<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.6002.18226" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>5 de abril 2010<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Uruguay<BR><BR>La “inseguridad” como
ideología dominante</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial
size=2><STRONG>Editorial</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Agenda Radical Nº 1118, 4 de
abril 2010</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><FONT color=#000099><A
href="mailto:Agendaradical@egrupos.net"><STRONG>Agendaradical@egrupos.net</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR><EM>"Cuando quede abolida la propiedad privada, no
habrá necesidad del crimen, nadie se interesará por él; dejará de
existir."</EM><BR>(Oscar Wilde. El alma del hombre bajo el
socialismo)<BR> <BR>La “inseguridad” se ha constituido en uno de los ejes
centrales de la política nacional, a tal punto que integra la cuarteta de temas
sobre los cuales gobierno y oposición se proponen acordar. Seguridad, Energía,
Medio Ambiente y Educación, son las estrellas de la película. El presidente José
Mujica no se cansa de repetirlo: uno de los objetivos estratégicos de su
gobierno es construir "políticas de Estado". Y la cuestión de la "inseguridad
ciudadana" viene como anillo al dedo para juntar a los partidos que se ubican en
la defensa del orden capitalista. <BR> <BR><STRONG>El
consenso</STRONG> <BR> <BR>La "inseguridad" ya es tema de la campaña
electoral para las municipales de mayo. Blancos y colorados, por ejemplo,
priorizan la cuestión. Javier De Haedo plantea que la IMM puede disponer de U$S
6 millones para que el Ministerio del Interior pueda contratar 800 nuevos
policías. Ana Lía Piñeyrua tiene la idea de crear una guardia desarmada para
apoyar a la Policía. Ney Castillo propone que la IMM pague al Ministerio del
Interior por servicios policiales en lugares estratégicos como se hace en
Maldonado. José Villar toma como referencia la experiencia chilena donde los
municipios invirtieron en sistemas de alarmas para que los vecinos avisen al
cuerpo de Carabineros (policía militarizada) si consideran que se está
cometiendo un delito. <BR><BR>Como si esto fuera poco, el ministro de Seguridad
de Israel en su reciente visita a Uruguay, recomienda al gobierno de Mujica
considerar “a los delincuentes como terroristas”, utilizar la “tecnología de
punta” como hacen ellos en la guerra contra el pueblo palestino, e “involucrar a
la población civil en forma voluntaria” en la lucha contra la “delincuencia” (en
Israel hay 70 mil “voluntarios” que ejercen tareas policiales).[i]<BR><BR>Desde
los medios de comunicación se instala el bombardeo. Hay que lograr un consenso
para derrotar a los mal vivientes y salvar el “bien común” (que por lo general
se lo vincula a la propiedad privada). Desde la llamada “sociedad civil”
(partidos políticos, sindicatos, corporaciones patronales, asociaciones
barriales, Ongs, entidades religiosas, etc.), se acusa recibo. Unos y otros
quieren poner fin al “flagelo del delito”, en especial los copamientos, los
hurtos y las rapiñas. Es decir, todos quieren “mano dura”. Aunque disfracen el
discurso.<BR><BR>El nuevo ministro del Interior, Eduardo Bonomi, hombre de
confianza del presidente de la República, recoge el guante. Continuando y
profundizando la política represiva iniciada bajo el mandato de Daysi Tourné.
