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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT size=5><FONT color=#800000>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U><FONT color=#000000 size=4>20 de setiembre
2010</FONT></U></FONT><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV>
<HR>
</DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>Debates</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Entrevista a Alex Callinicos
*</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>La teoría marxista y el imperialismo
en nuestros días</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>"En Irak y Afganistán la izquierda
secular se ha desacreditado a sí misma”</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><SPAN
style="FONT-SIZE: 10pt; COLOR: black; FONT-FAMILY: 'Verdana','sans-serif'; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-themecolor: text1; mso-fareast-language: ES"><FONT
face=Arial><STRONG>Callinicos habla sobre como actúa el imperialismo hoy en día
y que parecidos y diferencias hay con el de hace un siglo. Analiza
</STRONG></FONT></SPAN><SPAN
style="FONT-SIZE: 10pt; COLOR: black; FONT-FAMILY: 'Verdana','sans-serif'; mso-bidi-font-family: 'Times New Roman'; mso-themecolor: text1; mso-fareast-language: ES"><FONT
face=Arial><STRONG>la ley del valor de Marx. Y pone en contexto la teoría de
Lenin sobre el imperialismo, para adaptarla al nuevo período histórico que
vivimos. Opina sobre lo que está pasando en Iraq y Afganistán, y critica papel
de las organizaciones de izquierdas en esos países.</STRONG></FONT>
<o:p></o:p></SPAN></DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>En Lucha<BR></STRONG><A
href="http://www.enlucha.org/"><STRONG>http://www.enlucha.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción de Verónica Gottau y Leonardo
Kosloff</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>El Aromo Nº 56, publicación de Razón y
Revolución</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.razonyrevolucion.org/ryr/"><STRONG></STRONG></A> </DIV>
<DIV align=justify></FONT><FONT face=Arial
size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>¿Considera válido el
argumento de Lenin de que el imperialismo es la fase más elevada del
capitalismo? ¿Piensa que existe un cambio cualitativo en la dinámica del capital
a causa de la creación de estados imperialistas, como dijo
Lenin?</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>El título original de Lenin es El imperialismo, la última
fase del capitalismo, que tiene connotaciones bastante distintas a del título
más familiar y tardío. Pienso que él –y los otros grandes marxistas de finales
del siglo XIX y principios del siglo XX- estaban en lo correcto en el haber
identificado un cambio cualitativo ocurriendo en el capitalismo durante su
época. La manera en la que yo resumiría esto desde la retrospectiva de comienzos
del siglo XXI es que el imperialismo es el momento en el cual la competencia
económica entre capitales y la rivalidad geopolítica entre estados se
interceptan para formar, como David Harvey ha correctamente enfatizado, una
unidad contradictoria e inestable.(1) Esta es una idea que desarrollo en detalle
en mi reciente libro Imperialismo y Economía Política Global (2009).</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La teoría del imperialismo de Lenin argumenta que
las actividades extra-económicas de las potencias mundiales es la causa de la
falta de desarrollo de las burguesías locales en los países dependientes. ¿Usted
cree que este énfasis en las relaciones políticas es una buena explicación del
subdesarrollo o podría uno explicar dicha trayectoria con la ley del valor y la
competencia mundial?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>No estoy seguro de que esta sea una buena lectura de
Lenin. En su crítica a la teoría del ultra-imperialismo de Kautsky, el subraya
la importancia del desarrollo desigual – no es sólo que hay desigualdades
económicas entre estados y regiones, sino que éstas son inherentes al
capitalismo y que la distribución de las desigualdades cambia constantemente, de
manera que las alianzas estables entre los poderes dominantes se hacen
imposibles. “Hace cincuenta años Alemania era un país miserable e
insignificante”, escribía –pero ya en su época se convertía en una de las
principales potencias imperialistas. (2) Esto implica que otras nuevas potencias
podrían emerger en el futuro gracias al carácter desigual del proceso global de
acumulación. Lenin ciertamente no es un teórico de la dependencia, y, a pesar de
sus errores (el más notable siendo la teoría de la aristocracia obrera), yo
pienso que él estaría de acuerdo en que las relaciones entre estados y regiones
son reguladas por la “ley del valor y la competencia mundial”.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>¿Podría la crisis de hoy desembocar en una nueva
guerra entre potencias imperialistas como la Primera y la Segunda guerra
