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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>7 de febrero 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Haití</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Tragedia y recrudecimiento de la
violencia de género</STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Volver a
empezar</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Entre los más de
200.000 haitianos que perdieron la vida durante el sismo se encuentran las tres
figuras más importantes del feminismo local. Irónicamente, como un mal chiste,
debido al caos que reina en la isla, han recrudecido los casos de trata de niños
y la violencia sexual, los delitos contra los que más lucharon estas tres
mujeres.</FONT></STRONG><BR><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Milagros Belgrano
Rawson</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Suplemento Las 12</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Página/12, Buenos Aires, 5-2-10</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.pagina12.com.ar/"><STRONG>http://www.pagina12.com.ar/</STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><BR>“Y ahora ¿qué?” Pasadas las primeras semanas luego del
sismo que el 12 de enero provocó más de 200.000 muertos en Haití, se abate la
incertidumbre sobre el futuro de los que quedaron vivos. “Queda la fuerza de
quienes quedamos con vida”, declaraba Lisa Marie Dejean, activista de una
agrupación de mujeres, a la Radio Internacional Feminista (RIF). Sin olvidarse
de los que, como ella, intentan seguir con sus vidas, Dejean se preocupa por los
documentos históricos sobre el feminismo local que se perdieron bajo los
escombros de la Biblioteca Nacional, en Puerto Príncipe y en la sede de Enfofam,
la primera agrupación feminista de la isla. Por si fuera poco, las mujeres aún
lloran a Myriam Merlet, Magali Marcelin y Anne Marie Coriolan, las figuras más
importantes del feminismo haitiano, que murieron durante el terremoto. Hace
apenas unos días, activistas de todo el mundo llegadas a la isla para ayudar a
los sobrevivientes bautizaron con los nombres de estas tres militantes al
Campamento Feminista Internacional establecido a metros de la frontera entre
República Dominicana y Haití. Esta iniciativa busca movilizar y transferir
recursos a los haitianos. Entre los problemas que preocupan a sus organizadoras
figuran la violencia sexual contra mujeres y niñas que viven en los campos
instalados por las agrupaciones humanitarias. También preocupa la creciente
trata de niñas y niños, un fenómeno que inquietaba a los organismos
internacionales desde hacía varios años pero que luego del sismo ha renacido
gracias a la confusión que reina en la isla.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta semana, el Instituto Haitiano de Bienestar Social,
responsable de las adopciones de niños en ese país, denunció que desde el 12 de
enero pasado en el país se trafican menores. “A través de los medios nos
enteramos de que numerosos niños abandonaron el país desde entonces, pero
ninguna autorización de partida fue emitida por el Instituto de Bienestar
Social”, declaró a la agencia francesa AFP Jeanne Bernard Pierre, directora de
este organismo, el único con la facultad de permitir la salida de menores
huérfanos hacia el extranjero. Sin embargo, admitió que centenares de niños
cuyos trámites de adopción estaban finalizados antes del sismo pudieron obtener
visas para partir de forma legal junto a sus padres adoptivos. “Todo está
desorganizado y ciertas personas se aprovechan para traficar niños”, lamentó la
funcionaria. El caso más resonante fue el de los 10 ciudadanos estadounidenses,
que el viernes pasado fueron arrestados cerca de la frontera con República
Dominicana llevando consigo, a bordo de un micro, una treintena de niños y
niñas, entre ellos una bebé de siete meses, desnutrida y deshidratada. Ninguno
de los menores tenía pasaporte y los norteamericanos no pudieron demostrar que
los sacaban del país legalmente. Aseguraron pertenecer a una organización
religiosa del estado de Idaho que busca darles un hogar en ese país.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La detención de estos estadounidenses fue casi milagrosa:
el sismo ha causado bajas en más del 50 % de las fuerzas policiales haitianas.
Hoy apenas 4000 efectivos deben arreglárselas para actuar en un país sumido en
el caos. Complica aún más el panorama la huida masiva de miles de presos, que el
12 de enero aprovecharon los cortes de energía para escapar de varias cárceles
haitianas. “Tenemos cerca de 7000 criminales en las calles que se han escapado
de la prisión central la noche del sismo. Nos tomó cerca de cinco años
aprehenderlos, y hoy están prófugos y constituirán una fuente de problemas”,
denunció hace unos días el jefe de policía local, Mario Andresol, a AFP. En
realidad, desde el sismo que destruyó gran parte de Puerto Príncipe ya se han
registrado violaciones a mujeres y niñas en los campamentos que las
organizaciones humanitarias han instalado en varios puntos de la capital.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por miedo a ser atacadas, algunas haitianas han tomado el
asunto en sus propias manos. Según la organización británica ActionAid, muchas
mujeres que se refugian en los campos han implementado un sistema de voluntarias
que cuidan durante la noche a las mujeres y niñas que duermen. Desbordada, la
policía sólo ha visitado los campos para tomar denuncias de violencia sexual.
“Por ahora, se trata de incidentes aislados, pero muestran que las mujeres están
en riesgo y deben ser protegidas”, declaraba al diario británico The Daily
Telegraph Myra De Bruijn, voluntaria de ActionAid en Haití. Después del tsunami
que en el 2004 azotó el sudeste asiático, esta organización fue testigo de casos
de violencia doméstica, ataques sexuales y acoso en los mismos campos donde se
refugiaban los sobrevivientes. De modo que se ha animado a las mujeres haitianas
de los campos a organizar estos sistemas de vigilancia caseros para reducir los
riesgos de violencia. En Haití, la violencia sexual ya era un problema grave
antes del sismo: según un estudio realizado en el 2006 por el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), un tercio de las mujeres y niñas del país
sufrieron violencia física o sexual. Más del 50 % de las víctimas de violencia
eran menores de 18 años al momento de los hechos. El panorama parece aún más
desolador si se piensa en la gran pérdida que ha significado para los derechos
de las mujeres locales la muerte de Merlet y sus compañeras. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Exiliada en los años ‘70, Merlet volvió a su país a
principios de los ‘90 para luchar por la igualdad de género y racial. Fue una de
las primeras en identificar y documentar la violencia sexual como arma política
durante el régimen militar que gobernó al país entre 1991 y 1994. Hasta su
muerte, ocurrida bajo los escombros de su casa en una barriada pobre de Puerto
Príncipe el 12 de enero pasado, Merlet ocupaba el puesto de jefa de Gabinete en
el Ministerio de la Mujer. “Myriam era una luz y una fuerza para Haití”, la
recordaba hace unos días su gran amiga Eve Ensler, autora de Los monólogos de la
vagina. Las compañeras de Myriam, fallecidas durante el terremoto, también son
recordadas en un grupo de Facebook recientemente abierto para rendirles
homenaje. Marcelin fue la fundadora del primer refugio para mujeres golpeadas de
Haití, mientras que Coriolan fue el cerebro de Solidarité Fanm Ayisyen, un
activo grupo de derechos humanos. Para Taina Bien Aimé, directora de la sede
haitiana de la organización humanitaria norteamericana Equality Now, la pérdida
de estas mujeres significa “la desaparición de la mitad del movimiento de
mujeres local”. </DIV>
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<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>