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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>11 de enero 2011<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Haití</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Sombrío panorama
social en Haití<BR></FONT></STRONG><BR><BR><STRONG>Gotson Pierre
*<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial
size=2><STRONG>Alai-amlatina</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://alainet.org/"><STRONG>http://alainet.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>Traducido por ALAI del original en
francés<BR></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>El panorama social se ha ensombrecido durante los últimos
meses en Haití donde los efectos del terremoto devastador del 12 de enero de
2010 se conjugan con debilidades recurrentes en materia de servicios sociales de
base y la ausencia de una política adecuada para enfrentar la
situación.<BR><BR>La exclusión se ha incrementado con las dificultades de acceso
sobre todo a los servicios de salud, a la vivienda, a la educación, al trabajo y
a la alimentación, sea como consecuencia directa del terremoto, sea a causa de
deficiencias del sistema vigente.<BR><BR><STRONG>Una desgracia
más<BR><BR></STRONG>La epidemia de cólera que se desató en el país a mediados de
octubre ha develado la negligencia de las colectividades políticas que
sucesivamente han detentado las riendas del poder durante varias décadas. La
enfermedad, aparecida en la Meseta Central (al este), se propagó rápidamente en
los 10 departamentos con un saldo, según las cifras oficiales de mediados de
diciembre, de más de 2500 muertos y aproximadamente 115.000 personas
contaminadas.<BR><BR>Una polémica persiste sobre el origen de la enfermedad,
pero el pueblo inculpa al contingente nepalés de la Misión de las Naciones
Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH). Los militares de Nepal, país
que ha tenido brotes de cólera, son sospechosos de haber vertido materias
fecales en un río que atraviesa la región donde aparecieron los primeros casos.
Más allá de las responsabilidades a establecer en esta cuestión fundamental, lo
que salta a los ojos es el abandono que afecta a la mayor parte de la población,
que vive en una insalubridad total, sin acceso al agua potable ni a
letrinas.<BR><BR>Operaciones de urgencia han sido emprendidas para la
distribución de agua, cloro, medicamentos y bolsas para restos humanos en varias
regiones. Entre tanto, se han iniciado precipitadamente campañas de
sensibilización de la población con respeto a los principios de higiene. En muy
poco tiempo, las autoridades locales fueron completamente rebasadas. Diversas
estructuras de ONGs o de la cooperación internacional se apresuraron a extender
sus servicios de urgencia en las regiones más afectadas, cuando se teme que los
casos de infección podrían alcanzar los 400.000 en los próximos
meses.<BR><BR>Varios factores agravantes de esta situación seguramente no podrán
resolverse a corto plazo, sobre todo en cuanto a las necesidades en agua
potable, saneamiento e higiene. Las estimaciones disponibles registran que sólo
un 41 % de los 10 millones de haitianos tienen acceso a letrinas en su
residencia y 51 % al agua potable. En las zonas rurales desprovistas de
infraestructuras colectivas, menos del 5 % de la población se beneficia de
servicios de saneamiento.<BR><BR>En las regiones apartadas de las ciudades, como
en las barriadas de la capital y de las grandes aglomeraciones, muchas personas
han muerto sin haber podido llegar a un puesto de salud. La situación ha
alcanzado tales proporciones en regiones como la Grande Anse (sur-oeste) o la
Meseta Central, que sectores de la población llegan a vincular el cólera a la
hechicería. Una veintena de personas acusadas de sembrar una "pólvora mágica" de
cólera fueron linchadas.<BR><BR><STRONG>Elites despreocupadas<BR></STRONG><BR>La
propagación del cólera no puede de ninguna manera ser vista como una
consecuencia del terremoto, que suscitó temores de estallido de olas de
epidemias en las regiones directamente afectadas, donde la promiscuidad se ha
incrementado. 1,5 millones de personas se han refugiado bajo las tiendas de
campaña en 1300 campos improvisados al día siguiente del terremoto. La mayoría
de ellas permanecen sin ninguna esperanza de acceder a una vivienda a mediano
