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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>17 de noviembre 2010<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV>
<HR>
</DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>Argentina</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>¿A donde va la CTA?
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial>Las elecciones del 23/9 han dado un
fuerte golpe a la credibilidad de la CTA [la segunda central sindical
argentina] </FONT><BR></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Enrique Gandolfo
*</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Revista
Sudestada</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>La Haine
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.lahaine.org/"><STRONG>http://www.lahaine.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>Una central que desde sus orígenes se
presenta como un sindicalismo de nuevo tipo, democrático, participativo,
asentado en el protagonismo de la base para elegir representantes y tomar las
decisiones. Hasta el positivo hecho del método del voto directo para designar
los cargos en las comisiones nacionales, provinciales y regionales queda
ensombrecido a la hora del balance de la elección.</FONT></DIV><FONT face=Arial
size=2>
<DIV align=justify><BR>Se informó de un padrón de 1.400.000 afiliados y han
concurrido a votar solo 270.000 en medio de una elección que por primera vez era
reñida y a raíz de ello alcanzó una amplia repercusión nacional. A ello debe
sumarse la falta de transparencia en el resultado, con acusaciones cruzadas de
maniobras fraudulentas y el retiro de la CTA luego de la elección de uno de los
movimientos territoriales más numerosos como la Tupac Amaru. En este cuadro el
mismísimo líder de la CGT Hugo Moyano se permitió ironizar sobre los
procedimientos en la central alternativa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En un primer análisis se puede afirmar que la mayoría de
los trabajadores afiliados a la CTA no sintió que su voto, que definía un rumbo
político para la CTA, estuviese conectado con sus aspiraciones y necesidades
inmediatas, mucho menos con su futuro como integrante de la clase trabajadora.
Mucho tuvo que ver en esto que la campaña de las listas mayoritarias se ciñera
principalmente en definir como ubicarse frente al gobierno nacional, colocando
en un segundo plano el tipo de central que se quiere construir y como encaminar
la lucha por nuestras conquistas laborales, por el trabajo genuino y contra la
precarización laboral o el trabajo en negro.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una representatividad alcanzada en las condiciones
señaladas nace bajo el signo de la fragmentación y la desconfianza. Aún así cabe
destacar que el activo sindical que sí fue a votar y le dio el triunfo a Pablo
Micheli, de acuerdo a lo informado por la Junta Electoral, refleja en su
decisión un rechazo (por convicción o por optar por un considerado mal menor) al
derrotero de seguidismo y subordinación al gobierno nacional encarnado por Hugo
Yasky.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>¿Cómo llega la CTA este estado situación?
</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La falta de interés en ir a votar en esta elección es
también un síntoma de un cuadro de desmovilización de la clase trabajadora, del
retroceso de los movimientos territoriales, sumado a un aletargamiento ante la
ausencia de una perspectiva política propia que permita terciar con fuerza en un
escenario ocupado por el kirchnerismo y la oposición de derecha parlamentaria. Y
en esto último el derrotero de la CTA ha hecho su contribución: la conducción de
la Central, compartida durante 17 años por las dos listas mayoritarias ahora
enfrentadas, dilapidó aquella potencia política inicial gestada en los
encuentros fundacionales de Burzaco y Rosario. Aquella propuesta de “un espacio
de referencia sindical para una estrategia de poder nacional, capaz de
transformar en demanda política los conflictos sociales que cotidianamente
sacuden a nuestro pueblo”. Un espacio de” unidad de los trabajadores
independiente de los gobiernos, las patronales y los partidos políticos”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esas ideas concitaron las esperanzas de cientos de
luchadores que en todo el país nos dispusimos a resistir los planes de ajuste,
saqueo y privatizaciones de la década menemista. El crecimiento de la CTA se
produjo al compás de dos iniciativas políticas de gran trascendencia: la campaña
del millón de firmas contra la entrega de los aportes previsionales al capital
financiero (AFJP) y la Marcha Federal que movilizó miles de manifestantes de
