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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4 face=Arial><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>16 de mayo 2011</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo - Uruguay<BR>redacción y
suscripciones: <A
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>México</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT
size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG><FONT size=3>La
guerra perdida contra los narcos y las otras guerras</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>La guerra contra los narcos y contra el crimen
organizado es una guerra perdida. Su saldo serán enormes ganancias económicas,
miles de muertos y una nación rota. Para agravarlo más, el gobierno mexicano ha
aprovechado su guerra nacional contra los narcos para aplastar con una guerra
local a los zapatistas. Esa "otra guerra" no se limita a Chiapas. Se expresa con
crudeza en todo el país contra las comunidades indígenas que defienden sus
territorios del Estado y del Mercado.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><BR></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Jorge Alonso *<BR>Revista Envío Nº 349<BR>Managua,
abril 2011<BR><A
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title="http://www.envio.org.ni/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
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title="http://www.envio.org.ni/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Según el censo de 2010 hay en México 112 millones 336 mil 238
habitantes. Ocupamos el undécimo lugar entre las naciones más pobladas del
planeta. La pirámide poblacional se estrecha en la base y se ensancha en el
medio, pues la proporción de niños y niñas ha disminuido. <BR><BR>Otro dato
destacable de este censo es la gran desigualdad existente. Esto se comprueba
también con las cifras que en marzo dio a conocer la revista "Forbes". El hombre
más rico del mundo es Carlos Slim, un empresario mexicano que posee una fortuna
personal de 74 mil millones de dólares, incrementada en un solo año en
38%.<BR><BR><STRONG>PAÍS DE MILLONARIOS Y DE MUY POBRES</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Los datos de mexicanos con grandes fortunas revelan que
los primeros puestos los ocupan personas que fueron beneficiadas con las
privatizaciones de empresas estatales en tiempo del Presidente Salinas. En la
lista de grandes millonarios a nivel mundial se encuentra el narcotraficante
mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán. Otro de estos grandes millonarios es un
dueño de minas responsable de la muerte de mineros en Pasta de Conchos e
instigador de la represión contra los mineros de Cananea. Los once mexicanos más
ricos acumulan 125 mil 100 millones de dólares, el equivalente al 12.4% del PIB
de México, un dato escandaloso si se tiene en cuenta que el 44% de los mexicanos
viven sumidos en la pobreza. Durante 2010 los niveles de bienestar de la mayoría
de los mexicanos se redujeron. Organizaciones defensoras de los derechos
laborales han denunciado que México sigue siendo uno de los países con mayor
rezago en política salarial. Los pequeños aumentos salariales han sido
revertidos rápidamente por la escalada inflacionaria en el costo de bienes y
servicios. El encarecimiento de la canasta básica ha implicado la caída del 30%
del poder adquisitivo de los trabajadores. <BR><BR>Además de todo esto, el
incremento del narcotráfico, que sigue la lógica empresarial capitalista de la
máxima ganancia en el menor tiempo, con el añadido de la violenta supresión de
competidores, más la corrupción y la impunidad que son esenciales en este
"negocio", han sumido al país en una grave crisis de inseguridad.
