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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>10 de marzo 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Uruguay</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Trabajadoras transexuales
<BR><BR>Desembalar la cabeza</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Por primera vez en el país se
ofrece un curso de capacitación laboral y se prevé la creación de una
cooperativa de trabajo para personas trans. Una apuesta saludable para un país
en el que el promedio de vida de estas personas (prostitución y marginación
mediante) es de 35 años. Una mirada sobre el proyecto, situaciones de vida y una
entrevista a la trans María Paz Gorostizaga ilustran sobre algunos avances en
derechos humanos en el Uruguay de principios del siglo XXI y sobre la
discriminación a uno de los grupos sociales más maltratados.</STRONG>
</FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Mariangela Giaimo
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Semanario Brecha, Montevideo,
5-3-10<BR></STRONG><A
href="http://www.brecha.com.uy/"><STRONG>http://www.brecha.com.uy/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><BR>EL Packaging es el embalaje. Es lo que contiene,
agrupa y categoriza a las cosas. Un grupo de personas va a tener la oportunidad
de tomar un curso de cómo hacerlo, comercializarlo, y formarán una cooperativa
de trabajo. La ocasión brinda un inusual y esperanzador camino para que 20 trans
puedan ingresar al ámbito laboral y salir de la prostitución. Si bien el trabajo
sexual es trabajo, también es uno que las sigue cosificando, justamente por su
embalaje carnal. De esta manera, a través del packaging –coincidencias aparte–
tratarán de borrar el estigma y la condena social que sufren por su forma de ser
y parecer.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El curso se llama “Producción y comercialización de
packaging o embalaje artesanal”,* será de cuatro meses, con una dedicación de
cinco horas a la semana y prevé el pago de viáticos y un incentivo para las
personas con asistencia completa. Esta propuesta inédita en nuestro país es
llevada a cabo por el colectivo Ovejas Negras y Mujer Ahora, mediante un
convenio del Ministerio de Trabajo con el Instituto Nacional de Empleo y
Formación Profesional (INEFOP) y su programa Proimujer, más la organización
holandesa Mama Cash que trabaja con mujeres en vulnerabilidad social. Holanda es
la segunda vez que apoya a Ovejas Negras, ya que el año pasado colaboró para la
realización de la censurada campaña de sensibilización hacia la discriminación
sexual “Un beso es un beso”. A su vez, el Mercado de los Artesanos de la plaza
Cagancha pondrá a disposición el salón, y los artesanos serán los primeros
clientes. Según estudios de mercado, el embalaje es un servicio que muchos
comercios necesitan –es por eso que el curso se especializa en esto, además de
que no se precisan conocimientos previos para quien lo realiza–, y en el caso de
los artesanos es una demanda urgente.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Identidad, tributos, ¿y trabajo
digno?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>“Acá no existe la discriminación sexual por las opciones que
se tomen”, dijo el nuevo presidente José Mujica en su discurso del acto de
asunción en la plaza Independencia. No lo debe haber sentido así mucha gente,
entre ellos los más de 5 mil trans que viven en todo Uruguay, con un promedio de
vida de 35 años y son expulsados rápidamente del sistema educativo y sanitario,
lo que los lleva a la marginación social. Hasta hace poco la o el trans ha sido
siempre tomado como una cosa. Eso lo demuestran, por ejemplo, las
investigaciones y estadísticas sanitarias en relación con la trasmisión del VIH,
o el registro de trabajadores sexuales: hay 1.500 personas trans ejerciendo la
prostitución en la calle. Pero esta realidad no es patrimonio nacional. En
Buenos Aires el 80 por ciento de las trans porteñas que venden su cuerpo no
encuentra manera de entrar al mercado formal de trabajo, aunque el 70 por ciento
sueña con alejarse de la prostitución, según datos publicados en 2008 por el
Área de Diversidad Sexual de la Secretaría de Promoción Social de la ciudad de
Buenos Aires.**</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, el Estado uruguayo fue –muy poco a poco–
visibilizando el tema trans. En octubre del año pasado se aprobó la ley de
identidad de género, cambio de nombre y sexo registral. Esto significa que
cualquier persona tiene derecho a que en los registros del Estado se le cambie
su nombre o su sexo si éste no coincide con su identidad de género. Fue el
primer paso para que un/a trans pueda conseguir un trabajo en el que la llamen
por el nombre con el que se identifica. Es una victoria que para muchos pasó
desapercibida, pero que para la ex senadora Margarita Percovich, impulsora de
este proyecto, fue uno de los más importantes de la pasada legislatura. “No sólo
el Estado se hace garante del cumplimiento de un derecho, sino que se genera un
derecho nuevo”, explicó a Brecha. “La cultura, la legislación y las normas son
un sistema que construye la propiedad, la herencia y los derechos de familia
desde una relación hombre-mujer, entre dos sexos. Pero hay que replantear toda
la legislación del derecho pensando que existen otras categorías identitarias”,
dijo en aquella oportunidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero como todo, del papel a los hechos hay distancia.
