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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>8 de agosto 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT
size=3>Chechenia</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Lilya Yusupova, la mujer más
valiente de Europa</FONT></STRONG><BR><BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Giancarlo Bocchi</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Desinformemonos</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://desinformemonos.org/"><STRONG>http://desinformemonos.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>El miedo es un compañero que nunca te deja, pero ¿por qué
tienes que tener miedo si dices la verdad?”. Así piensa Lilya Yusupova, llamada
“la mujer más valiente de Europa” por la BBC y por Amnistía Internacional y
candidata en 2006 al Premio Nobel de la Paz por su actividad en defensa de los
derechos civiles en Chechenia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Abogada de 40 años de edad, fascinante, carismática, alta
y tan delgada que parece muy frágil, en realidad es una mujer de acero,
determinada e incansable. Desde la primera guerra en Chechenia (1994-1996)
colaboró con Ana Politkovskaja, y en 2000 fundó y dirigió en Grozni (la capital
del país) la asociación de derechos civiles “Memorial” en donde trabajaba
Natalya Estemirova, la activista asesinada el 15 de julio del año pasado en
circunstancias nunca aclaradas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando le pregunto una opinión acerca del anuncio
pronunciado justamente en estos días por el presidente ruso Dimitrij Medvedev,
acerca de la identificación (cuyo nombre sigue en secreto) del asesino de
Natalya, Lilya contesta con una sonrisa irónica y enigmática a la vez.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Luego sacude la cabeza y me cuenta que precisamente un
día antes del homicidio de Natalya, unos “agentes” no identificados fueron a
buscarla en la modesta oficina de un sólo local en el vigésimo piso de uno de
los edificios de los años 70 en la perdida periferia moscovita. ¿Qué querían?
Lilya nunca lo supo, pues dichos “agentes” nunca volvieron.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No se preocupó más de lo debido. Tras años vividos en el
matadero checheno está acostumbrada a vivir en medio de los peligros, a
reconocer los juegos de espejos, los complotes misteriosos que atropellan desde
siempre toda forma de realidad y legalidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En estos días, con el pretexto de la “seguridad
nacional”, la Duma (el parlamento ruso) aprobó una nueva ley que concede a los
herederos de la KGB poderes absolutos que configuran un nuevo estado de policía.
Es desde los tiempos de la Ochrana, la policía secreta de los zares, y luego de
la Ceka, de la Ghepeu, de la NKVD y de la KGB, que los rusos tienen que sufrir
la ilegalidad del Estado, complotes y múltiples verdades.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La historia se repite. ¿Se está llevando a cabo una
confrontación en el Cáucaso entre el más legalista Medvedev y el más despótico
Putin, quien ya no puede encontrar una “virginidad” tras haber aprobado la
sangrienta y criminal guerra en Chechenia entre 1999 y 2001? Los recientes
nombramientos realizados por el presidente ruso, como fue el de enero pasado de
Alexander Khloponin para presidente del nuevo Distrito del Cáucaso Norte,
permiten pensar las cosas de esta manera. ¿O, quizás, es sólo una cortina de
humo, un juego de las partes, como en la vieja historia de el policía “bueno” y
el policía “malo”?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras Lilya está por contestar, “Putin”, uno de sus
cuatro gatos siameses, precipita sobre su cuello rasguñándola y luego se escapa
velozmente sobre el librero. Lilya, divertida por la situación, me explica que
“Putin” ama brincar desde arriba a su espalda, como una fiera en la selva, sobre
todo cuando ella está escribiendo demandas y apelaciones jurídicas en la
computadora portátil apoyada, entre sartenes y ollas, en la pequeña mesita de la
cocina.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lilya no ama hablar de sí misma. Sin embargo, doblegada
por mi insistencia, me cuenta de la historia de su familia, indisolublemente
ligada a la tragedia de las deportaciones ordenadas por Stalin de las
poblaciones caucásicas de los años 40. Es en tierras lejanas del Cáucaso que su
padre checheno y su madre procedente de la Karachaia-Chercesia (una región en el
noreste del Cáucaso) se conocieron.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuenta de un tío de parte de su mamá que se opuso a las
deportaciones, aún siendo parte del Partido Comunista y de la NKVD. Fue preso en
