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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>26 de octubre 2010<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Imperialismo<BR><BR>El deshonor de
Estados Unidos<BR></FONT><BR><BR>Robert Fisk<BR>The Independent</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.independent.co.uk/"><STRONG>http://www.independent.co.uk/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo
Fernández<BR></STRONG><BR><BR>Como es lógico, los árabes lo sabían. Lo sabían
todo de la tortura masiva, de los promiscuos tiroteos contra civiles, del
escandaloso uso del potencial aéreo contra los hogares de las familias, de las
actuaciones de los crueles mercenarios británicos y estadounidenses, de los
cementerios anegados de víctimas inocentes. Todo Iraq lo sabía. Porque ellos son
las víctimas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Sólo nos quedaba fingir que no sabíamos nada. Sólo
nosotros, los occidentales, podíamos responder a cada reclamación, a cada
denuncia contra los estadounidenses o británicos haciendo que apareciera algún
general importante –me viene a la mente el desagradable portavoz del ejército
estadounidense Mark Kimmitt y el horrible presidente de la Junta del Alto Estado
Mayor Peter Pace- que se ponía a envolvernos con todo tipo de mentiras.
Encuentren a un hombre que haya sido torturado y le dirán que eso no es más que
mera propaganda terrorista; descubran una casa llena de niños asesinados por un
ataque aéreo estadounidense y también dirían que es propaganda terrorista, o
“daños colaterales”, o una simple frase: “No tenemos nada que ver con
eso”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por supuesto que todos nosotros sabíamos que siempre
tenían algo que ver con eso. Y el océano de registros militares recién publicado
nos lo demuestra una vez más. Al-Yasira ha llegado hasta extremos
extraordinarios para localizar a las actuales familias iraquíes con hombres y
mujeres asesinados en los controles –he identificado uno de los memorandos
porque informé sobre él en 2004, el coche acribillado a balazos, los dos
periodistas muertos, hasta el nombre del capitán local estadounidense- y fue el
The Independent on Sunday el primero en alertar al mundo sobre las hordas de
indisciplinados pistoleros que volaban a Bagdad para proteger a diplomáticos y
generales. Esos mercenarios que se abrían paso asesinando a todo el que se
pusiera en su camino en las ciudades de Iraq; me insultaron cuando les dije que
estaba escribiendo sobre ellos, allá por el año 2003.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es siempre tentador evitar una historia diciendo “no es
nada nuevo”. Los gobiernos utilizan la idea de que un hecho es una “vieja
historia” para desalentar el interés periodístico, de la misma forma que
nosotros la podemos utilizar para encubrir la pereza periodística. Y es verdad
que los periodistas han visto algo de todo eso antes. Fue el Pentágono quien en
febrero de 2007 envió la “prueba” de la implicación iraní en la fabricación de
bombas en el sur de Iraq a Michael Gordon, del The NewYork Times. La materia
prima, que podemos leer ahora, es mucho más dudosa que la versión vendida por el
Pentágono. Por todo Iraq había aún material iraní depositado desde la guerra
entre Irán-Iraq de 1980-88 y fueron los insurgentes sunníes quienes llevaron a
cabo en aquel período la mayoría de los ataques contra los estadounidenses. A
propósito, los informes que sugieren que Siria permitió que los insurgentes
penetraran en su territorio son correctos. He hablado con las familias de los
suicidas-bomba palestinos cuyos hijos llegaron a Iraq desde el Líbano por el
pueblo libanés de Majdal Aanjar y después a través de la ciudad siria de Aleppo,
al norte, para atacar a los estadounidenses.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero, escrito todo con el gris estilo militar habitual,
aquí está la prueba de la vergüenza de Estados Unidos. Este es un material que
los abogados pueden utilizar en los tribunales. Si 66.081 –me encantó ese “81”-
es la cifra más alta de civiles muertos de que EEUU dispone, entonces el balance
real de muertos civiles es infinitamente mayor ya que esos registros sólo
recogen las muertes de civiles de las que los estadounidenses tenían
conocimiento. Algunos de ellos fueron llevados a la morgue de Bagdad en mi
presencia, y fue el funcionario de alto nivel allí presente quien me dijo que el
ministerio iraquí de sanidad había prohibido que los médicos realizaran
autopsias a los civiles muertos llevados por las tropas estadounidenses. ¿Por
qué no debieron hacerlas? ¿Porque los iraquíes que trabajaban para los
