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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>24 de abril 2010<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Capitalismo</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>La alianza entre
ONGs y multinacionales para salvar el capitalismo: el caso Banco Grameen y
Adidas</FONT></STRONG> </FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=3><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Alberto
Cruz *<BR>Ceprid<BR></STRONG><A
href="http://www.nodo50.org/ceprid"><STRONG>www.nodo50.org/ceprid</STRONG></A><STRONG>
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>La
Haine</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://www.lahaine.org/"><FONT face=Arial
size=2><STRONG>http://www.lahaine.org/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV><FONT face=Arial
size=2>
<DIV align=justify><BR>La indecencia de las ONGs ha quedado al descubierto de
forma palpable a raíz del terremoto, provocado o no, en Haití y su simbiótica
alianza con los militares(1). Quien no haya arriado la bandera de la honestidad
intelectual –o quien no viva de ese llamado “tercer sector” oenegístico que hoy,
en el Estado español, representa una mano de obra laboral similar en cuanto a
número a la de Renfe, por poner un caso- tiene que reconocer que las llamadas
ONGs, en su gran mayoría, no son otra cosa que organizaciones
Para-Gubernamentales que representan el otro brazo de la política exterior de
los Estados y que, además, no están en absoluto preocupadas por desmontar el
sistema político y económico actual sino que, muy al contrario, su función es
hacerlo más funcional, valga la redundancia. A fin de cuentas, de ello depende
su propia supervivencia. Actúan como si la desigualdad y la pobreza fuesen un
fenómeno natural, algo así como la reproducción espontánea de las setas, y no
consecuencia de un sistema social, político y económico concreto: el
capitalismo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el artículo anterior se ponía de manifiesto cómo
militares y “cooperantes” intercambian papeles en Irak y Afganistán, según
interese al sistema mostrar una cara dura –militar- o una cara blanda
–pretendidamente civil- arropadas ambas bajo el manto de la “cooperación” y la
“ayuda al desarrollo”. Los casos de la USAID y de la AECID en Afganistán, con
“cooperantes” empotrados en las unidades militares y de combate son el exponente
más claro de ello. Pero aún hay más: el papel de las ONGs y de las entidades
financieras capitalistas en la perpetuación de la pobreza bajo el paraguas de
los microcréditos y la “lucha contra la pobreza”. Al igual que Irak y Afganistán
sirvieron, y sirven, de laboratorio para perfeccionar esa simbiosis
militares-cooperantes, es en Bangladesh, el país donde se popularizaron los
microcréditos, donde se está poniendo en marcha la alianza ONGs-multinacionales
como una fórmula novedosa para rescatar a éstas últimas de la crisis económica y
financiera.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El pionero, como no podía ser de otra forma, es el Banco
Grameen (Pueblo, en el idioma bengalí), fundado en 1976 por Muhammad Yunus,
flamante Premio Nobel de Economía en 2006 –no es un mérito, también se lo
otorgaron a Milton Friedman en esta rama, o a Simón Peres, Henry Kissinger o
Barak Obama en el apartado de “Paz”- y Medalla de la Libertad de EEUU (agosto de
2009). El Banco Grameen acaba de firmar un “memorando de entendimiento” con
Adidas para “proporcionar zapatos más baratos a los pobres”, según informó el
periódico bangladeshí en lengua inglesa “The Daily Star” en su edición del 21 de
marzo. Yunus, como no podía ser menos, justificó el acuerdo diciendo que “los
zapatos serán baratos y asequibles para los pobres y les protegerá de
enfermedades” (2).</DIV>
<DIV align=justify><BR>¡Qué bonito! Nadie puede rechazar tan loable propósito.
