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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>26 de setiembre 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Venezuela</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Venezuela, el
lunes 27</FONT></STRONG><BR><BR></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Guillermo Almeyra<BR>La
Jornada, México, 26-9-10</STRONG></FONT></DIV>
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href="http://www.jornada.unam.mx/"><STRONG>http://www.jornada.unam.mx/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Enlace Socialista,
México</STRONG></FONT></DIV>
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href="http://www.enlacesocialista.org.mx/"><STRONG>http://www.enlacesocialista.org.mx/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>Las elecciones legislativas y
regionales del domingo 26, cualquiera sea su resultado, cambiarán el panorama
político venezolano y el país pasará a otra etapa, más conflictiva, el lunes 27,
con un país casi dividido por mitades. Creo –y espero– que la alianza chavista
conseguirá la mayoría si no es muy alta la abstención –motivada por el
desinterés y la desmovilización o por el deseo insano de castigar al gobierno– y
si grandes masas concurren a las urnas, a pesar de sus críticas y protestas,
para derrotar a la oligarquía y al imperialismo, que son los enemigos
principales aunque no los únicos de la liberación nacional y
social.</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Pero lo que está en juego no es tanto la mayoría sino el
control de la Asamblea Nacional y, en segundo lugar, medir si el gobierno
mantiene el mismo grado de apoyo que ha tenido hasta hace poco a pesar del
impacto de la altísima inflación, de la caída del ingreso real de los
trabajadores, de la corrupción y de la alta inseguridad, que la derecha atribuye
exclusivamente al gobierno, como si las empresas capitalistas, el sistema
capitalista, la agresión internacional capitalista, la crisis capitalista
mundial no tuviesen nada que ver en ello.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En efecto, hasta el 26, la Asamblea es casi unánimemente
chavista (lo fue por completo, pero después el gobierno perdió en ella algunos
aliados) porque la oposición se abstuvo creyendo que eso la ayudaría a derrocar
a Hugo Chávez. Pero el 26 se decidirá si la oligarquía entra en el Parlamento
como una fuerza vociferante, pero impotente o si, por el contrario, consigue el
número de curules necesario para paralizar la institución o, peor aún, para
enfrentar una Asamblea Nacional mayormente opositora al Poder Ejecutivo. La
Fedecámara, organismo de los patrones, apuesta a esta última posibilidad y
permitirá que los trabajadores salgan a votar (además, por supuesto, de tratar
de comprarles los votos a los más atrasados).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Porque la actual opción legal y electoral de la
oligarquía parte de la comprensión de que el golpe cívico-militar no está al
alcance de su mano y, entonces, le conviene disputar el poder desde las regiones
y las instituciones, apoyándose siempre en el grueso de sus fuerzas, es decir,
en el capital financiero internacional y en la acción de Washington, además de
la comunidad judía local (la cual, aunque nunca hizo tantos negocios, achaca a
Chávez su apoyo a Irán).</DIV>
<DIV align=justify><BR>En las elecciones anteriores el Partido Socialista
Unificado de Venezuela (PSUV) logró menos votos que el total de sus afiliados.
Esta vez Hugo Chávez encabezó personalmente una movilización casa por casa para
tratar de evitar el deterioro de su apoyo popular y convencer de que había que
cerrar filas ante el peligro que corre el proceso bolivariano. Da la impresión
de que ha logrado éxito, pero eso sólo se verá al abrirse las urnas. Porque el
problema es que el caos económico y social que vive dicho proceso se debe
fundamentalmente a que el gobierno, a pesar de las proclamas de Chávez sobre las
misiones, el poder popular y la autogestión, se apoya mucho más en el aparato
del Estado, civil o militar que en la participación y el poder popular, en el
territorio y en las empresas, lo cual favorece el fortalecimiento de la
especulación, la boliburguesía, la corrupción, el oportunismo en la burocracia
gubernamental. Para colmo, la caída del precio del petróleo no sólo obstaculiza
los planes integracionistas a escala latinoamericana, como el Banco del Sur
(que, además, ni los parlamentos argentino y paraguayo aprobaron ni Brasil tiene
interés en crear, pues tiene su propio Banco de Desarrollo, que presta más que
el Banco Mundial) o los oleoductos, gasoductos y negocios bilaterales, además de
la construcción del sucre como moneda única de intercambio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Si el gobierno no lograse una mayoría confortable y
mantener su control en la Asamblea Nacional, la oligarquía y el imperialismo se
sentirían fuertemente alentados y le harían la vida imposible. Eso provocaría
emigraciones de oportunistas del aparato estatal y del PSUV, y tensiones y
rupturas en la burocracia y la tecnocracia gobernantes, así como una mayor
confusión en la izquierda (y la ultraizquierda) antioligárquica pero también
antiburocrática e igualitaria.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y pondría en duda todos los planes internacionales de
Venezuela, tanto en lo que se refiere al apoyo a los pequeños países caribeños y
centroamericanos de la Alba como a Cuba y el papel de Caracas en la construcción
de la Unasur, que dependería por completo de Brasil. Como hemos dicho, también
postergaría los proyectos latinoamericanos integracionistas y la idea misma, que
no salió nunca de las primeras declaraciones, de una Quinta Internacional como
eje de quienes en el mundo todo luchan contra el imperialismo y por una
alternativa a la dominación capitalista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el pasado reciente, los sandinistas nicaragüenses, al
perder las elecciones, cedieron el gobierno y el poder a los agentes de Estados
Unidos. En los medios militares chavistas circula en cambio la tentación de
hacer pesar la dura mano de las fuerzas armadas en el caso de una elección
desfavorable en el mismo momento en que la eliminación del Mono Jojoy da un
nuevo golpe durísimo a las maltrechas FARC y refuerza al ejército y al gobierno
de Colombia, que son una amenaza para Caracas. Pero Chávez, hasta ahora, basa su
legitimidad en el apoyo popular, refrendado por múltiples elecciones sucesivas.
Modificar por la fuerza los resultados de las urnas o cerrar la Asamblea
llevaría más a la derecha a las clases medias, que son el principal apoyo de la
oligarquía, y aislaría a Chávez en el plano internacional, deslegitimándolo. Lo
que en cambio está en el orden del día en Venezuela es la necesidad de más y no
de menos democracia. O sea, de una movilización y participación decisiva de los
trabajadores.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>