Uruguay reconoció que un individuo puede vivir una identidad de género que no
necesariamente coincida con su anatomía biológica, pero ¿puede salir a buscar
trabajo? ¿Se lo acepta o sigue siendo un ciudadano de segunda?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otro avance fue la resolución del Banco de Previsión
Social (BPS), que en febrero de este año estableció que taxi-boys y trans se
puedan registrar como empresas unipersonales (en 1995 el BPS había habilitado el
aporte del trabajo sexual, pero sólo para trabajadoras mujeres). Sin embargo,
ésta es una solución a medias: el colectivo Ovejas Negras cree que la medida
sólo cubre a un mínimo de personas, ya que se deben aportar por unipersonal unos
2.500 pesos por mes. Es por eso que impulsan un proyecto de monotributo para que
se pague un 25 por ciento de la cifra anterior.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Mujeres + Trans</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Es inusual que un colectivo de feministas acepte trabajar con
trans, ya que estas personas están consideradas –tanto por los hetero, bi u
homosexuales– en un escalón más abajo que la ya denigrada condición de mujer.
Como explica el especialista argentino Carlos Fijari, lo que perturba del
travesti a la sociedad no es la imitación ni que quiera ser mujer como punto de
llegada, sino que precisamente pueda avanzar y tensar los límites de lo
genérico. Porque son figuras corporales que no caben en ninguno de los géneros
(en pensamiento binario: femenino o masculino) y caen, entonces, fuera de lo
humano y, de hecho, constituyen el campo de lo deshumanizado y lo abyecto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Dentro de la misma colectividad gay, lésbica y bisexual,
las personas transgénero (en las que se incluyen travestis y personas que
quieren cambiar de género mediante una operación) son muchas veces
discriminadas. La transfobia está en todos lados. “Durante mucho tiempo en
algunos boliches gays no se permitía la entrada a trans. Salvo en uno”, cuenta
Mauricio Coitiño, de Ovejas Negras. “También es verdad que en los propios
boliches y discotecas de la comunidad no hay trans trabajando por fuera de un
show, por ejemplo atrás de las barras, en la ropería o la caja. Solamente Il
Tempo tiene cinco mujeres trans trabajando por fuera del rol del espectáculo.” Y
agrega: “Tampoco hay empleadas trans en los propios locales del circuito LGBT
(lesbianas, gays, bisexuales, transexuales). Eso confirma la discriminación:
‘Yo, que soy menos discriminado, no quiero pegarme al estigma tuyo, que sos más
discriminado todavía’”. Esta invisibilización de lo trans también se observa en
los medios masivos, donde los mensajes son mayoritariamente de varones gays.
Pero también hay una sobreexposición de personas trans en las imágenes que
muestran las marchas del orgullo gay o de la diversidad sexual, que estereotipan
–para muchos– al colectivo en una sola orientación. Todo esto siempre
cosificando: se las muestra como freaks.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Orígenes</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>“Las trans son vulnerables por las mismas causas que las
mujeres”, explica Giselle Rodríguez, de Mujer Ahora. “Es la sociedad
androcéntrica, heteronormalizante y patriarcal –explica Natalia Magnone– la que
potencia las desigualdades. Promover las trans es reivindicar los derechos
humanos.” También lo dice Tania Aguerrebere: “Se trata de producir y crear, y
ver cómo se están dando los neomachismos. Es el mismo eje que desde el poder
genera vulnerabilidad”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una vulnerabilidad compartida que atenta contra la
autoestima. Por eso el 50 por ciento del curso tiene módulos que son
transversales a otras ofertas que ya se brindan en esa organización. María Paz,
quien junto con Josefina González serán las referentes trans, reafirma que “hay
que salir del estereotipo estético. Pero es difícil, ¿sabés por qué? Las trans
se visten de manera llamativa porque no tienen plata para otra ropa y usan la de
la noche, la del comercio sexual”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>También van a realizar salidas grupales. “Los gays o
lesbianas salen del armario, las trans tienen que salir de las palmeras”,
grafica María Paz con ironía. Estas reuniones pretenden crear –así como el curso
y la cooperativa– lazos sociales entre las mismas trans (sean femeninas o
masculinas) y el entorno social. “El ambiente en que están las mujeres trans no
se presta para oportunidades laborales fuera del circuito de la prostitución
–aclara Coitiño–. En Uruguay la mayoría de los empleos se consiguen por
recomendaciones, y en la medida en que uno no está en una posición
‘recomendable’ todo se complica.” Sí, porque ellas están en una posición de
“objeto con valor de uso y cambio”, de artificio sin alma, y como bichos de la
noche.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>