estadounidenses les habían torturado hasta matarlos? ¿Había alguna conexión con
los 1.300 informes estadounidenses independientes de torturas practicadas en las
comisarías iraquíes?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los estadounidenses no consiguieron mejores resultados la
última vez. En Kuwait, los soldados estadounidenses oyeron que los kuwaitíes
estaban torturando a palestinos en las comisarías una vez que liberada la ciudad
de las tropas de Saddam Hussein en 1991. Había incluso un miembro de la familia
real kuwaití implicado en las torturas. Las fuerzas estadounidenses no
intervinieron. Sólo se quejaron ante la familia real. A los soldados se les dice
siempre que no intervengan. Después de todo, ¿qué fue lo que le dijeron el
teniente Avi Grabovsky, del ejército israelí, cuando informó a su oficial en
septiembre de 1982 de que los aliados falangistas de Israel acababan de matar a
varias mujeres y niños? “Ya lo sabemos, no es de nuestro agrado, pero no
interfieras”, le dijo a Grabovsky el comandante de su batallón. Eso ocurrió
durante la masacre en el campo de refugiados de Sabra y Chatila.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La cita viene del informe de la Comisión Kahan creada en
Israel en 1983, sólo Dios sabe lo que podríamos llegar a leer si Wikileaks
metiera la mano en los archivos militares del ministerio de defensa israelí (o
la versión siria, puesto el caso). Desde luego, en aquellos días no sabíamos
cómo utilizar un ordenador y menos aún cómo escribir con él. Y esa, desde luego,
es una de las lecciones importantes de todo el fenómeno de WikiLeaks.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la Primera o Segunda Guerra Mundial o en Vietnam,
escribías tus informes militares en papel. Podían mecanografiarse por triplicado
pero se podías numerar las copias, rastrear cualquier espionaje e impedir las
filtraciones. Los documentos del Pentágono están escritos actualmente en papel.
Necesitas encontrar un topo para conseguirlos. Pero el papel siempre se puede
destruir, mojar, tirar a la basura, triturar todas las copias. Al finalizar la
guerra de 1914-18, por ejemplo, un subteniente disparó contra un hombre chino
después de que un grupo de trabajadores chinos saqueara un tren militar francés.
El chino le había amenazado al soldado con una navaja. Pero durante la década de
1930, se eliminó en tres ocasiones el archivo del soldado y por eso no queda
rastro alguno del incidente. Sólo queda un débil fantasma de aquello en un
diario de guerra del regimiento que recoge la implicación china en el saqueo de
“trenes franceses de aprovisionamiento”. La única razón por la que conozco el
asesinato es porque mi padre era el teniente británico y me contó la historia
antes de morir. No había WikiLeaks en aquel momento.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero sospecho que este tesoro masivo de material de la
guerra de Iraq tiene implicaciones graves tanto para los periodistas como para
los ejércitos. ¿Cuál es el futuro de los Seymour Hershes y del periodismo de
investigación de viejo estilo que The Sunday Times solía practicar? ¿Cuál es el
motivo de enviar equipos de reporteros a examinar los crímenes de guerra y
encontrar “gargantas profundas” en el ejército, si casi medio millón de
documentos secretos militares van a aparecer en una pantalla frente a ti?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todavía no hemos llegado al fondo de la historia de
WikiLeaks, y mucho me temo que hay bastantes más, aparte de unos cuantos
soldados, implicados en estas últimas revelaciones. ¿Quién sabe si todo no llega
hasta lo más alto? Por ejemplo, Al-Yasira, en sus investigaciones, encontró un
extracto de una conferencia de prensa rutinaria ofrecida por el Pentágono en
noviembre de 2005. Peter Pace, el aburrido presidente de la Junta del Alto
Estado Mayor, informa a los periodistas de cómo los soldados deberían reaccionar
ante un cruel trato hacia los prisioneros, señalando orgullosamente que el deber
de un soldado estadounidense es intervenir si ve indicios de tortura. Después la
cámara se mueve un poco más y enfoca la siniestra figura del Secretario de
Defensa Donald Rumsfeld, quien de repente le interrumpe –casi susurrando, ante
la consternación de Pace- “No creo que quieras decir que ellos [los soldados
estadounidenses] tienen la obligación de detenerla físicamente. Su deber es tan
sólo informar”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por supuesto que la importancia de esta observación
–crípticamente sádica a su manera- no apareció en periódico alguno. Pero el
archivo secreto Frago 242 llena de significado aquella conferencia de prensa.
