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<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>10 de julio 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV>
<HR>
</DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>China</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Revolución y contrarrevoluciones en la
República Popular de China</FONT></STRONG><BR><BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Pierre Rousset *</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Europe-Solidaire</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.europe-solidaire.org"><STRONG>www.europe-solidaire.org</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción de Alberto Nadal para Viento
Sur</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.vientosur.info/"><STRONG>http://www.vientosur.info/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>Con la proclamación de la República Popular China, el
1 de octubre de 1949, el Partido Comunista Chino (PCC) se encontró a la cabeza
de un país de un tamaño tres veces superior a Europa Occidental, con unos 500
millones de habitantes. La situación interna era favorable al régimen. La
situación internacional parecía más indecisa. En diciembre de 1949, Mao Zedong
visita Moscú para reunirse con Stalin. La URSS fue el primer país en reconocer
la República Popular, pero sin embargo no derogó el antiguo tratado de amistad
chino-soviético, firmado con Chiang Kai-Shek. Durante tres semanas, los dos
jefes de Estado jugaron al gato y al ratón. El nuevo tratado fue finalmente
rubricado el 14 de febrero de 1950. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La desconfianza seguía siendo la regla entre las
direcciones soviética y china. Mao ha señalado todo lo que Stalin despreciaba su
experiencia (“Pensaba que nuestra revolución era artificial”, dijo) y no quería
comprometerse demasiado pronto al lado de los chinos en el caso en que fueran
atacados por Estados Unidos. Sin embargo, correspondió a Pekín ir indirectamente
en socorro de Moscú. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La guerra de Corea estalló en junio de 1950. Viene
bastante mal para los dirigentes chinos que deseaban dar la prioridad a la
consolidación del régimen, al relanzamiento de la economía, a la reconquista de
Taiwan. El Buró Político duda. Pero se toma la decisión cuando las tropas de EE
UU se acercan a la frontera norte: la contraofensiva china es dirigida por Peng
Dehuai. Tras más de cuatro meses de mortíferos combates, la línea de frente se
estabiliza alrededor del paralelo 38. Hay aún que esperar al 27 de julio de 1953
para que se firme el armisticio. Las pérdidas chinas se elevan a 800.000 muertos
o heridos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La sombra de la guerra de Corea domina todo el período
que sigue a 1949. Los Estados Unidos construyen un cinturón de seguridad
alrededor de China, con importantes bases militares en Corea del Sur, en Japón
(Okinawa), en las Filipinas, en Tailandia y en Vietnam del Sur. Para las
Naciones Unidas bajo hegemonía estadounidense, no hay más que una sola China: la
del Kuomintang replegado en Taiwan.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Frente al imperialismo, China se adosa al bloque
soviético. Pero las semillas del conflicto chino-soviético de los años 1960
están sembradas.<BR>En lo inmediato, la guerra de Corea tiene por efecto
desorganizar la instalación del nuevo régimen y endurecer su política. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El gran cambio social:
1949-1953</STRONG><BR><BR>En China, la guerra de Corea suscita inmensas
manifestaciones antiimperialistas. En este contexto, la campaña para liquidar a
los contrarrevolucionarios toma un giro particularmente violento. En un período
de seis meses, 710.000 personas son ejecutadas (o empujadas al suicidio) por sus
lazos más o menos estrechos con el Kuomintang. Probablemente más de un millón y
medio de personas son internadas en campos de “reforma por el trabajo”.
<BR><BR>Propietarios de la tierra y notables rurales. La generalización de la
reforma agraria toma también un giro violento. Los campesinos pobres recuerdan
la arrogancia, el desprecio, la avaricia y la inhumanidad hacia ellos de los
grandes propietarios. ¿Cómo olvidar la forma en que los poseyentes provocaron
hambrunas mortales especulando con los cereales? ¿Y a los militantes de las
asociaciones campesinas sumariamente torturados y asesinados? ¿Y a los niños o
adolescentes de los que los señores de la tierra tomaban libremente posesión?