Pero resulta que Adidas está inmersa en una grave crisis económica, con una
importante reducción de sus beneficios en el último año y acusada por la
justicia francesa de blanqueo de dinero (3). Y que durante el año 2009 ha
sufrido una importante pérdida de beneficios (sólo en el primer semestre se
redujeron el 95% respecto al mismo período del año anterior) (4) aunque,
curiosamente, la venta de sus productos deportivos subió en América Latina y… en
Asia. No debe extrañar, por lo tanto, que la multinacional alemana haya
anunciado el cierre de factorías en Europa al tiempo que una “reestructuración”
de sus operaciones para centrarse en estos dos continentes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El acuerdo entre el Banco Grameen y Adidas no aparece en
la página web (<A href="http://www.grameen-info.org">www.grameen-info.org</A>)
del banco, al menos en el momento de elaborar este artículo. Adidas está muy
agradecida a Yunus. Le proporciona una cobertura “solidaria” en unos momentos en
los que su imagen cae –al tiempo que sus beneficios- y le logra un mercado
nuevo, barato –curiosamente, no se ha hablado de las condiciones laborales y/o
sindicales de los trabajadores que harán esos zapatos baratos que van a proteger
de enfermedades a los pobres- y con clientela a granel. Y el Banco Grameen logra
una capitalización necesaria para continuar con su política de reforzar el
capitalismo a través de los microcréditos. A buen seguro asistiremos, no
tardando mucho, al espectáculo del microcrédito para fabricar zapatos, con sus
préstamos, períodos de carencia y… embargos en caso de no devolución.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¡Ah, no, el Banco Grameen no embarga! El interés que
establece a los préstamos que concede oscila entre el 4-5% y se jacta de que
casi el 97% de sus préstamos son devueltos. Lo que no dice es que cada vez con
mayor frecuencia quienes no pueden pagar recurren al suicidio, con tasas muy
elevadas en Bangladesh e India, y, además, ahí está la presión del resto de
prestamistas (ver el artículo de Sara Flounders en esta misma actualización del
CEPRID) para que el pago se realice en el tiempo acordado puesto que, en caso
contrario, ellos no recibirían más créditos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Dado que el pago de los préstamos ha de hacerse de forma
semanal se termina pagando más interés que si fuese mensual y se llega en
ocasiones hasta el 35% puesto que el interés del 4-5% no es siempre lineal ni en
todas las partes ni en todos los países donde actúa el Banco Grameen. Mucho para
los pobres. Tal vez por eso desde que se puso en marcha esta iniciativa, hace ya
más de 30 años, “el 64% [de los prestamistas] ha dejado ya el umbral de la
pobreza”, como se lee en la propaganda del propio banco. Pero ese 64% ¿no es
poco para tanto tiempo? Desde luego, a este ritmo la meta de Yunus de ubicarse
dentro de los Objetivos del Milenio de la ONU le va a llevar eso, un
milenio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Leyendo lo anterior uno puede llegar a pensar que gracias
al Banco Grameen hay ya mucha gente que, con los microcréditos, se ha instalado
en la clase media. Pero no. El hecho de haber abandonado “el umbral de la
pobreza” en Bangladesh y en otros países donde actúa en banco de Yunus no quiere
decir que ya no se siga siendo pobre, sino que no se es muy pobre, que no se
está en la pobreza extrema. Desde luego, quien no se consuela es porque no
quiere.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>¡Larga vida a los pobres!</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La iniciativa de Yunus ha sido bendecida en los sitios
donde se ha conocido, especialmente en su país, Bangladesh, y en India. Las
cámaras empresariales e industriales se han mostrado encantadas con esta
iniciativa que muestra la cara amable del capitalismo o, como dicen en India,
“muestra el corazón benevolente del feudalismo” y contraponen esta actitud de
colaboración con el capital con la de quienes lo combaten, como es el caso de la
guerrilla maoísta india, conocida como naxalita, que, en sus zonas de
influencia, ha anunciado que amparará a los campesinos que tienen dificultades a
la hora de pagar los préstamos bancarios ante las malas cosechas de los dos
últimos años.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según el bando maoísta “las cooperativas agrícolas, los
bancos o los prestamistas no podrán imponer créditos superiores al 2% y si
alguien, ya sea público o privado, incumple e intenta sacar más dinero de los
agricultores será juzgado por un tribunal del pueblo” (5). Como es natural, los
campesinos de zonas como Midnapore (Bengala Occidental) han acogido con júbilo
la postura naxalita y han dejado de pagar sus préstamos a bancos como el State