Siberia, pero fue el único, recuerdan con orgullo sus familiares, que logró
escapar de Kolyma, el peor gulag soviético y vivió en clandestinidad con un
grupo de opositores a Stalin en las altas montañas de la Karachaia-Chercesia
hasta la presidencia de Nikita Kruscev.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La vida venturosa de Lilya, al contrario, comenzó desde
la cuna, con la muerte de su madre. Fue salvada por una tía que tenía sólo 12
años quien se obstinó en querer ser madre de la pequeña sobrina que ya había
sido asignada a un orfanato.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El conflicto checheno golpeó Lilya antes de comenzar. Su
hermano, un joven oficial de la policía chechena, fue asesinado un mes antes que
la guerra explotara, probablemente por una investigación que estaba realizando
sobre el tráfico de armas entre ejército ruso e Independentistas. La guerra
golpeó fuerte también a su madre adoptiva: la tía perdió tres hijos en el
conflicto. En esos tiempos, Lilya daba clases en la Facultad de Derecho de
Grozni, traía sólo pantalones y rechazaba la bufanda en la cabeza, ignorando las
prescripciones islámicas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tras el inicio de la guerra, fue enfrentada por un grupo
de extremistas wahabiti, con largas barbas y las miradas inquisidoras y torvas,
quienes la acusaron, por los pantalones, de ser una “traidora rusa”. Frente a
sus sorprendidos estudiantes, Lilya, agitando en el aire una granada que tenía
en el cajón de la mesa, los corrió. Los wahabiti no podían saber que la mujer
había opuesto con tanta seguridad a los kalashnikov sólo un pisapapeles, una
falsa granada privada de su explosivo utilizada en las ejercitaciones.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La historia de Lilya, la rebelde que hizo escapar una
banda de peligrosos fanáticos se difundió por toda la ciudad muy rápidamente, lo
que contribuyó a crearle la reputación de una mujer determinada y
valiente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante el primer conflicto checheno (1994-1996), Lilya
se entregó sin pausa y con mucha valentía, en medio de un río de muertos,
heridos y secuestrados, para convencer a las dos partes para que respetaran los
derechos civiles de la ciudadanía. Poco después del inicio del segundo y más
devastador conflicto, el que Putin ordenó entre 1999 y 2006, Lilya fundó
Memorial en Grozni, la asociación que más que todas defendió a las víctimas de
la violencia. Fue testigo del trágico matadero con decenas de miles de muertos,
torturados y secuestrados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hoy vive en Moscú, trabaja en la Facultad de Derecho y
colabora con algunas revistas. Es una mujer sola, lleva en el alma las marcas de
las miles de historias trágicas que tuvo que conocer, y vive casi exclusivamente
para su actividad en defensa de los demás. En el minúsculo departamento se mueve
si pausa de una repisa a la otra, entre expedientes, hojas con apuntes y la
computadora portátil permanentemente encendida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por un momento interrumpe su frenética actividad y
contesta mis preguntas.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Las poblaciones del Cáucaso sufrieron,
antes con los zares luego con Stalin, persecuciones, deportaciones, violencia.
¿Cuál es el peso que la historia pasada tiene en los recientes conflictos en
Chechenia o en Ingusetia?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- En el Cáucaso no se olvida, no se borra nada de
la memoria. Pero los pueblos del Cáucaso no aprendieron nada del pasado, no
aprendieron la lección para que los errores no se repitan. Todo está muy ligado
con el pasado, hoy los hechos parecen tener un tinte distinto, pero en realidad
es siempre lo mismo.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Desde hace muchos años, las asociaciones
por los derechos humanos denuncian las continuas violaciones a los derechos
civiles en Chechenia y en Ingusetia e inclusive recurrieron al Tribunal por los
Derechos del Hombre de Estrasburgo. Ahí denunciaron también secuestros o
asesinados cometidos por las mismas fuerzas gubernamentales rusas. ¿Qué podría
hacer la comunidad internacional para frenar las masacres que suceden
cotidianamente en estos dos territorios?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- La violación de los derechos humanos no suceden sólo en
Chechenia o en Ingusetia, sino que en todo el Cáucaso y en toda Rusia. Los
gobiernos europeos deberían cambiar las relaciones políticas con los dirigentes
rusos. Sin embargo, este camino, por distintos intereses económicos, no lo
percibo como una solución realista. El Tribunal por los Derechos del Hombre, al
