<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.6002.18332" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>3 de febrero 2011<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV>
<HR>
</DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>Egipto</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Mubarak dispuesto a dividir y
golpear para reinar hasta el final <BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Thomas Cantaloube
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial
size=2><STRONG>Mediapart</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://www.mediapart.fr/"><FONT face=Arial
size=2><STRONG>http://www.mediapart.fr/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Viento
Sur</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducción de Faustino
Eguberri </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.vientosur.info/"><STRONG>http://www.vientosur.info</STRONG>/</A></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Era previsible. No se permanece durante 30 años en el poder
sin adquirir un sólido instinto de supervivencia. Al anunciar el martes por la
noche que se quedaba en el poder hasta las elecciones presidenciales de
septiembre, que no se volvería a presentar, y que prometía emprender reformas
constitucionales, Hosni Mubarak ha jugado una táctica tan vieja como las
pirámides: dividir para mejor reinar. Pero el viejo y astuto tirano ha hecho más
que eso: ha organizado contramanifestaciones y soltado a sus esbirros contra sus
opositores concentrados en la plaza Tahrir de El Cairo.<BR><BR>La jornada del
miércoles 2 de febrero ha comenzado de forma radicalmente diferente de los días
precedentes: El Cairo se ha despertado. Al silencio y las tiendas cerradas han
sucedido las subidas de las persianas y la vuelta de los atascos. En un
restaurante, un camarero llega cantando, \"¡Mubarak, Mubarak!\", \"Parece que
estás contento\" le dicen. \"Pues claro, ¡Mubarak es mi padre! Ha anunciado que
se quedaba. Vamos a volver a encontrar pan en las tiendas y a sentirnos de nuevo
seguros\". En las calles, hay conductores que circulan con una mano en el
volante y otra enarbolando una bandera por la ventana.<BR><BR>Una parte de los
egipcios que se callaban y se ocultaban desde hace una semana ha reencontrado su
lengua desde la intervención televisada del rais. \"Ha hecho promesas de cambio.
Está bien, estoy satisfecho\", dice Bahaa El Hazary, un viejo señor que lleva
sus compras en una bolsa de plástico. \"Hemos esperado treinta años, podemos
esperar unos meses más\". A algunas manzanas del centro de la ciudad algunos
grupos distribuyen panfletos y arengan a los transeúntes: \"¡Mubarak es nuestro
presidente! ¡Estamos con él!\".<BR><BR>En el cuartel general del Movimiento del
6 de abril, una de las principales fuerzas de movilización de la juventud contra
el poder, los rostros están cada vez más fatigados, pero nadie parece dispuesto
a ceder. \"El discurso de Mubarak es una argucia destinada a ganar tiempo\",
confía un portavoz. \"Hace creer que quiere renovar cuando no se trata más que
dar una capa de pintura a una casa carcomida. No abandonaremos la plaza Tahrir y
vamos a continuar manifestándonos. Nos negamos a dialogar con el régimen
mientras siga en pie\".<BR><BR>Esta posición, que no ha variado desde el
comienzo, no es sin embargo unánime entre los grupos de oposición. Uno de los
representantes de la Coalición Nacional Democrática, que reagrupa a la mayor
parte de los partidos opuestos al régimen, confía, poco antes de las 11h, que se
dispone a reunirse para determinar si si o no, la Coalición acepta negociar con
el primer ministro y el vicepresidente, que han hecho aperturas consideradas
como inéditas. En portada de uno de los principales periódicos de oposición, un
editorial se pronuncia a favor de dejar las manifestaciones y de la apertura de
conversaciones. <BR><BR>En la sede del Sindicato de Abogados, uno de los grupos
profesionales más a la cabeza en la denuncia del régimen, un debate tumultuoso
tiene lugar en la escalera de entrada al edificio. Algunos abogados discuten, se
insultan y les falta poco para llegar a las manos. Algunos estiman que no hay
que emprender negociaciones y que hay que continuar con las manifestaciones;
otros quieren coger la mano tendida. Khaled Abou Kreisha, uno de los dirigentes
del sindicato, juzga que \"lo que ha prometido Mubarak no representa el 100% de
lo que la gente esperaba. Es preciso que ceda aún más\". A su lado, Said Aebza
atempera: \"Su discurso no estaba tan mal. Deberíamos aceptar la negociación.
