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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>22 de marzo 2010<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Uruguay</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El enemigo
principal</STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Editorial
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Agenda Radical
</STRONG></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG>Nº 1116, 22 de marzo
2010</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><FONT color=#000099><STRONG><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net">Agendaradical@egrupos.net</A></STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
color=#000099></FONT></STRONG><BR> </DIV>
<DIV align=justify><EM>“La pobre dialéctica de las contradicciones principales y
las secundarias, su giro infernal, nos ha jugado ya muchas malas pasadas. Y el
enemigo secundario, normalmente subestimado en nombre de la lucha contra el
enemigo principal, las más de las veces se ha revelado como mortal”.</EM> Daniel
Bensaid (1)</DIV>
<DIV align=justify><BR>El 1º de marzo dio comienzo una nueva etapa. La de las
“causas comunes como Nación”. Pobreza, seguridad, “reforma del Estado”,
educación. (2) Para el presidente de la República, estas “causas comunes”
deberán abrazarse patrióticamente. Por encima de los “mezquinos intereses
corporativos”. Vale decir, por encima de los antagonismos de clase. No hay nada
irreconciliable. Cuando se trata de construir “una patria para todos y con
todos, absolutamente con todos”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En su discurso al asumir, fue enfático al respecto:
“Vamos a buscar así el diálogo, no de buenos ni de mansos, sino porque creemos
que esta idea de la complementariedad de las piezas sociales es la mejor (…) Nos
parece que el diagnóstico de concertación y convergencia es más correcto que el
de conflicto”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En esta perspectiva se caía de madura la reconciliación
con los militares. Convocándolos a “una inserción de nuevo tipo en la sociedad”,
comprometiéndolos en el plan de “solidaridad e inclusión social” como forma de
volver a ganarse el “respeto de la ciudadanía”, aunque “esto es lo más difícil
en la lucha por la unidad nacional, ser capaces de generar sentimientos,
afectividad en el pueblo por sus Fuerzas Armadas”. <BR></DIV>
<DIV align=justify>El planteo de Mujica en la base área de Santa Bernandina, no
sólo recibió el aplauso entusiasmado de los 350 oficiales presentes en la
reunión del 16 de abril. Blancos, colorados, frenteamplistas, salieron en apoyo
al presidente. Basta recorrer las notas y los editoriales tanto en la prensa
derechista (El País, El Observador, Búsqueda, Últimas Noticias) como en la
oficialista (La República, El Popular, Brecha), para comprobar el “amplio
consenso”. Unos y otros coinciden con el jefe de Estado: “estas Fuerzas Armadas
de hoy no deben cargar con ninguna mochila del pasado ante su pueblo”. Los
asesinatos, las desapariciones, las torturas, quedan al “juicio de la historia”.
En aras de las “causas comunes” que nos unen. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Evidente, esta reconciliación exige más que gestualidades
y simbolismos. Impone decisiones políticas. Principalmente en el asunto de la
impunidad del terrorismo de Estado. De allí, la intención manifiesta del
presidente (y de los principales dirigentes del Frente Amplio), de empezar de a
poco a “dar vuelta la página”. La preocupación por los “viejos presos” (un
indulto de hecho) apuntaría en esa dirección. Se busca, según Mujica y su esposa
la senadora Lucía Topolansky, poner fin a ese espíritu de “venganza” que,
todavía, anida en sectores de la sociedad “que miran hacia atrás”. En la misma
línea que la ex ministra de Defensa, Azucena Berrutti. O sea, destruir toda
reserva de memoria democrática. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El rumbo programático del gobierno está trazado. Bajo el
cliché de “país agro-inteligente” se adoptarán los “modelos de asociación
público-privada” que se aplican en los países de la OCDE (Organización de
Cooperación de Desarrollo y Económica, que reúne a los principales países
capitalistas del planeta). Es decir, una profundización de la subordinación del
país a la lógica de acumulación que ordena el Capital mundializado. Con todas
las garantías para empresarios locales e inversores extranjeros. Tal cual se les
ofreció en el conclave del Conrad. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El paisaje económico es “tranquilizador” y el PBI volverá
a crecer (4%) dice el ministro Fernando Lorenzo, alumno de Astori. A lo mejor y
con un poco más de viento a favor, se podrá “reducir la carga impositiva” a los
salarios. Sin aumentar, claro está, la de los patrones, que es la más baja del
Mercosur (7,5%).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque vuelven reaparecer en el horizonte algunos
nubarrones. Mejor dicho, una vieja amenaza que trató de esconderse. En los
primeros nueve meses de 2009 la deuda bruta uruguaya aumentó 12,8%, ubicándose
ahora en US$ 19.943 millones. Lo que significa, por un lado, el 64,7% en
términos de Producto Bruto Interno (PBI), por el otro lado, que la deuda por
habitante es de US$ 5.942 (la suma que cada uruguayo tendría que pagar para
cancelar la deuda del Estado). </DIV>
<DIV align=justify><BR>A mediados de 2006, el gobierno de Tabaré Vázquez canceló
por anticipado los US$ 630 millones que adeudaba al FMI. Era el camino indicado
por Lula, Kirchner y Chávez para despegarse del FMI y “romper la dependencia”.