<BR><BR><STRONG>AHOGADOS EN SANGRE</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La guerra contra el narcotráfico, promovida por el
Presidente Calderón para tratar de conseguir una legitimidad que no obtuvo en
las urnas, ha ido ahogando en sangre a México. Aunque esa política tuvo
inicialmente el apoyo de las organizaciones empresariales, en estos momentos los
empresarios, sobre todo los norteños, confiesan estar atemorizados por sus
consecuencias. <BR><BR>Esta guerra ha implicado miles de muertos. Los medios
informan, como un hecho cotidiano y rutinario, de un elevado número de
masacrados en todo el país, muchos asesinados con una violencia sádica y
aterrorizante. Con la guerra de Calderón mueren muchas personas que no están
implicadas con los narcotraficantes. Pese a esta guerra, las adicciones a las
drogas no han mermado, han ido en aumento en los últimos años. Y ya hay bandas
de arcotraficantes que atacan mortalmente centros de readaptación para evitar
perder adictos. El gobierno ha sido intencionalmente negligente en el punto
neurálgico del negocio del narcotráfico: sus finanzas. <BR><BR><STRONG>PESADILLA
PARA MIGRANTES</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>También se ha incrementado el secuestro, tanto de
nacionales como de migrantes centroamericanos, que tienen que padecer un
doloroso y peligroso viacrucis para poder llegar a la frontera con Estados
Unidos, donde se vuelven a encontrar con el anudamiento de bandas de
narcotraficantes y de despiadados tratantes de personas. <BR><BR>Son frecuentes
los casos en los que esa alianza obliga a quienes quieren ir a trabajar a
Estados Unidos a organizarse en grupos que saturan los vehículos de los policías
de migración, para después mandar a otros grupos con mochilas en las que se ven
forzados a transportar droga. No son pocos los migrantes centroamericanos que,
al caer en manos de las bandas del narcotráfico, tienen que quedar como rehenes
hasta que sus familiares hagan un oneroso pago o deben prestar servicios como
esclavos de los narcotraficantes. La muerte colectiva es ya un peligro nada
excepcional. <BR><BR><STRONG>UN ESTADO AUSENTE</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Otro efecto de la guerra calderonista es la fragmentación
de los cárteles de la droga, y la aparición de nuevas bandas que combaten por
zonas de influencia. El narcotráfico se ha aprovechado de la grave crisis del
voraz capitalismo neoliberal, que ha dejado masas de jóvenes sin posibilidades
de estudiar o de tener un empleo. Recluta a muchos de esos jóvenes para que
hagan tareas de espionaje en la vida cotidiana. Situados en las entradas de las
poblaciones o en sus puntos centrales avisan por teléfonos desechables quiénes
se mueven y quiénes son susceptibles de ser atacados. También de entre esos
jóvenes reclutan a los narcomenudistas y hasta a sicarios. Hay regiones enteras
de México donde el Estado se encuentra prácticamente ausente, que son
controladas por distintas bandas de narcotraficantes.<BR><BR>Para agravar más la
situación, el gobierno ha aprovechado esta guerra para atacar y criminalizar las
protestas sociales, yendo en desmedido aumento las violaciones a los más
elementales derechos humanos. El Estado, hostiga, persigue y criminaliza a los
grupos defensores de derechos humanos. Las bandas de narcotraficantes han
infiltrado al Estado, que incrementa una corrupción endémica.
<BR><BR><STRONG>WIKILEAKS: GUERRA SIN ÉXITO</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Para colmo, los cables revelados por Wikileaks muestran
que la soberanía nacional ha sido gravemente lesionada y que el gobierno
estadounidense es quien decide las estrategias de esta guerra. Los cables
exhiben las fallas de los políticos y del ejército mexicano. <BR><BR>El cónsul
de Estados Unidos en Monterrey expresó dudas sobre la eficacia del ejército
mexicano en la lucha antinarco. De un cable de quien fuera cónsul estadounidense
en Ciudad Juárez en 2009 se desprende que percibía que el ejército mexicano veía
con buenos ojos que el cártel de Sinaloa se impusiera al de Juárez en la disputa
por el control de esa ciudad. La secretaria del Departamento de Seguridad
Interior de Estados Unidos consideró en 2011 que la situación en México estaba
empeorando. El FBI aceptó que el combate al narcotráfico por las autoridades
mexicanas no tenía éxito. <BR><BR>Se reveló también una operación que llevaba el
nombre de "Rápido y Furioso", por la que una instancia oficial estadounidense
había pasado clandestinamente alrededor de dos mil armas de grueso calibre para
los grupos delictivos con el supuesto fin de darles seguimiento, pero que este
seguimiento no se había podido realizar. Se supo que aviones de espionaje de
Estados Unidos realizan sobrevuelos rutinarios sobre territorio mexicano.
