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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>20 de setiembre 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Cuba</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Fidel Castro: el otoño del
chocheo</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
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<DIV align=justify> </DIV></DIV>
<DIV align=justify></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG>Alexander Cockburn
*</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial
size=2>CounterPunch</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><A href="http://www.counterpunch.org/"><FONT
face=Arial size=2>http://www.counterpunch.org/</FONT></A><BR><FONT face=Arial
size=2>Traducción de Ramona Sedeño</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.sinpermiso.info"><STRONG>www.sinpermiso.info</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>Algunos dirigentes políticos maduran
en el ocaso: el octogenario Jimmy Carter es a menudo más sensato ahora de lo que
lo fue hace cuarenta años. Otros ahorran al mundo sus cábalas nocturnas, no
siempre voluntariamente: Ronald Reagan sucumbió al Alzheimer; Ariel Sharon sigue
con vida vegetativa, pero está muerto para el mundo. Desgraciadamente, Fidel
Castro se rompió un brazo y una rótula cuando trastabilló en aquel malhadado
escalón de cemento hace seis años. Ojalá que también se hubiera partido la
lengua, ahorrándoles a sus antiguos admiradores, entre los que me cuento, el
espectáculo de ver precipitarse en el disparatario a quien fue un gran
revolucionario. </FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Si el presidente Raúl Castro quiere defender los méritos
de Cuba en materia de derechos humanos, no tiene sino que recurrir al hecho de
que su hermano no ha sido destituido de su cargo como Primer Secretario del
Partido Comunista y arrojado en una celda aislada de la Casa de Dementes, el
hospital psiquiátrico de La Habana. Lejos de eso, Fidel tiene acceso irrestricto
a la radio estatal y al periódico oficial Granma. Desde esos dos medios, Castro,
con 84 años, ha venido soltando un chorro continuo de disparates. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Memorable entre sus incursiones en el delirio fue su
brote de conspiracionismo en el sexto aniversario de los ataques al Trade Center
neoyorquino y al Pentágono, sin que se le escatimara desde la televisión cubana
la lectura entera de la descabellada pieza por parte de un locutor de plantilla.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Castro sostuvo que el Pentágono fue alcanzado por un
misil, no por un avión, porque no se halló traza de los pasajeros. "Sólo un
proyectil pudo haber creado el orificio circular ocasionado por el pretendido
avión", según Fidel. "Fuimos engañados, igual que el resto de los habitantes del
planeta". Un sinsentido, huelga decirlo. Se encontraron restos de los pasajeros
del avión que impactó en el Pentágono: dientes y otras partes, con el ADN
correspondiente. Centenares de personas vieron el avión, personas que conocían
la diferencia entre un avión y un misil de crucero. La chatarra del avión se
desescombró del lugar. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Es natural que dirigentes máximos como Castro sean
conspiracionistas por disposición. Puesto que son obsesos del control, lo
azariento y lo accidental les resulta ajeno a su marco de referencia. Si
ocurrió, ocurrió por algo. Y si lo ocurrido fue malo, lo más probable es que se
trate de una conspiración. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Más recientemente, a principios de agosto del presente
año, Castro comunicó a su audiencia en Cuba y en el mundo entero su simpatía por
uno necio tópico, cual es la creencia de que el mundo está dominado por el Club
Bilderberg. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>El octogenario expresidente cubano publicó un artículo el
pasado 18 de agosto, difundido a través de tres de la ocho páginas del órgano
del Partido Comunista, Granma, citando in extenso el libro del escritor de
origen lituano Daniel Estulin, Los secretos del Club Bilderberg (2006), según el
cual los Bilderbergs controlan todo, lo que significa que deben de tener un
cargadísimo orden del día en la única actividad que desarrollan públicamente:
una sesión de tres días una vez al año. Claro está que también se hablan mucho
por Skype y se devanan los sesos conspirando y planeando maldades desde sus
teléfonos móviles. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los seguidores del programa radiofónico de Alex Jones, un
santuario del conspiracionismo, recordarán sin duda la declaración de Estulin en
2007, según la cual habría "recibido información de fuentes internas a la
comunidad estadounidense de inteligencia que sugieren que el gobierno
norteamericano está estudiando un atentado para asesinar al congresista Ron
Paul, porque se sienten amenazados por su creciente popularidad". Los
fragmentos del libro de Estulin reverencialmente citados por Castro –que
califica a Estulin como un hombre honrado y bien informado— reciclan algunas de
las doctrinas de Lyndon LaRouche, uno de los conspiracionistas más alucinantes
de la historia política. (Aún guardo en la memoria la afirmación de LaRouche, en
un anuncio pagado en la cadena CBS en 1984, de que el exvicepresidente Walter
Mondale, que concurría contra Ronald Reagan para las presidenciales, era un
"agente de influencia" de los servicios de inteligencia soviéticos. Era la época
en que LaRouche estaba en estrecho contacto con la Casa Blanca de Reagan.)
