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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>6 de marzo 2011<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV>
<HR>
</DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>Estados
Unidos/Wisconsin</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>La guerra contra los sindicatos del
sector público </FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Redacción de La Breche, 5-3-11<BR></STRONG><A
href="http://www.alencontre.org/"><STRONG>www.alencontre.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de
Prensa</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> <BR>El 8 de enero de 2011, la revista británica The
Economist dedicaba un dossier de tres páginas sobre los sindicatos del sector
público en el conjunto de los países capitalistas desarrollados. En la página
20, la revista publicaba un gráfico indicando la decadencia desde 1973 de la
sindicalización en el sector privado en los Estados Unidos y, a la inversa, el
desarrollo de la sindicalización en el sector público entre 1973 y 1980, más
allá de las fluctuaciones anuales. En 2010, el porcentaje de sindicalización del
sector privado en los Estados Unidos se situaba hasta un máximo de 6,9%, y el
del sector público hasta un máximo de 36,2%. Entre las conclusiones, The
Economist escribía: “En los Estados Unidos, varios gobernadores republicanos en
ascenso han decidido transformar la batalla a corto plazo sobre el salario y las
conquistas sociales en una batalla referente al poder de los sindicatos.” </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La declaración de guerra de Scott Walker
</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde el 15 de febrero de 2011, un movimiento masivo de
trabajadores y sindicalistas de los servicios públicas se puso en marcha en el
estado de Wisconsin en los Estados Unidos. La casa de gobierno (Capitolio) de la
capital Madison ha estado ocupada por los asalariados. ¿Por qué? El 7 de enero,
el republicano Scott Walker entraba en función a raíz de su elección en
noviembre de 2010. Inmediatamente, subvencionó a los capitalistas con 140
millones de dólares reduciendo los impuestos de las empresas, incluidos los del
gigante de la distribución Wal-Mart. Al mismo tiempo, declaraba la urgencia de
solucionar “la crisis presupuestaria”. En nombre del combate contra el déficit,
introducía una ley que consistía en que los trabajadores del sector público
pagaran de 5.000 a 7.000 dólares más por año por su seguro de enfermedad y para
su jubilación. Walker pretendió dividir a los asalariados del sector público,
evitando que esta carga impositiva alcanzara a los bomberos y la policía. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El proyecto de Walker iba más allá de la política de
austeridad. Tiene por objeto romper la capacidad reivindicativa y la fuerza
sindical de los trabajadores del sector público. Es posible resumir en cinco
puntos este proyecto: 1) reducir las negociaciones contractuales únicamente a la
cuestión de los salarios; 2) prohibir toda huelga del sector público (los
huelguistas se encuentran colocados bajo la amenaza de la Guardia Nacional); 3)
suprimir todo pago automático de cotizaciones a los sindicatos; 4) la duración
de los contratos colectivos no debe superar un año; 5) cada año, los miembros
deben volver a votar para certificar o no el poder de negociación del sindicato
que los representa. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La pérdida salarial asciende a 20%. A eso se añaden
cortes presupuestarios en el ámbito de la educación y los servicios públicos.
Entre otras cosas, algunos cortes importantes están previstos en el Medicaid
(seguro de enfermedad para las personas con ingresos limitados) y en el programa
BadgerCare (un programa de cuidado para los niños venidos de las familias
pobres). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Walker convocó inmediatamente a una sesión especial del
Parlamento y el Senado para hacer pasar su ley (“ley destinada a reparar el
presupuesto”). Al mismo tiempo, hizo llegar una carta a todos los trabajadores
del sector público indicando que los contratos colectivos finalizarían con fecha
del 13 de marzo y que eso no era negociable. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para comprender la naturaleza de la respuesta de los
asalariados y las asalariadas, es necesario tener en cuenta la mutación que se
operó en el asalariado y en las organizaciones sindicales al final de los años
setenta. A partir de ese tiempo se han reforzado en los Estados Unidos los
sindicatos como American Federation of Teachers (AFT), la National Education
Association (NEA), l’American Federation of State County and Municipal Employees
(AFSCME) et l’American Federation of Government Employees (AFGE).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos sindicatos del sector público traducen también los
cambios del asalariado, su diversificación, y agrupan en su seno a un número
creciente de mujeres, afro-americanos, chicanos. Se comprende entonces la
determinación de los republicanos y del mundo de los negocios de golpear con
fuerza a este sector del “movimiento obrero”, aún activo y apto para resistir.
