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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>3 de febrero 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Haití</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>¿Existe
Haití?</FONT></STRONG><BR><BR><BR><STRONG>Frei Betto <BR>Adital
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.adital.com.br/"><STRONG>http://www.adital.com.br/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducción de
J.L.Burguet</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV><FONT face=Arial
size=2>
<DIV align=justify><BR>Interesados en exhibir en Europa una colección de
animales exóticos, a comienzos del siglo 19, dos franceses, los hermanos Eduardo
y Julio Verreaux, viajaron a África del Sur. Aún no se había inventado la
fotografía, y la única manera de saciar la curiosidad del público era, además
del dibujo y la pintura, la taxidermia, disecar animales muertos, o llevarlos
vivos a los zoológicos.<BR> <BR>En el museo de la familia Verreaux los
visitantes veían jirafas, elefantes, macacos y rinocerontes. Pero en ella no
podía faltar un negro. Ambos hermanos aplicaron la taxidermia al cadáver de uno
y lo expusieron, de pie, en un escaparate de París; tenía una lanza en una de
sus manos y un escudo en la otra.<BR> <BR>Al fracasar el museo los Verreaux
vendieron la colección. Francesc Darder, veterinario catalán, primer director
del zoológico de Barcelona, compró parte de la colección, incluido el africano.
En 1916 abrió su propio museo en Banyoles, España.<BR> <BR>En 1991 el
médico haitiano Alphonse Arcelin visitó el Museo Darder. El negro reconoció al
negro. Por primera vez aquel muerto mereció compasión. Indignado, Arcelin lo
publicó a los cuatro vientos, en vísperas de los Juegos Olímpicos de Barcelona.
E intentó que los países africanos sabotearan los Juegos. Incluso intervino el
mismo Comité Olímpico a fin de que el cadáver fuera retirado del
museo.<BR> <BR>Terminadas las Olimpiadas, la población de Banyoles volvió
sobre el tema. Muchos insistían en que la ciudad no debería desprenderse de una
tradicional pieza de su patrimonio cultural. Pero Arcelin movilizó a gobiernos
de países africanos, a la Organización para la Unidad Africana, y hasta Kofi
Annam, por entonces secretario general de la ONU. Viéndose en situación
delicada, el gobierno de Aznar decidió devolver el muerto a su tierra de origen.
El negro fue descatalogado como pieza de museo y finalmente reconocido en su
condición humana. Mereció un digno entierro en Botswana.<BR> <BR>En mis
tiempos en la revista "Realidade", por los años 1960, escandalizó al Brasil un
reportaje que en portada decía: "Existe el Piauí". Fue una forma de llamar la
atención de los brasileños hacia el estado más pobre del Brasil, ignorado por el
poder y la opinión públicos.<BR> <BR>El terremoto que arruinó Haití nos
induce a preguntar: ¿Existe Haití? Hoy sí. Pero ¿y antes de ser asolado por el
terremoto? ¿A quién le importaba la miseria de ese país? ¿Quién se preguntaba
por qué el Brasil había enviado allá tropas a pedido de la ONU? Y ahora ¿será
que la catástrofe -la más terrible que he presenciado a lo largo de mi vida- es
mera culpa de los desajustes de la naturaleza? ¿o de Dios, que se mantiene
silencioso ante el drama de miles de muertos, heridos y
desamparados?<BR> <BR>Colonizado por españoles y franceses, Haití conquistó
su independencia en 1804, lo que le costó un duro castigo: los esclavistas
europeos y estadounidenses lo mantuvieron sometido a un bloqueo comercial
durante 60 años.<BR> <BR>En la segunda mitad del siglo 19 e inicios del 20
Haití tuvo 20 gobernantes, 16 de los cuales fueron depuestos o asesinados. De
1915 a 1934 los Estados Unidos ocuparon Haití. En 1957 el médico François
Duvalier, conocido como Papá Doc, se eligió presidente, instaló una cruel
dictadura apoyada por los tonton macoutes (una guardia personal) y por los
Estados Unidos. A partir de 1964 se convirtió en presidente vitalicio… Al morir
en 1971 le sucedió su hijo Jean-Claude Duvalier, o Baby Doc, que gobernó hasta
1986, cuando se refugió en Francia.<BR> <BR>Haití fue invadido por Francia
en 1869, por España en 1871, por Inglaterra en 1877, por los Estados Unidos en
1914 y en 1915, permaneciendo hasta 1934, por los Estados Unidos de nuevo en
1969.<BR> <BR>Las primeras elecciones democráticas tuvieron lugar en 1990;
fue elegido el sacerdote Jean-Bertrand Aristide, cuyo gobierno fue
decepcionante. Depuesto en 1991 por los militares, se refugió en los Estados
Unidos. Regresó al poder en 1994, y en el 2004, acusado de corrupción y
connivencia con Washington, se exilió en Sudáfrica. Aunque presidido hoy por
René Preval, Haití está mantenido bajo tutela de la ONU y ahora, de hecho,
ocupado por tropas usamericanas.<BR> <BR>Para el Occidente ‘civilizado y
cristiano’ Haití siempre ha sido un negro inerte en el escaparate, abandonado en
su propia miseria. Por eso, los medios de comunicación de los blancos exhiben
por primera vez los cuerpos destrozados por el terremoto. Nadie vio, ni por
televisión ni en fotos, algo semejante en Nueva Orleans cuando fue destruida por
el huracán o en el Iraq asolado por las bombas. Ni siquiera después del
paso del tsunami en Indonesia.<BR> <BR>Ahora Haití pesa sobre nuestra
conciencia, hiere nuestra sensibilidad, nos arranca lágrimas de compasión,
desafía nuestra impotencia. Porque sabemos que se arruinó, no sólo por causa del
terremoto, sino sobre todo por la indiferencia de nuestra
insolidaridad.<BR> <BR>Otros países sufren movimientos sísmicos y no por
eso son tantos los destrozos y las víctimas. A Haití hemos enviado ‘misiones de
paz’, tropas de intervención, ayudas humanitarias; pero nunca proyectos de
desarrollo sustentable.<BR> <BR>Terminadas las ayudas de emergencia, ¿quién
habrá de reconocer a Haití como nación soberana, independiente, con derecho a su
autodeterminación? ¿Quién seguirá el ejemplo de la Dra. Zilda Arns, de enseñar
al pueblo a ser sujeto multiplicador y emancipador de su propia historia?
<HR>
<BR> <BR><BR></FONT></DIV></BODY></HTML>