La deuda externa, decían, era cuestión del pasado. No obstante, más que reducir
el nivel del endeudamiento público en los hechos se vio incrementado por la
emisión de nuevos bonos con que cubrir la amortización. Y ahora se reconoce que
la deuda continúa siendo un problema acuciante para la economía del país. Entre
2010-2011, el gobierno deberá enfrentar un pico de vencimientos de deuda que
implicará el desembolso de US$ 2.881 millones. En el cuadro de una política
económica neoliberal como la actual, la “contención del gasto” (inversiones
sociales, salarios públicos, infraestructuras, etc.), será una de la prioridades
del gobierno. Por lo pronto, ya se anuncia una reducción sustancial del déficit
fiscal. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En resumen, los asalariados y las asalariadas pagarán la
cuenta. Y los más pobres, destinatarios hoy de toda la filantropía mediática,
tendrán que volver a esperar para ser “incluidos”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La iniciativa política está en manos del “progresismo”.
Marca la agenda, señala los temas y describe lo que nos pasa y lo que deja de
pasarnos. Hegemoniza la narración. Tiene la capacidad de convencer, elemento
clave en política. A tal punto que para los votantes de Mujica (sobre todo
trabajadores y capas sociales empobrecidas) un gobierno del Frente Amplio es
“mucho mejor” y preferible a cualquiera de la derecha. El juego de la “pobre
dialéctica de las contradicciones principales y las secundarias” se reproduce
así en el imaginario (y en el accionar) de los “sujetos” de quienes depende todo
proceso de emancipación social. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta conciencia inmediata (“reformista” dirían los
ortodoxos), le da sustento social y político al “progresismo”. Entendido este
como una opción programática y estratégica de colaboración de clases en el campo
del orden capitalista. Esto es, una opción que defiende el régimen burgués
de dominación y, en consecuencia, su sistema de acumulación y explotación.
Ahora, desde la cúspide de Estado, gestiona los pilares básicos del sistema: la
arquitectura institucional antidemocrática; la apropiación privada capitalista
del trabajo social; la subordinación del país a las instituciones financieras de
la mundialización imperialista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las denominaciones de esta opción “progresista” varían
según quien las diga: socialdemócrata, social-liberal, batllismo tardío,
neoliberalismo restringido, etc. Las fórmulas importan poco a la hora de
(re)pensar una estrategia de lucha de clases y una alternativa programática
revolucionaria y socialista. Lo decisivo, sin embargo, es la definición: el
gobierno del Frente Amplio es hoy el enemigo principal. En la medida que, como
instrumento del Estado capitalista, garantiza las condiciones políticas y
materiales (socio-económicas) de la reproducción del poder de clase de la
burguesía. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El “progresismo” es una maquinaria político-electoral que
convence y también compra, es una formidable barrera que se levanta ante
cualquier proceso de transformación social y, por tanto, a toda perspectiva
anticapitalista. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Obviamente, esta hegemonía “progresista” no es una
maldición divina que cayó del cielo. Es el resultado de un largo proceso
objetivo donde, las relaciones de fuerzas se volvieron - por medio de sucesivas
derrotas y otras tantas capitulaciones de las direcciones políticas y sindicales
del Frente Amplio - cada más a favor de la dominación del Capital. Son estas
condiciones concretas de las relaciones de fuerzas entre las clases antagónicas,
las que permiten al “progresismo” y al gobierno de Mujica en particular,
construir percepciones socio-culturales de “paz social”, de “consenso” y, en
definitiva, de “diálogo en la sociedad civil”. Por eso, la idea de
“confrontación” pierde adeptos día a día. Está devaluada. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El Instituto Cuesta-Duarte del PIT-CNT, es una fotografía