<BR><BR><STRONG>PÉRDIDA DE SOBERANÍA</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Ante estas informaciones, legisladores mexicanos han
protestado porque Estados Unidos hace negocio con las bandas criminales,
mientras el pueblo mexicano pone los muertos. Han repudiado las acciones
injerencistas de Estados Unidos, lamentando que un gobierno extranjero decida
acciones internas, y plantean que hay que renunciar a la llamada Iniciativa
Mérida, un acuerdo sobre seguridad que implica que México recibe ayuda
estadounidense a cambio de someterse a las estrategias de ese país. <BR><BR>El
diputado Muñoz Ledo hizo ver la gran incongruencia con que opera Estados Unidos
al declarar que no puede impedir la venta de armas a grupos mexicanos, a la par
que decreta un embargo de armas a Libia. El escritor John Saxe-Fernández
denunció que los mexicanos padecemos un régimen anti-nacional, proconsular, con
funcionarios y agencias de Estados Unidos operando en México como autoridades en
materia de seguridad interna. Y la Arquidiócesis de México culpó a Estados
Unidos de la violencia en México.<BR><BR><STRONG>"NO MÁS SANGRE"</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En enero de 2011, ante el evidente fracaso de su guerra
contra el narcotráfico, el Presidente Calderón negó haber utilizado la palabra
"guerra". Fue contradicho por muchos analistas, que han mostrado cómo, de manera
enfática y con muchos simbolismos, Calderón ha tratado de imponer mediáticamente
una guerra que no iba ganando. Carmen Aristegui hizo ver que esa guerra se había
convertido en la principal y casi única apuesta del gobierno y que había
resultado ineficiente. <BR><BR>En muchas ciudades, sobre todo norteñas, pero
también en el occidente y en el centro del país, de manera espontánea se han
realizado marchas en contra de la violencia. Algunos caricaturistas de
periódicos nacionales lanzaron la campaña "No más sangre", aplaudida por
artistas e intelectuales. Epigmenio Ibarra dijo que la gente no puede
acostumbrarse a los asesinatos y conformarse con la excusa gubernamental de que
los narcos se matan entre ellos. Fernando del Paso afirmó que la violencia es el
resultado de muchos años de pobreza y de fallas en el sistema educativo. Muchos
dijeron que era fundamental que la sociedad expresara su rechazo a la guerra de
Calderón, que ha aumentado el clima de inseguridad y de miedo en que vive
México. El dramaturgo Luis Mario Moncada señaló el hartazgo de una sociedad que
no ha sido consultada sobre acciones ineficaces que no se corresponden con una
auténtica política de Estado en materia de seguridad. Alberto Híjar recalcó la
necesidad de responder al incremento del terrorismo de Estado.
<BR><BR><STRONG>ASÍ ATERRORIZAN MÁS</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La campaña "No más sangre" propició que la gente
protestara con sus medios en los sitios donde vive diciéndole al gobierno: "Ya
basta". Miguel Ángel Granados Chapa puntualizó que las fuerzas represivas del
gobierno llegan a los sitios donde se han cometido abominables asesinatos
masivos sólo para aterrorizar más a una población ya agraviada y no para evitar
esos actos y que la campaña surgida desde abajo clamando "No más sangre" hacía
que los reclamantes se sintieran menos impotentes. <BR><BR>Hay comunidades
indígenas que han tenido que defenderse en condiciones desfavorables de las
incursiones de los narcotraficantes. En enero, un comando de decenas de hombres
quemó casas y la escuela de una comunidad tepehuana. Los lugareños, sabiendo que
el gobierno no sabía cómo combatir esta delincuencia decidieron defender su
territorio por sí mismos. Otros poblados tepehuanos se han visto en la necesidad
de emigrar ante el acoso de las bandas de
narcotraficantes.<BR><BR><STRONG>MARCOS: UN TEXTO REVELADOR</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Víctor Flores Olea considera que la guerra emprendida por
Calderón ha sido un negocio que destruye y atemoriza al país y alabó que Marcos,
después de mucho tiempo de no compartir comunicados, hubiera hecho "el más
agudo, por verdadero y revelador, de los análisis publicados sobre el estado de
guerra que prevalece en México". El comunicado de Marcos, fechado entre enero y
febrero de 2011, apareció con el título "Apuntes sobre las guerras". <BR><BR>El
texto es una carta que dirige a don Luis Villoro en el periódico "La Jornada".