<BR><BR>El discurso hegemónico ha logrado hacer encauzar la “sensación de
inseguridad” hacia la “delincuencia marginal”, los “jóvenes infractores”, los
“drogadictos” y hacia todos aquellos que habitan los barrios más pobres. En
ningún, este discurso hegemónico interpela las causas socio-económicas del
problema: desempleo masivo, precariedad laboral, salarios de
hambre.<BR> <BR>La solución represiva avanza. Desde encerrar a prepo a los
“drogadictos” como plantea Mujica, (ya se anuncia la presentación de un proyecto
de Ley al parlamento por el diputado Semproni y otro por Lacalle Pou), hasta la
expulsión y detención de personas que “tengan antecedentes y carezcan de trabajo
y residencia fija”, como hizo la jueza Adriana Graziuso de Maldonado sustentada
en la Ley de Procedimientos Policiales (aprobada en el gobierno de Vázquez por
unanimidad), y en algunos artículos del Código Penal sobre "Vagancia, Mendicidad
y Estados Afines" que está vigente desde 1941.[ii] Experiencia penalizadora que
se quiere extender a todo el país.<BR> <BR><STRONG>La coerción</STRONG>
<BR><BR>Fue Antonio Gramsci, quien intentó explicar que el Estado tenía una
tarea educativa y formativa además de la coercitiva. Con el objetivo de
asimilar a las masas populares en el continuo desarrollo del aparato económico
de producción (capitalista). Era esa relación pedagógica, relación de hegemonía
que tenía en mente Gramsci cuando destacaba tal tarea educativa y formativa del
Estado.<BR><BR>Para ello, el Derecho cumple una importante función. Pero no solo
como “dispositivo jurídico” que actúa por medio de sanciones legales. El
análisis del marxista sardo tenía una concepción integral del Derecho que
abarcaría también: “aquellas actividades que hoy son comprendidas con la fórmula
de ‘indiferente jurídico’ y que son del dominio de la sociedad civil, que opera
sin ‘sanciones’ y sin ‘obligaciones’ taxativas, pero que no por eso deja de
ejercer una presión colectiva y obtiene resultados objetivos de elaboración en
las costumbres, en los modos de pensar y de operar, en la moralidad, etc.”
[iii]<BR> <BR>La idea que Gramsci intenta desarrollar, es que la presión
colectiva no deja de ser una forma de coerción. Y que la coerción se encuentra
también en la “sociedad civil”, es decir que la violencia privada es coetánea y
coextensiva a la violencia jurídico-estatal. Que puede tener como resultado la
aprobación de leyes con profundo contenido represivo. Esta concepción abarcativa
del Derecho no es el resultado de una abstracción mecanicista o de un fatalismo
determinista sino de una determinada relación de fuerzas entre las clases
sociales.<BR> <BR>Es esta relación de fuerzas desfavorable que ha implicado
un “giro conservador” en la sociedad. La pérdida de conciencia democrática se
retroalimenta con la acción represiva del Estado. <BR><BR><STRONG>La
realidad</STRONG><BR> <BR>Según el Observatorio Nacional sobre Violencia y
Criminalidad dependiente del Ministerio del Interior el incremento porcentual de
los delitos totales entre enero-junio de 2007 y 2008 fue del 4,7% y entre enero
– junio 2008 y 2009 fue negativo -5,0%. Esta última cifra es resultado de un
aumento de los delitos contra la persona; 3,9% y sexuales 7,7% y de una caída de
los delitos contra la propiedad – 8,2% y el contrabando -12%.<BR><BR>Dentro de
los delitos contra la persona los que más aumentaron son los homicidios 44,9%
(138 en enero – junio 2008 y 200 en enero – junio 2009) y la violencia doméstica
10,2%. [iv]<BR><BR>El estudio del sociólogo Javier Donnangelo “La relación entre
el desempleo y la criminalidad” publicado en el libro “El Uruguay desde la
Sociología VI”, presentado en noviembre de 2008 en la Facultad de Ciencias
Sociales, revela que en los últimos 17 años la evolución de la tasa de desempleo
