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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa
<BR></FONT><U>18 de marzo 2011<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Libia<BR><BR>El Consejo de Seguridad dio
luz verde a establecer una zona de exclusión aérea<BR><BR>La ONU aprobó la
intervención extranjera en Libia<BR></FONT></STRONG><BR><BR><STRONG>Página/12,
Buenos Aires, 18-3-11<BR></STRONG><A
href="http://www.pagina12.com.ar/"><STRONG>http://www.pagina12.com.ar/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>La resolución señala que se “tomarán todas las
medidas necesarias”, incluyendo posibles bombardeos, contra el régimen de Gadafi
para proteger a los civiles. Sucede cuando el ejército avanzaba hacia el último
bastión rebelde.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Que se tomen todas las medidas necesarias, incluyendo el
uso de la fuerza. Eso decidió ayer el Consejo de Seguridad de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) para poner freno a los ataques del régimen de Muammar
Gadafi contra la población civil que pide el fin de su gobierno. Las banderas
tricolores volvieron a agitarse ayer en Benghazi más allá del terror. Los
rebeldes se entusiasmaron con que la decisión de la ONU pueda traerles una
victoria que en los últimos días se les escapó de las manos. Al cierre de esta
edición, aún no se sabía si la zona de exclusión aérea iba a imponerse antes de
que se cumpliera la última amenaza del autoproclamado “guía de la revolución”:
atacar Benghazi, el último bastión rebelde.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No todos los países que integran ese órgano dieron el
aval para la intervención internacional en el conflicto, pero ninguno dijo que
“no” a la propuesta del Reino Unido, Francia, Estados Unidos y Líbano.
Washington desconfiaba al principio de una solución militar en Libia, pero
rápidamente se convenció, tal como publicó The New York Times. Dos de las
potencias con poder de veto, Rusia y China, se abstuvieron. Lo mismo hicieron
Brasil, India y Alemania, cuyo canciller venía anunciando que Berlín no quería
meterse en una guerra en el norte de Africa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la parte preambular, la resolución hace referencia a
la escalada de violencia que se vive en territorio libio y a la violación
sistemática de los derechos humanos en que incurren las autoridades. Por eso,
los países miembros del Consejo de Seguridad le reclamaron al régimen que hace
42 años se perpetúa en el poder que termine con los ataques y los abusos contra
civiles. En otras palabras, la ONU demandó un alto el fuego.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“El Consejo de Seguridad autoriza a los Estados miembros
que hayan notificado al secretario, que actúen en forma individual o a través de
organizaciones regionales, a tomar todas las medidas necesarias para proteger a
los civiles y las áreas pobladas por civiles que estén bajo amenaza de ataque,
incluida Benghazi, pero excluye una fuerza de ocupación extranjera de cualquier
tipo y forma”, dice claramente la resolución. Los bombardeos estarían
contemplados dentro de esa difusa frase de “todas las medidas”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los países también decidieron imponer una prohibición a
todos los vuelos sobre el espacio aéreo libio para evitar que las fuerzas leales
a Gadafi bombardeen a la población civil. Pero no estarán prohibidos los vuelos
con fines asistenciales, por ejemplo los que llevan medicamentos, comida o
transportan a trabajadores humanitarios. Tampoco habrá una veda sobre los
aviones que intenten repatriar a ciudadanos que están en peligro en el país
norafricano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por otra parte, la resolución prevé congelar todos los
activos con los que cuentan las autoridades libias a fin de que no sigan
disponiendo de financiación para contratar mercenarios o para continuar la
cruenta ofensiva que, en los últimos días, incluyó ataques por tierra, agua y
aire. También se decidió reforzar el embargo de armas, que ya había sido
impuesto semanas atrás por el Consejo de Seguridad. En esa oportunidad, los
países no se habían pronunciado acerca de una zona de exclusión aérea, pero sí
habían consensuado enviar el caso libio a la Corte Penal Internacional (CPI).
Allí, el fiscal argentino Luis Moreno Ocampo decidió abrir una investigación
porque, según las pruebas con las que contaba, en Libia se estarían perpetrando
crímenes de lesa humanidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió
anoche que haya una acción inmediata para implementar las medidas aprobadas.
Según Ban, la decisión de ayer tiene un carácter histórico. “La resolución
afirma de manera clara e inequívoca la determinación de la comunidad
internacional de cumplir su responsabilidad sobre la protección de civiles ante
la violencia perpetrada sobre ellos por su propio gobierno”, apuntó en un
comunicado, en el que también resaltó el apoyo de la Liga Árabe a la zona de
exclusión aérea.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con cuánta celeridad actuará la comunidad internacional
no se sabe. “Puede ser cuestión de horas”, respondió el canciller francés, Alain
Juppé. El premier británico, David Cameron, se reunirá hoy de urgencia con su
gobierno y comparecerá ante la Cámara de los Comunes para tratar la intervención
en Libia. La jefa del Departamento de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, hizo
una proclama clara en ese sentido en Túnez, donde está de gira. “Queremos apoyar
a la oposición que se levantó contra el dictador”, remarcó la ex primera
dama.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como era de esperar, la diplomacia libia no tomó
gratamente la resolución de la ONU. El viceministro de Relaciones Exteriores,
Khaled Kaaim, dijo que la decisión de la ONU “amenaza la unidad de Libia” y
constituye una “llamada para que los libios se maten entre ellos”. Pero hizo una
concesión. “Estamos dispuestos a tomar la decisión del alto el fuego pero
necesitamos un interlocutor bien preciso para discutir su aplicación”,
reconoció. Según Kaaim, fue una “gran sorpresa” que Alemania no haya dado el
visto bueno a la intervención.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Fue un notable cambio de tono. Horas antes, Gadafi había
lanzado una amenaza tras otra, si llegaba a concretarse una intervención
internacional. “Cualquier acto militar extranjero en contra de Libia pondrá en
peligro a todo el tráfico aéreo y marítimo en el mar Mediterráneo. Las
instalaciones militares y civiles se volverán blanco del contraataque libio”,
prometió. También había dicho a la prensa portuguesa que el Consejo de Seguridad
no tenía mandato sobre el país y que Trípoli no reconocería sus
resoluciones.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las amenazas no sólo traspasaron las fronteras, fueron
directas hacia Benghazi, la que los rebeldes llaman “capital de la Libia libre”
(ver aparte). El dirigente libio dijo que los combatientes opositores sólo eran
“gángsteres armados” y les advirtió de que sus tropas no tendrán piedad con
ellos. “La decisión ya está tomada: Estamos yendo hacia allá”, dijo en una
declaración radial. Los rebeldes no creen todo lo que escuchan y piensan que hoy
no despertarán con el régimen tomando por asalto el bastión opositor. Por eso,
el opositor Consejo Nacional de Transición prometió que resistirá. Tampoco los
pobladores de Benghazi hicieron caso a las amenazas del régimen y esperaron la
resolución del Consejo de Seguridad en las calles. Agitaron sus banderas
tricolores y dispararon al aire para celebrar.
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<BR><BR></FONT></DIV></BODY></HTML>