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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>27 de julio 2010</U><BR><FONT size=5><FONT color=#800000>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Venezuela/Colombia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Los platos rotos
de una despedida a la Uribe</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>No podía ser de
otra manera. Antes de dejar la Presidencia de Colombia, Álvaro Uribe necesita
saldar algunas cuentas. Cuando apostó a denunciar en la OEA la supuesta
presencia de las FARC en Venezuela, descontaba la ruptura inmediata de las
relaciones diplomáticas como respuesta.</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Estrella
Gutiérrez</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>IPS, Caracas,
23-7-10</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.ipsnoticias.net/"><STRONG>http://www.ipsnoticias.net/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR></FONT><FONT face=Arial size=2>Es
el portazo de despedida a ocho tormentosos años de relación entre Uribe y el
presidente de Venezuela, Hugo Chávez, cuyo análisis requiere de psicólogos,
además de politólogos, geoestrategas y expertos en asuntos internacionales.
<BR><BR>A un lado y otro de la frontera más viva y porosa de América Latina ha
habido una constatación de lo que es el yin-yang: dos gobernantes opuestos e
iguales, autoerigidos ambos en la respuesta personal a los problemas de sus
países y que han tenido en la conducta del otro un alimento para sus políticas
internas. El opuesto complementario. <BR><BR>Es tan así que, antes de dejar el
gobierno el 7 de agosto, Uribe le hizo un último favor a Chávez: le limpió la
agenda de temas altamente incómodos y desgastantes, para galvanizarla en el
conflicto, lo que más gusta al antiguo teniente coronel, y en torno a una
agresión de Colombia, que siempre le funciona para cohesionar a sus adeptos.
<BR><BR>En medio quedaron el futuro presidente de Colombia, Juan Manuel Santos,
quien se ha movido desde su triunfo electoral de manera que diluye el
calificativo de delfín de Uribe, los cinco millones de habitantes de la
frontera, la OEA (Organización de los Estados Americanos) y hasta Diego
Maradona, que justo visitaba a Chávez cuando éste anunció la "ruptura total de
relaciones" con Bogotá. <BR><BR>Hay quienes dicen que Uribe ha hecho el papel de
"policía malo" para dejar que Santos sea el "policía bueno" con Venezuela,
recomponiendo a la mayor velocidad posible los nexos con el gobierno de Chávez,
y hacerlo a plenitud, porque de hecho las relaciones ya estaban congeladas y las
comerciales directamente bloqueadas. <BR><BR>Pero otros, muy conocedores de la
relación entre ambos, aseguran que hay en ella visibles grietas y subrayan que
Uribe sobre todo está facturando a Santos actuaciones que éste asumió tras
asegurarse la Presidencia. <BR><BR>Y varias de las acciones que han disgustado
mucho a Uribe tienen que ver con Venezuela, precisamente. <BR><BR>Entre sus
primeros anuncios, Santos designó como canciller a María Ángela Holguín, quien
fue embajadora en Caracas en la efímera e inicial buena etapa de la relación de
Uribe con Chávez, y con la que acabó muy enfrentado. El mandatario electo dejó
saber, además, que para embajador en Caracas piensa en Luis Garzón, un dirigente
de izquierda y opositor a Uribe. <BR><BR>Al mismo tiempo, su equipo adelantó
contactos y encuentros con representantes del gobierno y de empresarios de
Venezuela y de la zona fronteriza, para tratar de avanzar aceleradamente hacia
la normalización de las congeladas relaciones económicas. <BR><BR>Chávez decidió
el 28 de julio de 2009 suspender los nexos bilaterales tras la denuncia de
Bogotá de que Caracas había desviado armas hacia las insurgentes FARC (Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia), en medio de la tensión por el anuncio de
Uribe de un acuerdo con Estados Unidos para su uso de siete bases militares.
<BR><BR>Esta vez, el presidente venezolano, en el cargo desde 1999, ordenó
además "llevar a cero" las relaciones económicas con el vecino país. <BR><BR>Lo
que parecía parte de la cíclica retórica inflamada sobre Colombia, es casi un
hecho. <BR><BR>Por vez primera en medio siglo, Colombia bajó de segundo a cuarto
socio comercial y las compras venezolanas al vecino cayeron verticalmente: 69
por ciento, entre mayo de 2009 e igual mes de este año. El ya antes disminuido
intercambio pasó de 2.500 millones de dólares a 772 millones entre enero y mayo.