plazo.<BR><BR>Esta realidad prácticamente tomó por sorpresa a las élites
haitianas, siendo que, desde hace mucho tiempo, ninguna política de alojamiento
ha sido implementada, dejando librado el sector de la construcción a la
anarquía. El resultado: 81% del espacio construido en el país antes el sismo del
12 de enero de 2010, consistía en estructuras frágiles erigidas fuera de las
normas, mientras que con el éxodo rural la presión se ha incrementado en las
ciudades. 72% de los habitantes de la capital ha llegado a Puerto Príncipe a
partir 1995, indican los expertos, que subrayan que más de las tres cuartas
partes de los 2 millones de habitantes de la capital están
sin-techo.<BR><BR>Según el primer ministro Bellerive, hace falta 5 mil millones
de dólares para ofrecer a todos estos siniestrados un mejor abrigo que las
tiendas o los toldos. Pero, lo que desean los sin-techo, es más bien un plan de
realojamiento, que aún no existe. Entre la irresponsabilidad estatal y las
amenazas de expulsión que afectan a un 17% de los campos, centenares de
sin-techo se han manifestado repetidamente ante el despacho del premier ministro
para reclamar una vivienda decente, en virtud de los derechos que les confiere
la Constitución haitiana.<BR><BR>La cuestión del realojamiento hace parte de los
asuntos que han sido confiados a ONGs a través de un "Cluster", siguiendo la
fórmula de la ONU. Los proveedores de fondos han prometido consagrar US$ 240
millones de dólares a la construcción de más de 100.000 refugios transitorios,
de los cuales apenas la cuarto parte ha sido construida en un
año.<BR><BR><STRONG>Derechos sociales ignorados<BR></STRONG><BR>Entretanto, las
poblaciones siniestradas permanecen vulnerables a la intemperie y sus derechos
sociales son ignorados, en un contexto donde estos últimos nunca han sido
verdaderamente tomados en cuenta.<BR><BR>Las alertas se multiplican sobre los
riesgos a los que se exponen las poblaciones carentes al ver agravarse, por
ejemplo, la inseguridad alimentaria que les afecta. Ya desde hace algunos años
se constataba "un déficit cuantitativo y cualitativo en la alimentación de la
mayoría de las personas. La mayoría de los productos de consumo tales como maíz,
arroz, frijol, azúcar, verduras, queso, frutas, carne de res o de cabra, pescado
o leche, no son accesibles a los pequeños presupuestos, debido a su costo
elevado en el mercado", según la Plataforma de Organizaciones Haitianas de
Defensa de los Derechos Humanos (POHDH).<BR><BR>Sin embargo la situación
económica se ha agravado aún más después del 12 de enero, privando a millares de
personas de un trabajo o de cualquier actividad que les permita satisfacer sus
necesidades. Las pérdidas causadas por el sismo son estimadas en más de siete
mil millones de dólares a nivel de los sectores productivos, correspondiendo el
70 % al sector privado y el 30 % al sector público. Un 30 % de los empleos
disponibles antes el 12 de enero se han perdido.<BR><BR>Las familias han
realizado, sin embargo, esfuerzos sobrehumanos para enviar sus niños a la
escuela, si bien el número de niños desocupados se ha incrementado con la
destrucción de 4200 escuelas, incluidos establecimientos públicos. Hoy, 500.000
niños no están escolarizados, según las cifras oficiales del Ministerio de la
Educación Nacional, en tanto que el 80% de la oferta escolar está en manos del
sector privado.<BR><BR>En octubre pasado esta realidad provocó la ira de
centenares de alumnos y de maestros no remunerados desde hace dos años, que han
gritado su desamparo delante del Ministerio de la Educación Nacional. Estas
movilizaciones tuvieron como saldo un muerto, el normalista Jean Philibert
Louis, de 35 años, fallecido por causa de las heridas provocadas por un
proyectil tirado por la policía.<BR><BR>En esta ocasión, los padres de familia
denunciaron de nuevo el gobierno, que se niega a promulgar una ley a favor de la
reducción de las pensiones escolares, votada por el parlamento con el objetivo
de disminuir los desembolsos anuales asumidos por las familias en Haití. </DIV>
<DIV align=justify><BR>* Gotson Pierre, periodista haitiano, es integrante de la
red alternativa de información AlterPresse. </DIV>
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<DIV align=justify><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>