Incluso si las relaciones sociales no eran en todas partes tan brutales, en su
conjunto, la dominación del propietario sobre el campesino fue sin piedad. La
hora del ajuste histórico de cuentas llegó. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para tener en cuenta la complejidad de las
estratificaciones rurales y una gran variedad de situaciones geográficas, el PCC
clasifica las familias del campo en cinco categorías, desde sin tierra hasta
grandes propietarios latifundistas. Allí donde las divisiones de clase están
poco desarrolladas –y donde nadie es realmente rico-, las tensiones sociales no
dejan de ser por ello menos vivas: debido a la extrema pobreza, toda desigualdad
es vivamente sentida. El Partido Comunista toma por primeros objetivos a los
notable y las redes de poder de clan. A veces, la represión golpea a los
campesinos medios o incluso a campesinos pobres.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En otros lugares, las divisiones de clase están mucho más
marcadas, habiendo dado nacimiento a la gentry [propietarios de la tierra]. El
Partido Comunista organiza e impulsa la celebración de reuniones de masas contra
los propietarios, a riesgo de “excesos”, según sus propios términos. Pero la
cólera colectiva de los campesinos pobres no es fingida. La violencia
revolucionaria en los campos es social, mucho más que policial. Abre el camino a
un verdadero cambio de poder. A finales de 1950, la clase que había regentado
durante siglos el mundo rural ha dejado de existir, al menos como capa social
coherente. <BR><BR>Burguesía urbana. En los centros urbanos los antagonismos
sociales, aunque profundos, son menos agudos que en el mundo rural. El aparato
del PC, salido de la guerra popular rural, es en 1949 muy incapaz de asegurar el
relanzamiento de la industrialización. En el marco de la “Nueva Democracia”,
intenta conciliarse a los empresarios privados. Pero en 1952, la burguesía se
siente suficientemente fuerte para retomar la iniciativa a golpe de sabotajes o
bloqueando la puesta en marcha de las políticas gubernamentales. La lucha de
clases retoma sus derechos. El 6 de junio de 1952, Mao Zedong anuncia que los
empresarios se convierten en el objetivo del combate político.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En las ciudades, la refundición social toma la forma de
tres campañas. Las dos primeras tienen por objeto el hampa y las clases
capitalistas, las élites burguesas: los “tres anti” (contra la corrupción, el
despilfarro y la burocracia) luego los “cinco anti” (contra la corrupción, la
evasión fiscal, el fraude, la desviación de fondos y la huída de los secretos de
estado). No se trata de operaciones de policía clásicas. La población está
invitada a hacer ella misma las tareas: los trabajadores denuncian a sus
patronos, los cuadros se denuncian unos a otros, las esposas denuncian a sus
maridos y los niños a sus padres. La represión psicológica es tan fuerte que la
mayoría de las pérdidas humanas se produce por suicidios más que por
ejecuciones. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La mayoría de los grandes comerciantes y empresarios se
repliegan a Hong Kong, transfiriendo allí su herramienta de producción, o parten
al extranjero. Sin embargo, un cierto número de grandes capitalistas se quedan
en la República Popular donde disfrutarán a veces de una situación individual
favorable. La actividad de los micro-empresarios (artesanos, mercaderes
ambulantes…) es a la vez reprimida y tolerada. <BR>Los capitalistas chinos no
fueron físicamente liquidados y algunos colaboraron en su propia desaparición
social. Pero la burguesía (comerciante e industrial) ha dejado de existir como
clase coherente, dominante del sector moderno de la economía. Siete años después
de la victoria, en 1956, la nacionalización de las industrias y del comercio
sancionó su desaparición como fuerza autónoma. Al haberse desintegrado de forma
precoz la estructura de poder del Kuomintang, tanto en los centros urbanos como
en el campo, el orden antiguo es desenraizado.<BR><BR>Intelectuales. La tercera
campaña –de reforma del pensamiento- apunta sobre todo a los intelectuales de
las ciudades, particularmente a los formados en Occidente. Atacando al
“individualismo, el elitismo, la indiferencia a la política y el
proamericanismo”, es llevada a cabo por medio de autocríticas sucesivas en
pequeños grupos de discusión, combinado con la represión policial. Los
intelectuales se encuentran firmemente encuadrados por el PC a fin de no
constituir una élite social concurrente con el aparato de cuadros. <BR><BR>El
“criterio de clase”. El “origen de clase” se convierte en un criterio importante
para acceder a la educación, a puestos políticos, a empleos solicitados. Esto no
deja de tener efectos perversos, al convertirse los hijos de familias ricas, o
“clasificados” como tales, en los “responsables” eternos de lo que eran sus
padres antes de 1949. Pero el derrocamiento simbólico de las jerarquías sociales
tiene un alcance ideológico muy radical. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Además, no se trata sólo de símbolos: paralelamente a la
desintegración de las antiguas clases dominantes, el estatus de las clases
dominadas se modifica sustancialmente y se desarrollan nuevas capas sociales.
<BR><BR><STRONG>Campesinado.</STRONG> El importante papel de los campesinos no
es exclusivo de la revolución china: ya había ocurrido en Rusia. Pero el PCC
maoizado se convirtió en la principal fuerza política en organizar al
campesinado, mientras que en Rusia la influencia de los socialistas
revolucionarios, de corrientes anarquistas o sencillamente de las élites
campesinas locales había sido mucho más importante que la de los comunistas.