Lo que explica la rebelión de los trabajadores y las trabajadoras del sector
público del estado de Wisconsin. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La ocupación del Capitolio</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El movimiento de oposición radical comenzó en el sector
estudiantil, en particular los estudiantes de la Universidad del Wisconsin.
Reivindican el derecho a una educación de calidad. El día de San Valentín, 14 de
febrero, aproximadamente 1.000 estudiantes se abalanzaron sobre el Capitolio, la
casa de gobierno. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El 15 de febrero fracasa la tentativa - entre otras cosas
impulsada por los medios de comunicación -, de dividir sector público y sector
privado. Militantes de los sindicatos de ambos sectores se reunieron y llamaron
a una manifestación común contra la ley que quería imponer el gobierno. La unión
se hizo entre los estudiantes y los asalariados del sector público; incluidos
bomberos y policías que se sumaron a la manifestación, haciendo fracasar la
táctica de división de Walker. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El miércoles 16 de febrero, la movilización reúne a
20.000 personas, el jueves a unos 35.000 y el viernes 18 de febrero a más
50.000. Una consigna: “Kill the bill”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Catorce parlamentarios demócratas se ocultaron y salieron
incluso del estado de Wisconsin, impidiendo al Senado poder votar la ley, ya que
no se alcanzaba el quórum. El palacio gubernamental y sus alrededores estaban
ocupados por 50.000 manifestantes el día en que Walker habría debido hacer pasar
su ley. Desde entonces, las manifestaciones no cesaron. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El sábado 26 de febrero, cerca de 100.000 personas ocupan
el Capitolio y sus alrededores en Madison. Desde hace dos semanas el Capitolio
está “a en manos” de los asalariados, a pesar de las amenazas lanzadas el
domingo 27 de febrero. Cuando la policía amenaza con intervenir, los bomberos
anunciaron que ocuparían en la noche el edificio junto a los estudiantes, lo que
volvería una intervención represiva más difícil. Incluso, el WPPA (The Wisconsin
Professional Police Association) pidió a sus afiliados que en la noche del 25 de
febrero durmieran en el Capitolio. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Un manifestante expresa bien el espíritu de esta
movilización que se amplió, mientras que el gobernador tenía la intención de
hacer de los asalariados del sector público un objetivo fácil, describiéndolos
como “privilegiados”: “Lo importante reside en un hecho de que comprendimos: una
vez que se retiran los derechos de algunos, estos derechos van a retirarse a
todo el mundo.” </DIV>
<DIV align=justify><BR>Es esta comprensión que explica la presencia en las
manifestaciones y en la ocupación día y noche del Capitolio, de los trabajadores
de las acerías, de los camioneros, de los pilotos de las compañías aéreas, de
los electricistas, etc. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Además, los profesores que representan un sector
combativo del movimiento, supieron perfectamente poner de relieve que los
ataques llevados contra su estatuto no eran más que una parte de una ofensiva
más amplia contra el sistema educativo y, en consecuencia, contra el futuro de
los niños de la mayoría de las familias del estado de Wisconsin. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La ocupación del Capitolio dio surgimiento, además, a un
debate sobre la democracia. Por una parte, la ocupación fue muy activa: se
organizan guarderías, se dan conferencias, carteles llenos de imaginación
empapelan las paredes. La ocupación se hizo con normas que se referían tanto a
la contribución de la comida para los ocupantes, como a las rotaciones en
relación al mantenimiento del edificio (limpieza, etc.). Por otra parte, se
discute sobre el futuro del sector público, sobre las condiciones de trabajo,
sobre los orígenes del déficit. Como lo decía una profesora: “Otra democracia
que la del Parlamento y el Senado tomó cuerpo aquí.” </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Presión policial y la política de
concesiones</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La ocupación está en una fase. Ante las amenazas de la
policía, un representante demócrata, Brett Hulsey, impulsó a los ocupantes a
liberar el edificio. Afirmaba: o dejan el edificio, o los detendrán. No
obstante, la determinación de las personas movilizadas, de las sindicalistas, de
los estudiantes, no retrocedió. Sobre todo teniendo en cuenta que dentro de la
dirección del Partido Republicano apareció una fractura: Dale Chultz, senador,
anunció que rompía con Scott Walker. Eso reforzó la movilización. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La “guerra de clase unilateral” llevada desde hace años
cambia. A la “guerra de clase de arriba” responde “una guerra de clase de
abajo”. Es decir, la política sindical de concesiones - política que constituye
la columna vertebral de la orientación de los aparatos sindicales – es
cuestionada por los trabajadores y las trabajadoras, con el apoyo de la
población. Las contramanifestaciones organizadas por la derecha conservadora, el
Tea Party, no tuvieron un eco significativo, aunque algunos medios de
comunicación las inflaron. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La presión de Scott Walker y de la policía se hizo cada
vez más fuerte desocupar el edificio. La policía pretende impedir a las personas
que entren al Capitolio. La presión policial se acentuó el 1º de marzo, fecha en
la cual Scott Walker debía exponer delante de las instancias legislativas su
política de austeridad presupuestaria. Era necesario que “el Capitolio del
pueblo” se convirtiera de nuevo en el Capitolio normal. A pesar de la presión
policial, aproximadamente 500 o 600 personas se negaron a dejar el edificio.
