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</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>13 de diciembre 2010<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>Brasil</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>La acción bélica
del Estado en Río de Janeiro<BR></FONT></STRONG><BR><BR><STRONG>Bruno Lima Rocha
- Rafael Cavalcanti<BR>Barómetro Internacional</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.estrategiaeanalise.com.br"><STRONG>www.estrategiaeanalise.com.br</STRONG></A><STRONG>
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR><BR><BR>Frente a la complejidad
que envuelve una operación militar en territorio civil, al punto de enviar lo
mejor del ejército contra una población carente de derechos básicos,
desarrollamos un análisis político del conflicto bélico en las favelas de Río de
Janeiro, dividido en una serie de dos artículos. El primero sitúa la escalada de
beligerancia estatal en la futura sede de las Olimpíadas y su región
metropolitana, mientras el segundo trata de la legitimidad del Estado en el
procedimiento represivo. </FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Rehacemos en este texto un recorrido de la historia
política reciente en la ciudad y el estado del Río, intentando comprender sus
raíces estructurales de lo que hoy son llamados “mandos” y erróneamente
apellidados “del crimen organizado” (sin entrar siquiera en la caracterización
propuesta como texto legal por la mayoría de los especialistas). Enseguida, se
ultrapasa el hecho de la toma de Vila Crucero y del Complejo de Alemán (favelas
donde el periodista de TELE Globo Tim Lopes fue capturado y asesinado en 2002),
ambas en la zona norte de la ciudad, y prevé problemas presentes como la
criminalización de la pobreza, la represión a la protesta social y el ascenso de
los paramilitares, desgraciadamente apellidados “milicias”. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La escalada en sí </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que provocó –o habría provocado, o sería el pretexto
de haber provocado– el avance de las policías estaduales y la llamada de auxilio
a las fuerzas armadas, fue la orden de ataque venida de la “federación” y con
alianzas implícitas entre las demás redes de pandillas. Si las informaciones que
circulan en los medios corporativos son correctas, la federación –cúpula del
Mando Rojo (con la sigla CV, es una organización del narcotráfico que surgió en
la cadena de Isla Grande, Río de Janeiro, como fruto de la aproximación de
presos políticos y presos comunes durante la dictadura militar) – tomó la
decisión suicida por tercera vez en su historia. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En teoría, el ataque directo al orden público en el
asfalto (término para contraponer lo local de la mayor parte de las favelas
cariocas) acarrearía un mayor apoyo de las comunidades. Apoyo a la acciones
contra la violencia policial, soporte –muchas veces directo– del aparato de
seguridad de Estado y el paramilitarismo, forma de ejercicio del crimen
organizado oficial que es errónea y cretinamente apellidado “milicia”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La escalada de eventos es conocida, habiendo sido
iniciada el día 23 de noviembre y precedida por robos de automóviles, aumentando
la incidencia del crimen violento en la ciudad, actividad esta que siempre ha
perjudicado al narcotráfico (comercio minorista de drogas ilícitas). El domingo,
día 28, se completó una semana de ataques contra el “orden público del asfalto”,
tomando esas medidas como una provocación por parte del Palacio Naranjos (sede
del gobierno del estado). Esto implica de parte del narcotráfico, quemar
vehículos colectivos (antigua tradición de los conflictos en los alrededores de
favelas en el Río) y particulares. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En otros momentos de la historia reciente de Río de
Janeiro, ya existió la decisión de ataque por el pánico en la ciudad, y esto
ocurrió, por ironía de la historia, justo en el momento de gobierno de pocos
meses de Benedita de Silva (afiliada al Partido de los Trabajadores, el mismo de
Lula y Dilma Rousseff), en 2002, cuando asumió el estado del Río después del
alejamiento del gobernador electo. Aquel año, se entiende que los ataques
venidos del CV fueron eficaces, llevando a un acuerdo implícito con los
liderazgos de presos y en el mando (indirecto) de las redes de pandillas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Ahora la situación es distinta a la del 2002. De la misma