Esto es lo que permitió al partido chino actuar desde los años 1930 desde el
interior de los pueblos, y ahí es donde residía la novedad. <BR>Una de las dos
primeras grandes reformas adoptadas por el nuevo régimen, en junio de 1950, fue
la Ley Agraria: generaliza al conjunto del país la redistribución de las
tierras. Tras la conquista del poder, el PC se cuida de imponer una
colectivización forzosa al estilo estalinista. Comienza por la puesta en pie de
un “equipo de ayuda mutua” que prepara la creación de cooperativas de nivel
“inferior” y de talla relativamente modesta. Este planteamiento, que no deja de
recordar el que Lenin había retrospectivamente contemplado en uno de sus últimos
escritos que constituyen su “testamento” crítico y autocrítico (“De la
cooperación”, 4/1/1923) –permite consolidar el nuevo estatuto del campesinado
pobre a la vez que ofrece más en general al campesinado un futuro en la
revolución (en lugar de exigir que se transforme en obrero agrícola que trabaja
en las granjas del estado). Pero, para bloquear todo éxodo rural, los campesinos
no tienen derecho a cambiar sin autorización de lugar de residencia.
<BR><BR><STRONG>Clase obrera.</STRONG> Con la política de industrialización
rápida emprendida por el régimen, el peso de la clase obrera se reforzó
considerablemente: de tres millones antes de 1949 a quince millones en 1952 y
cerca de setenta millones en 1978. Nace un nuevo sector industrial, dirigido
esta vez por el Estado, y con él, una nueva clase obrera con un estatus
radicalmente diferente del que había prevalecido antes de 1949. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sólo los trabajadores urbanos disfrutan de un nuevo
estatus administrativo "de obrero y empleado". La debilidad de los salarios está
compensada por ventajas sociales: alojamiento, cartillas de alimentación,
financiación de los estudios de los niños, servicio de salud, almacenes de
compra, jubilación... Una vez adquirido, el empleo se convierte en un derecho
garantizado de por vida. Cada trabajador está asignado a una empresa y a una
unidad de trabajo como, en otros países, los funcionarios están asignados a un
puesto. Un obrero que llega a la edad de jubilación puede frecuentemente
transmitir su estatus a un miembro de su familia. Disfrutando de importantes
privilegios en relación al resto de la población (sin tener en cuenta los
cuadros), la clase obrera ha proporcionado durante mucho tiempo una base social
sólida al régimen.<BR><BR><STRONG>Mujeres.</STRONG> Los medios progresistas
chinos de los años 20 tenían la costumbre de denunciar conjuntamente "la
opresión feudal" y la "opresión patriarcal". La emancipación de las mujeres y la
crítica del conservadurismo confuciano eran consideradas como dimensiones
esenciales de la modernización del país. El desarrollo de las organizaciones
femeninas había sido importante durante las guerras nacionales y civiles. Tanto,
que la Federación Democrática de Mujeres, dirigida por el PCC, comprendía 20
millones de miembros en 1949 y 76 millones en 1956. Pero en 1957, no hay más que
el 10% de mujeres en el PCC. <BR>En 1950, la Ley sobre el Matrimonio es la
primera en ser promulgada por la joven República Popular. Esta nueva legislación
asegura la libre elección de pareja, la monogamia, los derechos iguales para los
dos sexos y la protección (de forma al menos teórica, pero a menudo bastante
concretamente) de los intereses legales de las mujeres y de los niños. Se oponen
a los tradicionales matrimonios arreglados y permite el divorcio administrativo
por consentimiento mutuo. Gracias a las medidas de reforma agraria, las mujeres
acceden también a la propiedad de la tierra.<BR><BR><STRONG>Cuadros y
burocracia.</STRONG> Son puestos en pie dos sistemas de poder paralelos: la
Administración y el Partido Comunista. Los cuadros han salido del combate
revolucionario. Aquellos cuya familia era en su origen acomodada sacrificaron
riqueza y estatus social para realizarlo. No son privilegiados igual que las
antiguas clases dominantes. Sin embargo, disfrutan ya de privilegios, aunque
sean modestos, y sobre todo de un monopolio casi absoluto del poder político
–sólo casi, puesto que deben negociar localmente con las exigencias de los
obreros o de los campesinos que defienden sus intereses utilizando su fuerza de
inercia, resistencias veladas o penetrando subrepticiamente los nuevos aparatos
de poder.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde antes de la victoria, los cuadros constituyeron una
fina "burocracia de guerra" en las regiones liberadas. Después de 1949, el
aparato político-administrativo se amplía considerablemente con la
reconstrucción de un Estado a escala nacional, y luego con el desarrollo de un
amplio sector económico público. Esta nueva capa social ocupa un lugar inédito
en la sociedad china, incluso si sustituye a la antigua burocracia militar y
civil del Kuomintang y puede alimentar su legitimidad de la memoria del
mandarinato del Antiguo Régimen. Toma rápidamente consistencia, dando nacimiento
a una élite dirigente. <BR><BR><STRONG>El Ejército.</STRONG> El Ejército juega
un papel esencial. Armazón de la lucha revolucionaria, es la única institución
