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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>26 de diciembre 2010<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>Afganistán<BR><BR>La gente está muriendo de hambre en
Kabul</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>¿Dónde va el dinero de la “ayuda” a
Afganistán? </FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG>Patrick Cockburn
</STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG>Counterpunch<BR></STRONG><A
href="http://www.counterpunch.org"><STRONG>www.counterpunch.org</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción de Antonio Zighelboim</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Sin Permiso</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.sinpermiso.info/">http://www.sinpermiso.info/</A></DIV></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Ubicado en algún lugar de Afganistán demasiado peligroso para
que lo visite la agencia donante.</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Fui a ver una planta procesadora de alimentos en el este
del país, que supuestamente iba a emplear a 250 mujeres", contaba un afgano que
solía trabajar para una organización de ayuda estadounidense. "Habíamos iniciado
el proyecto y estábamos pagando por los equipos y los salarios. Pero cuando
visité el sitio, lo único que encontré fue unas cuantas personas trabajando en
una pequeña huerta del tamaño de un aula". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando, exasperado, se quejó por la planta fantasma, un
funcionario local le dijo que cerrara la boca. "Y dijo que si no me callaba iba
a haber problemas en el camino de regreso a Jalalabad, en otras palabras, que me
matarían".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre tanto, el Presidente Obama prepara su discurso
sobre el progreso de la estrategia afgana, para ser difundido la próxima semana;
es probable que sólo se limite a hablar del progreso militar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero el fracaso más extraordinario de la coalición
liderada por los Estados Unidos en Afganistán es que las decenas de miles de
millones de dólares gastados hasta ahora han tenido muy poco impacto sobre la
miseria en que viven 30 millones de afganos. Desde 2001, solamente los Estados
Unidos han proporcionado $52 mil millones en ayuda, dos tercios en seguridad y
un tercio para desarrollo económico, social y político.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar de esto, unos nueve millones de afganos viven en
absoluta pobreza, mientras que otros cinco millones, considerados 'no pobres',
intentan sobrevivir con $43 al mes. "Todo aparenta estar bien para los
extranjeros pero, de hecho, la gente está muriendo de hambre en Kabul," dice
Abdul Qudus, un hombre en sus cuarentas con la cara profundamente arrugada, que
vende ropa de segunda mano en una esquina de la capital. Son algo más que
trapos, a la vista, en el suelo fangoso medio congelado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Compro y vendo ropa por entre 10 y 30 afganis (dos a
seis centavos de dólar) y aún así hay gente demasiado pobre para comprarla",
dice el Sr. Qudus. "Yo mismo soy muy pobre y en ocasiones no como para que mis
hijos tengan suficiente". Dice que empezó a vender ropa de segunda hacía dos
años cuando perdió su empleo de lavador de alfombras.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En privado, los funcionarios estadounidenses admiten que
el torrente de dinero de ayuda que ha inundado Afganistán ha alimentado la
corrupción y ha ayudado muy poco al afgano de a pie. Destinado a mejorar las
condiciones económicas y sociales y así reducir el apoyo a los Talibanes, ese
dinero está teniendo el efecto inverso de desestabilizar al país. Afganistán fue
identificado como el tercer país más corrupto de 178 países del mundo en un
reporte hecho público ayer por Transparencia Internacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Los proyectos de ayuda son demasiado grandes, ejecutados
en tiempos muy cortos, y en lugares extremadamente alejados," nos dijo un
diplomático. Él recordaba que no pudo monitorear un proyecto de construcción de
una carretera en la provincia de Kunar, al este [de Kabul], porque no le
permitieron visitar la región por motivos de seguridad, ya que no lo podrían
proteger del fuego indirecto. Los afganos y estadounidense que han supervisado
los proyectos de ayuda concuerdan en que el enfoque 'quick fix' ha sido
desastroso. Hay escuelas donde nadie las necesita, equipadas con ordenadores en
distritos donde no hay electricidad ni agua potable.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El diluvio de dinero ha tenido muy poco éxito en reducir
las penurias económicas del pueblo afgano. "Todo es un gran mejunje", nos dice
Karolina Oloffson, jefa de promoción y comunicación para la ONG afgana Integrity
Watch Afghanistan. Las organizaciones de ayuda son evaluadas por la cantidad de
dinero que gastan y no por algún resultado productivo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Los Estados Unidos tienen un enfoque sumamente
capitalista y están entregando la ayuda a través de compañías privadas", nos
dice. "No quieren utilizar a las ONG porque consideran que sus funcionarios son
demasiado idealistas".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los mayores contratos son otorgados a grandes compañías