Mubarak es un militar, un guerrero, y no es fácil para él ceder su puesto, como
para cualquier otro dictador. Hay que ir a discutir y exigir más
aún\".<BR><BR>En el exterior del edificio, unos individuos esperan de pie y
reprenden a los abogados por encima de la verja. \"Francamente, tenemos un poco
de miedo\", admite uno de los abogados. \"Pienso que Mubarak actúa más como un
policía que como un político. Desde esta mañana, recibimos informaciones según
las cuales el gobierno ha dado dinero a alguna gente para provocar incidentes
hoy\". Entrevistado por teléfono, el experiodista y activista Hisham Kassem
predice que \"Mubarak no aguantará hasta el viernes. En algunas horas, la gente
va a comprobar que no son más que tácticas lamentables y no será salvado por los
pocos miles de personas que el Partido Nacional Democrático ha pagado para meter
ruido en las calles. Las cosas ocurren en la plaza Tahrir y ésta pertenece a las
fuerzas que reclaman la salida de Mubarak\".<BR><BR><STRONG>Centenares de
heridos en la plaza Tahrir<BR></STRONG><BR>La plaza Tahrir, precisamente, el
epicentro de la revuelta sobre el que están enfocados los ojos del mundo entero.
Durante la noche del martes al miércoles, a pesar de la profunda decepción
provocada por la no dimisión del rais, las cosas habían permanecido
extremadamente calmadas y organizadas. En este comienzo de la tarde del 2 de
febrero, no ocurre lo mismo. El servicio de orden improvisado continúa
verificando la documentación de todos los que llegan y cacheándoles para evitar
la entrada de armas. Luego, convergiendo hacia una de las extremidades de la
plaza, los manifestantes pro Mubarak comienzan a llegar. Tienen altavoces,
banderas y fotos del presidente que enarbolan orgullosamente. Son afables con
los periodistas occidentales a los que saturan con sus \"¡Queremos a Mubarak!\".
Acaban por verse enfrentados a un cordón de los grupos de
oposición.<BR><BR>Durante algunos minutos, los dos campos se miran de arriba a
abajo. Y luego de repente, empiezan a volar las piedras desde los dos lados. Las
dos multitudes se separan mientras prosigue el diluvio de proyectiles de todo
tipo. El campo de los anti Mubarak defiende \"su\" plaza mientras los forofos
del régimen atacan desde las calles de los alrededores. El vuelo de las piedras
se intensifica, se forman barricadas con vehículos quemados, los heridos son
llevados a cuestas por sus compañeros. \"¡Quiere sangre! ¡Mubarak adora la
sangre!\", exclama un joven con el rostro polvoriento y enrojecido. De repente,
hombres venidos del campo \"progubernamental\" cargan contra los caballos y los
camellos, con porras y látigos en la mano. Algunos son desarmados, los animales
capturados, y los hombres entregados al ejército que observa todo esto sin
intervenir.<BR><BR>En el otro extremo de Tahrir. los opositores al régimen
continúan cantando consignas y ocupando la plaza, en calma. \"Mubarak juega a
los dados como en Las Vegas. Juega su propio país para aferrarse al poder\",
denuncia Ahmed Bakr, un joven piloto. \"No puede decir un día que ama Egipto e
intentar al día siguiente enfrentar a los egipcios unos contra los otros\"
\"¿Porqué ha enviado Mubarak a sus partidarios a manifestarse hacia Tahrir
cuando hay decenas de otras plazas en El Cairo? Porque quería la
confrontación\", afirma Maraheb Saafan, una joven madre de familia con velo que
lleva una pancarta que dice \"Ahora, no más tarde\". <BR><BR>A medida que la
tarde avanza, mientras prosiguen los lanzamientos de piedras, los testimonios
comienzan a afluir, casi todos concordantes: las fuerzas pro Mubarak han sido
traídas en camiones desde las barriadas populares para provocar peleas, con
policías de civil entre ellos. Han sido pagados entre 100 y 150 libras egipcias
(12 a 19 euros) y han venido armados, con machetes improvisados y hojas de
afeitar. Un detalle curioso: hacia el mediodía, todos los militares apostados
alrededor de la plaza Tahrir se habían puesto los chalecos antibalas, al
contrario que los días precedentes. Otro fenómeno preocupante: mientras que
desde hace varios días los periodistas podían trabajar libremente, han sido
numerosos los agredidos y golpeados por la tarde, principalmente por las fuerzas
pro Mubarak.<BR><BR>A la caída de la noche, los enfrentamientos disminuyen, y
las fuentes médicas avanzan al menos un muerto y 500 heridos. El portavoz de la
Coalición Nacional Democrática, entrevistado por teléfono, anuncia que el
principio de apertura de las negociaciones había sido aceptado \"lo más
rápidamente posible\", pero que desde los acontecimientos de la plaza Tahrir,
han sido suspendidas \"esperando hacer luz sobre las bajas maniobras de Mubarak
que envía a sus bandidos y sus matones a atacar a los manifestantes\". Mientras
la red Internet funciona de nuevo, tras cinco días de corte total, la televisión
nacional muestra y entrevista en bucle a los manifestantes pro Mubarak. El rais
se aferra, definitivamente. No quiere soltar una brizna del poder que le queda.
¿Hasta donde está dispuesto a llegar? </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>