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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>24 de junio 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV>
<HR>
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<DIV> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>Cuba</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Los desafíos de
Cuba</FONT></STRONG><BR><BR><BR><STRONG>Eric Toussaint
[1]<BR>Rebelión<BR></STRONG><A
href="http://www.rebelion.org/"><STRONG>http://www.rebelion.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducido por Griselda Pinero
y Raul Quiroz</STRONG><BR><BR><BR>Existen varios factores, externos e internos,
que están creando una situación difícil y de tensión en Cuba. La crisis
financiera y económica mundial afecta directamente a la economía cubana en cinco
niveles: </FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>1.- El precio de la tonelada de níquel que exporta Cuba
bajó, en el mercado mundial, de 50.000 dólares a 10.000 dólares entre 2008 y
2009. <BR>2.- Aunque la cantidad de turistas haya aumentado un poco en 2009,
éstos redujeron notablemente lo que gastan, y por ello los ingresos por turismo
disminuyeron un 10 %. <BR>3.- La caída del precio del petróleo, que afectó
directamente a Venezuela, retrasó el pago de los servicios que Cuba ofrece a los
venezolanos, en especial los relativos a la salud. <BR>4.- Los efectos, que
todavía permanecen, de los daños producidos por los grandes huracanes que
arrasaron la isla en 2008. <BR>5.- El mantenimiento del embargo por el gobierno
de Barack Obama. El nuevo presidente ni siquiera levantó las medidas que
prohíben a los ciudadanos estadounidenses hacer turismo o curarse en Cuba. Dada
la proximidad entre Estados Unidos y Cuba, el turismo proveniente del vecino del
Norte podría aumentar de forma notable los ingresos por turismo en la isla.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>La consecuencia de todo esto es un desequilibrio (un
déficit) en la balanza comercial de Cuba, puesto que el país debe importar en
gran proporción alimentos para el consumo en el país. El Gobierno reaccionó con
una fuerte reducción de las importaciones, lo que afectó la vida cotidiana de la
población cubana. Las dificultades de aprovisionamiento de alimentos han creado
un malestar perceptible por aquellos que hablan con los cubanos y cubanas en la
calle. Se debe precisar que, al contrario de una aplastante mayoría de los
países en desarrollo, incluidos los países emergentes, nadie muere de hambre en
Cuba y no se constata una insuficiencia alimentaria ponderable en la población.
Los cubanos y cubanas no están subalimentados. En un país donde las
desigualdades siguen siendo mucho menores que las de los países vecinos, la
población tiene acceso a una alimentación suficiente y a servicios sanitarios y
educativos de calidad. En 2009, un habitante medio ingirió 3.200 calorías
diarias, mientras que la norma nacional mínima es de 2.600 calorías. </DIV>
<DIV align=justify><BR>De todas maneras, gran parte de la población se siente
frustrada en su vida cotidiana, ya que debe dedicar un tiempo anormalmente largo
en las colas frente a las tiendas de alimentación. Además, el precio de algunos
productos aumentó, como por ejemplo las patatas, cuyo precio, liberado, se
duplicó. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Cuba tiene un acceso restringido a la
financiación externa</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Se debe recordar que Cuba no es miembro ni del FMI ni del
Banco Mundial, de manera que no sufre sus directivas. Por lo tanto, Cuba no les
pide créditos. Por otro lado, los países miembros del Club de París desde hace
años rechazan otorgarle préstamos. Aunque cuando se conocen las
condicionalidades que acompañan a esos créditos, la verdad es que no hay
necesidad de lamentarse por ello. [2] </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los bancos privados internacionales, cuando están
dispuestos a concederle créditos, cobran primas de riesgo país muy elevadas para
protegerse del embargo decretado por Estados Unidos. Concretamente, la mayor
parte de los préstamos otorgados a Cuba provienen de China, Brasil y Venezuela.