mundial?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Dudo que esto suceda a corto plazo, ya que los
potenciales ‘pares competidores’ de los Estados Unidos son demasiado débiles
(Rusia), están demasiado divididos (la Unión Europea), o son demasiado
cautelosos (China) para enfrentarlos, y ninguno está lo suficientemente
desesperado como para contemplar tal enfrentamiento. Pero las tensiones entre
los Estados Unidos y China son serias –más inmediatamente respecto a tasas de
cambio y comercio- y es probable que crezcan en las próximas décadas. La
posibilidad de una confrontación seria entre ellas en el futuro es real.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>En décadas recientes, los Estados Unidos se han
convertido en uno de los países más endeudados. ¿Qué significa este fenómeno
para nuestro entendimiento del imperialismo?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta es una cuestión muy controvertida. Algunos
especialistas académicos radicales, por ejemplo, el difunto Giovanni Arrighi,
argumentan que la deuda externa de los Estados Unidos es un síntoma del
deterioro del imperialismo norteamericano, replicando lo que le había sucedido a
Gran Bretaña en el período de entreguerra. Pero, en un libro reciente, Subprime
Nation (Nación Subprime -el término “subprime” refiere a préstamos a entidades
que son incapaces de pagarlos), Herman Schwartz argumenta que desde comienzos de
los años ‘90 un circuito de flujos financieros se ha desarrollado en el que un
número de países –no sólo los estados del Este Asiático sino también del
continente europeo y los territorios petrolíferos en control de los jeques
árabes- compran valores norteamericanos tanto públicos como privados,
permitiendo así que las inversiones extranjeras directas de las corporaciones de
los Estados Unidos obtengan mucha más ganancia. Según Schwartz, este circuito,
mediado por el sistema financiero inmobiliario norteamericano, ha permitido a
los Estados Unidos mantener un crecimiento más alto que el de otros estados
capitalistas avanzados y de esta manera reproducir su posición hegemónica.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El análisis de Schwartz se apoya en una considerable
evidencia estadística. Pienso que de todas maneras subestima la inestabilidad de
una situación en la que los Estados Unidos dependen cada vez más de préstamos de
China, que no es sólo el más importante potencial retador a la hegemonía
norteamericana, sino que todavía es uno de los países más pobres del mundo. En
el pasado, las potencias imperialistas dominantes financiaron estados
capitalistas más débiles –esta fue la relación entre Gran Bretaña y los Estados
Unidos en el siglo XIX o la de los Estados Unidos y Europa Occidental y Japón a
fines de los años ‘40. Pero ahora una ascendente potencia capitalista ayuda a
financiar a la potencia hegemónica. De todas maneras, uno de los rasgos
interesantes del análisis de Schwartz es que el actual conjunto de flujos
funciona a beneficio de los intereses de las clases dominantes de los estados
acreedores. De esta manera, el afirma que en China los hijos de la élite del
partido, que se han constituido como una nueva élite económica, tienen un
interés en el modelo de bajos salarios y altas exportaciones que sostuvo el
flujo de capital a los Estados Unidos. (3) O de nuevo, los bancos y los fondos
de pensiones de los que Schwartz llama los ‘Ricos Reprimidos’ –Japón, Alemania,
y Europa continental- deben ser capaces de comprar vastas cantidades de valores
que son generados por el sistema financiero de los Estados Unidos y que sus
propios, y más ajustadamente regulados sistemas, son incapaces de proveer.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero la situación es extremadamente contradictoria. Tal
como durante los años ‘30, el conflicto entre estados acreedores y deudores es
un factor crecientemente prominente en la crisis económica global presente. Esto
no es solamente cierto respecto a las relaciones entre los Estados Unidos y
China. Una dimensión clave de la crisis de la zona del euro es el conflicto
entre Alemania y las economías periféricas del sur de Europa, que pidieron
prestado en exceso de los bancos franceses y alemanes, más que nada para
importar desde Alemania.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>¿Considera que la idea de capital monopolista es
adecuada para definir el corriente ciclo de acumulación de capital? ¿Cuál es el
lugar de la ley del valor y la competencia internacional en esta
explicación?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>No, no encuentro el concepto de capital monopolista
particularmente útil. Literalmente esto implica que, en sectores individuales,
una compañía es dominante. Pero esto es empíricamente falso. Incluso en la
cumbre de la era del ‘capitalismo organizado’ de mediados del siglo 20, cuando
una compañía podría haber dominado un sector nacional particular, usualmente con
apoyo estatal, estas compañías estaban sujetas a la competencia de rivales
