Estados Unidos y de sus aliados. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para disipar dudas sobre la reales intenciones de la
intervención de "emergencia" y "humanitaria" de los Estados Unidos en Haití, el
diplomático Greg Adams, enviado al país caribeño como portavoz del Departamento
de Estado de los Estados Unidos, declaró al Estado de Sao Paulo en Puerto
Príncipe: "Es muy pronto para establecer plazos (para la retirada de las tropas
estadounidenses) y estaremos aquí el tiempo que sea necesario (recordemos
declaraciones semejantes al inicio de la ocupación de Irak) Había tropas
extranjeras en Haití antes del terremoto. Con la tragedia, además de todos los
otros problemas, no veo una fecha límite en el futuro próximo para decirles a
los haitianos ´ok, ahora es con ustedes´. Nos quedaremos aquí un buen tiempo y
creo que Brasil también." </DIV>
<DIV align=justify><BR>La referencia a la acción coadyuvante y subordinada de
Brasil fue bien colocada. ¿Qué autoridad moral puede tener el gobierno brasilero
para protestar contra la acción estadounidense si viene participando de la
intervención política y militar en los asuntos internos de Haití, aunque sea
bajo el sello formal de las Naciones Unidas, sello utilizado a lo largo de la
historia de la entidad para encubrir tantas otras intervenciones? Participando
de las operaciones de seguridad – o sea, de la represión – con el beneplácito y
en beneficio de los Estados Unidos, Brasil espera ganar el premio consuelo de
tomar parte en los negocios de reconstrucción del país. Así, grandes
constructoras brasileras, como la OAS y la Odebrecht, ya enviaron equipos
técnicos y equipamientos pesados hacia Haití, posicionándose en la competencia
que vendrá. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Quien afirma que no existe más imperialismo en el siglo
XXI o pone en duda el concepto de sub-imperialismo, utilizado para caracterizar
la política externa actual de Brasil, principalmente en América Latina y el
Caribe, tiene la oportunidad de aprender, en colores y en online, el contenido
concreto de esos conceptos y de esas prácticas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Abriendo bien los ojos, los patriotas y demócratas
brasileros tienen el deber de exigir que Brasil renuncie al comando militar de
la Minustah, retire progresivamente sus tropas de Haití y se limite a las
acciones de cuño efectivamente humanitario. Haití no precisa sólo de ayuda,
precisa de soberanía. Que los Estados Unidos realicen su plan de intervención y
de construcción de un Estado satélite en Haití con sus propios recursos humanos
y materiales y bajo su exclusiva responsabilidad. Así, por lo menos, la
situación quedará más clara y se tornará más fácil movilizar a las fuerzas
antiimperialistas y democráticas en Haití y en los demás países de América
Latina y el Caribe. No perdamos de vista que un imperio en declive, en la
desesperada tentativa de revertir el curso histórico que lo debilita, se puede
tornar más peligroso y aventurero que un imperio en ascenso y paciente. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estoy cerrando este paréntesis sobre la tragedia
haitiana, porque ya está claro que no se trata apenas de una tragedia natural y
humanitaria, sino, sobre todo, política y militar. Recientemente, un terremoto
devastó una gran región de China, dejando 87 mil muertos, según las estimaciones
oficiales. Porque había en China, a pesar de su pobreza todavía muy grande, un
Estado soberano y activo, fue posible lidiar con las consecuencias de la
tragedia sin permitir la intervención extranjera en el comando de las
operaciones de socorro y reconstrucción o el desembarco de tropas de otros
países. <BR><BR>La gran tragedia de Haití fue la destrucción progresiva de su
Estado en las últimas décadas, con la disolución de sus fuerzas armadas y
policiales, y la precarización de sus servicios públicos y la desorganización y
división de su población. </DIV>
<DIV align=justify><BR>* Periodista.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>