Marcos aclara que se trata de ideas fragmentadas, tal como es la realidad
mexicana. Su palabra debía "ir y venir, sorteando retenes y patrullajes
militares y policiacos" y describe una realidad "sin anestesia alguna".
<BR><BR>El escrito tiene una introducción y cuatro partes. La primera la dedica
a la "guerra de arriba". Recuerda Marcos a las estatuas bélicas que ocultan más
de lo que muestran. Están levantadas para cantar en piedra la memoria de
victorias militares, pero no hacen sino ocultar el horror, la destrucción y la
muerte de toda guerra. <BR><BR>Esas estatuas pretenden que el vencedor tenga
memoria de su éxito y buscan forjar la desmemoria del vencido. Remite a la
guerra en Irak: al negocio de la destrucción le siguió el de la reconstrucción.
Aunque las bajas entre las tropas estadounidenses siguen, lo importante es el
dinero que va y viene con fluidez y abundancia. <BR><BR><STRONG>LA BARBARIE
"LEGITIMADA"</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Marcos habla de la "legitimación de la barbarie". Los
vencedores no se contentan con ganar sus guerras. Quieren también derrotar al
vencido moralmente con una propaganda que les dé legitimidad. Sobre la
justificación de Estados Unidos para invadir a Irak -el peligro de las armas de
destrucción masiva- no importó que no existieran ni que el gobierno de Bush
supiera que mentía. Un costoso y masivo montaje mediático se usó para que el
horror, la destrucción y la muerte que se desataron no inquietaran a los
invasores y a sus aliados. También se decretó que esa guerra ha terminado,
cuando todavía prosigue. <BR><BR>Marcos reflexiona en lo esencial de la guerra:
no es sólo la fuerza material, resulta indispensable la fuerza moral <BR>que
proporcionan los medios masivos electrónicos y escritos. <BR><BR>Profundiza
también en la "geografía de la guerra". Se trata no sólo de destruir al enemigo
en su capacidad de combate para imponer la voluntad del vencedor, sino de
destruir su capacidad moral, aun cuando todavía tenga capacidad física. Marcos
señala que ya no es posible ubicar ningún conflicto en un terreno meramente
físico, pues cada vez se hace más complicado el terreno de las guerras.
<BR><BR>En el escenario de una guerra nuclear no habría vencedores ni vencidos
tras una destrucción total e irreversible. Y por eso se ha pasado de las grandes
guerras a las medianas y a las pequeñas y se combina la diplomacia internacional
con guerras regionales y nacionales. En lugar de una guerra nuclear, se han dado
innumerables conflictos de todos los niveles, con sus millones de muertos y
desplazados de guerra, con naciones destruidas y con millones de ganancias para
las transnacionales. <BR><BR><STRONG>DESTRUIR PARA RECONSTRUIR</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Marcos destaca que la teoría militar ha descubierto que
son posibles los conflictos en donde un contrincante abrumadoramente superior en
términos militares es incapaz de imponer su voluntad a un rival débil. Pone los
ejemplos de Playa Girón y de Vietnam. <BR><BR>Marcos pide no olvidar que para
quien hace la guerra su voluntad debe imponerse en el territorio conquistado.
Hoy, la voluntad que trata de imponer el capitalismo es destruir/despoblar y
reconstruir/reordenar el territorio conquistado. Las guerras de hoy no se
conforman con conquistar un territorio y recibir tributo de la fuerza vencida.