Bank of India, United Bank, Allahabad Bank, UCO y otros, que rápidamente han
mostrado su disposición a “discutir” con los campesinos las condiciones de los
préstamos crediticios.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El acuerdo Grameen-Adidas, tan bien acogido por el
empresariado indio, llega en un momento en que en India se está desarrollando
una importante ofensiva en varios estados (Chhatisgarn, Jharkhand, Bihar,
Orissa, Bengala Occidental) contra la guerrilla naxalita y da la casualidad que
esa ofensiva, denominada “Caza Verde”, se centra en áreas ricas en minerales
estratégicos como bauxita, níquel o carbón, por mencionar algunos donde
multinacionales como Vedanta han puesto sus ojos desde hace tiempo. Un antiguo
alto cargo de esta multinacional ( y de Enron) es hoy el Ministro del Interior
de India y, al mismo tiempo, es uno de los principales valedores de la presencia
de las llamadas ONGs en la zona donde se está desarrollando la ofensiva
anti-maoísta puesto que “una vez desalojados los terroristas, hay que impulsar
el desarrollo” y, además, las ONGs y la llamada sociedad civil tienen que
deslegitimar la lucha armada (6).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Resulta que ahora el Estado indio -como en Bangladesh
Adidas al descubrir que hay muchos descalzos-, y sus grandes empresas se han
dado cuenta que en esas zonas hay un “altísimo nivel de pobreza, bajo nivel de
alfabetización, menor cobertura de agua potable y alto porcentaje de mujeres”
(7) –este último dato es muy importante, las mujeres son las principales
“beneficiarias” de los microcréditos en todo el mundo- por lo que se han puesto
a la labor de “desarrollar” 33 distritos de la mano de las ONGs una vez hayan
sido “limpiados” de maoístas. Y, ni cortos ni perezosos, todos se han puesto a
la labor.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En Raipur la capital de Orissa, la multinacional Vedanta
ha iniciado la construcción de un hospital contra el cáncer y financia una
universidad. Los estudiantes que salgan de aquí no tendrán el menor rubor a la
hora de certificar, con lenguaje académico y científico, que el cáncer no tiene
nada que ver con la bauxita que extrae esta misma multinacional muy cerca de
allí. Arundhati Roy, una de las pocas intelectuales comprometidas física y
políticamente con los procesos emancipatorios, lo expresa perfectamente en uno
de sus más recientes artículos (8) sobre el tema y por haber tomado partido
contra un estado al que acusa de “policial” ha sido acusada, cómo no, de
“connivencia con el terrorismo” y se ha iniciado una causa judicial contra
ella.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Nadie quiere recordar que otras multinacionales indias
como Tata (la fabricante de coches baratos) y Essan hicieron lo mismo que la
Chiquita Brands en Colombia y otras en Honduras y Centroamérica: financiar a los
escuadrones de la muerte y los paramilitares Salwa Judum (que se podría traducir
como “Cazadores de la Paz”). Es la misma práctica capitalista en todas partes
del mundo. Antes exterminaban físicamente cualquier tipo de disidencia política,
militar, sindical, social, lo que fuese. Ahora ese exterminio es selectivo
(véase lo que sucede en Honduras) y, sin abandonarlo, se apuesta por la
“Responsabilidad Social Corporativa” de las empresas y la cooptación de los
antaño “izquierdistas”, hoy cómodamente ubicados en las ONGs.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los mismos que alaban el acuerdo Adidas-Grameen dicen a
la vez que hay que abandonar “el letargo socialista”, en referencia a las
políticas pretendidamente sociales del gobierno indio. La Federación de Cámaras
de Comercio e Industria de India ha publicado un informe -6 de febrero de 2010-
en el que critica la pasividad del gobierno ante los naxalitas. Nada nuevo. La
FCCII hizo lo mismo durante la etapa colonial británica. Su entonces presidente,
Purshottamdas Thakurdas, consideraba un peligro para la libre empresa el
desarrollo del movimiento obrero indio y abogó ante el Virrey inglés por
suprimir de la legislación los derechos laborales existentes. Ahora pasa lo
mismo en las Zonas Económicas Especiales, donde no hay derechos sindicales ni
las multinacionales pagan impuestos, todo en aras del “desarrollo de las zonas
atrasadas”. Pero lo nuevo es que ahora este tipo de políticas van de la mano de
las ONGs y la tan traída y llevada sociedad civil.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En India las ONGs son buenas, los maoístas no. Y como
donde manda patrón no manda marinero, las ONGs han comenzado a desparramar por
doquier la especie de la “teoría del sándwich”, esa que dice que los pueblos
tribales que habitan esas zonas donde ahora se desarrolla la ofensiva