que ha resistido todas las crisis, incluso la "Revolución Cultural". Sin
embargo, ha quedado hasta el fin subordinada a las instancias de dirección
política: si "el poder está en la punta del fusil", es siempre "el partido el
que dirige los fusiles", por retomar las fórmulas de Mao Zedong. Este papel, a
la vez central y subordinado del ejército es característico de la revolución
maoísta. <BR><BR><STRONG>El Partido Comunista</STRONG>. El Partido Comunista
chino es la columna vertebral del nuevo régimen. Cuenta en 1949 con 4.500.000
miembros. Mao Zedong es a la vez presidente de la nueva República, presidente
del partido y presidente de su comisión militar. Otros dirigentes nacionales
juegan un papel importante como Liu Shaoqui, Chen Yun o Zou Enlai.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La evolución del PCC constituye un elemento esencial en
la comprensión de la trayectoria de las revoluciones chinas. Numerosos autores,
generalmente inclinados a la derecha, se contentan con invocar aquí su carácter
"totalitario", como si la simple invocación del "totalitarismo" sirviera como
explicación histórica. Para otros, de izquierda esta vez, el aparato del partido
no sería sino el embrión de la burocracia que no sería -y ya desde el nacimiento
del régimen- más que el embrión de la nueva clase dominante (o de la "casta" que
la sustituye). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, en el momento de la victoria, el Partido
Comunista Chino mantiene relaciones contradictorias con la sociedad; está él
mismo atravesado por vivas contradicciones.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al comienzo de los años 1950, el PCC es aún "el partido
de la revolución": ha tejido lazos estrechos con importantes sectores de las
masas populares, ha reclutado sus miembros y formado sus cuadros en el fuego del
combate, tiene por "mandato" la modernización del país y la realización de las
aspiraciones igualitarias... Al mismo tiempo, el PCC es también el "partido de
la nueva élite" que ejerce el poder político y aumenta progresivamente sus
privilegios sociales. Esta "tensión interna" entre "partido de la revolución" y
"partido de la burocracia en constitución" no es la única que atraviesa el nuevo
régimen. Pero da luz sobre las crisis sucesivas que estallan desde mediados de
los años cincuenta hasta finales de los años sesenta. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta sucesión de crisis permite localizar algunos temas
políticos recurrentes, como la independencia de los movimientos sindicales o
sociales, las relaciones entre legalidad y democracia socialistas, la pluralidad
política en la revolución y el pluralismo de las sociedades llamadas de
"transición".<BR><BR><STRONG>La ruptura de las Cien Flores</STRONG><BR><BR>El
PCC debatió sobre la independencia de los sindicatos y otros movimientos de
masas. Pero reafirmó la dirección del partido sin reconocerles autonomía
política. Estas organizaciones no deben solo ayudar a la aplicación de las
medidas dictadas por el PC. Gracias a su real enraizamiento social, se supone
que hacen conocer a los gobernantes el estado de espíritu de la población. Pero
esta concepción del cuadro "a la escucha de las masas", de una correa de
transmisión de doble sentido, no funciona, al menos en tiempo de paz.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1954-1955, aparecen fuertes tensiones entre numerosos
intelectuales y el Partido comunista que responde con la represión. La dirección
del PCC observa con inquietud las crisis que golpean en 1953-1956 a los estados
de Europa del Este (Hungría, Polonia,...). Se plantea muchas preguntas sobre las
implicaciones de la muerte de Stalin y del informe Kruschev al XX Congreso del
PC de la URSS. En 1957, Mao denuncia en un mismo discurso las supervivencias de
la ideología burguesa y el peso del "estilo de trabajo burocrático" que ponen
trabas al "desarrollo socialista". Para mejor hacer presión sobre el aparato,
decide una liberalización política y cultural lanzando la consigna "que
florezcan cien flores y que cien escuelas rivalicen". ¡No había previsto hasta
qué punto iba ser tomado al pie de la letra!.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En mayo-junio de 1957, el PCC se convierte en el objetivo
de una marea de críticas que ponen en causa la calidad del reclutamiento de sus
miembros (son entonces más de 10 millones), los privilegios de los que gozan sus
cuadros y los abusos de los que son culpables, el autoritarismo de sus
organismos. Los estudiantes toman rápidamente el relevo a los intelectuales,
denunciando el dogmatismo de la enseñanza y exigiendo el respeto de los derechos
constitucionales: libertad de palabra y de expresión. Existe el riesgo de
contagio social: estallan huelgas reivindicativas en algunas empresas,
enmarcadas por los sindicatos, y un número significativo de campesinos abandonan
las cooperativas. En respuesta a este remolino reivindicativo, el Periódico del
Pueblo denuncia a las "flores venenosas y las malas hierbas". En Wuhan, la
milicia obrera interviene brutalmente para restablecer el orden tras dos días de