forma, se diferencia de los ocho años (de 1998 al inicio de 2002 y 2003 a 2006)
de la familia Garotinho (la pareja Anthony y Rosinha fueron inicialmente
conectados al Partido del Movimiento Democrático Brasileño, PMDB. Hoy son
afiliados al Partido de la República, PR, el mismo del vicepresidente José
Alencar) y también se distingue de la matanza de 2007, cuando casi mil
“sospechosos” fueron asesinados por la policía sólo en Río de Janeiro. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La propuesta de ocupación permanente, encarando el
gobierno estadual a las comunidades como un territorio a ser retomado, viene
luego de una alianza inédita con el gobierno central (ratificando la alianza PT
y PMDB) y antecediendo las acciones urbanas para la ciudad que será sede de los
Juegos Olímpicos de 2016. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La política implantada en el eje de las Unidades de
Policía Pacificadoras (UPPs) no sólo acompaña las áreas de mayor valorización
inmobiliaria o de futuro uso de territorios para los aparatos de la Copa del
Mundo y de las Olimpíadas, también prepara el terreno para la “flexibilización”
de leyes ambientales y el aumento de la especulación inmobiliaria en zonas de la
ciudad que tienden a valorarse. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Al reducirse el narcotráfico por la presencia policial
ostensiva y permanente en morros-llave, fuerza a la delincuencia a “llevar la
presión para el asfalto”, amortiguando el peligro mayor de la sociedad
fluminense. Así, el estado del Río, al no combatir con la misma intensidad,
aumenta la distancia entre la capacidad de fuego y de poder de las milicias y de
las redes de pandillas (equivocadamente llamadas “mandos”, y así rebautizadas
las falanges). </DIV>
<DIV align=justify><BR>La otra punta de la historia es la presencia de tropas
federales, o sea, militares profesionales de las tres fuerzas y agentes de la
Policía Federal. Las tropas están desarrollando el aprendizaje de control
social, entrenándose en las ciudades brasileñas, para ganar “excelencia”
operacional con la Minustah, la Misión de la ONU que ocupa militarmente Haití, y
cuyo comando vergonzosamente tiene Brasil. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Así como tropas de combate de los EUA que lucharon en la
1ª guerra del Golfo (1991) fueron llamadas a ocupar militarmente Los Ángeles en
1992 (en el caso del levantamiento de los guetos negros y latinos); de igual
manera que los mercenarios de la Blackwater, veteranos de la Guerra del Irak (la
2ª, iniciada en 2003) fueron contratados para ocupar militarmente Nueva Orleans
(después del pasaje del Huracán Katrina en 2005), ahora cabe a las tropas
brasileñas ocupar (como apoyo del cerco estratégico del Complejo del Alemán)
militarmente un eje de concentración de favelas en la zona norte de Río, además
de otros escenarios por venir (como la favela de la Rocinha, la mayor de la zona
sur de la ciudad carioca, por ejemplo). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por fin, la justificación para ganar corazones y mentes y
el papel de fiscal del consentimiento de los medios brasileños, afirman algo
inexistente. Es “cuento”, “verso”, alegar que la invasión de las policías se da
también para garantía de los derechos de la población favelada. Quién provoca la
reacción de las fuerzas del orden es la decisión supuestamente tomada por la
cúpula de las redes de pandillas –específicamente del CV– de causar pánico
sistemático y con amplitud en la ciudad de Río. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno del estado, de común acuerdo con el gobierno
central, no se menea para defender los derechos de casi medio millón de personas
(bajo doble gobierno, del Estado ausente y del narcotráfico) y sí para asegurar
a los inversores internacionales, los futuros socios de las Parcerias Público
Privadas (asociaciones público privadas), la capacidad de imposición (por
momentánea que sea) del orden estatal en la Región Metropolitana de Río de
Janeiro. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Trayectoria política reciente </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante el periodo de Garotinho y Rosinha, el estado del
Río vio crecer y evolucionar el modelo de “milicias”, cuando la antigua “policía
minera” se hace estructura permanente comandada por los niveles más bajos de las
jerarquías del aparato represivo estadual (policías militares, policías civiles,
bomberos y agentes penitenciarios). La toma del aparato represivo fue por dentro
también, con la presencia física de concejales y diputados estaduales,