<BR><BR>En la actual etapa del capitalismo se quiere destruir el territorio
conquistado y despoblarlo, destruir el tejido social <BR>del pueblo vencido, lo
que implica aniquilar todo lo que le da cohesión a una sociedad. Simultáneamente
a la destrucción y al despoblamiento, se opera la reconstrucción del territorio
y el reordenamiento de su tejido social con otro método, lógica y actores. Las
guerras imponen nuevas geografías. <BR><BR><STRONG>GUERRA CONTRA EL CRIMEN: UN
GRAN NEGOCIO</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En la parte segunda de su texto, Marcos habla de la
guerra del México de arriba. Enfatiza que la realidad mexicana se encuentra
invadida por la guerra. Agudamente, plantea que, debido a Calderón, no hay que
ir a Oriente Medio para reflexionar críticamente sobre la guerra. La guerra ha
irrumpido en la vida cotidiana mexicana, porque se ha impuesto desde el poder,
desde arriba. "Quien se posesionó de la titularidad del ejecutivo federal por la
vía de facto, no se contentó con el respaldo mediático y tuvo que recurrir a
algo más para distraer la atención y evadir el masivo cuestionamiento a su
legitimidad: la guerra. Pensó que sería buena idea que México tuviera su guerra,
cosa que tuvo la entusiasta aprobación de los mandos militares y de quien
realmente manda: el capital extranjero". <BR><BR>Marcos invitó a emprender la
crítica a esa catástrofe nacional llamada guerra contra el crimen organizado
"incursionando en sus alentadores económicos". Señala que hay que buscar en las
patentes, proveedores y créditos internacionales que se hallan en la denominada
Iniciativa Mérida. <BR><BR>Con datos abundantes y precisos, sacados de diversas
fuentes oficiales combinadas, Marcos demuestra que la guerra en México es un
gran negocio y focaliza a quienes ganan con este negocio. En los primeros cuatro
años de esa guerra las instancias estatales encargadas de librarla recibieron
366 mil millones de pesos. Marcos hace un minucioso desglose del presupuesto
destinado para esa guerra y conduce al lector a que visualice las industrias
bélicas que se han beneficiado con la compra de armamento, equipos y parque.
Quien gana económicamente es Estados Unidos, que vende armas a las fuerzas
oficiales y a las bandas de narcotraficantes. Además de otorgarle ganancias,
esto le da territorio y control político y militar.<BR><BR><STRONG>UNA GUERRA
PERDIDA</STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify>Apelando a los datos que se han ido acumulando y a lo que
Wikileaks ha desnudado, Marcos sintetiza que esta guerra está perdida para el
gobierno que la ha emprendido. Por más que se trate de convencer a los mexicanos
que el gobierno va ganando esa guerra, la mayoría sabe que no es cierto, sobre
todo porque los medios de comunicación han sido rebasados por las formas de
intercambio de gran parte de la población, a través de complejas redes. Marcos
reúne datos muy inquietantes: cómo muchos encargados de combatir a los
narcotraficantes están infiltrados por ellos.<BR><BR>Según Marcos, el gobierno
no quiere reconocer que, militar y políticamente, la guerra -que es la meta
central de su gestión- ha fracasado. Pese a esto, Marcos está convencido de que
el gobierno no cambiará su estrategia, porque al ser la guerra un negocio se
mantendrá mientras produzca ganancias. <BR><BR><STRONG>UNA NACIÓN
ROTA</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Calderón ha acompañado su guerra militar con otra guerra
en contra del trabajo digno y el salario justo. Ha sido lamentable que quiera
acusar de ser miembros del crimen organizado a gran número de gente inocente que
ha muerto como consecuencia de una terrible guerra perdida y sin final. Marcos
enfatiza que no habrá un vencedor mexicano en esta guerra, aunque sí hay un
poder extranjero que sí tiene planes para reconstruir y reordenar a México como
territorio de guerra. Lo peor de todo es que esta guerra ha ido destruyendo el
último reducto que le puede quedar a una nación: su tejido social, ya roto por
completo. <BR><BR>Marcos considera que arriba se promueve esta fallida guerra,
mientras abajo cunde la muerte. Se pregunta cuántos de los miles de asesinados
eran delincuentes y si los más de mil niños y niñas ya asesinados, y que el
