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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>12 de setiembre 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Cuba/Debate</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>El autor casi no precisa de presentación. Es Narciso
Isa Conde, dirigente histórico de la izquierda de República Dominicana y
caribeña. Amigo solidario de Cuba, conocedor como pocos del proceso
revolucionario cubano. Ensayista y autor de unos 20 libros. Combatiente contra
el tirano Trujillo y los invasores estadounidenses en 1965. Fue miembro del
gobierno en armas que presidió Francisco Caamaño Deñó. Ha sufrido cárcel,
persecuciones y exilio por sus ideas. En las notas que siguen analiza,
criticamente, la realidad del "modelo socialista" a propósito de la entrevista
de Fidel Castro en The Atlantic. (Redacción)</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Cerrarle caminos
al capitalismo y abrirle al nuevo socialismo</FONT></STRONG>
<BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Narciso Isa Conde
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial size=2>Santo Domingo,
12-9-10</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial
size=2><STRONG>Kaosenlared</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.kaosenlared.net/"><STRONG>http://www.kaosenlared.net/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR> </DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial
size=2><STRONG>Introducción</STRONG><BR><BR>Las transiciones de una formación
económica-social a otra y los modelos económicos y sistemas políticos dentro de
esas formaciones son muy variados.<BR><BR>La historia del capitalismo registra
muchos modelos económicos y un gran número de sistemas políticos y formas
institucionales, así como múltiples combinaciones de ellos por fases y periodos:
capitalismo de libre competencia, capitalismo monopólico y oligopólico con
predominio de la propiedad privada, capitalismo monopolista de Estado,
capitalismo de Estado de desarrollo medio, capitalismo dependiente, modelo
liberal, modelo neoliberal, democracia representativa liberal, fascismo,
dictaduras militares, tiranías, democracias burguesas monárquicas, democracias
restringidas, semi-dictaduras…<BR><BR>En términos históricos el socialismo
todavía no ha traspasado la primera edad y sería absurdo pretender una evolución
o desarrollo lineal del mismo; esto es, con un solo modelo de transición, con un
sistema político único, con una institucionalidad uniforme e inalterable.
<BR><BR>Los procesos antiimperialistas y anticapitalista de orientación
socialista han sido y habrán de ser muy variados, con transiciones distintas,
con combinaciones diferentes, con modelos diferentes, con distintos grados de
democracia y formas de participación, con modelos institucionales, con
evoluciones contradictorias y proyectos de mayor menor profundidad; sometidos
permanentemente a la prueba del acierto y del error.<BR><BR>Cierto que la enorme
gravitación de la URSS y del estatismo-burocrático en que lamentablemente derivó
su inicialmente formidable proceso de transición al socialismo, más tarde
influyó negativamente en los otros países que pudieron salirse de la
cadena capitalista, restando diversidad, imponiendo fórmulas, reduciendo la
necesaria socialización y negando la democracia como poder del
pueblo.<BR><BR>Cuba, aun en permanente brega contra la dogmatización, no
fue la excepción y progresivamente cedió hasta finalmente sucumbir a calco de no
pocas de estructuras económicas, formas institucionales y componentes del
sistema político propios del modelo estatista euro-oriental.<BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Que ese modelo no funcione no
es igual a que el socialismo no sirva</STRONG><BR><BR>En estos días se difundió
en gran escala que Fidel afirmó que el modelo económico cubano “ya no funciona”,
pero posteriormente señaló que fue mal interpretado. <BR><BR>Entiendo que
afirmar que “el modelo cubano ya no funciona” no equivale a decir que el
socialismo no sirve, como mala intencionadamente se apresuraron a difundir
enemigos de la revolución cubana y partidarios del capitalismo para sembrar
confusión y fomentar el chantaje mediático.<BR><BR>En verdad no es preciso el
desmentido de Fidel en relación con el modelo cubano tal y como fue plasmado en
estos párrafos, aunque si está clara su negación del
capitalismo:<BR><BR></FONT><FONT face=Arial size=2>“En otro momento de la
conversación Goldberg cuenta: “le pregunté si él creía que el modelo cubano era
algo que aún valía la pena exportar.” Es evidente que esa pregunta
llevaba implícita la teoría de que Cuba exportaba la Revolución. Le respondo “El
modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros.” Se lo expresé sin