<BR><BR>Además, se congelaron muchos proyectos económicos. <BR><BR>Los
empresarios colombianos hablan de un "bloqueo económico", que se tradujo en un
punto porcentual del producto interno bruto de ese país y la pérdida de 42.000
empleos. <BR><BR>También a Venezuela le agudizó sus problemas de suministro.
Pero sobre todo noqueó a las regiones fronterizas que viven del comercio
bilateral en una especie de "tercer país". <BR><BR>En los departamentos
fronterizos colombianos, el voto por Santos en la decisiva jornada electoral del
20 de junio fue abrumador, en buena parte por la esperanza de que él recomponga
la economía de la zona, que depende del comercio con Venezuela. <BR><BR>Se suele
circunscribir la biografía pública de Santos a su papel como ministro de Defensa
del gobierno de Uribe entre 2006 y 2009, al bombardeo en 2008 del campamento de
las FARC en territorio ecuatoriano y a otras acciones de la polémica política de
seguridad del gobierno saliente. <BR><BR>Pero Santos es también impulsor de la
era más dinámica en las relaciones económicas binacionales, como ministro de
Comercio Exterior (1991-1993). Junto con su colega venezolano Miguel Rodríguez
hizo renacer la Comunidad Andina y alcanzó un pionero acuerdo de libre comercio
con México, dentro del Grupo de los Tres. <BR><BR>Además trabajó a favor de los
vínculos bilaterales como ministro de Hacienda (2000-2002) y trenzó entonces
nexos con amplios sectores venezolanos, con las cámaras de comercio binacionales
y con las asociaciones de regiones fronterizas. <BR><BR>Se asegura que para
Santos, la denuncia del jueves 22 ante la OEA sobre la supuesta presencia
consentida de 1.500 guerrilleros colombianos en Venezuela trastoca todo su
esfuerzo para normalizar con urgencia el flujo comercial y mejorar el
entendimiento con Caracas. <BR><BR>Uribe sale forzosamente de la Presidencia, a
donde llegó en 2002, porque la justicia consideró inconstitucional su tercera
candidatura consecutiva, más allá de sondeos que anticipaban un nuevo triunfo.
<BR><BR>La autonomía de Santos es un golpe a cualquier intención de seguir
moviendo los hilos del presidencial Palacio de Nariño. <BR><BR>Para Chávez, el
impacto de la denuncia está casi amortizado. Uribe mismo y su gobierno ya habían
entregado en las presidencias y cancillerías de América Latina y otros países de
fuera de la región documentación sobre la supuesta colaboración de Caracas con
las FARC, que dice haber recogido en el destruido campamento de las FARC en
Ecuador. <BR><BR>Además, el impacto mediático de la reunión del jueves en la OEA
quedó neutralizado por la inmediata ruptura "total" de las relaciones, que hizo
más inútil el pedido de una comisión de verificación, solo posible si los dos
países la aprueban. <BR><BR>En el plano interno venezolano, sus opositores ya
tienen mayoritariamente como cierto lo denunciado por Uribe. Pero al gobierno le
da oportunidad de volver a situar la agenda, que desde abril y por primera vez
en años era ajena a los temas marcados por el presidente. <BR><BR>Los puntos
dominantes eran la negligente pérdida de por lo menos 120.000 toneladas de
alimentos importados por el gobierno, con un costo de más de 7.000 millones de
dólares, la caída del producto en torno a seis por ciento y la inflación
anualizada de 30 por ciento en el primer semestre, la escasez de alimentos y una
altísima inseguridad ciudadana. <BR><BR>Ahora Chávez retoma la iniciativa con la
primera ruptura formal de las relaciones con Colombia desde 1901, algo vital con
vistas a las cruciales elecciones legislativas del 26 de septiembre, y cuando el
presidente tiene el menor respaldo popular desde 2002.
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