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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>1º de marzo 2011<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV><STRONG><FONT size=3>Uruguay</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Terminar el liceo no es rentable
para los más pobres</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial size=2></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial size=2>El Observador, Montevideo,
25-2-11</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.observa.com.uy/default.aspx"><STRONG>http://www.observa.com.uy/default.aspx</STRONG></A></FONT><BR></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Ese es el resultado de un estudio realizado por el
Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
de la República. </DIV>
<DIV align=justify><BR>A la hora de elegir entre continuar o no con sus
estudios, todo adolescente se preguntó alguna vez, “¿vale la pena el esfuerzo?”.
En Uruguay, la respuesta a esa pregunta depende de la situación económica del
joven en cuestión. Paradógicamente, solo aquel que se encuentra en un contexto
favorable tendrá los incentivos económicos suficientes para seguir estudiando.
El adolescente de clase baja que cursa el liceo en situación de pobreza está
haciendo, en términos generales, una mala inversión. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Según un estudio realizado por el Departamento de
Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República,
la diferencia en la calidad de la enseñanza y en la probabilidad de repetición
llevan a que “la educación secundaria sea una inversión inconveniente para los
estudiantes en situación desventajosa”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El estudio al que accedió El Observador, realizado por la
investigadora Rossana Patrón, se titula “Cuando más educación no vale el
esfuerzo: otra mirada a las decisiones de deserción de los estudiantes
desfavorecidos en Uruguay”, echa luz sobre los incentivos que tienen los jóvenes
para continuar con sus estudios secundarios, al medir la relación entre el
aumento del ingreso al que les permitiría acceder el ciclo básico y el esfuerzo
que implica su culminación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De hecho, desde un punto de vista económico, el estudio
implica la asignación de recursos escasos –el tiempo, fundamentalmente– para
obtener un resultado –un diferencial en el ingreso–. El tiempo que el joven
utiliza en el estudio genera una pérdida equivalente al dinero que deja de ganar
por posponer su ingreso al mercado de trabajo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El estudio realizado toma en cuenta que en los sectores
más bajos los años aprobados no solo generan un más bajo retorno –porque la
calidad de la educación es menor que en los contextos más favorecidos–, sino
también que los costos son más altos debido a la mayor probabilidad de repetir
los cursos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Para los estudiantes en situación desventajosa, cursar
estudios secundarios tiene un retorno negativo cuando se considera la ocurrencia
de repeticiones pero incluso si no se tiene en cuenta el fenómeno, la tasa
interna de retorno es muy baja”, explica el informe.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según los expertos, la rentabilidad que genera la
aprobación del ciclo básico es de 5% en los sectores más pudientes, si no se
considera el factor repeticiones. En el mismo escenario, un estudiante de clase
baja tendría un retorno de apenas 0,8%.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al incorporar la probabilidad empírica de que el
estudiante se atrase en sus estudios, la rentabilidad baja a 2,6% en los
sectores acomodados, mientras que en los estratos menos favorecidos se torna
negativa. Es decir, a lo largo de su vida, un joven de clase baja percibiría un
volumen mayor de ingresos si accede al mercado laboral una vez terminada la
escuela, que si pospone su entrada al mundo del trabajo para cursar el ciclo
básico.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según señala Patrón, los resultados de la investigación
contribuyen a explicar “las altas tasas de deserción de ese grupo de
estudiantes”. De hecho, en el quintil más alto –esto es el 20% de la población
más rica–99% posee estudios primarios, 95% cursó ciclo básico y 70%
bachillerato. En tanto, en el quintil más bajo, primaria cursó 86% de la
población, 41% realizó estudios de ciclo básico y solo 8% cursó
bachillerato.<BR></DIV>
<DIV align=justify>“Estos resultados plantean algunas dudas sobre la justicia o
equidad buscada por las leyes de escolarización compulsiva que no sean
acompañadas por políticas complementarias que aseguren igualdad de resultados
educativos para los estudiantes de todos los grupos socioeconómicos, concluye la
experta.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>