locales o extranjeros. Pero las últimas décadas han visto este tipo de arreglos
privilegiados desmoronarse o al menos haber sido severamente saboteados. Incluso
compañías muy grandes y de base firme han encarado una severa presión de
competidores extranjeros –cf. la decadencia de General Motors y el ascenso de
Toyota tanto en los mercados de automóviles globales y de los Estados
Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La ley del valor es ejercida por la competencia de
‘muchos capitales’. Debido a que el concepto de capital monopolista implica el
fin de la competencia –no simplemente en un sector (de lo que Marx da cuenta a
través de una redistribución de la plusvalía de compañías que no son monopólicas
a las que sí lo son) sino a través de una economía- implica también el fin de la
ley del valor. En ese sentido Baran y Sweezy estaban siendo completamente
consecuentes al haber roto con la teoría del valor de Marx en El Capital
Monopolista. Pero la premisa de su argumento es falsa: el capital monopolista no
existe a través de la economía. Lo que tenemos en muchos casos es competencia
oligopólica. Guglielmo Carchedi, quien tiene un buen análisis de cómo integrar
esta forma de competencia en la teoría del valor, resume bien esta
posición:</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Mientras los monopolios (en el sentido estricto) sí
existen, la realidad de hoy día es dominada por oligopolios, por unidades de
capital grandes y tecnológicamente avanzadas que han ganado una gran parte del
mercado por haber aplicado tecnologías avanzadas de gran escala. Es la
aplicación de estas tecnologías avanzadas a gran escala (la que es posible
gracias a la escala del capital invertido) que resulta en una competitividad y
posición en el mercado superior para estos capitales. Los oligopolios no
suprimen la competencia pero,…, entablan tanto nuevas como viejas formas de
competencia entre ellos mientras que son capaces de restringir la competencia de
capitales más pequeños y débiles.” (4) </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La teoría del imperialismo supone el predominio
de monopolios, lo cual implica la negación de la competencia, y en última
instancia, de la ley de valor. Así, algunos autores sostienen que las ganancias
capitalistas dejarán de depender únicamente de la extracción de plusvalía y que
el incremento en plusvalía dejará de ser una preocupación para el capital. ¿Está
usted de acuerdo con este punto de vista? ¿De ser así, que implicancia tendría
esto para la lucha de clases?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Como ya lo he aclarado, rechazo esa visión. Sin duda,
Lenin llama imperialismo a “la fase monopolista del capital”. Pero dado que él
también lo considera como impulsado por la competencia entre los principales
estados capitalistas, su teoría parece inconsistente. Las tensiones son
evidentes en pasajes como el siguiente: “ los monopolios, que se han
desarrollado a partir de la libre competencia, no eliminan a esta última, sino
que existen por sobre ésta y a la par de ésta, y por ende ocasionan un gran
número de antagonismos agudos e intensos, fricciones y conflictos”. (5) Yo creo
que el fundamento de gran parte del análisis de Lenin es más consistente con la
idea de competencia oligopolistica. Bukharin, como un teórico económico más
riguroso (pero también menos flexible, como lo señaló Lenin cuando lo criticó
por su falta de dialéctica), extrae las consecuencias de la idea de capitalismo
monopolista. Para él, el imperialismo culmina en capitalismo de estado, donde
las tendencias de las crisis económicas (las cuales él identifica con
desproporcionalidades entre el consumo y la producción y entre las diferentes
ramas de producción) pueden ser eliminadas por medio del control político. Él
considera que la irracionalidad del capitalismo persiste, no obstante, en la
forma de competencia político-militar. Este análisis llevó a Bukharin, en las
vísperas de las crisis de Wall Street en 1929, a descartar la posibilidad de una
mayor crisis económica. Como detallo en mi libro, una de las mayores debilidades
de la teoría marxista clásica de imperialismo es su falta de integración con un
adecuado entendimiento de la teoría de valor y crisis de Marx.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>De la misma manera que ciertos autores consideran
que la burguesía en naciones centrales es diferente a la de los países
dependientes, ellos también creen que hay diferencias entre las clases
trabajadoras en esas dos categorías de países. ¿Cuál es su
opinión?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Claramente hay diferencias en ambas clases, capitalistas
y trabajadoras, que surgen de su posición relativa en la jerarquía global de
poder y riqueza. Pero si usted se refiere a teorías tales como la concepción de
Lenin de la aristocracia obrera o la idea de intercambio desigual, lo cual
implica que los trabajadores en el Norte participan de la explotación de los