Esta situación es muy decepcionante ya que los países de la región que
constituyeron en Cancún, en febrero de este año, la Comunidad Latina y del
Caribe (que comprende todos los Estados de América, excepto Estados Unidos y
Canadá) disponen de cerca de 500.000 millones de dólares en forma de reservas de
cambio. En lugar de utilizar estas reservas para realizar inversiones
productivas en la región o para ayudar a algunos países del Sur con balanzas
comerciales desequilibradas, una parte considerable de estos fondos se prestan
al gobierno de Estados Unidos mediante la compra de bonos del Tesoro
estadounidense. [3] La situación es muy frustrante, ya que, en el ámbito
político, la creación de esta nueva organización pone fin a una anomalía
existente desde hace cerca de medio siglo, o sea, la existencia de una
Organización de Estados Americanos (OEA) cuya sede está en Washington y de donde
Cuba fue excluida por la presión de las autoridades estadounidenses. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los retrasos que persisten en el despegue del Banco del
Sur, creado por siete países [4] (cuyas operaciones, de todas maneras, están
limitadas a Sudamérica), no permiten tampoco entrever una posibilidad de
préstamo solidario a corto plazo para Cuba. Finalmente, el banco del ALBA, [5]
que apenas está en la fase de su puesta en marcha, tampoco dispone de socios
suficientemente ricos, excepto Venezuela, para constituir una sólida fuente de
financiación para Cuba. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Unas reformas necesarias en el ámbito
agrícola</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Después de abordar los factores externos, abordemos ahora
los factores internos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El balance de los 50 años de política agrícola cubana es
negativo porque, como ya se ha mencionado, más de la mitad de las calorías
ingeridas en la isla provienen de alimentos importados. Por lo tanto, se está
muy lejos de la soberanía alimentaria. Para responder a esta situación, las
autoridades acaban de adjudicar en usufructo casi un millón de hectáreas en
barbecho a 100.000 familias. No nos podemos imaginar que esta decisión positiva
sea suficiente para aportar realmente una solución que esté a la altura de los
problemas. Cuando se interroga a las autoridades sobre sus políticas en materia
de derechos de propiedad, responden que no se contempla la modificación
legislativa actual que permitiría la extensión de la propiedad privada en la
agricultura y en los servicios (ver recuadro). Las autoridades quieren, con toda
razón, evitar la reconstitución de los latifundios. Efectivamente se deben tomar
medidas que imposibiliten la reconstrucción de las relaciones de producción y de
propiedad capitalistas tanto en el sector agrícola como en el resto de la
sociedad cubana, no existe ninguna duda sobre eso. Pero el observador se da
cuenta de que en el sector de la pequeña propiedad familiar privada es donde la
producción de alimentos es más eficaz. Ahora bien, este sector representa sólo
un pequeño porcentaje de todas las tierras cultivables de Cuba. El Estado podría
aumentar la cantidad de familias con acceso a la propiedad privada, bajo la
condición de producir alimentos. A estas familias campesinas se les debería
prohibir la venta de sus tierras a terceros para evitar la concentración de
tierras y por ende la reconstitución de latifundios. El Estado podría estimular
la extensión y estabilización de un campesinado productivo constituido por
explotaciones familiares que podrían utilizar métodos orgánicos para producir
una cantidad suficiente de alimentos de calidad. La familia que trabajase una
tierra que le pertenece debería participar directamente en la producción y
podría contratar algunos asalariados para ayudarles, con la condición de que se
respetase estrictamente el código de trabajo, garantizando unas condiciones de
trabajo y un salario digno, y la contribución a la financiación de la seguridad
social del trabajador. Se circunscribiría de esta forma el sector privado a la
pequeña producción familiar de mercado, que podría coexistir con los sectores
cooperativos y estatales. Se podría también, junto a estos sectores, desarrollar
una producción agrícola municipal, urbana o semiurbana, bajo la autoridad de los
municipios. De hecho, durante los últimos veinte años, los cubanos y cubanas
desarrollaron la producción en huertos urbanos o semiurbanos y alcanzaron un
elevado nivel de eficacia. Esta experiencia podría ser reforzada. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Propiedad de la Tierra Agrícola en
Cuba <BR></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Daniel Munevar Sastre</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>En el momento del triunfo de la Revolución Cubana en
1959, la propiedad de la tierra mostraba un alto índice de concentración: el 9%
de las fincas concentraba el 73% de las tierras [6] . La reforma agraria
implementada entre 1959 y 1963 progresivamente redujo la concentración de la
tierra en manos privadas a través de la reducción del tamaño permitido de las
propiedades. A partir de 1963, el tamaño máximo de una hacienda fue reducido a
67ha, mientras que las propiedades de mayor extensión fueron nacionalizadas.