y las denuncias y procesamientos tanto de hurtos como de rapiñas forman dibujos
similares. En términos técnicos “las variables se relacionan en forma
positiva”.<BR><BR>Los enfoques dominantes colocan a la pobreza y al consumo de
drogas como disparadores del delito. Al respecto, el psiquiatra y criminólogo
Luis Bibbó director del Instituto Nacional de Criminología dice: “Una cosa es
que en la población joven haya una alta presencia de consumo problemático. Pero
el consumo problemático y la delincuencia tienen causas comunes. Lo mismo que lo
lleva a consumir, lo lleva a delinquir. Pero no delinque porque consumió.” Y en
relación a la incidencia de la pobreza añade: “Hoy el consumo y el placer son
casi exigencias que nos alcanzan a todos y paralelamente aumentan la desigualdad
y queda más expuesta. Ni la pobreza ni la droga, por sí solas, explican el
delito y la violencia.”<BR><BR>El discurso dominante centra la problemática en
el delito y el delincuente, cuando hay que centrarlo según Bibbó: “En la
conflictiva social, vivimos en una sociedad en conflicto. Una forma de
resolverlos es jurídica, construimos el delito, los delincuentes. Es una forma
de mirar el problema. Otra forma es pensar que hay una sociedad con
desigualdades y conflictos, que violenta a muchos que aparecen como violentando,
que penaliza unas cosas y otras no. Pensemos en lo que pueden haber robado todos
los que están en la cárcel más superpoblada del país comparado con lo que pueden
haber robado los Peirano y lo que pagaron unos y otros.”[v]<BR> <BR>También
forma parte del discurso dominante la necesidad de bajar la imputabilidad a los
menores de 18 años. El diputado Jorge Orrico desmiente este punto de vista. No
es cierto que los jóvenes en nuestro país sean inimputables. Según el Código de
la Niñez y Adolescencia un joven entre 13 y 18 años que delinque puede ser
sancionado con penas que pueden llegar hasta la pérdida de la libertad por cinco
años. Ni hablemos de las condiciones de esa reclusión. Desmiente también
que el grueso de la violencia esté ligado a los delitos contra la propiedad.
Según el diputado de Asamblea Uruguay, desde hace unos diez años los homicidios,
el delito más grave, ronda los 207 en promedio. Entre el 85 y 90% de ellos se da
entre conocidos los que en la prensa se publican “por cuestiones del momento” es
la primera causa de homicidio, la segunda causa son por peleas familiares y
recién la tercer causa está relacionada a otro delito como los
robos.<BR><BR>El delito más violento en el país es la violencia doméstica. Se
comete dentro de los hogares y las principales víctimas son los niños y
las niñas de esos hogares. [vi] Según datos del Poder Judicial en 2007 los
asuntos penales iniciados a adolescentes fueron un 4,5% (2.122) del total
(44.342). <BR> <BR>No obstante estos datos, una encuesta de Equipos Mori
realizada en 2009 mostró que el 42% de los uruguayos está de acuerdo con reducir
la imputabilidad penal a los 14 años y un 28% cree que hay que llevarla a los
16. El 24% manifiesta que debería mantenerse en los 18 años. [vii] Vale decir,
que una mayoría de la población es favorable a la criminalización de los
jóvenes. No importan las penosas condiciones de vida de cientos de miles de
jóvenes y la ausencia de todo futuro decente: el estigma contra la delincuencia
“infanto-juvenil” ha logrado imponerse. Con la complicidad del
“progresismo”. <BR><BR>Por el contrario, Fernanda Albistur directora del
Programa de Medidas Socioeducativas del INAU, demuestra que las penas
alternativas a la privación de libertad son mucho más idóneas para la
rehabilitación de los jóvenes. Y agrega un dato relevador: de los 300 jóvenes a
los que se les están aplicando este régimen solo el 0,5% reinciden.
