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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>1º de febrero 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante
- Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Haití</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Con la excusa de la salvación en
Disneylandia</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Integrantes de la ONG Refugio para
Niños Nueva Vida, con sede en Idaho, intentaban pasar la frontera entre Haití y
Santo Domingo, en un ómnibus con 33 chicos de entre 7 meses y 14 años, sin
documentos </FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Fueron detenidos. El gobierno los acusa
de tráfico de niños</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV><STRONG>Agencias</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>La chiquita, dicen que de un año, se aferra a los
dedos de su protector, un chiquito de cuatro años. Los dos, a su vez, son
rodeados por chicos que, desde su perspectiva, son infinitamente más grandes que
ellos: tienen entre 5 y 7 años. Hay alguno de 12, y hasta de 14. La benjamina
suponen que tiene unos 7 meses, aunque nadie lo sabe porque no hay registro
documental que lo acredite. Todos, desde la beba de 7 meses, hasta el más
adulto, de apenas 14, forman parte de un grupo de 33 chicos que eran
transportados en un ómnibus por diez o nueve estadounidenses que no lograron
cumplir su cometido, esto es, salir de Haití a través de la frontera con Santo
Domingo, sin los documentos que acrediten la identidad de los niños ni el
permiso que los habilitara a realizar semejante viaje a la utopía del
Disneyworld. Los nueve (o diez, hay diferencias entre la información de la
embajada estadounidense y el gobierno haitiano) alegaron pertenecer a una
organización católica humanitaria, la New Life Children’s Refuge, de Idaho, y
aseguraron que nada más lejos del tráfico de niños que ellos. “Debe ser un
lamentable error administrativo”, sopló a la NBC un allegado a los
nada-más-lejos. Del lado del gobierno haitiano, la historia no parece quedar
reducida a un error burocrático: “No es adopción, es un robo, es totalmente
ilegal”, afirmó Yves Cristalin, ministro de Asuntos Sociales de Haití.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“La policía de la frontera vio un bus con muchos niños y
le llamó la atención –fue la descripción que hizo a la prensa la ministra de
Cultura y Comunicaciones, Marie-Laurence Jocelyn Lassegue–. Cuando les pedimos
los documentos por estos menores no tenían ningún tipo de documento. Carecían de
cualquier papel legal para sacarlos del país.” La detención se produjo en la
frontera, el viernes por la noche, cuando el ómnibus intentaba cruzar a
República Dominicana.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los niños fueron enviados a Croix des Bouquets, a la ONG
SOS Village, donde se concentran la mayor parte de los esfuerzos legales por
impedir el secuestro de niños para ser vendidos bajo el manto de la adopción.
Los estadounidenses, a la central de policía de Puerto Príncipe, tal como
informó su director general, Mario Andresol, junto con dos presuntos cómplices
haitianos. “Esto es un robo, no es una adopción –aseguró indignado el ministro
Cristalin–. Para dejar Haití un niño necesita de una autorización del Instituto
de Bienestar Social, que se ocupa de los casos de adopción.” Según Cristalin,
dos pastores, uno en Haití y otro en Atlanta, Estados Unidos, están igualmente
implicados en el caso.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los estadounidenses fueron presentados como miembros de
una organización caritativa denominada New Life Children’s Refuge (Refugio para
Niños Nueva Vida), con base en el estado de Idaho.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“No tenemos estrictamente nada que ver con el tráfico de
niños. Es exactamente contra lo que intentamos luchar –se defendió o intentó
defenderse Laura Silsby, anunciada como cabeza visible del grupo, ante un
periodista del Idaho Press-Tribune–. Vista la situación caótica en la que el
gobierno (haitiano) se encuentra en este momento, queríamos hacer simplemente lo
que nos parecía justo”, sostuvo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Algunos de los integrantes, entre los que había un
adolescente de 18 y cuna del Norte, se mostraban más que crispados de angustia
mientras que otros aseguraban que en este pasaje de sus vidas abrevarían en sus
Biblias, que los acompañaban incluso dentro de la central de policía.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre tanto, a kilómetros de allí, en el campamento de
SOS Village, el miedo y la angustia pasaban por otro lado. Los chicos rescatados
de las family games todavía no habían logrado superar el stress del terremoto y
ya estaban intentando aprender a soportar las bofetadas de la separación
familiar. Y no es que todas, o algunas, hubieran sufrido irremisiblemente su
pérdida. “La mayoría de estos niños tiene familia. Algunos de los más grandes
dijeron que sus padres están vivos, y algunos dieron una dirección y número de
teléfono”, aseguró Patricia Vargas, directora regional de SOS Village, que el
sábado atendió el pedido del Instituto Haitiano de Bienestar Social para que
acogiera a este grupo de niños re-rescatados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Teníamos bases para sospechar que esto estaba pasando en
Haití tras el terremoto –dijo a la agencia AFP Georg Willeit, encargado de
mostrar el centro y un cancerbero para evitar que nadie tuviera contacto con los
niños como para evitar mayores exposiciones–. Varios de ellos estaban muy
asustados anoche.” Luego abrió la puerta de una de las cabañas del centro,
decorada como un hogar, donde dormía en un sofá “la bebé”, como la nombraron
tres niñas de 12 y 14 años, que se encargaban de mantener todo el entorno en
silencio para que “la bebé” pudiera dormitar. La chiquita, la benjamina del
grupo de 33 niños, había llegado a SOS Village el sábado con problemas de
desnutrición y deshidratación, por lo que tuvo que pasar la noche en el
hospital.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Tiene problemas para comer, no sabe hacerlo, y tuvo
deshidratación –explicó Willeit sobre “la bebé” cuya edad nadie pudo
determinar–, pero debe ser de unos siete meses”, dijo, como quien estima a ojo
de conocedor la edad de un animalito encontrado en la calle.</DIV>
<DIV align=justify><BR>También resultaba impactante lo que relataban otros
voluntarios (los había chilenos, dominicanos, costarricences): que pasado el
terremoto, muchos padres se habían acercado a la sede de SOS Village preguntando
por el destino de sus hijos y mostrando desesperadamente sus fotos. “¿Lo vio?”,
preguntan y esperan a que les digan que no, con la esperanza de que les digan
que sí, que los han visto en tal o cual lugar. Quizás, en alguno de estos 33
casos pueda ocurrir esa especie de milagro.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre los detenidos figuran miembros de la Iglesia
Baptista de Central Valley, en Meridian, y de la Iglesia del Este, en Twin
Falls, todos integrantes de la New Life. Su razonamiento: “Teníamos permiso de
un presbítero de Santo Domingo”.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>