casi motín. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El aborto de las Cien Flores tiene pesadas consecuencias
a pesar del abanico limitado de los medios sociales directamente implicados en
los acontecimientos. La represión corta al partido de un sector importante de
los intelectuales y de los estudiantes. Muchos de los asuntos políticos en juego
concernían de hecho al conjunto de la sociedad. Así el principal dirigente en
cuanto a cargo (no forzosamente de hecho) de la Federación de los sindicatos,
Lai Ruoyu, planteó una vez más la cuestión de la independencia sindical; en
vano. Al ser eludida la cuestión de la legalidad socialista, el reconocimiento
de los derechos cívicos no es siempre más que un asunto de oportunidad política.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las Cien Flores planteaban en el fondo la cuestión de la
naturaleza y de la funcionalidad de la democracia en una sociedad de transición.
Era también la ocasión de romper con una tradición fuertemente anclada en la
historia china: la resolución de los conflictos en la violencia. Se ha podido
comparar la amplitud de las violencias bajo el antiguo régimen imperial a las de
las guerras de religión europeas y sus masacres de masas: la mayor revuelta
campesina del siglo XIX (la de los Taiping en 1851-1864) y su represión feroz
habrían así hecho unos veinte millones de víctimas.<BR><BR><STRONG>La
colectivización acelerada y el Gran Salto adelante</STRONG><BR><BR>Apenas
terminaba el movimiento de las Cien Flores, maduraba ya otra crisis, de una
amplitud mucho más grande.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Nuevas tensiones sociales comienzan a manifestarse en
1956-57. En su conjunto, el régimen realiza progresos innegables y los
movimientos de protesta permanecen localizados, pero constituyen señales de
alerta. A falta de experiencia, el PCC comenzó por copiar el modelo de
industrialización pesada de la URSS estalinista. Le era necesario entonces
definir una "vía china" mejor adaptada al peso masivo del campesinado y a la
densidad demográfica del país.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La orientación económica entonces elaborada intentaba
responder a verdaderas necesidades. So pena de dejar constituirse inmensas
megalópolis, había que evitar el modelo europeo de urbanización y de
industrialización alimentadas por el éxodo rural. Sin embargo, a pesar de los
controles severos, se inicia espontáneamente un proceso de éxodo rural hasta el
punto de provocar conflictos entre emigrantes rurales convertidos en
trabajadores precarios y obreros urbanos con un estatus reconocido. La creación
de cooperativas de gran tamaño, el compromiso de los grandes trabajos, la
implantación de infraestructuras y de servicios en el campo, de industrias en
las pequeñas ciudades y pueblos, deben permitir asegurar un "desarrollo en el
lugar".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es emprendida una refundación social. Para facilitar la
contratación de las mujeres son creadas numerosas cantinas en las cooperativas y
son accesibles a toda la familia, así como guarderías y jardines de infancia. Si
se creen los temas ideológicos entonces propagados, China debería convertirse en
una amplia federación de localidades, ampliamente descentralizadas y
autosuficientes, pero vertebradas por el poderoso aparato del PCC y de sus
organizaciones de masas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Problema mayor: la dirección del PCC asigna a esta nueva
orientación objetivos desmesurados: "Superar a Gran Bretaña en 15 años", según
la fórmula de Mao. El régimen recurre a los métodos de movilización que habían
tenido éxito en tiempos de guerra. La política del Gran Salto adelante impone
ritmos insostenibles. No deja tiempo para coordinar y planificar las medidas
económicas. Tras primeros éxitos, viene el caos. La producción microindustrial
(hierro, acero, herramientas...) se revela de mala calidad. Las cosechas y los
transportes están desorganizados. En 1959-1961, diversas regiones del país son
golpeadas por la escasez y hambrunas mortíferas, agravadas por una sucesión de
catástrofes naturales. Un balance trágico: quizá veinte millones de personas
encuentran la muerte debido a las consecuencias del Gran Salto. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La dirección del PC no supo reaccionar ante el desastre,
ciega a la evolución de la situación por la ausencia de organizaciones de masas
independientes y de instituciones políticas democráticas. Las tensiones entre el
Partido Comunista y el campesinado alcanzan entonces un punto de ruptura y se
producen levantamientos en algunos lugares. Tardíamente, son tomadas medidas de
apaciguamiento. En 1961-1962, se vuelve a una concepción más modesta de las
cooperativas que deja lugar a las producciones familiares y a mercados libres
rurales. Se pone el acento en el desarrollo de la industria ligera susceptible
de ayudar a la agricultura más que en la industria pesada. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Al comienzo de los años 1960, la autoridad de Mao en el
partido y la autoridad del partido en la sociedad están ambas disminuidas.