gobierno ha olvidado desglosar en sus cuentas, eran sicarios del crimen
organizado. <BR><BR>Considera que mientras arriba tratan inútilmente de
desdramatizar en estadísticas los crímenes que su guerra provoca, el tejido
social se ha ido destruyendo en todo el territorio mexicano. Lo que prevalece es
una imposición, por las armas, del miedo, de la incertidumbre y de la
vulnerabilidad. El saldo de esta guerra serán las ganancias económicas, los
miles de muertos y una nación destruida y rota. <BR><BR><STRONG>"LOGRARON
DETENER ESTA GUERRA"</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En la tercera parte de su escrito, Marcos se interroga
sobre si nada hay ya por hacer. Se remite a 17 años atrás, cuando una gigantesca
movilización ciudadana, sin jefes, sin dirigentes, paró la guerra de exterminio
de Salinas contra los indígenas chiapanecos rebeldes. <BR><BR>Se lamenta que la
iniciativa de los trabajadores de la cultura "No más sangre" se pretendió
descalificar porque no se plegaba a un proyecto electoral. Marcos critica que
numerosos contingentes autoproclamados de izquierda no hayan movido sus fuerzas
para detener la guerra, para que el país sobreviva, y que estén haciendo
cálculos mezquinos con la intención de movilizar sólo en torno al voto en la
contienda electoral del 2012. Marcos sabe que, a pesar de esto, hay quienes
resisten y no se rinden, quienes entienden que las soluciones no provienen de
arriba, sino que se construyen abajo, entre quienes apuestan a las ilusiones que
vende una "clase política cadavérica", quienes no se quedan inmóviles frente a
la guerra y echan a andar una alternativa social de libertad, justicia, trabajo
y paz.<BR><BR><STRONG>QUÉ ES LA GUERRA ZAPATISTA</STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify>En la cuarta parte de su carta, Marcos sostiene que la guerra
es inherente al capitalismo y que la lucha por la paz es anticapitalista. Si en
la segunda parte tocó de lado la guerra contra las comunidades zapatistas que,
al mismo tiempo que se oculta se incrementa, en esta última parte trata el tema
de la guerra levantada por los zapatistas, en la cual existe la paradoja de que
si perdían ganaban, y si ganaban ganaban, porque su guerra no es del tipo de
guerra que se propone destruir al contrario. <BR><BR>La guerra zapatista es para
dejar de ser lo que en estos momentos son y así ser lo que deben ser. Eso es
posible porque reconocen al otro y a lo otro, tanto en tierras mexicanas como en
el mundo entero, a ésos que, sin ser iguales a los zapatistas, sufren los mismos
dolores, sostienen resistencias semejantes, luchando por una identidad múltiple
que no anule, no avasalle y no conquiste, anhelando un mundo sin ejércitos.
<BR><BR><STRONG>ZAPATISTAS: NI SE HAN VENDIDO NI RENDIDO</STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify>Marcos afirma que el primero de enero de 1994 se hizo visible
en México la guerra contra los pueblos originarios de México. Entonces, hace 17
años, la sociedad civil mexicana les había pedido que intentaran el camino del
diálogo para resolver sus demandas. Los zapatistas habían cumplido, y una y otra
vez, pese a la insistente guerra en su contra, han insistido en iniciativas
pacíficas. <BR><BR>Durante años los zapatistas han resistido ataques militares,
ideológicos y económicos. En el año 2011 existe un silencio sobre lo que ocurre
en tierras zapatistas, que ni en las condiciones más difíciles se han rendido ni
se han vendido, ni han claudicado. Han estado construyendo mejores condiciones
de vida para sus pueblos. Los zapatistas han tenido sentido de comunidad y no
esperan ni suspiran que lleguen de arriba las soluciones. No sujetan su andar a
quien mira hacia arriba. Han mantenido la independencia de su propuesta, y en su
identidad tienen una oportunidad sólida de supervivencia frente al desastre. En
su calendario no está mandando la zozobra, porque, sin miedo, se tienen a ellos
mismos. <BR><BR><STRONG>APROVECHAR LA GUERRA</STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify>En 2011 los zapatistas cumplieron 17 años de haber hecho su
aparición pública. El gobierno ha intentado, sin éxito, acabar con ellos de
muchas formas, entrelazadas todas en una guerra contrainsurgente. Pese a ello,
los zapatistas han podido avanzar en la construcción de una autonomía pacífica.