[viii]<BR><BR>Mientras el “tejido social” no deja de fracturarse, los aspectos
más conservadores y reaccionarios de la “opinión pública” no paran de
manifestarse. Lo que alimenta (y justifica) las propuestas derechistas de
Francisco Gallinal (blanco) y Germán Cardozo (colorado), en el sentido de bajar
la imputabilidad a los 16 años, darle facultad al juez de decidir si a un
joven entre 16 y 18 años se le puede aplicar el Código Penal, de aprobar una Ley
Penal Juvenil para los jóvenes entre 16 y 18 años.<BR><BR><STRONG>La
represión<BR></STRONG><BR>El Ministro Bonomi ha explicitado las líneas que van a
orientar la política represiva del gobierno: “Está la del desarrollo de
información de inteligencia, la inteligencia en el combate de estos delitos. No
el policía uniformado sino el policía que no está uniformado y que uno no puede
tener como punto de referencia porque no sabe que está ahí. El policía puede
actuar porque está de otra forma, no está visible. Esto hay que desarrollarlo,
nosotros tenemos planteado el desarrollo de la policía comunitaria, el
desarrollo de la inteligencia y el fortalecimiento de los consejos ciudadanos de
convivencia y seguridad, porque el problema no se soluciona si no es con
participación de la ciudadanía; la policía de proximidad tiene que participar en
esa mesa.” [IX]<BR><BR>Las prerrogativas de los policías aumentan. Según el
nuevo director nacional de Policía Julio Guarteche los policías detectarán
sospechosos utilizando “indicadores de comportamiento” como se está haciendo en
Maldonado con absoluta discrecionalidad de los uniformados. Se pretende también
modificar la Ley de Procedimientos Policiales para dotar a la policía de
“verdaderas herramientas de prevención”, por ejemplo la “presunción de actividad
pre -delictiva o preparatoria de un delito” [x] de una persona en actitud
sospechosa, en especial los jóvenes.<BR><BR>El plan incluye el involucramiento
de los vecinos por medio de Consejos de Vecinos o Mesas de Convivencia, la
disposición del número de celular del comisario y de un formulario que
entregarán a los policías comunitarios de la zona y que centralizarán las
comisarías y las Jefaturas de Policía de cada departamento. <BR><BR>El
complemento “lógico” es la política penitenciaria, todos proponen más encierro:
construyendo nuevas cárceles y/o reciclando establecimientos militares que antes
sirvieron como campos de concentración de la dictadura. <BR><BR><STRONG>Las
causas</STRONG> <BR><BR>La izquierda siempre vio el delito y la criminalidad
ligada al orden social existente, y siempre privilegió combatir las causas
del fenómeno. Entendía la sociedad burguesa como una sociedad criminal. Aunque
se presente como una sociedad democrática, igualitaria, respetuosa de los
derechos humanos.<BR><BR>Es decir, que la “inseguridad” tiene una base material.
Que no se produce por un espasmo de la naturaleza ingobernable e irreductible.
Como diría Marx, “la naturaleza no produce por una parte poseedores de dinero o
mercancías y por otra, personas que simplemente poseen sus propias fuerzas de
trabajo.” (El Capital, Tomo 1). Por los tanto, la “inseguridad” se produce,
siempre, por políticas gubernamentales que producen efectos inhumanos a todo
nivel y que expanden los miedos sociales que están presentes en la vida diaria
de las personas.<BR><BR>No se puede entonces analizar la “inseguridad” por fuera
del orden capitalista que la genera.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como la serpiente que se muerde la cola, la solución
represiva va a dar lugar a otra y a otra. Se reciclará cambiando de ministros y
jefes de policía en tanto las causas socio-económicas se reproduzcan. Y el
gobierno “progresista” es garantía de ello. Por la vía de un programa económico
que reproduce la acumulación del Capital, la explotación del trabajo asalariado,
y la defensa irrestricta de la propiedad privada. O sea, que reproduce todas las
causas políticas, sociales y económicas de la pobreza, la “inseguridad” y la
violencia social.<BR><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG><BR><BR>[i] Yizhak
Aharonovitch. Entrevista en El País, 10/03/2010.<BR>[ii] El País,
29/12/2009<BR>[iii] Alvaro Bianchi, O Laboratorio de Gramsci. Alameda, Sao
Paulo, 2008. <BR>[iv] Observatorio Nacional sobre violencia y Criminalidad.
Ministerio del Interior Julio de 2009.<BR>[v] Luis Bibbó, entrevista de
Alejandro Nogueira, diario El País, 17/08/2008.<BR>[vi] Jorge Orrico entrevista
en el programa Asuntos Pendientes de Radio El Espectador, versión en archivo de
voz.<BR>[vii] La edad de la polémica. Gabriela Vaz. El País,
14/03/2010<BR>[viii] El País 16/13/2010.<BR>[ix] Eduardo Bonomi, entrevista de
Emiliano Cotelo en En Perspectiva, radio El Espectador, 29/12/2009.<BR>[x]
La convivencia en la mira de la Policía. El País, 28/03/2010.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>