de esta realidad. En su boletín informativo por internet del 15 de marzo resalta
en la portada una noticia: las declaraciones del presidente de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavia, a la revista de negocios América
Economía, donde el funcionario destacó el ejemplo de Uruguay en el “manejo del
conflicto laboral”. Para el funcionario, el país es un modelo en “creación de
consensos”, de “negociación tripartita”, y de “diálogo social”. Factores
decisivos que, como sabemos, integran la estrategia de colaboración de clases
del PIT-CNT.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno recién comienza, por lo que hacer una
predicción sobre la dinámica futura sería un ejercicio inútil. Mujica asume con
un 62% de popularidad (menor que la de Tabaré Vázquez en 2005), y una relativa
expectativa. Nadie puede afirmar cuánto durará la “luna de miel”, ni tampoco que
habrá un cheque en blanco. Las primeras iniciativas del gobierno (“reforma del
Estado”, “plan de solidaridad e inclusión social”, trabajo “voluntario”, reforma
de la ley de humanización carcelaria), adquieren ante todo el carácter de globos
de ensayo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por el momento, las reacciones son tibias. Aunque una
cantidad de luchas sindicales muestran sin embargo la existencia de una
resistencia que, sobre todo, demanda condiciones dignas de trabajo y de salario.
Como la huelga del Sindicato Único de Transporte Obrero de la Leche (Sutol),
empresa distribuidora de Conaprole en Salto; la movilización de la Asociación de
Funcionarios de la Lucha Antituberculosa; la ocupación de los trabajadores de
Bloquera S.A. en San Carlos, Maldonado; la huelga de los trabajadores de la
Cooperativa de Funcionarios de Cerámica de Lavalleja, donde los
“cooperativistas” financiados por el Fondo Raúl Sendic, convertidos en patrones,
explotan y obligan a los asalariados a trabajar en condiciones infrahumanas; la
lucha de los trabajadores de la empresa Montes del Planta (fusión de las
papeleras sueco-finlandesa Stora Enso y la chilena Arauco) en Conchillas,
Colonia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras tanto la crisis socio-económica tiñe el paisaje
de fondo. La dimensión de la “fractura social” (desempleo, pobreza, marginación,
violencia), se mide en la crónica policial. En el barrio Marconi, en Malvín
Norte, en el liceo 62; en la polémica sobre los “menores infractores” y en el
cómo reprimirlos con “mayor eficacia”; en el drama diario de las “peores
cárceles del mundo”; en las muertes de mujeres en el hospital siquiátrico Santín
Carlos Rossi de San José. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno ha hecho del “combate a la pobreza” su buque
insignia. Pero en la medida que la política económica continuará bajo la matriz
neoliberal, acordada con el FMI y el Banco Mundial en 2005, los “planes
asistenciales” seguirán pareciéndose a una puerta giratoria: unos salen, otros
entran. Aunque la mayoría de los 650 mil pobres se quedan como tales, por más
piruetas que haga el INE (Instituto Nacional de Estadística) para disfrazar las
espantosas condiciones de los más desposeídos. Nadie puede aceptar como válidos
los topes que el INE marca para determinar quien es ser indigente o pobre. Decir
que una persona es indigente sólo cuando tiene un ingreso inferior a $1.636
mensuales, o que una persona es pobre sólo cuando gana menos de $4.899
mensuales es, sencillamente, una vergüenza. Sirve como arma de propaganda
política para decir que la pobreza “disminuyó” al 19% de la población. Pero es
intolerable para cualquiera con un mínimo de decencia. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>(1) Daniel Bensaid (1946-2010), “Fragments mécréants: Sur
les mythes identitaires et la république imaginaire” (Fragmentos incrédulos:
sobre los mitos identitarios y la república imaginaria), Lignes, Essais, París
2005.<BR>(2) En próximos editoriales de Agenda Radical iremos tratando estos
temas.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>