Hacia 1989, el 82% de la superficie total y el 73% de la superficie agrícola
pertenecían a 385 empresas estatales [7] . </DIV>
<DIV align=justify><BR> La crisis económica causada por la caída del bloque
soviético puso de relieve los problemas de productividad del sector agrícola en
la isla. Ante esta situación el Gobierno procedió a buscar alternativas para
reducir la dependencia de importaciones de alimentos. En 1993 se procede a crear
las UBPC (Unidades Básicas de Producción Cooperativa), para incentivar la
producción. Para el año 2000, las cooperativas agrícolas ocupaban el 43% de la
superficie total y el 61,3% de la agrícola [8] . Sin embargo la reciente crisis
alimentaría ha puesto de relieve los problemas con esta iniciativa. Tras dos
decenios desde su creación, cerca de la tercera parte de las UBPC no generan
ganancias. Esta situación, unida a acusaciones de corrupción y falta de control
democrático dentro de las cooperativas, llevó a que en 2009 se eliminaran 139
UBPC y se fusionaran otras 76 [9] . A pesar de esta situación las cooperativas
aún ocupan el 42% de las tierras en Cuba en 2010, mientras el Gobierno sigue
explorando alternativas para incrementar la producción agrícola.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>El control obrero, la autogestión,
el control ciudadano, la organización de los espacios de debate</FONT></STRONG>
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero la condición sine qua non para encontrar soluciones
a los problemas de Cuba consiste en dar un salto cualitativo en la participación
popular bajo diferentes formas: control obrero, autogestión, control ciudadano,
organización de espacios de debates contradictorios, etc. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Efectivamente, el problema fundamental de Cuba reside en
que los trabajadores y trabajadoras y la ciudadanía en general no se sienten
directamente implicados en las decisiones que afectan a su trabajo (condiciones
de trabajo, destino del producto de su trabajo, mantenimiento de las
herramientas, etc.). Esto produce un nivel de productividad muy bajo, un
importante despilfarro, así como una gran cantidad de robos en los lugares de
trabajo. Es el factor interno esencial que explica las debilidades intrínsecas
del régimen cubano. Es cierto que la historia del siglo XX y comienzos del siglo
XXI ofrece pocos ejemplos duraderos y exitosos de experiencias de control obrero
y de autogestión. Los países que intentaron experiencias socialistas rápidamente
vieron como éstas se deformaban en burocráticas y autoritarias, seguidas, sin
matices, de su degradación. A pesar de las dificultades objetivas y subjetivas,
si no se hace un progreso radical en este aspecto, todas las tentativas de
mejora y de reforma corren el riesgo de estar destinadas al fracaso y, por
consiguiente, las frustraciones y desilusiones tendrán el terreno abonado.