incluyendo supuestas presencias de coroneles, delegados, directores de
departamentos e incluso del Jefe de Policía y niveles de comandancia de la
Policía Militar. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Después de la victoria de Sérgio Cabral Hijo (afiliado al
PMDB y ex-miembro del Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB) en 2006
(siendo reelegido aún este año) y en la esfera de la organización para los
Juegos Panamericanos de 2007, aumentó considerablemente el volumen de asesinatos
y ejecuciones ocurridas en batidas e invasiones policiales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Se volvió así a un patrón cíclico, que se inicia en el
gobierno de Moreira Franco (también del PMDB, aunque fuera derrotado por Brizola
en 1982, en el episodio del escándalo del fraude de la apuración del
Pro-consult, que junto con la Red Globo, favoreció equivocadamente a Franco),
aún en 1987 (su primer año de gobierno) y es contemporáneo de la toma de la
Rocinha por el embrión del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE),
en la época aún llamado de Mando de Operaciones Especiales (COE). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este periodo es simultáneo de la Operación Mosaico I
(1987, mismo año de la guerra mediatizada por el control del Muero Dueña Marta
en el barrio de Botafogo, entre Zaca X Cabeludo, culminando con la victoria del
primero, un ex-policía militar) y, cinco meses después, seguida de la Mosaico
II, en 1988, y de misma naturaleza represiva. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estas fueron operaciones de la Policía Federal bajo mando
del represor político Romeu Tuma (delegado de carrera del Departamento de Orden
Político y Social, símbolo de la dictadura militar, y electo “alguacil” del
Brasil por la proyección mediática que obtuvo en el gobierno de José Sarney,
cuando le fue dado el cargo de director-general de la Policía Federal) que
invadieron físicamente áreas de favela. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los gobiernos de Moreira Franco (1987-1990), Marcelo
Alencar (1995-1998, PSDB, que es cuando se establece la llamada gratificación
faroeste) y Sérgio Cabral Hijo siguen un patrón de elevar la violencia
sistemática y el aumento de la autonomía funcional del brazo represivo del
estado de Río. Pero el descontrol institucional se consagra en el segundo
gobierno de Leonel Brizola (Partido Democrático Laboral, PDT, 1991-1994),
acentuándose en los últimos dos años, en especial en los últimos seis meses,
cuando el político gaúcho se licencia para concursar a la vicepresidencia,
haciendo una dupla con Lula. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los años de 1993 y 1994, enseguida de la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Eco-92) y de la caída del
entonces presidente, Fernando Collor de Mello, ambos en 1992, fueron decisivos
para hacer público al mundo la institucionalización de poderes paralelos en la
ciudad y los índices absurdos de violencia y falta de respeto a los derechos de
la ciudadanía por parte de las fuerzas de “orden”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Se trata de la tercera ocasión donde se da la presencia
ostensiva de las Fuerzas Armadas en Río de Janeiro. Antes fue en las Operaciones
Río I (en la Eco-92) y Río II (de diciembre de 1994 a marzo de 1995). La segunda
operación vino con la escalada de la Chacina de la Candelária (ocho niños de la
calle muertos frente a la Iglesia de la Candelária en julio de 1993) y la de
Vigário General (29 policías militares invadieron bares y casas de la favela
Vigário General, zona norte del Río, y mataron 21 habitantes en agosto de 1993).
Ambos crímenes fueron cometidos por fuerzas del “orden” fuera del horario de
servicio. En la ocasión de los Juegos Panamericanos de 2007 la ciudad y su
Región Metropolitana también fueron debidamente “pacificadas”. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Después de la toma del Complejo de Alemán. ¿Y
ahora? </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Después del éxito del cerco estratégico y toma de puntos
vitales del Complejo de Alemán, aparentemente la situación del conflicto entre
la red de pandillas conocida por Mando Rojo (CV, incluyendo rachas como CV
Joven, CVJ, y CV Rogério Lengruber, CVRL) –en supuesta alianza puntual con las
facciones rivales Amigos de los Amigos (ADA) y tercer Mando (TC)– y las fuerzas
de seguridad del estado de Río con el apoyo de las fuerzas federales (Policía
Federal y Fuerzas Armadas) estaría alcanzando una escala de nueva normalidad.