amargura ni preocupación. Me divierto ahora al ver cómo él lo interpretó al pie
de la letra, y consultó, por lo que dice, con Julia Sweig, analista del CFR que
lo acompañó, y elaboró la teoría que expuso. Pero lo real es que mi respuesta
significaba exactamente lo contrario de lo que ambos periodistas norteamericanos
interpretaron sobre el modelo cubano.</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>“Mi idea, como todo el mundo conoce, es que el sistema
capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos ni para el mundo, al que conduce
de crisis en crisis, que son cada vez más graves, globales y repetidas, de las
cuales no puede escapar. Cómo podría servir semejante sistema para un país
socialista como Cuba.” (FIDEL CASTRO.-Mensaje en la presentación del libro “La
contra-ofensiva Estratégica, La Habana 10-09-2010)<BR><BR>De todas maneras creo
–independientemente de lo dicho y/o reformulado por el respetado y
admirado líder histórico de esa revolución y de lo que piensen los meritorios
gobernantes cubanos- que el modelo estatista-burocrático que ha predominado
desde hace algunas décadas en Cuba está agotado y necesita ser reemplazado
preferiblemente por un socialismo participativo con democracia
integral.<BR><BR>¿Por qué?<BR><BR>Porque eso es lo que puede evitar tanto lo
acontecido en la URSS y Europa del Este como lo que está pasando en
China.<BR><BR>Porque en las transiciones socialistas del siglo XX
predominó –repito- el modelo estadista-burocrático, mal llamado “socialismo real
o “socialismo de Estado”, y su crisis en Europa Oriental devino en
restauración capitalista a lo Occidental y en China en un capitalismo de Estado
“sui generis”.<BR><BR><STRONG>Cambiar el modelo ratificando la vía
socialista</STRONG><BR><BR>El tema del estancamiento, la crisis del
estatismo y la necesidad del cambio de modelo en Cuba viene planteándose desde
hace tiempo por no pocos militantes marxistas, socialistas, comunistas; sin que
esto signifique renegar del socialismo, sino todo lo contrario. De mi parte lo
he planteado desde hace décadas -y en muchas ocasiones- desde una óptica
socialista-revolucionaria.<BR><BR>Ahora quiero transcribir aquí algunos párrafos
del artículo que escribí a raíz de 50 aniversarios de la Revolución
Cubana:<BR><BR>“La opción deseable desde el punto de vista revolucionario, la
que resta por tratar, es la socialización progresiva de lo estatal, a través de
la autogestión y cogestión de los trabajadores, a través de la cooperativización
y/o colectivización de las pequeñas y medianas empresas productivas y de
servicios, de la combinación de variadas formas de propiedad y gestión social, y
de diversas formas de usufructo social de la propiedad pública y de la
conversión progresiva de la economía de mercado en economía de equivalencia (en
la que rija el valor de las mercancías y no sus precios)<BR></DIV>
<DIV align=justify>“La opción deseable desde una óptica revolucionaria es
avanzar hacia una autentica democracia socialista, separando las funciones del
partido y del Estado, y de las organizaciones sociales y del Estado, dándole
vida real al poder popular, a la participación, a los principios de
revocabilidad, al control de ciudadanos sobre las instituciones, al liderazgo
social y político separado o no de los cargos gubernamentales, al relevo
generacional.<BR><BR>“Se trata de acelerar el tránsito hacia un socialismo
autogestionario, participativo, rejuvenecido; hacia una democracia integral. Y
Cuba cuenta con grandes reservas culturales y políticas para lograrlo, lo que
por demás desarmaría políticamente la hipócrita campaña de sus adversarios a
favor de la democracia.<BR><BR>“Se trata también de retomar desde la sociedad
política y civil las líneas de solidaridad en favor de la nueva independencia y
la revolución continental, separando con claridad la diplomacia estatal del
internacionalismo revolucionario necesario, del antillanismo y el
latino-americanismo consecuentes. Y esto ayudaría a acelerar y profundizar el
proceso transformador que tiene lugar hoy en nuestra América, en dirección al
tránsito hacia una democracia participativa y un nuevo socialismo. (CUBA,
Cincuenta años de revolución: viejas herejías reclaman otras nuevas.-30 de
diciembre 2008)<BR><BR>A esas ideas generales he agregado en otros trabajos la
necesidad de asumir a mayor profundidad la erradicación de la cultura machista
patriarcal, el adulto-centrismo (concepción que excluye, menosprecio y subordina
las jóvenes generaciones), la homofobia y el racismo en todas sus expresiones;
así como la necesidad de asumir el tema medioambiental en su real dimensión
emancipadora y de crear un sistema de medios de comunicación generadores de
democracia socialista. Todas metas inseparables de un auténtico proyecto