estadounidenses que están familiarizadas con los complicados procesos de
licitación, que pueden producir la documentación apropiada y que están bien
conectadas en Washington. El problema es que gran parte de Afganistán es
demasiado peligrosa para que estas compañías realicen el trabajo o supervisen a
sus subcontratistas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En su oficina en Kabul, Hedayutullah, propietario de Noor
Taq-e-Zafar Construction Company, dice que existe una razón muy simple por la
que la calidad del trabajo es tan pobre. Nos dice: "Digamos que el principal
contratista estadounidense tiene un contrato por $2'5 millones donados por un
gobierno extranjero. El 20 por ciento queda como gastos administrativos y
encuentra un subcontratista, que a su vez subcontrata con una compañía afgana,
que también podría subcontratar nuevamente. Al final del día, pueden quedar tan
sólo $1'4 millones para construir el proyecto, que es muy poco para hacer un
trabajo adecuado".</DIV>
<DIV align=justify><BR>El avance de las diversas obras es monitoreado
frecuentemente por fotografías del trabajo en curso. En un caso pequeño pero
típico, una compañía afgana recibió los fondos para construir y poner en
funcionamiento un taller de reparación de tractores en una provincia muy
peligrosa de Oruzgan, al sur de Kabul, y dar empleo a la juventud local.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El contratista alquiló un taller de reparación de
tractores en Kandahar por el día y contrató a unos jóvenes de la zona para que
posaran como si estuvieran reparando motores en el taller. Luego, hizo que los
fotografiaran y mandó las imágenes al contratista principal y a la organización
donante; ambos expresaron su gran satisfacción por lo logrado. "No existe la
menor intención de prestar un servicio," nos dice el Sr. Hedayatullah, "sólo de
hacer dinero".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, ha habido algunos éxitos. Kabul ahora cuenta
con un suministro de electricidad casi continuo, proveniente de Tajikistan y
Uzbekistan que viene por cables que cuelgan de pilones recién construidos a
través de los montes del Hindu Kush. El comandante estadounidense, General David
Petraeus, está exigiendo ahora que se instalen generadores de emergencia para
que el suministro de energía en Kandahar sea continuo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero en general, la ayuda ha hecho sorprendentemente poco
para la mayoría de afganos. Muy poco es el dinero que 'chorrea' y lo poco que lo
hace es monopolizado por un grupo muy cerrado de empresarios, señores de la
guerra y políticos encumbrados. El ex vicepresidente Ahmed Zia Massoud fue
detenido, supuestamente, intentando ingresar a los Emiratos Árabes Unidos con
$52 millones en efectivo en un maletín, según documentos diplomáticos
estadounidenses divulgados por Wikileaks. Y tanto los jefes de policía como los
gobernadores provinciales quieren todos un pedazo de la torta.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Yama Torabi, el codirector de Integrity Watch
Afghanistan, dice que no es realmente posible llevar ayuda para el desarrollo en
áreas de conflicto donde aún hay enfrentamientos, y podría ser mejor limitarse a
proporcionar ayuda humanitaria.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, esto iría en contra de la política militar
estadounidense, propulsada en Irak, según la cual los comandantes de campo
militares estadounidenses controlan cantidades sustanciales de fondos que pueden
ser usados para proyectos de ayuda locales a través de los llamados Equipos de
Reconstrucción Provincial (PRT, por sus siglas en inglés). Pero esta
militarización de la ayuda conduce a que los Talibanes apunten sus armas a las
escuelas construidas por órdenes de esos mismos comandantes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>"La gente ve las escuelas construidas por los
estadounidenses como propiedad de los norteamericanos", nos dice una mujer
afgana que trabajó en algún momento para una agencia del gobierno
estadounidense. "Temen enviar a sus hijos allí". En general, es cuestionable si
la ayuda proporcionada por los PRT le hace bien a los Estados Unidos y a los
otros miembros de la coalición extranjera, porque "los pobladores no le
perdonarán a las tropas estadounidenses el haber matado a sus hijos sólo porque
construyan una carretera o un puente".</DIV>
<DIV align=justify><BR>La política del gobierno estadounidense de proveer ayuda
a través de grandes compañías estadounidenses, cuyos intereses son obtener una
ganancia antes que mejorar la calidad de vida de los afganos, ha demostrado ser
un fracaso en Afganistán, al igual que anteriormente lo fue en Irak.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A medida que se acerca el invierno, la mitad de los
afganos enfrenta el prospecto de la 'inseguridad alimentaria', o no tener
suficiente que comer en los próximos tres meses, según el Sistemas de Alerta
Temprana de Hambruna de los Estados Unidos. El mejor uso del dinero de la
cooperación podría ser subsidiar los precios de los alimentos y ayudar a evitar
que gente como el Sr. Qubus, el vendedor de ropa usada, y su familia pasen
hambre.
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></FONT> </DIV></BODY></HTML>