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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>20 de febrero 2011<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Estados Unidos<BR><BR>Marchas masivas
contra el ajuste</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT><BR><FONT
face=Arial><STRONG>Wisconsin, la pelea de fondo</STRONG></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Lo
que pasa en ese estado no es apenas un recorte presupuestario, sino un
experimento para quebrar a los sindicatos. Con lo que republicanos y demócratas
están nacionalizando la pelea y las manifestaciones son
enormes.<BR></FONT></STRONG><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Ernesto
Semán</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Página/12, Buenos Aires,
20-2-11</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://www.pagina12.com.ar/"><FONT face=Arial
size=2><STRONG>http://www.pagina12.com.ar/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>Apenas quinientas tarjetas hechas por
estudiantes y graduados de Madison para el Día de los Enamorados, con el lema “I
Love UW. Governor Walker, Don’t Break My Heart” (Amo a la Universidad de
Wisconsin. Gobernador Walker, no rompas mi corazón), pusieron en marcha una de
las movilizaciones gremiales más grandes de los Estados Unidos en las últimas
décadas. Por quinto día consecutivo, sindicatos y otras organizaciones sociales
bloquearon ayer la ciudad de Madison, capital del estado, en oposición al severo
proyecto de ley del gobernador republicano Scott Walker que, entre otras cosas,
dejaría a los sindicatos de empleados públicos sin capacidad de negociar
convenios colectivos de trabajo. Los manifestantes son algo así como el veinte
por ciento de toda la población de Wisconsin y, aunque en franca minoría, anoche
incluyeron también a varios miles de republicanos en apoyo a su gobernador. En
medio de una intensa polarización política e ideológica, la discusión es seguida
por todo Estados Unidos como una pelea que puede definir el futuro del poder
sindical y su influencia en la distribución del ingreso en todo el
país.</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>La reacción contra el proyecto conocido como “ley de
reparación presupuestaria” no arrancó entre los empleados públicos sino en
oposición a los recortes presupuestarios a la universidad. El fin de semana
pasado, estudiantes, docentes y no docentes de la Universidad de Wisconsin
–donde en los ‘60 se registró uno de los puntos más tempranos y sangrientos de
las protestas contra la guerra de Vietnam– repartieron en Madison las tarjetas
del Día de los Enamorados contra Walker. Apenas siete días después, la protesta
ya involucra a más de 100 mil personas sólo en Wisconsin, tiene el apoyo de la
totalidad de los sindicatos, va en camino de convertirse en una de las
movilizaciones gremiales más grandes de las últimas décadas, ha dejado al
Parlamento ocupado por los manifestantes durante cuatro días, involucró al
presidente Barack Obama y a la neoconservadora Sarah Palin e implicó entre otras
cosas la decisión de los diputados demócratas de huir del estado de Wisconsin
como recurso legal para dejar sin quórum al gobernador.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En lo central, el proyecto de Walker limita el poder de
los sindicatos del sector público a discutir sólo salarios, dejando afuera
beneficios y condiciones de trabajo. También impone un techo a las mejoras
salariales basado en el índice de inflación y aumenta las contribuciones a los
fondos de pensión y salud. Además, modificaría la vida gremial obligando a los
sindicatos a revalidar sus conducciones todos los años.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Anoche, cerca de quince mil personas acampaban de nuevo
frente al capitolio local. Los diputados demócratas “en el exilio” amenazan con
no volver al estado hasta que Walker se comprometa a negociar. Tienen a su favor
las encuestas: dos tercios de la población se opone a la ley. Pero el gobernador
cuenta a su favor haber sido electo recientemente en base a una plataforma
conservadora que, si no explicitaba este paso, le daba todo su sustento.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La cruzada de Walker tiene menos que ver con los
problemas fiscales de su estado que con las necesidades de validar su liderazgo
en un estado recién recapturado para el lado republicano, y con proyectar su
figura a nivel nacional al frente del movimiento de derecha que se consolidó en
la elección de noviembre último. “Es hora de limitar el poder de los sindicatos,
y en eso espero poder ser la fuente de inspiración para muchos otros”, dijo
ayer. Su proyecto es en ese sentido el ariete de una avanzada a nivel nacional y
la elección de Wisconsin como punto de partida es cualquier cosa menos casual.
Si en algo coinciden el gobernador y los sindicatos es que si esta ley se
aprueba en Madison, se abren las puertas para una formidable reducción del poder
de los sindicatos y de su capacidad de incidencia en la distribución del ingreso
a nivel nacional. De ahí que sindicatos y grupos conservadores de Ohio, Florida,
Iowa, Maine y Nueva Jersey se involucren en la pelea.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Si se aprueba en Wisconsin se puede aprobar en cualquier
lado”, repitió ayer Gerald W. McEntee, jefe del sindicato de empleados públicos.
Lo mismo piensan los gobernadores republicanos. Y hay al menos tres razones para
esa expectativa. Una es que, al menos desde los ’30, Wisconsin ha sido un estado
donde los demócratas mantuvieron una cierta tradición progresista y una
asociación sólida con los sindicatos que se tradujo en un dominio fuerte, aunque
no permanente, sobre la política local. La aprobación de esta ley sería una
derrota partidaria que se haría sentir en todo el país. A nivel laboral, la
avanzada de Walker también implicaría quebrar el poder de uno de los sindicatos
de empleados públicos más grande y poderoso de Estados Unidos, con 170 mil
afiliados. El Afscme fue creado en los ’30 al calor del avance de la legislación
laboral durante el New Deal. Y en 1959 se convirtió en el primero con capacidad
de negociar convenios colectivos de trabajo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Finalmente, con la vista en los números, queda claro que
el proyecto es derivado del endurecimiento ideológico republicano más que de una
urgencia económica de Wisconsin. El desempleo (7,5 por ciento) y el déficit
proyectado (12,8 del presupuesto) no sólo están por debajo del promedio nacional
sino que son optimistas comparados con los de otros estados. Que la convicción
ideológica es el motor de esta pelea explica que más de un centenar de
organizaciones vinculadas con el Tea Party en todo el país hayan comenzado a
movilizarse desde ayer en favor de la medida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El lugar más complicado, una vez más, es el de Obama. Su
oposición a Walker fue clara –“es un asalto contra los sindicatos”, dijo– pero
aún no se tradujo en una movilización de recursos políticos a favor de la
protesta. No es exagerado suponer que sus últimos pasos también abonaron el
campo para iniciativas como las de Wisconsin. Hace apenas diez días envió al
Congreso un proyecto de presupuesto centrado en el recorte de gastos, con
argumentos que en muchos casos se superponen con los de la oposición. La suerte,
en ese sentido, no está del lado de los sindicatos. Ayer, mientras en Madison se
producían las marchas más grandes a favor y en contra del gobernador, la Cámara
baja en Washington rearmó el proyecto de Obama y, con mayoría republicana,
aprobó el recorte del gasto público más grande de la historia moderna de los
Estados Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Si la pelea de los sindicatos contra Walker tiene
carácter épico, también es porque tiene chances de convertirse en el hito que
represente una derrota más de los sindicatos. Nada está definido, pero medios y
analistas volvían anoche una y otra vez al recuerdo de la famosa huelga de
controladores aéreos que Ronald Reagan quebró en 1981. Desde entonces, el
reajuste de la sociedad norteamericana cuenta en su iconografía huelgas masivas
y prolongadas de los obreros de la carne en Minnesota o de industriales en
Illinois, cuyas derrotas jalonaron el retroceso del sector asalariado en la vida
económica del país durante las últimas tres décadas.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>