Además, el conflicto chino-soviético se agrava a partir de 1958. Moscú retira
del país sus expertos, luego se pone de acuerdo con Londres y Washington para
firmar un tratado sobre los ensayos nucleares que excluye a China. A los ojos de
la dirección maoísta, la URSS se está convirtiendo en el "enemigo principal"
ocupando el lugar de los Estados Unidos.<BR><BR><STRONG>La "Revolución
cultural"</STRONG><BR><BR>Los conflictos políticos en el seno de la dirección
desbordan entonces el marco del partido. En 1965, la confrontación se hace
pública en el frente cultural -de ahí el nombre de "Gran Revolución Cultural
Proletaria" (GRCP). Todas las fracciones comienzan a iniciar movilizaciones de
masas para reforzar su postura, abriendo la caja de Pandora. Las contradicciones
sociales estallan a la luz del día, dando lugar a una crisis explosiva que hace
literalmente estallar en mil pedazos una buena parte del aparato del Estado.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar de los fracasos, el país conoció un real
desarrollo económico y progresos sociales. Pero la revolución maoísta suscitó
aspiraciones igualitarias radicales. Sin embargo, las desigualdades entre
localidades, entre ciudad y el campo, entre sectores sociales siguen siendo
importantes. Numerosos estudiantes no encuentran un empleo que se corresponda
con sus diplomas. Una nueva generación entra en actividad. Hay conflictos que
oponen a campesinos más pobres a los más ricos o, en las ciudades, a obreros con
empleo protegido con trabajadores precarios. Los privilegios y el poder de los
cuadros, el autoritarismo de la burocracia, son denunciados. Estas
contradicciones se manifiestan en la calle con una amplitud sin precedentes
desde 1949. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El medio estudiantil entra en ebullición a mediados de
1966. Numerosos grupos atacan a todas las figuras de autoridad: profesores e
intelectuales juzgados de "revisionistas", antiguos burgueses y responsables
locales del partido. Los "rebeldes" se vuelven contra el partido mismo. Algunos
llaman a la "gran democracia" y a la "libertad". En agosto, Mao Zedong se
aprovecha de ello para lanzar la consigna de "Bombardead los Estados mayores"
-una declaración de guerra contra Liu Shaoqi. Propulsa los guardias rojos y los
comités revolucionarios pero desea canalizar el movimiento en las ciudades a fin
de servirse de él como de un ariete para reconquistar la preeminencia en el seno
del aparato y reorientar su política en el espíritu del "Gran Salto".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Altos dirigentes del partido son echados como pasto para
los guardias rojos. El movimiento se extiende a la clase obrera. En diciembre de
1966-enero 1967, la metrópoli industrial de Shanghai es el teatro de violentos
enfrentamientos y de una huelga general espontánea: es la "comuna de Shanghai".
Los disturbios se extienden al campo. El PCC y la administración se desagregan.
