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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT>
<BR><U>6 de octubre 2010</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante -
Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Debates <BR><BR>Huelga y lucha de
clases</FONT></STRONG><BR> <BR></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG>John Brown<BR></STRONG><A
href="http://iohannesmaurus.blogspot.com/"><STRONG>http://iohannesmaurus.blogspot.com/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><EM></EM> </DIV>
<DIV align=justify><EM>"el salario constituye la forma más radical de
privatización pues no es otra cosa que el precio de mercado de la mercancía
capitalista por excelencia, la fuerza de trabajo."</EM> Akis Gavriilidis
(1)<BR><BR>Huelga decirlo, la huelga es necesaria. Necesaria como medida
evidente y elemental de resistencia ante una ofensiva feroz y sin final
previsible. Necesaria también desde otro punto de vista: las organizaciones
sindicales que representan o dicen representar lo que queda del trabajo de
contractualidad indefinida llaman a un movimiento testimonial cuya derrota ellos
mismos predicen e incluso auspician. Esta limitadísima representación no puede
corresponder a la actual composición social del trabajador colectivo: la mayoría
de los trabajadores y de las personas que contribuyen a la reproducción de esta
sociedad sin llamarse trabajadores (jubilados, amas de casa, niños, parados,
marginados, errantes etc.) necesitan ir más allá de lo representable por los
sindicatos, partidos y demás aparatos de Estado y seguir dando valor no a su
trabajo, sino a sus propias vidas. La huelga debe para ello afirmar la fuerza
social de quienes producen y constituyen en sus propios cuerpos y vidas los
comunes productivos mediante su inteligencia, su imaginación y sus afectos, sin
los cuales ninguna producción sería posible. Y es que sin algo tan común, en
todos los sentidos del término como el lenguaje y el afecto, como el amor de lo
colectivo y de lo compartido, sin la comunicación e incluso el malentendido,
ninguna sociedad sería posible. Ni el lenguaje ni el afecto pertenecen ni pueden
pertenecer a ningún patrón. La huelga debe proyectarse más allá del trabajo y
del salario como afirmación soberana de lo común y de sus productores. Ante el
fracaso ridículo del capitalismo y de sus comparsas laboristas que sólo
reconocen como productivo de valor al trabajo asalariado, se trata de afirmar no
ya que otro mundo es posible, sino que el del capitalismo está dejando de ser
real, se convierte como el extinto socialismo real en fantasma de sí mismo.
<BR><BR>La crisis somos todos: la crisis no es una crisis que los capitalistas
nos impongan, sino algo que el trabajo vivo asalariado y no asalariado, en
cualquier caso ya no definible por el salario, ha impuesto al propio capital.
Por eso no tiene sentido hablar de que "ellos nos imponen su crisis". El
principal motivo de la crisis es el endeudamiento público y privado generalizado
con el que el trabajador colectivo ha respondido a la ofensiva neoliberal en su
propio terreno. Frente al eclipse del Estado del bienestar programado por los
neoliberales, ha impuesto el endeudamiento público como manifestación por
excelencia de lo común. La crisis es el resultado de la incompresibilidad del
deseo de quienes producen lo común, de los únicos que hacen el mundo y que no
son desde luego los capitalistas. Deuda pública y privada no son más que un modo
de (re)apropiación de la riqueza común por parte de las mayorías. Por mucho que
haya puritanos en la izquierda que critiquen esta actitud como consumista.