<BR><BR>A mediados de marzo, tuvo lugar en Chiapas un encuentro nacional de
activistas y defensores de derechos humanos. Marcos aclaró que no eran ciertos
los rumores propagados por gente del gobierno que le achacan a él una enfermedad
grave. Envió un mensaje a los reunidos, transmitiendo el reconocimiento de los
pueblos zapatistas a quienes han elegido el camino más difícil, incómodo e
ingrato, de defender y promover los derechos fundamentales del ser humano. Alabó
a quienes, pudiendo estar arriba, han elegido "ser abajo con los de
abajo".<BR><BR>Las comunidades zapatistas han seguido construyendo su autonomía,
pero el Estado ha profundizado la otra guerra, la contrainsurgente, que ha
mantenido en contra de ellas. Como las noticias que llenan los medios son las de
la fracasada guerra contra el narcotráfico, amparado y arropado por la mayoría
de los medios, el gobierno pretende aprovechar la guerra general para aplastar
con su guerra particular a los zapatistas. <BR><BR><STRONG>MANIOBRAS
OFICIALES</STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify>En enero de 2011 trató de endosar al zapatismo el secuestro
del cuestionado político panista Diego Fernández de Cevallos. El EZLN se
deslindó de inmediato de ese hecho. La maniobra no prosperó porque no había
ningún punto de contacto. En sus largos años de actuación el zapatismo no ha
secuestrado por ir contra sus principios. Desde que se decretó el cese al fuego
el zapatismo ha cumplido su palabra y ha caminado por vías pacíficas. <BR><BR>La
red contra la represión y por la solidaridad salió de inmediato a desmentir las
falsas acusaciones gubernamentales. Hubo una amplia solidaridad de agrupaciones
internacionales que apoyaron al EZLN, a las comunidades zapatistas y a la Otra
Campaña en contra de las mentiras del gobierno mexicano. <BR><BR>El Estado
maquinó entonces otra vía para golpear a las comunidades: por orden de la
Suprema Corte de Justicia, aduciendo errores en el procedimiento judicial, se
dejó en libertad a quienes familiares y conocidos de los masacrados en 1997 en
Acteal los habían identificado plenamente como los asesinos. <BR><BR>El Estado
siguió con su sorda lucha contra las comunidades en su vida cotidiana. A
principios de 2011 la comunidad tzotzil de Miztión denunció una vez más
agresiones violentas de paramilitares amparados por el gobierno. Esa comunidad
se ha opuesto al paso por su comunidad de una nueva autopista. En Bachajón, otra
comunidad zapatista indagó y detuvo a asaltantes, los entregó a las autoridades,
pero éstas los liberaron. <BR><BR>Otra maniobra oficial ha sido ésta: en
complicidad con autoridades estatales, gente que se presenta, sin serlo, como de
la Otra Campaña, realiza ocupaciones violentas de ranchos. Las autoridades
también han impulsado y protegido a personas adscritas a partidos políticos que
despojan a miembros de la Otra Campaña de sitios que controlaban, y han apresado
a personas a las que les achacan delitos que no han cometido, para desgastarlos
con procesos judiciales amañados. <BR><BR><STRONG>POR SUS
TERRITORIOS</STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify>El Estado utiliza paramilitares para agredir a comunidades
zapatistas, las despoja de territorios y además de agredirlas, las acusa de la
agresión. Después, excluyendo a la comunidad agredida, simula un acuerdo con
gente que es seguidora del gobierno para consumar los despojos. Cuando las
comunidades hacen manifestaciones para defenderse, son reprimidas. <BR><BR>Ha
habido muchas movilizaciones para pedir la liberación de los presos zapatistas.
El gobierno utiliza a los apresados injustamente para presionar y chantajear a
las comunidades para que negocien y cedan sus derechos al territorio y permitan
los planes gubernamentales de turismo e inversión para beneficio de empresas.