La dirección del partido se divide violentamente. Hay verdaderas guerras civiles
locales. Pero la rebelión está hundida ella también en la mayor confusión: la
"Revolución Cultural" en tanto que aspiración democrática y social da vueltas
sobre si misma, sin brújula, minada por la hiperviolencia fraccional. En medio
de la confusión, algunos grupos formulan aún proposiciones radicales como el
que, en Hunan, denuncia la traición de Mao y plantea un sistema generalizado de
"comunas" democráticamente elegidas, para prohibir el renacimiento de una "nueva
clase de capitalistas rojos". Mao Zedong en efecto se ha colocado sin
ambigüedades en el campo de la vuelta al orden autoritario. </DIV>
<DIV align=justify><BR>A ojos de los dirigentes del PCC, incluyendo todas las
tendencias, se hace urgente reconstruir el partido y la administración
apoyándose, para ello, en el Ejército, única institución que ha guardado
coherencia.<BR><BR><STRONG>La reconstrucción de un orden
burocrático</STRONG><BR><BR>A partir de septiembre de 1968, los antiguos
estudiantes guardias rojas son enviados a reeducación por el trabajo en el
campo. En las fábricas, aún prosiguen resistencias, pero no se trata ya más que
de combates de retaguardia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante meses, los "rebeldes" de la "Revolución Cultural"
han vivido la experiencia embriagadora de una rara libertad de acción, viajando
a través de toda China para propagar el llamamiento a la revuelta. Ciertamente,
se han hecho también manipular por las diferentes fracciones del PCC (y por Mao
en particular). Se han comprometido en violencias ciegas y guardan el recuerdo
traumatizante de actos irreparables cometidos contra personas ancianas, entre
ellas numerosos veteranos de la lucha revolucionaria, acusadas de ser
"revisionistas", golpeados, a veces torturados, obligados a humillantes
autocríticas. Pero han adquirido un espíritu de independencia, aspiraciones
radicales, experiencia política. Si muchos antiguos guardas rojos se retiran de
todo activismo, algunos estarán, diez años más tarde, en el origen del
movimiento democrático de 1978.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A la salida de los años 1966-1968, el PCC está en ruinas.
Ocho de los once miembros del Buró Político están en prisión o en reeducación.
Nueve de diez responsables de los grandes servicios del Comité Central están
apartados de sus cargos. Ocurre así de arriba a abajo del partido. En numerosos
lugares, no funciona ya ninguna estructura del PC. Hacen falta varios años para
reconstruir el partido a escala nacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un nuevo conflicto opone a Mao Zedong y Lin Biao que
muere en septiembre de 1971 cuando, se dice, huye en avión hacia la URSS. Más de
cien generales son cesados. A comienzo de los años 1970, una gran parte de los
dirigentes históricos de la revolución china están apartados: Liu Shaoqi (muerto
exiliado en 1969), Peng Dehuai, Lin Biao, Deng Xiaoping... Está libre el camino
para el acceso al poder del "Grupo de Shanghai", también llamado por sus
adversarios la "Banda de los Cuatro" que comprende a Jiang Qing, la última
esposa de Mao. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En el trasfondo, el proceso de normalización de las
relaciones chino-americanas, espectacularmente emprendido con la visita de Nixon
a Pekín de 1971 (¡en plena escalada militar en Vietnam!) no es duraderamente
puesto en cuestión. La contrarrevolución burocrática ha acabado por romper el
dinamismo social heredado de 1949.<BR><BR><STRONG>Retrospectiva: presiones
históricas y "posibles" no realizados</STRONG><BR><BR>En veinte años, a lo largo
de sucesivas crisis, las relaciones mantenidas por el PCC con la población se
han transformado cualitativamente. El amordazamiento de las Cien Flores cortó al
partido de un ala importante de la intelligentsia. En numerosas regiones, el
fracaso del Gran Salto distendió o modificó sus lazos con el campesinado, a la
vez que fracturaba de forma duradera el aparato. La represión masiva que siguió
al giro de Mao durante la Revolución Cultural rompió la identificación de los
sectores radicales de los estudiantes y (lo que es nuevo) de la clase obrera con
la fracción maoísta. A comienzos de los años setenta, puede decirse que no queda
más que el "partido de la burocracia", ahora bien cristalizada. En veinte años,
la "contradicción interna" al régimen se ha reabsorbido a costa de las clases
populares y en favor del orden burocrático.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es tentador juzgar retrospectivamente que todo está
escrito de antemano y que la postración totalitaria de la revolución china era
inevitable. El nuevo régimen tomó forma en efecto bajo la influencia de
poderosas presiones históricas tanto nacionales como internacionales. Resulta
sin embargo necesario plantearse la cuestión retrospectiva de los "posibles
alternativos".</DIV>
<DIV align=justify><BR>La victoria de una revolución aparece siempre como
improbable. ¿Qué espíritu sensato habría dado una oportunidad a la revolución
rusa en 1915; o a la revolución china en 1936; o a la revolución cubana en 1953;
o a la revolución vietnamita en 1946 frente a la reconquista francesa, o también
en 1965, frente a la potencia económico-militar de los Estados Unidos? Y sin
embargo, triunfaron, al menos temporalmente, y la situación mundial fue por ello
más de una vez profundamente modificada. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo propio de la lucha revolucionaria es hacer posible
(pero no seguro, ni mucho menos) lo improbable, incluso lo increíble. La primera
lección histórica de 1949, es que la revolución es un "posible" que puede
efectivamente realizarse.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La China del siglo XX conoció más de una "encrucijada
histórica" concluida en derrotas (1927-1934) o victorias (1949). ¿Se dibujó de
nuevo una "encrucijada" así poco después de la fundación del nuevo régimen y la
muerte de Stalin en 1953, que habría permitido a la nueva sociedad de
transición seguir un curso más democrático (dando un contenido popular a este
término)?. Es evidentemente difícil de demostrar. Pero no hay necesidad de
responder para plantear la cuestión.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, la partida no se jugaba sólo en China. Se
jugaba también en Europa del Este. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Se toca aquí una cuestión que no he trabajado nunca: la
circulación de las ideas (más allá de los círculos dirigentes) en el seno del
mal llamado "campo socialista" durante los años 1950. ¿Cómo se influenciaron los
combates democráticos y populares de un extremo a otro de este bloque
geopolítico heterogéneo? ¿Cómo sus dinámicas habrían podido ser afectadas y sus
oportunidades de éxito reforzadas, particularmente por una recuperación más
precoz de las luchas de la juventud y del movimiento obrero en Europa del Oeste?