Presumiblemente enviada por el General Ricardo Sánchez, esta es la instrucción
que traslada a los soldados: “Teniendo en cuenta el informe inicial que confirma
que las fuerzas estadounidenses no estaban implicadas en los malos tratos al
detenido, no se producirá investigación alguna a menos que venga ordenada desde
el Alto Mando”. Abu Ghraib se produjo bajo el observatorio de Sánchez en Iraq. A
propósito, fue también Sánchez quien, en una conferencia de prensa, no pudo
explicarme por qué sus tropas habían matado a los hijos de Sadam en un tiroteo
en Mosul en vez de capturarles.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Parece, por tanto, que el mensaje de Sánchez contaba con el
imprimátur de Rumsfeld. Y por eso el General David Petraeus –tan querido por la
prensa estadounidense- fue presuntamente responsable del espectacular aumento de
los ataques aéreos estadounidenses durante más de dos años; 229 bombardeos en
Iraq en 2006, pero 1.447 en 2007. Curiosamente, los ataques aéreos de EEUU en
Afganistán han aumentado un 172% desde que Petraeus se hizo cargo del ejército
allí. Lo que hace más sorprendente aún que el Pentágono esté ahora rebuznando
con que WikiLeaks puede tener sangre en sus manos. El Pentágono ha estado
cubierto de sangre desde el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima en
1945, y para una institución que ordenó la ilegal invasión de Iraq en 2003
–según su propio recuento, ¿no eran 66.000 la cifra de muertos civiles de un
total de 109.000 registradas?-, ponerse a afirmar que WikiLeaks es culpable de
homicidio es ridículo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La verdad, por supuesto, es que si este inmenso tesoro de
informes secretos hubiera demostrado que la cifra de víctimas era mucho menor
que el pregonado por la prensa, que los soldados estadounidenses nunca toleraron
las torturas de la policía iraquí, que raramente dispararon contra los civiles
en los controles y que siempre exigían responsabilidades a los mercenarios
asesinos, los generales de EEUU deberían haber entregado esos archivos gratis a
los periodistas en los escalones del Pentágono. Están furiosos no porque se haya
roto el secretismo o por la sangre que pueda haberse derramado sino porque les
han pillado diciendo las mentiras que siempre supimos que decían.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Documentos oficiales estadounidenses detallan una
escala extraordinaria de actuaciones malvadas</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>WikiLeaks publicó el 22 de octubre en su página de
Internet alrededor de 391.832 informes del ejército de EEUU documentando
actuaciones en Iraq durante el período 2004-2009. Los principales aspectos
recogidos son:</DIV>
<DIV align=justify><BR>Torturas, violaciones y asesinato de prisioneros:</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay cientos de incidentes de malos tratos y torturas a
prisioneros por parte de los servicios de seguridad iraquíes, que incluyeron
violaciones y asesinatos. Debido a que estos hechos aparecen detallados en los
informes estadounidenses, las autoridades de ese país se enfrentan ahora a
acusaciones por no haberlos investigado. Dirigentes y activistas de las Naciones
Unidas están exigiendo una investigación oficial.<BR>Encubrimiento de muertes de
civiles:</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los dirigentes de la Coalición han dicho siempre que no
“recogían cifras de muertos”, pero los documentos revelan que se registraron
muchas muertes. El grupo británico de Iraq Body Count dice que, tras una examen
preliminar de una muestra de los documentos, hay una cifra estimada de 15.000
civiles muertos más, lo que aumentaría el total a 122.000.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Disparos contra hombres que intentan rendirse:</DIV>
<DIV align=justify><BR>En febrero de 2007, un helicóptero Apache mató a dos
iraquíes sospechosos de haber lanzado morteros cuando intentaban entregarse. Se
cita a un asesor militar diciendo: “No pueden rendirse a un avión y siguen
siendo objetivos válidos”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Malos tratos y abusos por parte de las firmas privadas de
seguridad:</DIV>
<DIV align=justify><BR>El Buró del Periodismo de Investigación de Gran Bretaña
dice que encontró documentos en los que se detallaban nuevos casos de supuestas
matanzas de civiles que implicaban a Blackwater, rebautizada después como Xe
Services. A pesar de esto, Xe sigue disfrutando de amplios contratos del
gobierno de EEUU en Afganistán.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La utilización por Al-Qaida de niños y “minusválidos
mentales” para la colocación de bombas:</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un adolescente con síndrome de Down, que mató a seis
personas e hirió a 34 en un ataque suicida en Diyala, representa un ejemplo de
la estrategia de Al-Qaida para reclutar a personas con dificultades de
aprendizaje. Al parecer, un médico vendió a los insurgentes una lista de
pacientes femeninas con dificultades de aprendizaje.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cientos de civiles asesinados en los controles:</DIV>
<DIV align=justify><BR>De los 832 muertos recogidos en los controles en Iraq
entre 2004 y 2009, el análisis del Buró del Periodismo de Investigación sugiere
que 681 eran civiles. Se disparó contra 50 familias, matando a 30 niños. En los
incidentes en los controles sólo murieron 120 insurgentes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Influencia iraní:</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los informes detallan la preocupación de EUU de que
agentes iraníes estuvieran entrenando, armando y dirigiendo militantes en Iraq.
En uno de los documentos, el ejército de EEUU advierte que cree que un
comandante de milicia que estaba detrás de la muerte de soldados estadounidenses
y del secuestro de funcionarios iraquíes había sido entrenado por la Guardia
Islámica Revolucionaria de Irán.
<HR>
<BR></DIV></FONT></BODY></HTML>