trabajadores en el Sur, rechazo estas teorías. Ellas no tienen una
fundamentación segura en la teoría de valor de Marx y son también discutibles
empíricamente. La teoría de la aristocracia obrera se contradice por el hecho
que, en toda Europa, fueron los obreros metalúrgicos, organizados y con buenos
salarios, quienes lideraron la revuelta de los trabajadores en la primera guerra
mundial y se unieron para la Internacional Comunista. El sindicato burócrata– la
capa especial de dirigentes de tiempo completo que media entre los obreros y el
capital – es un fenómeno socio-político importante, pero no es lo mismo que la
aristocracia obrera de Lenin de trabajadores especializados que viven de
ganancias coloniales. Fue Rosa Luxemburgo quien promovió el análisis marxista de
la burocracia sindical, no, me temo, Lenin.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los teóricos del intercambio desigual no pueden explicar
por qué los principales flujos de capital no son de Norte a Sur, que es lo que
la idea que los bajos salarios en el Sur son la principal fuente de plusvalía
mundial implicaría. Entre 1992 y 2006 los países desarrollados recibieron más de
dos tercios de los flujos de las Inversiones Extranjeras Directas (IED). Por lo
general, son EE.UU. y Gran Bretaña los principales receptores de IED, no China o
India. Estas estadísticas se ven distorsionadas por las adquisiciones y fusiones
en Wall Street y en el centro financiero de Londres, pero también reflejan una
profunda realidad. En la teoría de valor de Marx el grado de explotación es
determinado no solo por el nivel de los salarios reales sino también de forma
crucial por la productividad de los trabajadores. Los niveles de productividad
son más elevados en los países capitalistas avanzados y por consiguiente
continúa siendo rentable para las empresas seguir invirtiendo ahí. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por supuesto, los trabajadores en el Sur tienen un nivel
de vida mucho más bajo que en el Norte. Ellos no tienen los desarrollados
estados de bienestar de Europa occidental y coexisten con a menudo formaciones
muy complejas de sub-proletarios y pequeños comerciantes que la ciencia social
dominante tiende a clasificar como “sector informal”. Estas son realidades
sociales y políticas muy importantes que continúan marcando la diferencia entre
el Norte y el Sur. Pero estas diferencias no están contempladas al decir que los
trabajadores del Norte explotan a sus hermanos en el Sur.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>¿Cómo debería uno definir una relación colonial o
semi-colonial? ¿Cuál es la diferencia entre los imperios y sus colonias en los
siglos diecisiete y dieciocho versus aquellos en los estados nación en el siglo
veinte?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Se entiende mejor a una relación colonial como una
relación de subordinación política directa – por ejemplo, la que tuvo Gran
Bretaña e India entre 1750 y 1940. Lenin define semi-colonias como “las diversas
formas de los países dependientes que, desde el punto de vista político, son
formalmente independientes, pero en realidad, están inmersos en la red de
dependencia diplomática y financiera”. (6) Los ejemplos se pueden ver en “el
imperio informal “de Gran Bretaña en China y América Latina antes de 1914. Pero
uno debe ser cuidadoso aquí porque, como lo señaló Lenin, la mera posesión de
soberanía estatal tiende a darle a la clase dominante de la ‘semi-colonia’ más
lugar para maniobrar que sería el caso si fueran súbditos coloniales del otro
estado. Esto se puede ver, por ejemplo, con Argentina en la década de 1930 y
1940, que trató de usar la rivalidad inter-imperialista entre Gran Bretaña y
Alemania para su propio beneficio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La forma de estado no es meramente formal: marca una
diferencia. Es importante entender esto porque hay ahora varios estados
capitalistas en la así llamada ‘semi-periferia’ – China, India, Corea del Sur,
Brasil, Sudáfrica– que sería ridículo describirlos como ‘semi-colonias’ porque
ellos han usado su soberanía y las oportunidades ofrecidas por el sistema inter
estatal para convertirse en centros de acumulación de capital relativamente
independientes. Tu pregunta es muy amplia para contestarla en este espacio
disponible. Pero permítame remarcar una diferencia relevante entre el
imperialismo británico y norteamericano. Como lo señaló Perry Anderson, un rasgo
distintivo del capitalismo británico es que éste surgió de la competencia con
entidades precapitalistas –imperios tributarios en el Este y monarquías
absolutas en Europa. En India, Gran Bretaña heredó los mecanismos de extracción
del Imperio Mughal (aunque India estaba cada vez más integrada en circuitos
específicamente capitalistas). Incluso durante el auge de la hegemonía británica
a mediados del siglo XIX, podemos encontrar a Lord Palmerston manejando
relaciones con grandes imperios de tierras tales como Austria, Prusia y Rusia.