Pues se vuelve siempre a lo mismo: el futuro de las revoluciones -de Rusia a
Cuba pasando por China y Vietnam- se jugaba también en parte en los grandes
centros imperialistas (y recíprocamente, evidentemente). </DIV>
<DIV align=justify><BR>En las condiciones mundiales de los años 1980, la
contrarrevolución burocrática fue el preludio de la contrarrevolución burguesa.
No era necesariamente el caso. En otras correlaciones de fuerzas mundiales,
habría podido ceder frente a una renovación de las luchas socialistas o, quizá,
dar nacimiento a una figura histórica aún impensada.<BR><BR><STRONG>Ayer, hoy,
mañana...</STRONG><BR><BR>La contrarrevolución ha tomado pues la forma de un
paso controlado a un capitalismo medio estatal, medio privado. Un proceso
facilitado en China por una alianza entre sectores de la burocracia y el
poderoso capital chino transnacional establecido fuera de la República Popular,
en Hong Kong o en Taiwan y en numerosos lugares del mundo. El PCC favorece las
inversiones de los expatriados y acoge en su seno grandes capitalistas.
Recíprocamente, este partido aparece a ojos del capital chino transnacional como
el único capaz de mantener el orden social y de garantizar la unidad de un país
que continúa amenazado de división.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para triunfar, la contrarrevolución burguesa ha debido
deshacer todo aquello a lo que la revolución había dado nacimiento. Una
conmoción social hacia atrás se ha emprendido, tan radical como la que había
sucedido a la revolución de 1949. El sector económico de Estado ha sido en parte
desmantelado, privatizado o gestionado según criterios capitalistas. Una nueva
clase de empresarios ha nacido, formada por burócratas convertidos al
enriquecimiento personal, aliados al capital chino transnacional. La antigua
clase obrera con estatus protegido ha sido metódicamente desintegrada para dejar
lugar, por una parte, a una capa de técnicos y obreros cualificados y, por otra
parte, a un joven proletariado inestable salido del éxodo rural, a menudo
privados de derechos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Tras haber temporalmente disfrutado de la
descolectivización iniciada a comienzo de los años 1980, el campesinado chino se
ve amenazado de los mismos procesos de desposesión que los demás países del
"Tercer Mundo". Las desigualdades sociales estallan. Los pobres son de nuevo
ignorados; los ricos están de moda. PCC no quiere decir ya Partido Comunista
Chino, sino ¡Partido Capitalista Chino! Representa -no sin contradicciones- las
aspiraciones de las nuevas élites.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ironía de la historia, el capitalismo chino saca hoy los
beneficios de la radicalidad de la revolución de 1949. Sin ella, el país habría
pasado a la dependencia política y económica exclusiva del Japón o, más
probablemente, habría caído bajo el dominio del imperialismo de Estados Unidos.
Sin ella también, como en muchos países del "Tercer Mundo", el capital habría
tenido muchas dificultades para liberarse de las trabas de las relaciones
sociales tradicionales en el mundo rural y del peso de la gentry. El capitalismo
chino ha recibido así una segunda oportunidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero el recuerdo de la revolución podría mañana servir de
fermento político a las resistencias sociales contra el ascenso de las
desigualdades y de la precariedad. <BR><BR>* Pierre Rousset es el editor de la
web <A href="http://www.europe-solidaire.org">www.europe-solidaire.org</A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><BR><BR><BR></FONT> </DIV></BODY></HTML>