Esta nueva escala sería cuando el estado del Río hace uso de una planificación
minuciosa y emplea una amplia superioridad bélica, adentrando los espacios
físicos otrora co-dominados por el narcotráfico. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Frente a eso, el avance de las llamadas fuerzas de orden
partiría rumbo a los grandes complejos aún no totalmente ocupados, como el
Jacarezinho (zona norte, 60 mil habitantes) y la Rocinha. Esta última representa
un gran triunfo del narcotráfico en la ciudad, justo por situarse entre los
barrios de Son Conrado y Gávea, operando como abastecedora de drogas ilegales
para consumo individual en la zona sur de Río de Janeiro (¡el área inmobiliaria
más cara de Brasil!). </DIV>
<DIV align=justify><BR>También en el nivel de apariencia mediática, la población
que osa manifestarse y es habitante de estas comunidades estaría apoyando
explícitamente la acción de las policías, hecho ese que, si fuera confirmado (y
es casi imposible su confirmación porque un cuestionario no se realiza bajo
condiciones tan adversas de seguridad de los posibles entrevistados), “autoriza”
el ejercicio de la legitimidad del Estado para el acto de mando y gobierno.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>En nuestra opinión, a pesar del anhelo por la rutina y
normalidad, el consentimiento forzado viene siendo operado a través de los
medios corporativos en el sentido de evocar el sujeto colectivo, el nosotros,
siendo que este mismo sujeto colectivo jamás es indagado acerca de sus opiniones
y necesidades. O sea, aunque la TV hable y hable, nadie afirmó mediante
referéndum o plebiscito desear ver las fuerzas federales participando de cercos
en Río de Janeiro. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por un lado, también la situación es difícil. Es más que
complicada la posición de las izquierdas sociales frente a este cuadro. Es
imposible hacer cualquier tipo de defensa de las redes de pandillas del comercio
minorista del narcotráfico, a no ser el reconocer que estas facciones surgen con
legitimidad en la auto-organización de los detenidos de la Isla Grande –desde el
principio– y después se establece en la masa de presidios del entonces recién
creado Estado del Río (unificando bajo el mismo gobierno, fluminenses y cariocas
en 1975). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por otro, no tiene cabida hacer el elogio de las fuerzas
de seguridad si estas, hasta poquísimo tiempo atrás e incluyendo buena parte de
sus efectivos, convivía de forma cínica y mancomunada con la guerra por el
control de la circulación de tranvías (trenes de hombres armados), alquiler de
armamentos, ablandamiento de prisiones en flagrante, mesada o semanada (conocido
como arrego, cuando la policía militar de la zona recibe una cantidad constante
de dinero por semana), además de, en el ejercicio de la autoridad policial,
ejercer muchas veces como tropa invasora practicante de exterminio. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Nada de lo que dijimos arriba es chisme o generalización
inconsistente, siendo cada una de estas gravísimas acusaciones más que
mediatizadas y probadas a través de Comisión Parlamentaria de Interrogatorio
(CPI) llevada a cabo en la Asamblea Legislativa del Estado del Río de Janeiro
(Alerj, diputación estadual). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Siguiendo en la crudeza de este raciocinio, resulta
imposible imaginar que hubo cambio de comportamiento de la tropa puesta a punto,
tanto como para no entrar en asociación con los delincuentes(cómo sería el caso
de buena parte de las instituciones coercitivas), como para no actuar de forma
fascista, del modo que cuenta la película campeona de taquilla y ganadora del
Oso de Oro a la mejor película en el Festival de Berlín, “Tropa de Élite”, que
está siendo exhibida en este momento en todas las principales salas de cine del
Brasil, con un público que ya pasa los 10 millones de espectadores. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Vemos así dos problemas graves para el ejercicio de la
militancia social y la lucha legítima por la reivindicación y conquista de, por
lo menos, los derechos básicos de una población que se ve en el abandono a su
propia suerte y volviendo a crear una cultura atravesada por el elogio de la
delincuencia bajo la forma de capitalismo salvaje. Cultura esa que ya traspasa
un cuarto de siglo, y por tanto, estaría más que enraizada, llevando (y
desarrollando) un nuevo sentido de orden y justicia paralela, por más bárbara
que esta sea. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El primer problema, no grave, gravísimo, es el peso de la
delincuencia administradora del capitalismo salvaje en la Metrópoli
Carioca-Fluminense en su forma paramilitar. Traduciendo, estamos afirmando que