socialista.<BR><BR>Es claro también que esos ejes de socialización pueden asumir
diferentes modalidades, grados, velocidades, combinaciones y formas
institucionales, dando lugar a modelos específicos en constante
mutación.<BR><BR><STRONG>Superar el retraso y descartar las opciones
pro-capitalistas</STRONG><BR><BR>Lamentablemente el estancamiento se prologó
demasiado y solo ahora se hacen tibios intentos de reformas y readecuaciones,
sin que éstas apunten hacia la socialización de lo estatal y la democratización
a fondo de la sociedad cubana. <BR><BR>En Cuba no se ha agotado el socialismo,
pero si la falta de socialismo en el camino hacia él, determinada por el hecho
de que la expropiación del capital privado y transnacional y el poder de
decisión ha pasado manos de un súper Estado propietario ineficiente y
burocratizado, y no al pueblo trabajador y de la sociedad organizada. Esto sin
negar su destacado papel en materia de reducción de las desigualdades, salud
pública, educación, deportes… aun dentro de significativas precariedades y
sin obviar que es mucho más fácil transitar de la estatización a la
socialización que de la privatización al socialismo.<BR><BR>No se debe perder de
vista que la vigencia prolongada de ese modelo ha dado lugar a la aguda crisis
estructural del mismo, aprovechable por los enemigos abiertos y solapados del
socialismo que aspiran a restaurar el capitalismo en cualquiera de sus
variantes. <BR><BR>Por eso, junto a los planteamientos y esfuerzos en favor de
la superación del modelo existente, es preciso disponerse a cerrarle el paso a
todas las variantes de capitalismo, privado o de Estado, burdo o maquillado,
“gusano” o “achinado”.<BR><BR>En medio de esa crisis del modelo los hay
que apuestan al reemplazo del estatismo por un modelo capitalista a lo
Occidental, dándole riendas sueltas a la privatización en todas las vertientes;
y también hay quienes proponen reformas económicas pro-capitalistas al “estilo
chino”: un modelo en que el estatismo modernizado se combine con las
privatizaciones y la ampliación de las concesiones al capital
transnacional.<BR><BR>Estas dos opciones –reitero- son sumamente negativas:
<BR><BR>-La primera porque es entreguista, re-colonizadoras, drásticamente
contra-revolucionaria y altamente traumática.<BR><BR>-La segunda porque aunque
menos traumática, más nacional y desarrollista, es en fin de cuenta capitalista
y, en consecuencia, promotora de la explotación, las desigualdades y las
injusticias sociales <BR><BR>Las dos conducen en términos relativos -y con
vulnerabilidades mayores en Cuba- a situaciones indeseables (aunque distintas en
muchos aspectos), presentes hoy en Europa del Este y en China.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Socialismo o barbarie</STRONG><BR><BR>Como dijimos
muchas veces antes: esa disyuntiva no es fatal. Existe otra opción, una tercera
opción, para superar el status quo en crisis. <BR><BR>Sí, hay otra vía que puede
resumirse así: socializar lo estatal con autogestión y cooperativización,
promover el cuentapropismo y la pequeña propiedad estimulando su asociación,
incorporar nuevas formas de propiedad social y de gestión y co-gestión
democráticas, impulsar la economía de equivalencias, la descentralización y
democratización política hacia la democracia participativa, cultural y de
género, hacia el nuevo socialismo.<BR><BR>Puede resumirse así y
desplegarse y desarrollarse con creatividad, con constante esfuerzos superador,
con formas cambiantes, con intensidades y énfasis distintos.<BR><BR>Entre
estas tres opciones (enunciadas a grandes rasgos y sin descartar otras que
surjan del ingenio y la creatividad socialista) es preciso escoger la mas
conveniente para la colectividad cubana con determinación y de mi parte no
vacilo en favorecer el camino de la nueva democracia y el nuevo socialismo, con
las particularidades y modulaciones de lugar.<BR><BR>Un camino que parte del
análisis crítico-constructivo de las experiencias socialistas fallidas en el
siglo XX y del negativo devenir de los procesos de restauración capitalista en
Europa y en Asia, para revitalizar el ideal socialista, recuperar su
carácter popular-democrático expresado en el origen y en las fases iniciales de
las revoluciones proletarias-campesinas y de liberación nacional del siglo
pasado, subrayar los cambios en el capitalismo y el imperialismo en su
fase senil, asumir los aportes teóricos-prácticos registrados a lo largo de las
últimas décadas y recrear una propuesta socialista a la altura del siglo
XXI.<BR><BR>Asumo esta opción porque estoy convencido hoy es más cierto que
nunca que: o creamos nuevo socialismo camino al comunismo, o no espera el caos,
la destrucción y la barbarie. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>