Es el surgimiento de rivales capitalistas a fines del siglo XIX –EE.UU. y
Alemania– lo que llevo al imperialismo británico a su descenso.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En contraposición, EE.UU. surgió para reemplazar a Gran
Bretaña como el poder hegemónico en precisamente este contexto de rivalidad
entre estados capitalistas. Un elemento clave en la dominación de Washington es
su habilidad para institucionalizar la cooperación bajo su liderazgo entre los
estados capitalistas avanzados. Esta es la importancia de la construcción de la
institucionalidad de la segunda parte de la década de 1940 –las instituciones de
Bretton Woods, ONU, OTAN, etc. Lo que las sucesivas administraciones americanas
han estado intentando desde el fin de la guerra fría es tanto mantener como
extender (por ejemplo la expansión de OTAN y la Unión Europea) este sistema de
cooperación institucionalizada pero liderada por EE.UU.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un rasgo interesante de esta situación actual es el
efecto potencialmente desestabilizador del surgimiento de las así llamadas
“economías de mercados emergentes” -China, India, Brasil, Sudáfrica, Turquía,
etc. –que han estado marginadas o fuera de estas estructuras. El efectivo
reemplazo del G8 por el G20 como el principal foro económico inter estatal –que
fue impulsado por George W. Bush pero extendido por Obama– podría verse como un
intento por parte de Washington de incorporar totalmente a estos estados al
espacio capitalista liberal dirigido por EE.UU. por medio de la extensión del
sistema de cooperación institucionalizada. Escuché a Robert Wade sostener que el
G20 permite que EE.UU. enfrente al BRIC con UE, pero estas dos interpretaciones
son perfectamente consistentes entre sí.<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>¿Cómo debería uno interpretar la instalación de bases
en América Latina, el Medio Oriente, pero también en Europa?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde el análisis pionero de William Appleman Williams en
The Tragedy of American Diplomacy (1959) ha sido muy común ver a EE.UU. como a
un “imperialismo no territorial”. En otras palabras, más que formalmente
colonias anexas, el capitalismo americano buscó crear un mercado mundial abierto
que pudiera dominar debido a su relativa fortaleza económica. Creo que esta
interpretación es en líneas generales correcta –especialmente porque EE.UU.
intentaba dominar un mundo de estados capitalistas. La estrategia alternativa se
experimentó en la Alemania de Hitler –la construcción de un imperio continental
por medio de la conquista armada. Incluso si no hubiera fallado debido a la
derrota militar, probablemente tampoco hubiera sido sustentable indefinidamente:
el estado Nazi no hubiera podido manejar la gran mayoría de las sociedades
capitalistas avanzadas de esa época sólo por medio de la coerción y el
terror.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Así que la estrategia americana de dominación no
territorial resulto ser más viable (en gran medida porque el capitalismo
norteamericano era mucho más fuerte que cualquiera de sus rivales). Pero lo que
EE.UU. descubrió, primero durante la Segunda Guerra Mundial y después nuevamente
durante la Guerra Fría, era que esta estrategia requería de la proyección de la
fuerza militar a gran escala. Tanto entre 1939-41 e inmediatamente después de
1945, EE.UU. esperaba que Gran Bretaña pudiera llevar la principal carga militar
en Europa. Pero Gran Bretaña era muy débil para esto, y EE.UU. tuvo que
desplegar sus propias fuerzas, primero para vencer a Alemania, y luego,
especialmente después del comienzo de la Guerra de Corea, para contener a URSS.
