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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>28 de noviembre 2010<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Brasil/Río de Janeiro</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>El ejército
entra en la guerra de la policía<BR></FONT></STRONG><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Eric Nepomuceno
*</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Página/12, Buenos Aires,
28-11-10</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.pagina12.com.ar/"><STRONG>http://www.pagina12.com.ar/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>Poco antes de las nueve y media de la
noche de ayer, el clima alrededor del “Complexo del Alemán” –un conglomerado de
más de diez favelas, donde viven alrededor de 50 mil personas en la región norte
de Río– alcanzó el grado máximo de tensión. El local, un intrincado de
callejuelas y construcciones que se amontonan desordenadamente, estaba cercado
desde el día anterior por unos 800 hombres del ejército altamente entrenados
(unos 500 de ellos con experiencia en las misiones de Haití, donde ejercieron
funciones de policía en zonas de conflicto), además de otros tantos policiales
militares. Su función era controlar todos los accesos a la
favela.</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Adentro de esa geografía irregular y sombría,
estratégicamente ubicados, por lo menos 240 policiales militares de elite, el
tan temido BOPE (Batallón de Operaciones Especiales). Durante toda la tarde tres
helicópteros blindados (dos del ejército, uno de la policía) sobrevolaron la
favela. Tanques de guerra, además de tanquetas y blindados de la marina, se
posicionaron para invadir en cualquier momento una de las ciudadelas más bien
guardadas –y más feroces– del narcotráfico en Río.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Bien antes, a las ocho, se agotó el plazo dado para que
los narcotraficantes allí reunidos (se calculaba que alrededor de 600 hombres
fuertemente armados) se rindiesen. A esas alturas, solamente 31 de ellos
–inclusive el número dos del comando local de la banda Comando Rojo– habían
acatado el llamado de la policía.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El clima era de todo o nada. Cada tanto se oían ráfagas
de fusiles y artillería pesada. Desde la oscuridad del cerro, se veían las
trayectorias de las balas disparadas contra los helicópteros. En callejuelas y
callejones, el silencio de los desiertos. En cualquier momento aquel escenario
de cementerio podría ir por los aires.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todos estaban a la espera de la palabra del gobernador de
Río, Sergio Cabral. Pero no habría palabra alguna antes de que los responsables
por las tropas y equipos del ejército y de la marina (hombres con aparatos de
visión nocturna, tanques, tanquetas, blindados, helicópteros especialmente
artillados, agentes especiales de la policía federal) dijesen qué es lo que el
gobernador podría decir. Porque al pedir ayuda federal el gobernador tuvo que
firmar un reconocimiento de “incapacidad de mantener el control y la seguridad
pública”. Es decir, se puso bajo una intervención blanca, silenciosa, de las
fuerzas federales. Era eso y quizá ganar la guerra, o seguramente
perderla.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y exactamente en este punto reside el gran problema que
Río afronta: ¿hasta qué punto es viable transformar la inexistencia de una
política de seguridad pública en un tema bélico? ¿Hasta dónde va la colaboración
de las fuerzas armadas con el orden público? ¿Militarizar la cuestión es una
buena salida?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay una alternativa, ya utilizada en varias ocasiones:
llegar a pactos invisibles con el narcotráfico. A estas alturas, era eso o
recurrir al ejército. Y en ese punto reside el drama: la segunda alternativa
puede ser tan peligrosa como la primera.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay ejemplos positivos, o relativamente positivos
(Italia), y hay ejemplos catastróficos (México) de transformar la cuestión del
narcotráfico y de la seguridad pública en tema militar. Porque, en el fondo, el
gravísimo problema que puso a la población de Río frente a frente con el poder
bélico y la capacidad aterrorizante de los que controlan cerros y favelas es la
ausencia total de una política de seguridad pública que va mucho más allá de
acciones policiales. Que abra espacio para la recuperación de territorios, por
cierto, pero que a la vez recupere poblaciones para la ciudadanía.</DIV>
<DIV align=justify><BR>México puso 50 mil hombres de las fuerzas armadas para
combatir el narcotráfico. Pasados cuatro años, el resultado es desastroso: en
Ciudad Juárez, por ejemplo, uno de los polos de los narcos, hay una media de 27
asesinatos por día. Más de uno por hora. Son narcos que asesinaron a miles y
miles de personas y, excepto por ese dato, nada cambió. Es mucha sangre a cambio
de nada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mucho se habla, en Río, de recuperar y retomar el control
sobre territorios ocupados por los narcotraficantes. Pero se habla solamente en
términos militares.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras no se hable en asumir el control social de esos
territorios –es decir, implantando escuelas, guarderías, un sistema de salud por
más mínimo que sea, de cultura, de sanidad– todo va a seguir igual.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando cierro esta crónica, todavía no se invadió el
Complexo del Alemán. El pánico sigue palpable en el aire, tan palpable como la
sangre de los más de 50 muertos de esos últimos días. Y todavía nadie explicó
qué se hará después que las tropas militares cumplan con el rol que la policía
no supo cumplir, y que alguien le diga al gobernador qué es que él puede
decir.<BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Periodista y escritor.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>