<BR><BR>Hoy lo más utópico e inviable son las consignas reformistas: pleno
empleo, mantenimiento de los servicios públicos estatales etc. Son simplemente
irrealizables en el marco actual, el de un capitalismo que nunca más volverá
atrás, al modelo fordista y keynesiano o a sus caricaturas socialistas. Y no lo
hará, porque el proletariado realmente existente ha impuesto el abandono del
fordismo que sólo sigue siendo una utopía para cierta izquierda poco al tanto de
la "situación concreta". Lo realista hoy es exigir la apropiación colectiva de
la riqueza mediante formas de renta enteramente disociadas del trabajo. Hacer lo
que ya hacen los capitalistas financieros, pero de forma generalizada,
convirtiendo el acceso a la riqueza común en el derecho básico de una nueva
ciudadanía. Lo realista hoy es reivindicar el comunismo como democracia basada
no en la propiedad privada o pública, sino en el libre y general acceso a los
comunes. <BR><BR>La huelga fracasará si sigue limitándose a la franja asalariada
con contrato indefinido (mal) representada por los sindicatos y por la izquierda
tradicional. Debe adquirir la dimensión de la producción efectiva actual y
hacerse metropolitana: no paralizar los centros de producción y administración,
sino el propio tejido urbano, desde los poros mismos del tejido de
(in)comunicación y afectosque hace y reproduce en cada momento la sociedad como
tal. Parar es hacer cosas tan absurdas como hablar con cualquier desconocido de
lo que nos ocurre individualmente y de lo que nos ocurre a todos, afirmar por
doquier el desprecio hacia quienes pretenden mandarnos y representarnos.
Participar en las manifestaciones y huelgas, pero no de cualquier manera,
rechazando no esta economía, sino la lógica de la economía en general. Se trata
de salir de la trampa de los supuestos "intereses de clase" que los sindicatos y
partidos de izquierda dicen representar e incluso "conocer". El único interés
"de clase" del proletariado es dejar de serlo: por ello mismo, quienes pretenden
representarlo y reforzar su "identidad de clase" sólo consiguen ser fieles
agentes de la "economía", esto es de la reproducción del capital. <BR><BR>El
griego moderno tiene una misma palabra para "orden" y para "clase": "taxi". Es
la raíz de la palabra taxinomia, utilizada en biología para referirse a la
clasificación de las especies animales. En el término "clase", como en todo lo
que tiene que ver con el poder biopolítico de la economía anida la animalización
de nuestra especie por medio de su despolitización. La gran paradoja del
marxismo es que la lucha de clases proletaria, incluso la dictadura del
proletariado, no tienen por finalidad representar los intereses del
proletariado, sino abolir al proletariado como tal, suprimir la definición de
los explotados como clase que es inseparable de la propia explotación.
<BR><BR>La lucha de clases no es una relación entre dos términos, dos clases,
sino más bien la imposibilidad de constituir un todo social pacificado cuando la
sociedad se basa en la explotación, la necesaria y permanente división del todo
social, la imposibilidad de una relación constitutiva. No hay complementariedad
posible entre las clases: una tiene una existencia plena y se organiza en
Estado, en poder dictatorial que reproduce la explotación y expropia los comunes
mediante la propiedad pública o la privada; la otra tiene una existencia
evanescente que coincide sólo con su resistencia. El proletariado no reivindica
ninguna propiedad, sea esta pública (estatal) o privada, sino el acceso a la
riqueza productiva común. No hay así encuentro posible entre el proletariado y
la burguesía, no es posible ninguna coincidencia. Entre estas clases que no son
dos, pero que no pueden ser un Estado, pasa lo mismo que según Epicuro nos
ocurre con la muerte: cuando ella está, nosotros no estamos, cuando nosotros
estamos, ella no está. Como recordaba Louis Althusser en su Respuesta a John
Lewis: "hay que superar la imagen del campo de rugby, por lo tanto, de dos
grupos de clases que llegan a las manos, para considerar lo que hace de ellas
clases y clases antagonistas: a saber la lucha de clases. Primacía absoluta de
la lucha de clases (Marx, Lenin). No olvidar nunca la lucha de clases (Mao)." No
hay copresencia de las clases, no hay relación entre ellas. La lucha de clases,
al igual que la relación sexual según Lacan, es una no-relación. Por mucho que
se empeñen en convencernos de lo contrario los distintos aparatos del Estado
capitalista, no hay ni puede haber relación social entre las clases.</DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><U>Nota</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U></U></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify>1) Akis Gavriilidis, "Desclasamiento o clase", Rebelión,
24-9-2010.</DIV>
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<DIV align=justify><BR><BR><BR><BR> </FONT></DIV></BODY></HTML>