anti-maoísta están “en medio de dos fuegos: la policía y los maoístas”. Las ONGs
pasan, como la luz por el cristal, por encima del hecho de que durante los más
de 50 años de independencia de la India si alguien se ha preocupado por el
desarrollo y bienestar de estas zonas han sido, precisamente, los
naxalitas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La propia prensa burguesa, en sus escasas presencias en
alguna zona liberada, ha tenido que reconocer que “el desarrollo en la zona de
Mendinipur (Orissa) se está dando a un ritmo no visto al menos en 30 años: los
maoístas han construido por lo menos 50 km de caminos de grava, cavado pozos,
construido canales de riego y centros de salud” (9).</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Para qué, entonces, son necesarias las ONGs? Pues porque
no cuestionan el sistema capitalista, sino que lo hacen más funcional. Eso, y no
otra cosa es la Responsabilidad Social Corporativa, de Empresa u Organizacional
(son diferentes los nombres, el objetivo es el mismo) puesto que sin prescindir
del punto de vista estrictamente economicista o mercantil sirve para arropar con
un manto cosmético, que no ético, de “cooperación”, “desarrollo” e, incluso,
“solidaridad” la nueva estrategia capitalista que se extiende desde Bangladesh a
Bolivia, de India a Perú, de Angola a Filipinas y que consiste en desarrollar,
con un lenguaje más actual, el paradigma de Milton Friedman, el padre del
neoliberalismo: “la única responsabilidad social de la empresa es obtener
beneficios”. Si no fuese así, las empresas no estarían dándose codazos por
participar en las ZEE, aceptarían los derechos sindicales, pagarían impuestos,
renunciarían a explotar las zonas habitadas desde hace centenares de años por
los adivasi, los awajún, los yukpa, los wayúu, etc. Pero no es el caso.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El Banco Grameen y Adidas lo han entendido muy bien. Son
los pioneros y detrás de ellos ya hay otros muchos dispuestos a lucrarse, más
aún, con la pobreza. Si para ello hay que promover una guerra, se promueve
criticando con la boca pequeña los “excesos” aunque se pondrá siempre en la
balanza “la violencia de unos y otros”, eso de condenar la violencia “venga de
donde venga” (los famosos “ni-ni”) aunque la violencia de unos sea esporádica o
de respuesta y la de otros sea estructural y suponga la muerte de 40 aldeanos al
día en las zonas en las que, como en India ahora o antes en Perú, se pretende
llevar a los pueblos tribales el “desarrollo”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Marx, en el Manifiesto del Partido Comunista, decía que
“un espectro recorre el mundo; el comunismo” y que contra él todos los poderes
de Europa habían establecido una santa alianza que iba desde el Papa al Zar,
desde Metternich a los radicales franceses. Muy poco han cambiado las cosas
desde entonces. Hoy los movimientos populares y de resistencia son combatidos
por una santa alianza que va desde el Papa al rey –cualquier rey-, desde Ban
Ki.Moon a la izquierda parlamentaria, desde las ONGs a las multinacionales. Los
imperialistas siempre encuentran aliados para atacar las propuestas
revolucionarias y para defender sus “valores”, su “desarrollo”; siempre
encuentran alguien que defienda que es mejor eso que nada. Y ese alguien, como
buen agente del capital, no se parará a pensar que, a lo mejor, para
determinados pueblos no tiene ningún sentido el trabajar por un salario
miserable como guarda de seguridad de una mina o una tienda. Y que la dignidad
no se compra con zapatos.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Alberto Cruz es periodista, politólogo y escritor: <A
href="mailto:albercruz@eresmas.com">albercruz@eresmas.com</A></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>(1) Alberto Cruz: “Haití como exponente de la simbiosis
militares-cooperantes”, <A
href="http://www.lahaine.org/index.php?p=43360">http://www.lahaine.org/index.php?p=43360</A></DIV>
<DIV align=justify>(2) Esta información apareció recogida el 23 de marzo de 2010
en la edición del Deccan Herald de Mumbai (India).<BR>(3) Europa Press, 31 de
marzo de 2009.<BR>(4) EFE, 5 de agosto de 2009.<BR>(5) Hindustan Times, 17 de
diciembre de 2009.<BR>(6) Alberto Cruz: “La izquierda en India y su autopista
hacia el infierno”, <A
href="http://www.lahaine.org/index.php?p=38472">http://www.lahaine.org/index.php?p=38472</A></DIV>
<DIV align=justify>(7) Indian Express, 4 de febrero de 2010.<BR>(8) Arundhati
Roy, “Delhi tiene un nuevo enemigo para justificar una apropiación de tierras:
los maoístas”, <A
href="http://www.lahaine.org/index.php?p=43618">http://www.lahaine.org/index.php?p=43618</A></DIV>
<DIV align=justify>(9) The Telegraph, 24 de junio de 2009.<BR></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>