Entre los que permanecieron, es necesario mencionar a Mahlon Mitchell,
presidente de la organización sindical de los bomberos (Wisconsin Professional
Fire Fighters Association). No obstante, a partir del 27 de febrero, se
revelaron las vacilaciones de algunos dirigentes de los aparatos sindicales.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las declaraciones de dirigentes sindicales se
multiplicaron sobre el tema: si nuestro poder de negociación colectiva se
mantiene, estamos dispuestos a hacer concesiones sobre los salarios. Eso revela
un proceso clásico: la defensa de la supervivencia del aparato, en términos
financieros y de representación formal, antes que la defensa de los sindicados y
del conjunto de los trabajadores. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estas vacilaciones y estas señales de retroceder son
importantes. En efecto, los republicanos no son los únicos en defender la
política de austeridad. Los ataques contra los derechos y las condiciones de los
trabajadores del sector público son también atributo de demócratas como Andrew
Cuomo, en el Estado de Nueva York, de Pat Quinn, en Illinois, de Gerry Brown, en
California. Ciertamente, hay una diferencia entre demócratas y republicanos. Los
demócratas no quieren enfrentarse brutalmente al aparato sindical ya que, por
una parte, los sindicatos financian las campañas electorales demócratas y, por
otra parte, llaman a votar a los demócratas. Pero la tendencia a poner en
cuestión el derecho sindical a la negociación colectiva no se limita a
Wisconsin. Ya está en el orden del día en los estados de Ohio e Indiana.
<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Un test para todo el movimiento sindical de los
Estados Unidos </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El 1º de marzo una nueva manifestación tuvo lugar. El 3
de marzo igual. Y una gran movilización está prevista por este sábado 5 de
marzo. Cuanto más la batalla se prolonga, más está en la agenda la cuestión de
una estrategia para ganar. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Scott Walker no retrocede. Amenaza con despedir a 1.500
trabajadores y con volver caducos los contratos colectivos el 13 de marzo.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>La batalla de Madison está pues en el centro de una
confrontación de clase en los Estados Unidos. Voces se elevan para hacer
concesiones con el fin de mantener la función de socio de los sindicatos. Marty
Biel, el dueño del American Federation of State County and Municipal Employees
24, de Wisconsin, está dispuesto a aceptar la reducción salarial. Pero Scott
Walker no se satisface con esta concesión. Lo que quiere, es debilitar
estructuralmente la organización sindical. El tema central no se refiere al
aumento de la participación de los trabajadores en la financiación de su seguro
enfermedad y de su jubilación. Se refiere a limitar la capacidad de organización
y resistencia de los asalariados y las asalariadas. Lo que Scott Walker ha
podido comprobar en tres semanas de movilización. Con motivo de la gran
manifestación del sábado 5 de marzo, el debate se referirá entre otras cosas a
la huelga general del sector público, para el caso de que Walker hiciera adoptar
su ley. Es un reto muy importante. Es una prueba para el conjunto del movimiento
sindical norteamericano.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>