contrario, podría hacer mucho para parar a los políticos rusos. Son “pequeñas
victorias”, parciales, pero que representan un paso hacia adelante, una
esperanza para los parientes de las víctimas y para poder introducir en Rusia
estándares jurídicos como los hay en el resto del mundo democrático. Nuestros
ciudadanos tienen mucha fe en que el Tribunal de Estrasburgo haga justicia. Y
esto es lo que da esperanza y energía para seguir luchando.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Los conflictos en Chechenia y en
Ingusetia provocaron un crecimiento del extremismo religioso. El mismo
presidente checheno Ramzan Kadyrov compite en este terreno con las alas más
radicales del independentismo imponiendo, sobre todo a las mujeres, reglas
islámicas ajenas a la tradición chechena. ¿A dónde llevará la carrera hacia el
extremismo entre fuerzas gubernamentales e independentistas?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- El extremismo religioso no lleva a ningún lado,
lleva a un callejón sin salida. Ya sucedió en el pasado en Chechenia: las
mujeres tenían que llevar la bufanda y, en el transporte público, ocupar los
asientos del lado opuesto al de los hombres. Eso era ridículo si los comparamos
con todos los problemas que teníamos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Y los problemas de Chechenia y de Ingusetia se han
resuelto? ¿Cuántos fueron los muertos y los desaparecidos? ¿Cuántos los
desempleados, los jubilados y los discapacitados? ¡Ocupémonos de estos problemas
y dejemos de hablar de qué tan largo deben de ser las faldas o de las bufandas
en la cabeza!</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Desde hace tiempo, otras poblaciones del
Cáucaso del Norte viven con el miedo que el conflicto checheno pueda rebasar las
fronteras. ¿Es posible que toda la región se hunda en una guerra
generalizada?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Desde hace mucho tiempo una “guerra total” avanza
de modo subterráneo. En Chechenia es visible, mientras en las demás repúblicas
es como una corriente marina que saldrá al descubierto con el tiempo. Quizás no
comenzará un conflicto de largo alcance, pero ya hoy, en todo el Cáucaso y en
medio del descuido general, son asesinadas, deportadas, secuestradas muchas
personas, todos los días.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>No soy una política, sino una jurista. Tengo la sensación de
que en Rusia están haciendo todo lo posible para que finalmente haya una
separación del Cáucaso. Los políticos no piensan en la región aunque la
situación es pésima. A ellos sólo les preocupa Rusia. Por esta razón no creo se
repitan las operaciones militares en gran escala, sino que se seguirá
secuestrando y asesinando gente y seguirán protegidos los autores de las
actividades ilegales de los servicios secretos. Esta es la vía que escogieron
para exterminar a la población de estas tierras. La guerra en el Cáucaso tiene
un carácter histórico periódico. En cuanto hay cambios positivos en el campo
educativo y social, aparecen desde la nada fuerzas retrógradas: extremistas,
separatistas, boeviki y otros que inventan los conflictos. En 1991 también,
cuando el primer ministro Dudaev declaró la independencia, alguien provocó el
conflicto militar.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Por qué los conflictos en Chechenia y en
Ingusetia que provocan decenas de muertos civiles todas las semanas son
olvidados por el mundo?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Es necesario frenar este exterminio trabajando en
el ámbito internacional, en el área del derecho. No sirve de nada que los medios
de comunicación extranjeros hagan todos los días el listado de muertos y
heridos. Tenemos más bien que defender a las víctimas en las sedes
internacionales. Muchos colegas, también rusos, fueron perseguidos por haber
denunciado los hechos en los Tribunales Internacionales. Sin embargo, Rusia no
ha ratificado ningún acuerdo internacional. Si no será hoy, será mañana, en
cinco o diez años, estoy segura que muchos políticos rusos serán juzgados por
los crímenes cometidos en el Cáucaso.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Usted fue amenazada en más de una ocasión
por su actividad en defensa de los derechos humanos y algunas amigas o colegas
suyas fueron asesinadas. ¿Qué le da la fuerza y el valor de seguir
adelante?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Si piensas que estas haciendo algo necesario,
tienes que seguir hasta el final, hasta las extremas consecuencias. Soy sólo una
persona que hace su trabajo y que piensa que éste sea su deber. Sólo esto.
Asesinaron a mis colegas, me amenazaron, pero eso no importa. Tengo que seguir
porque es necesario hacerlo.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>