con la ausencia de las redes de pandillas o su pérdida de poder, aumenta la
fuerza y el peso de las milicias. Ese término vino para desgracia de la
tradición de los obreros cariocas y de la militancia otrora abastecedora de
mártires y militantes ejemplares para las causas del pueblo brasileño. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Tales organizaciones paramilitares, surgidas de una
evolución de la conocida policía minera (policías de particular que ganan un
cierto dinero para “limpiar” algunas áreas de delincuentes), ya una vez llamada
de “autodefensas comunitarias” por el ex-alcalde y ex-exiliado (cuando aún era
de izquierda) Cesar Maia (actualmente del Partido Demócrata, DEM, neoliberal y
derechista), haciendo un triste paralelo con las AUC (Autodefensas Unidas de
Colombia, coligación de paramilitares y de donde proviene políticamente el
ex-presidente Álvaro Uribe). Pues bien, si no hubiera combate sistemático y
científico al poder paralelo que brota de las entrañas de las fuerzas represivas
del estado de Río, simplemente estará incluyéndose a más de dos millones de
personas en una nueva (ni tan nueva) tiranía. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La tiranía de las redes de pandillas, a veces y con
alguna suerte, al menos tenía cierto tipo de raíces en las comunidades locales
(sin por eso dejar de ser cruel y bárbara). Pero la tiranía de las milicias es
la evolución de la práctica de “resguardar la seguridad de los comerciantes”, y
se suma a las tenebrosas tradiciones de los Escuadrones de la Muerte (como el
más conocido, la Scuderie Le Cocq) y se atraviesa con la fusión del abuso de
poder policial y la conjunción de intereses con los banqueros de las loterías
clandestinas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Así como el primer problema, el segundo ya existe y puede
venir a acentuarse. Se trata de la criminalización pura y simple de la protesta
social. No “sólo” con la represión de tipo antidisturbios, sino con el rigor de
una ocupación militar y el juicio sumario y mediático que asocia para la opinión
pública el hecho, mentiroso de que toda protesta en comunidades de favelas es
promovida por los intereses del narcotráfico. Tal mentira es reproducida hace
casi tres décadas y viene aumentando su penetración social. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Infelizmente la efervescencia existente en la transición
de la Apertura política de la dictadura, fue acompañada en Río de Janeiro por la
institucionalización de la antigua Federación de Favelas del Río de Janeiro
(Faferj) y de la territorialización de la red de pandillas otrora bautizada en
una mini serial televisiva de la Red Globo, como Falange Roja (Bandidos de la
Falange, tele drama este con 20 capítulos, exhibida en enero y febrero de 1983).
Detalle, la obra del autor Aguinaldo Silva es excelente, en el entender de estos
que escriben. Ambos movimientos se dieron en el primer gobierno Leonel Brizola
(1983-1986), lo que vino al encuentro de un intento de generar mayor respeto
entre el aparato policial y las comunidades de favelas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar de ser una política correcta, tal hecho acarrea
una institucionalización de la nueva forma de organización de las redes de
pandillas y la transferencia de las disputas intramuros de presidios hacia
dentro de las comunidades. En dos años, cambia completamente el escenario del
crimen ejercido por la pobreza en la ciudad. A finales de la década de 80, ya no
restaba mucho del aura de los fundadores de la Falange de la Seguridad Nacional
en la Isla Grande y ahí la historia es más que sabida. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Faltaría analizar las discrepancias absurdas del empleo
de efectivos y la razón del Estado para combatir la pobreza con el ejercicio del
crimen y, el inverso de eso, la ausencia de decisión y las sentencias más que
favorables para combatir el crimen organizado, comenzando por la vergüenza del
no seguimiento de las investigaciones advenidas de los resultados de la
Operación Satiagraha que denunció y prendió nombres importantes del sector
empresarial brasileño, por ejemplo del dueño del banco Opportunity, Daniel
Dantas, por desvío de presupuestos públicos y crímenes financieros. En el
próximo análisis, haremos estas comparaciones. </DIV>
<DIV align=justify><BR>* Bruno Lima Rocha es politólogo (phd), docente
universitario y periodista profesional y Rafael Cavalcanti es estudiante de
periodismo y actúa en la comunicación sindical. Los dos son militantes
libertarios y concentran sus trabajos de análisis en el portal <A
href="http://www.estrategiaeanalise.com.br">www.estrategiaeanalise.com.br</A>
</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>