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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>20 de octubre 2010<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Francia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Crecen las manifestaciones en contra
de la reforma previsional de Sarkozy</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG><BR>Millones salen a la calle a
protestar</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>El nuevo día de huelgas y protestas,
el sexto desde septiembre, repitió la participación de los anteriores, con el
agravante de la falta de combustible debido al bloqueo de los depósitos y la
huelga en las doce refinerías de Francia.<BR></FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG>Eduardo Febbro, desde París</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Página/12, Buenos Aires, 20-10-10<BR></STRONG><A
href="http://www.pagina12.com.ar/"><STRONG>http://www.pagina12.com.ar/</STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify>A las cinco y media de la tarde, cuatro horas después de que
comenzara la manifestación contra la reforma de las jubilaciones, el último
bloque cegetista arrancó desde la Place D’Italie cantando La Internacional.
Delante se movía una marea humana de sindicalistas, jóvenes, universitarios,
empleados, funcionarios, trabajadores del ferrocarril, empleados del correo,
jubilados y profesores que, al igual que en 270 localidades del país, salieron
por novena vez –sexta desde septiembre– en contra del proyecto de reforma del
sistema de jubilaciones cuya discusión se reanuda hoy en el Senado. Tres
millones y medio de personas según los sindicatos, poco más de un millón para el
Ministerio de Interior –las diferencias abismales son una especialidad
francesa–, el nuevo día de huelgas y protestas repitió la participación de los
anteriores con el agravante de la falta de combustible debido al bloqueo de los
depósitos y la huelga en las doce refinerías de Francia. Pero el éxito de la
jornada no despeja el camino: el gobierno no mueve un ápice de su reforma y los
sindicatos llegan al final de una extensa campaña sin haber conseguido cambiar
el proyecto de ley. La opinión pública apoya en un 71 por ciento al movimiento
de protesta mientras que 79 por ciento de los encuestados estima que el gobierno
debe negociar con los sindicatos. Tanto el presidente, Nicolas Sarkozy, como el
primer ministro, François Fillon, recalcaron que no habrá cambios en el eje
central de la reforma, es decir, el paso de la edad mínima para jubilarse, de 60
a 62 años, y de 65 a 67 para cobrar la pensión entera.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde el balneario de Deauville, donde asistía a una
reunión con la canciller de Alemania y el presidente ruso, Nicolas Sarkozy dijo:
“Un jefe de Estado tiene deberes ante los más jóvenes y ante los desequilibrios
fundamentales del país”. Sin precisar cuáles, Sarkozy prometió medidas para
paliar la falta de carburante y el primer ministro calculó que harían falta
“cuatro o cinco” días para que el suministro de combustible vuelva a la
normalidad. Las manifestaciones de ayer conocieron conatos de violencia en París
y sobre todo en Lyon, donde se vieron escenas dignas de guerrilla urbana entre
los jóvenes y la policía. Los gritos y los carteles graciosos de los jóvenes
bachilleres sobresalieron en todos los cortejos. Había una chispa irónica y a
contratiempo en esa juventud que gritaba “Luchamos por las jubilaciones,
lucharemos para mantenerlas”. Jean, un joven de 17 años de un liceo del distrito
14 de París, decía: “Este es un gobierno de ricos, que dicta medidas para los
ricos, que protege a los poderosos y que, más allá de la batalla por la
jubilación, deja a la juventud y a los ancianos caer en la miseria”. Los
eslóganes cantados en París tenían todos a Nicolas Sarkozy como objetivo y a su
política económica como adversaria. Unas 85 universidades fueron bloqueadas ayer
y entre 400 y 1200 bachilleratos no pudieron celebrar cursos. Las cifras
difieren, al igual que con los manifestantes según la fuente, gobierno o
asociaciones de estudiantes. Los efectos de la huelga se hicieron evidentes en
la distribución de combustible, con 2500 estaciones de servicio sin nafta, lo
que representa el 20 por ciento del total.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Salvo que entre hoy y mañana el Senado bloquee la ley,
Nicolas Sarkozy tendrá su gran reforma. Es un emblema de su mandato, iniciado
bajo la filosofía de la reforma. Pero los franceses son incapaces de situar o
nombrar las reformas impulsadas desde 2007. El tema fue incluso una broma
repetida en los mitines de la campaña electoral para las elecciones europeas de
2009. “¿Quién puede citar una reforma de Sarkozy?”, preguntaba la oposición.
Ahora Nicolas Sarkozy tiene casi ganada su gran reforma, a la vez necesaria para
equilibrar las cajas de la jubilación, reducir los déficit y hacer menos
penalizadora la deuda de Francia. Pero la reforma tiene su doblez filoso. Al
haber rehusado toda negociación, incluso descartando la mano tendida por
sindicatos como la CFDT, Sarkozy creó las condiciones de la actual confrontación
social y terminó delineando una mayoría en contra de la reforma cuando, desde el
principio, la sociedad aceptaba la hipótesis del cambio. La calle salió contra
el gobierno porque el gobierno le cerró las puertas a la calle. Los sindicatos
prevén en el futuro nuevas protestas, incluso si el texto pasa. Lo más
inquietante para la mayoría y su estrategia reeleccionista es la tardía pero
masiva irrupción de la juventud en las calles. 2012 –elección presidencial– está
muy cerca. El factor juventud nunca entró en los cálculos del Ejecutivo. Los
socialistas rearmaron su credibilidad y su mensaje con la batalla de las
jubilaciones. Para una inmensa mayoría de jóvenes, Nicolas Sarkozy pasó a ser el
presidente de los ricos, el hombre cuya inflexibilidad social excluye toda idea
de diálogo. El ideal de una reforma corajuda y aceptada se diluyó bajo los pies
de millones y millones de personas que salieron a la calle. El Ejecutivo llevará
hasta el final la reforma de la jubilación, pero puede que haya perdido en el
camino el lazo con la generación que dentro de dos años irá a las urnas.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>