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>A juzgar por las citas que ofrece de Estulin, Castro parece
ganado por la idea, según la cual miembros de la marxista Escuela de Francfort
como Thedor Adorno o Max Horkheimer, que llegaron a EEUU huyendo de los nazis
antes de la II Guerra Mundial, habrían sido reclutados por los Rockefeller para
popularizar la música rock a fin de "controlar a las masas" y apartarlas de la
lucha por los derechos civiles y la justicia social [en los 60]. De acuerdo con
Estulin, reverencialmente citado por Castro, "el hombre encargado de asegurar
que a los norteamericanos les gustaran los Beatles fue el propio Walter
Lippman".</DIV>
<DIV align=justify><BR>De modo, pues, que Castro cree que los Beatles fueron
inventados por los Rockefeller y que Walter Lippman, el famosos columnista que,
ya talludito, escribió el borrador de los 14 Puntos del presidente Wilson en
1918, pudo llegar a coronar su carrera político-literaria 50 años más tarde, en
1968, enviando a los Beatles el texto lírico de Revolution, con su
desmovilizador mensaje: "Dices querer una revolución / Bien, ya sabes / Todos
queremos cambiar el mundo /… Pero cuando hablas de destrucción / Ya sabes que no
puedes contar conmigo". (Yo creo recordar que Lennon escribió realmente la
canción como respuesta a mis amigos Tariq Ali y Robin Blackburn, quienes en su
calidad de miembros de la New Left Review y de la IV Internacional habían
sugerido a Lennon que los Beatles arrimaran el hombro para financiar la causa
revolucionaria.) </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Y ahora el último brote de imbecilidad política de Castro ha
sido conceder una entrevista a Jeffrey Goldberg, del Atlantic, permitiendo al
hombre que el propio Castro describe como "un gran periodista" citar a Castro
diciendo que el modelo económico cubano ha sido un desastre. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Goldberg es un periodista atroz, cuyo más notable logro
ha sido colocar en el semanario The New Yorker una larga pieza en favor del
ataque a Irak en 2003, uno de los ejercicios de desinformación más efectivos
destinados a orientar al Congreso y a la opinión pública a favor de la guerra.
La pieza se anunciaba como reveladora "de los posibles vínculos entre Saddam
Hussein y al Qaeda". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Era el momento en que el FBI y la CIA acababan de
destruir la afirmación del partido de la guerra, según la cual había habido un
encuentro entre Mohammed Atta y un agente de la inteligencia iraquí en Praga
antes de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Goldberg vino a salvar los
muebles de la pandilla de Bush. En el corazón de ese falsario artículo de 16.000
palabras se hallaba una entrevista en la ciudad iraquí de Sulaimaniya
–controlada por los kurdos— con Mohammed Mansour Shahab, quien ofreció al ávido
Goldberg todo lujo de detalles sobre sus actividades como enlace entre Osama bin
Laden y los iraquís, pasando armas y otros materiales y equipos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La pieza fue recibida con alborozo por la administración
Bush, como una prueba del vínculo. El golpe de gracia a la credibilidad de
Goldberg llegó el 9 de febrero de 2003, en el London Observer, y lo dio Jason
Burke, el reportero en jefe de la publicación londinense. Burke visitó la misma
prisión en Sulaimaniya, habló con Shabab y dejó establecido fuera de toda duda
que la gran fuente de Goldberg es un mentiroso particularmente torpe, que ni
siquiera conocía la apariencia física de Kandahar, con quien decía haber viajado
para negociar con bin Laden. Fantaseó falsariamente con la esperanza de ver
reducida su condena. Huelga decir que la demolición de Burke no fue noticia para
la prensa estadounidense. Y se calla por sabido que el New Yorker jamás se
disculpó por haber publicado el cuento de Goldberg, desde luego tan dañino como
cualquiera de los artículos publicados por Judith Miller en el New York
Times. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Puesto que Castro ha andado últimamente pregonando alarmas
sobre un posible ataque a Irán, resulta estupefaciente verlo ahora elevar a
Goldberg, un antiguo miembro de la Fuerza de Defensa de Israel, al panteón
periodístico y esforzándose por pintar a su compañero de armas conspiracionistas
en el 11-S, el presidente iraní Ahmadinejad, como a un antisemita. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Una parte de la izquierda ha querido ver en las
displicentes observaciones de Castro sobre el modelo económico cubano una
maniobra táctica para ayudar a su hermano a poner por obra las "reformas" que
harán perder su puesto de trabajo a entre medio millón y un millón de cubanos.
Yo lo veo como una loca falta de juicio de Castro, que primero dijo a Goldberg
que "el modelo cubano no funciona ya más, ni siquiera para nosotros", para luego
decir que había sido malinterpretado y que lo que quería decir era exactamente
lo contrario. Obviamente, un sinsentido. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Luego, Castro –entre varias otras cosas de mal gusto—
llevó a Goldberg a una exhibición de delfines. Y yo me dije: encierren al viejo
loco, liberen a los delfines y conviertan la exhibición en un parque temático de
todos los intentos de la CIA para matar a Castro, incluidas trampas en un
arrecife coralífero. Ironías de la historia: la CIA falló, y hete aquí que
Castro se pone a la tarea, asesinando semana tras semana, metódicamente, su
reputación. </DIV>
<DIV align=justify><BR>* Alexander Cockburn es el editor de CounterPunch.
<HR>
<BR></FONT></DIV></BODY></HTML>