Cuando se interroga a las autoridades sobre la cuestión de la participación
popular, se obtienen respuestas evasivas. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>El retrasado fin de la «libreta»</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR> El gobierno cubano decidió hace más de un año, en
su afán de hacer frente a la reducción de los ingresos del Estado, poner fin, en
forma progresiva, a la existencia de la «libreta». ¿Qué es la libreta? Es el
carné del que dispone cada cubano/a que le da acceso a una serie de productos de
base a un precio muy bajo, prácticamente simbólico. Estos productos cubren
aproximadamente el 30% de las necesidades alimentarias. Esto representa, según
los cálculos oficiales, un coste para el Estado de 1.000 millones de dólares por
año. Para suministrar a toda la población los productos de la libreta
fuertemente subvencionados, el Estado debe gastar esa suma, ya sea comprando
productos importados con divisas, o remunerando a los productores locales. La
gran mayoría de los cubanos y cubanas consideran la libreta como una de sus
grandes conquistas. En las actuales circunstancias, parece que el Gobierno es
consciente de que la supresión de la libreta produciría un enorme descontento
popular. Es probable que renuncie a su supresión durante este año o en los
próximos dos años. Pero la amenaza de esa decisión no está definitivamente
abandonada. </DIV>
<DIV align=justify><BR> Desde hace 20 años se escuchan infinitos
comentarios vaticinando el inminente fin del régimen castrista y/o la
restauración del capitalismo. Ninguna de esas dos cosas ha pasado y Cuba sigue
siendo el país donde el capitalismo se suprimió hace 50 años como consecuencia
de una revolución. Sometido al bloqueo de Estados Unidos, condenado todos los
años por más del 98 % de los miembros de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, el país está de nuevo frente a una serie de desafíos que sólo una
renovación de la actividad de las masas podrá superar. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U></U></STRONG><BR>[1] Eric Toussaint es presidente
del CADTM Bélgica (Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo,
www.cadtm.org ), es doctor en Ciencias Políticas. Es autor de La Crisis Global,
Editorial de las Madres de la Plaza de Mayo, Buenos Aires, 2010; autor de Banco
del Sur y Nueva Crisis internacional (editorial Viejo Topo, Barcelona, Enero
2008; editorial Abya-Yala, Quito, Junio 2008; Observatorio DESC, La Paz, Octubre
2008) , autor de Banco mundial, el golpe de estado permanente ( El Viejo Topo,
Barcelona, Enero 2007; Editorial Abya-Yala, Quito, Julio 2007; CIM, Caracas,
Agosto 2007; Observatorio DESC, La Paz, Noviembre 2007); autor de La Bolsa o la
Vida (CLACSO, Buenos Aires, 2004; Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2004;
editorial Abya-Yala, Quito, 2002). Eric Toussaint es coautor junto a Yannick
Bovy del libro Le Pas suspendu de la révolution. Approche critique de la réalité
cubaine , Editions Le Cérisier, Mons, 2001. <BR>[2] Cuba suspendió el pago de su
deuda con el Club de París a mediados de los años ochenta (véase Damien Millet y
Eric Toussaint, 60 preguntas/60 respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco
Mundial, Icaria Editorial/Intermón, Barcelona 2010). <BR>[3] Véase Eric
Toussaint, El Banco del Sur y la nueva crisis internacional, El Viejo Topo,
Mataró, 2008, capitulo 1. <BR>[4] Ibid. <BR>[5] ALBA (Alianza Bolivariana para
los Pueblos de América) es un proyecto de integración alternativa propuesto en
2003 por el presidente de Venezuela en respuesta al ALCA (Área de Libre Comercio
de las Américas), iniciativa estadounidense. En funcionamiento desde 2004,
comprende actualmente a Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, San
Vicente y las Granadinas, Ecuador y Antigua y Barbuda. La propuesta de
integración incluye proyectos en los sectores de finanzas, educación,
infraestructuras, ciencia y tecnología, energía, medio ambiente, etc. La
iniciativa más importante hasta ahora es la de Petrocaribe, que provee petróleo
venezolano en condiciones ventajosas al resto de países miembros. En el momento
de su apogeo, en 2008, el valor total de las exportaciones de petróleo
venezolano a sus socios de Petrocaribe alcanzó los 10.000 millones de dólares.
<BR>[6] Ver, Jiménez, R. (2007), “ Aspectos fundamentales del desarrollo
cooperativo cubano”, FLACSO. Disponible en:
http://www.flacso.uh.cu/sitio_revista/num3/articulos/art_RJimenez2.pdf <BR>[7]
Ver, Díaz, B. (2005), “Migraciones Este-Oeste en Cuba. Las cooperativas
agrícolas como vía de inclusión social”. Ponencia al IX Seminario Internacional
UniRcoop, Río de Janeiro. <BR>[8] Op. Cit. 2 <BR>[9] Ver, “Aciertos y
Desaciertos de las UBPC”. Disponible en:
http://www.granma.cubaweb.cu/2009/12/04/nacional/artic01.html
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>