todo el país hacia la Plaza de Mayo (6/7/94).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay responsabilidades ineludibles en aquella dirigencia
conjunta de la CTA, por haber puesto esa fuerza inicial a remolque de distintas
políticas y gobiernos de signo opuesto a los intereses de los trabajadores y de
la mayoría de nuestro pueblo. Ya por aquellos años se decide encolumnar a la CTA
detrás una fuerza como el Frepaso y de políticos como Chacho Álvarez, camino que
desemboca en los compromisos con la Alianza.<BR>Las sucesivas claudicaciones y
desvíos respecto ala fuerza original encuentran a la CTA en el 2001 metida para
dentro, sin jugar rol alguno en medio de un proceso de movilización popular que
pone en crisis la representatividad de la dirigencia política tradicional y
cuestiona con fuerza los instrumentos de la dominación burguesa. Si esa
conducción pudo caminar unida durante tantos años fue porque Yasky y De Genaro
expresan concepciones de construcción sindical parecidas, aunque hoy difieran en
sus tácticas políticas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Son expresiones de un sindicalismo de conciliación de
clases cuyo horizonte no va más allá de la idea de alcanzar un reconocimiento
por parte del Estado para estar en mejores condiciones de reclamar algunas
concesiones al poder económico. Este tipo de sindicalismo tiene una base real
(genuina) en una amplia franja de nuestra clase. No encarnan construcciones
meramente burocráticas ancladas en la fuerza del aparato y la coerción sobre la
base aunque tantas veces se han transformado en un obstáculo para el desarrollo
de proceso de lucha masivos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La democracia interna se respeta mientras no existan
cuestionamientos profundos en la base. Ambas expresiones han pasado por arriba
de mecanismos democráticos en instancias electorales (ATE en Río Turbio y Suteba
en La Plata por ejemplo) y apelado a manipulaciones para la toma de decisiones
en otras circunstancias. Las actuales diferencias viene de una caracterización
distinta respecto al rol del peronismo kirchnerista y sus aliados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo este proceso sumado a la elección de del 23 de
setiembre ponen a la CTA en una encrucijada respecto a su futuro. Quienes
pensamos en una Central capaz de sumar a un proyecto colectivo emancipador, una
CTA que impulse activamente las profundas transformaciones sociales necesarias
para hacer verdad la noble igualdad que cantamos en el himno, que retome
nuestras mejores tradiciones de lucha como clase, necesitamos profundos cambios
en su interior para recuperarla como herramienta de lucha. Para ello en primer
lugar es imprescindible el ejercicio de una auténtica democracia de trabajadores
que erradique toda práctica burocrática, las manipulaciones y las maniobras. Ser
capaces de conjugar la fuerza y la determinación para batallar por las
reivindicaciones inmediatas sin agotar allí el horizonte de lucha. Esto es
además de debatir cuanto más reclamamos de salario y cuantos días de paro son
necesarios, encaminar nuestras luchas como parte de un proyecto político
colectivo más abarcador que apunte a desmontar los mecanismos más profundos de
la injusticia y la desigualdad. Proyecto que sin duda deberá sumarse a los
procesos de cambios sociales de carácter antimperialista y anticapitalista que
se están dando en América Latina. Hay muchas señales y expresiones organizativas
dentro y fuera de la CTA que confirman que hay un campo fértil para avanzar por
ese camino En los últimos años se han desarrollado en distintos lugares del país
un reguero de luchas, en el ámbito sindical se han conformado por voto de los
afiliados nuevas conducciones seccionales, provinciales y de comisiones internas
con un respeto irrestricto por los métodos democráticos y la construcción desde
el protagonismo de la base.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde allí es posible proyectar una CTA diferente que se
dirija al conjunto de los trabajadores y a todos y todas los que enfrentan la
discriminación y la opresión en sus distintas formas, a los pelean contra la
contaminación y en defensa del medio ambiente .</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una CTA que además debe definir una cuestión central de
la coyuntura política: cómo desnudar los límites del kirchnerismo al tiempo que
se marca fuego a la derecha política y económica que viene por más explotación
por menos libertades y por más sufrimiento para los de abajo</DIV>
<DIV align=justify><BR>* Enrique Gandolfo es secretario general (re-electo) de
la CTA Bahía Blanca-Dorrego.
<HR>
<BR><BR></FONT></DIV></BODY></HTML>