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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>1º de mayo 2011<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Gaboto 1305 - Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Cuba<BR><BR>Después del congreso del
Partido Pomunista de Cuba<BR></FONT></STRONG><BR><STRONG></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Guillermo Almeyra <BR>La Jornada, México
1-5-2011</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
href="http://www.jornada.unam.mx/"><STRONG>http://www.jornada.unam.mx/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR><BR></FONT><FONT size=2 face=Arial>Algunos datos sobre la
dirección del PCC: sobre los 115 miembros del Comité Central, 78 eran ya
dirigentes nacionales y 18 provienen de las Fuerzas Armadas y del Minint
(Ministerio del Interior); 20 eran ya dirigentes provinciales y ocho dirigentes
municipales; dos son rectores de universidades y sólo siete trabajan en la
producción y en los servicios. Entre los 15 miembros del Buró Político (la casi
totalidad varones) el promedio de edad oscila cerca de los setenta años, hay una
sola mujer y no hay jóvenes de menos de 45. En las vicepresidencias de los
comités estatales o de gobierno, sobre ocho miembros sólo uno es mujer. En el
secretariado del Comité Central (CC), sobre cuatro miembros hay uno de sexo
femenino; entre los primeros secretarios provinciales hay dos mujeres sobre 10;
entre los primeros secretarios municipales hay seis mujeres sobre seis. Entre
los jefes de departamento del Estado o del partido, las mujeres son cuatro sobre
nueve, y entre los ministros, dos sobre ocho. Entre los miembros del CC ocho son
generales de ejército, 12 generales de división y sólo dos rectores
universitarios (un hombre y una mujer, responsable de la educación
física).</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>Se puede decir pues, por la composición del CC, que es
una dirección de burócratas militares, burócratas estatales, burócratas de la
cultura que superan la media edad y que están mechados por unos pocos
tecnócratas más jóvenes y del aparato estatal y partidario que cuenta con
poquísimas mujeres y jóvenes.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Como planteé en un artículo anterior, en el congreso el
sector más eficaz y productivo de la burocracia (el militar) impuso sus reglas
sobre el más conservador y dogmático –el de la burocracia partidaria– y lo
subordinó al funcionamiento estatal, que el primer sector asegura en nombre de
la eficiencia y del cambio burocrático de la burocracia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo importante, sin embargo, es que la amplia discusión
popular sobre el proyecto presentado desde las cumbres del sistema, aunque tuvo
que hacerse sobre algo ya cocinado y en vía de ejecución, de todas maneras
sirvió para dar una vía deformada de expresión a las inquietudes populares (y
para que el aparato las sondeara directamente).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esas discusiones, por ejemplo, hicieron desaparecer
algunos de los aspectos más aberrantes del proyecto, como la creación de zonas
especiales con plena libertad para el capital, a la china, o los insultantes
clubes de golf en un país con poco agua y escasez de viviendas populares, o la
propuesta de permitir que los empresarios recurran a mano de obra asalariada
(como en cualquier país capitalista). En esa discusión hubo propuestas de
mantener la libreta como instrumento estatal para el control de los precios y no
fue abolida de inmediato, sino que lo será gradualmente. Esta es otra expresión
de la inquietud popular, ya que la libreta fue presentada como ejemplo claro de
un llamado igualitarismo nocivo, muy arraigado en el imaginario colectivo, que
se niega a aceptar como si fuese ética la distribución por el mercado, según el
dinero de los compradores, y también la caridad estatal para los más
pobres.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El congreso, según la experiencia cubana, ni siquiera
consideró que la participación de los trabajadores sea un elemento político y
económico decisivo. No se habló de presupuestos participativos, resultados de la
libre discusión de los trabajadores. No se habló de cómo organizar la
autogestión, que aumentaría sin duda la productividad y daría rienda suelta a la
creatividad y al ahorro de materiales que se deben importar y entre los
contratos de diverso tipo, exigidos como reguladores; ni se habló de dar vida a
los contratos de trabajo con las empresas o el Estado firmados por sindicatos
democratizados y con participación consciente en la producción. Se siguió
hablando, en cambio, de combinar la planificación con el mercado cuando este
último, por definición, es incontrolable por ser mundial y caótico y, por
consiguiente, no es posible planificarlo sino, a lo sumo, establecer algunos
laxos planes sectoriales y controlarlos mediante el sistema de prueba, error y
corrección.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No hubo una discusión seria sobre en cuál contexto
mundial (económico, político, ecológico) deberán aplicarse las resoluciones del
congreso. Tampoco hubo siquiera una referencia autocrítica al por qué, en el
momento más difícil para la Revolución Cubana, el congreso se postergó durante
nueve años. Ni tampoco sobre los errores del pasado cometidos, por otra parte,
por los mismos dirigentes que ahora intentan una rectificación in extremis y en
plena oscuridad teórica total.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿A dónde irá Cuba sobre todo si siguen aumentando los
alimentos importados y el petróleo? ¿A más capitalismo de Estado?, porque lo que
el gobierno califica de empresas estatales socialistas, basadas en el trabajo
asalariado, no son más que empresas estatales y basta. ¿A una imposible y
reaccionaria vía china –libertad de mercado, millonarios socialistas y partido
único comunista– como parece indicar el inmediato sostén de Beijing al gobierno
cubano? ¿Los dogmáticos inmovilistas seguirán igual, con su represión y sus
chicanas? ¿Para maniobrar un sistema chino sin estar en China y en la pobreza no
se cerrarán los espacios de discusión?</DIV>
<DIV align=justify><BR>La clave de la situación está en manos de los
trabajadores cubanos, hasta hoy convidados de piedra y objetos de las opciones
que les llueven desde arriba. La falta de incentivos socialistas, de ideales y
perspectivas revolucionarias causan, sin embargo, decepción, desmoralización y
conducen a la búsqueda de salidas individuales en vez de llevar a la búsqueda de
soluciones colectivas. El pragmatismo de arriba debe ser contrarrestado por una
discusión sobre los principios y sobre la historia misma del proceso
revolucionario cubano. Los cheques en blanco llevan siempre a la quiebra.</FONT>
<HR>
</DIV></BODY></HTML>