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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>1º de marzo 2011<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Egipto</FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify></FONT><FONT face=Arial><STRONG>El Ejército contra los
revolucionarios<BR></DIV></STRONG></FONT>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Katherine Manca, desde El
Cairo</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Nuevo Partido Anticapitalista
(NPA), Francia, 26-2-11</STRONG></FONT></DIV>
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href="http://www.npa2009.org/"><STRONG>http://www.npa2009.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Viento
Sur</STRONG></FONT></DIV>
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href="http://www.vientosur.info/"><STRONG>http://www.vientosur.info/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducción de Faustino
Eguberri</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><BR>A pesar de la dimisión de Mubarak, el Consejo Supremo
de las fuerzas armadas que dirige hoy el país sigue sin liberar a los militantes
presos, prohíbe las huelgas y autoriza las manifestaciones con cuenta gotas. Sin
embargo, la población egipcia no está dispuesta a dejarse confiscar su
revolución. <BR><BR>Desde la caída de Mubarak, es el ejército el que está en el
poder en El Cairo. Y la mayor parte de los egipcios tienen confianza en sus
soldados, pues no han disparado contra los manifestantes en la plaza Tahrir.
Pero algunas voces se elevan, entre los obreros, los asalariados, los artistas y
los estudiantes, para denunciar al Consejo Supremo de las fuerzas
armadas.<BR><BR>Considerado como un vestigio del antiguo régimen, este estado
mayor tarda en efecto en liberar a todos los militantes presos bajo el reino de
Mubarak, presiona a los huelguistas para que vuelvan al trabajo, prohíbe al
acceso a los lugares en huelga a los periodistas, bloquea la carretera hacia
Gaza e inunda de SMSs los móviles de todos los egipcios, exhortándoles a
permanecer en calma y a volver al trabajo.<BR><BR>Pues las fuerzas armadas
egipcias, que pueden utilizar a su conveniencia todas las redes de comunicación,
privadas o públicas, tanto Vodafone como Mobinil, se comportan como un gobierno
militar. Con el pretexto de asegurar la seguridad en la ciudad, el toque de
queda es mantenido y el estado de urgencia, en vigor desde hace casi 30 años,
sigue sin ser levantado. Por otra parte, respecto a lo de la protección de la
ciudad, son esencialmente los bancos, la bolsa, la embajada americana, el
parlamento y la sede de la televisión pública lo que protegen los tanques. En
Chobra, por ejemplo, un barrio del norte de El Cairo, ningún tanque ha venido a
proteger una iglesia que desde hace tres días está amenazada de ser quemada por
musulmanes, con el pretexto de que un joven cristiano habría quemado el Corán en
la calle. Los coptos deben pues apañárselas solos para asegurar su propia
protección.<BR><BR><STRONG>"Militares, atención, se os
vigila"<BR></STRONG><BR>El viernes pasado, durante la manifestación que en
principio celebraba la victoria -supervisada por el ejército que había montado
controles un poco por toda la ciudad- algunos contestatarios señalaban aún con
el dedo a los militares. "Ni soñar con que nos roben nuestra revolución como en
1952", exclamaba Ahmed Elkoussy que, con una cincuentena de asalariados de su
almacén de artes gráficas, enarbolaba pancartas con "La revolución no ha
terminado", "Militares atención, os vigilamos". Un poco más lejos, al pié del
podio, un hombre exhibía las heridas recién cicatrizadas: "es el ejército, es el
ejército el que me ha hecho esto, ¡hace unos días a penas!, antes de ser llevado
sin contemplaciones por un oficial, lejos de los periodistas.<BR><BR>Pues el
ejército está nervioso. Los oficiales no quieren que se fotografíen los tanques,
tampoco quieren responder a las preguntas. El viernes por la noche, después de
la manifestación, mientras los jóvenes de los barrios populares permanecían en
la plaza Tahrir, los de los medios más acomodados llevaban su manifestación
cincuenta metros más lejos, a la plaza Talaat Harb. Resultado: dos ambientes
completamente diferentes. En Talaat Harb, los militares han dejado a los jóvenes
estar de fiesta toda la noche, proyectar videoclips, etc. En Tahrir, imposible
entrar en la plaza, bloqueada por un tanque. El ejército había incluso llamado a
las fuerzas especiales, unidad antiterrorista, y había requisado un hotel vacío
de la plaza, el Cleopatra, para hacer de él un centro de mando improvisado. "No
os diremos lo que se hace ahí", decía lacónicamente un soldado, colocado a la
entrada del edificio, cuyos accesos estaban igualmente prohibidos. Así pues,
para los jóvenes de los barrios populares, toque de queda y vigilancia estrecha.
<BR><BR><STRONG>Huelgas prohibidas<BR></STRONG><BR>Para los trabajadores
también. En Mahallah, por ejemplo, una de los mayores complejos industriales del
Medio Oriente, donde los 24.000 obreros de la fábrica textil estaban en huelga
durante cinco días hasta el sábado, era imposible acercarse a la fábrica; los
militares habían cortado la circulación. Pues las huelgas dan miedo a los
militares. No han olvidado que fue en Mahallah donde comenzó el movimiento de
huelga general del 6 de abril de 2008, del que salió directamente la coalición
que llamó a manifestarse, el 25 de enero pasado, provocando la partida del rais.
A fin de apaciguar la situación, las fuerzas armadas han acabado pues por ceder
a las reivindicaciones de los obreros y han despedido a toda la antigua
dirección de la fábrica, corrompida y demasiado ligada al antiguo régimen. El
Consejo Supremo ha prometido igualmente poner en pie, de aquí a seis meses, un
salario mínimo de 1.200 libras, para todos los trabajadores de Egipto y mejorar
el seguro de salud, los transportes públicos, etc. Y para evitar el contagio,
que había ganado ya a varios sectores como los bancos, los hospitales y la
construcción, las fuerzas armadas han enviado dos SMSs, la noche del lunes al
martes. El mensaje es claro: "Por razones de seguridad nacional, todas las
personas que participen en manifestaciones o acciones que no estén expresamente
autorizadas por el ejército serán detenidas". Pero cuando escribimos estas
líneas, un millar de personas se manifiestan en la plaza Tahrir contra el
gobierno militar.
<HR>
<BR><BR></FONT></DIV></BODY></HTML>