Esto necesitaba del desarrollo de una red global bases aéreas y navales, un
proceso que comenzó con la Segunda Guerra Mundial: Roosevelt y los jefes de
estados presionaron duramente para capturar varias islas del Pacifico con este
objetivo en mente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De algún modo esto es una extensión de lo que Gran
Bretaña hizo en los siglos XVIII y XIX – adquirir una serie de bases que le
permitieran a la Marina Real (Royal Navy) –su principal forma de proyección de
poder- operar en forma global. Vale la pena destacar este elemento de
continuidad histórica porque el Pentágono aun prefiere confiar en la fuerza
naval y aérea más que en las tropas de infantería. EE.UU. tiene el ejército más
poderoso del mundo, pero tiene un registro pobre de éxitos. La única gran guerra
en tierra que ha ganado desde 1945 fue contra Irak en 1990-1, cuando tenía
prácticamente al mundo entero de su lado. Corea resultó en punto muerto, en
Vietnam fue derrotado, en Irak sufrió una semi derrota cuyo resultado es aun
incierto, y Afganistán no se ve muy bien.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>¿Cuál sería el rol político de la izquierda
revolucionaria en lugares afectados por invasiones militares (Irak, Afganistán)?
¿Es la intervención puramente “extranjera”?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Para contestar la segunda pregunta primero, la
intervención es frecuentemente no puramente extranjera. Tanto Irak como
Afganistán han implicado un elemento importante de guerra civil. De hecho, en
Irak, una vez que surgió la insurgencia, EE.UU. sólo pudo mantenerse manipulando
tensiones entre Sunia y Chiitas, a un precio humano atroz. Pero la realidad
preponderante es de ocupación extranjera. En principio, el rol de los marxistas
revolucionarios en dichas situaciones debería ser vincular la resistencia a la
ocupación con la lucha de clases, intentando abrir un panorama de liberación
tanto nacional como social. La experiencia de los movimientos de resistencia en
la Europa ocupada por los Nazis ilustra las posibilidades, así también como los
riesgos, de esta perspectiva.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lamentablemente, en Irak y Afganistán nos encontramos con
una situación en donde la izquierda secular, históricamente fuerte en ambas
sociedades, se ha desacreditado a sí misma –un poco debido a su asociación con
fuerzas imperialistas (URSS en el caso de Afganistán, EE.UU. en el caso del ala
del Partido Comunista Iraquí, que apoyó la invasión de 2003). El resultado es
que la lucha contra las ocupaciones está dominada por fuerzas políticas
islámicas. Esto no afecta nuestras tareas fuera de Irak y Afganistán: mientras
que el movimiento contra la guerra debe concentrarse en hacer campaña para poner
un fin a las ocupaciones, los revolucionarios deben darle la bienvenida a la
derrota de EE.UU. y sus aliados por parte de las insurgencias predominantemente
islámicas. La tarea de los revolucionarios dentro de estos países es muy
difícil: establecer las bases, en condiciones por lo general extremadamente
desfavorables, para una nueva izquierda, genuinamente anti capitalista y anti
imperialista.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>* Nota de Correspondencia de Prensa:</STRONG> Alex
Callinicos, dirigente del Socialist Workers Party (SWP) de Inglaterra. Es
catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de York y uno de los
principales intelectuales de la izquierda marxista revolucionaria de Europa.
Autor de numerosos libros y ensayos, destacamos aquí los que han sido editados
en castellano: Contra el posmodernismo. Una crítica marxista (El Áncora,
Colombia, 1994); Contra la tercera vía (Crítica, España, 2002); Un manifiesto
anticapitalista (Crítica, España, 2003); Igualdad (Siglo XXI, España, 2003); Los
nuevos mandarines del poder americano (Alianza, España, 2004).
<BR><STRONG><U></U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U></U></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>1) Harvey, David: The New Imperialism, Oxford, London,
2003. <BR>2) Lenin, Vladimir: “El Imperialismo, la fase más avanzada del
capitalismo”, en Obras completas, tomo XXII, Moscú, 1964, p. 295. <BR>3)
Schwartz, H. M.: Subprime Nation: American Capital, Global Capital, and the
Housing Bubble, Ithaca, 2009, p. 168. <BR>4) Carchedi, Guglielmo: Frontiers of
Political Economy (Fronteras de Economía Política) (London, 1991), p. 232.
<BR>5) Lenin, op. cit., p. 266. <BR>6) Lenin, op. cit., p. 263.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>