Las comunidades han ido denunciando nacional e internacionalmente todas las
agresiones sin ahorrarse ningún detalle. <BR><BR>En el primer trimestre de 2011
el gobierno de Chiapas lanzó una ofensiva oficial en contra de la Otra Campaña
zapatista, apresando injustamente a miembros de las comunidades y a abogados
defensores de derechos humanos. La Organización Mundial Contra la Tortura
denunció el arresto arbitrario y la violación de derechos humanos contra
miembros de la Otra Campaña. <BR><BR>El Centro de Derechos Humanos Fray
Bartolomé de las Casas ha acusado al gobierno del estado de Chiapas de
criminalizar a bases de apoyo zapatistas por graves violaciones a los derechos
humanos en los procesos judiciales que el Estado ha entablado contra ellas,
destacando que el gobierno de Chiapas se ha dedicado a crear y a administrar
conflictos para ejercer el control territorial en detrimento de los derechos de
las comunidades indígenas. <BR><BR>La disputa por el territorio se basa en que
estas tierras son codiciadas por la inversión privada. Los proyectos de
inversión se han propuesto despojar a los pueblos por medio de desalojos
forzados, cooptación para la firma de convenios, ocupación militar y policial y
criminalización de los defensores. <BR><BR><STRONG>EL GOBIERNO ESTÁ EN
OFENSIVA</STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify>El gobierno ha dejado de lado el diálogo y el arreglo
comunitario sostenido en 2010 para que los pobladores administren y preserven
sus recursos y ha pasado a una agresiva ofensiva. Para el organismo de derechos
humanos el gobierno intenta hacer aparecer como conflictos intercomunitarios los
que él mismo provoca. La situación es producto de una guerra integral de
desgaste en contra de las organizaciones de la región. <BR><BR>Le perjudica al
gobierno el proyecto de autonomía de las comunidades en defensa de su tierra
porque le ha impedido la privatización de esas tierras para proyectos
empresariales. En Nueva York, Londres, Edimburgo, París, Berlín, Barcelona y
Buenos Aires, agrupamientos afines a la Otra Campaña zapatista denunciaron como
represores al gobierno federal mexicano y al gobierno de Chiapas, señalando que
es angustioso el problema de la continua represión contra las comunidades por
parte de militares, policías y paramilitares. <BR><BR><STRONG>LA OTRA GUERRA ES
CONTRA LOS PUEBLOS INDÍGENAS</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La otra guerra no se circunscribe a Chiapas, se expresa
con crudeza por todo el país, en contra de las comunidades, sobre todo
indígenas, que están intentando buscar vías de sobrevivencia al margen del
capital y del Estado. <BR><BR>El Estado mexicano se ha puesto del lado de las
empresas depredadoras que aspiran a controlar las riquezas naturales de los
pueblos indígenas que no están dispuestos a que se les despoje de su patrimonio.
Muchos de ellos se oponen a las actividades de compañías mineras por la
contaminación que producen en sus suelos. Numerosas comunidades luchan en contra
de los llamados megaproyectos -las grandes presas-, que les quieren quitar sus
tierras y viviendas. Frente a múltiples despojos, los pueblos indígenas están
resistiendo. <BR><BR>Un recuento de las luchas de estos pueblos se dio en las
reuniones del Congreso Nacional Indígena que tuvieron lugar en la comunidad de
Mezcala en enero de 2011 a orillas del Lago de Chapala, y en la comunidad
purépecha de Nurío en marzo. <BR><BR><STRONG>HABLAN EN MEZCALA</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En la primera reunión del Congreso Nacional Indígena hubo
un pronunciamiento de las comunidades asistentes en contra de la privatización y
manipulación de la isla de Mezcala. Exigieron la cancelación de decenas de
concesiones mineras otorgadas a grandes empresas mineras nacionales y
extranjeras. Levantaron la voz para defender a los pueblos que se oponen a la
construcción de carreteras que vulneran sus lugares sagrados. Denunciaron la
invasión masiva de empresas aguacateras transnacionales en el sur de Jalisco.
Rechazaron el despojo de los bosques de comunidades purépechas. Exigieron el
respeto a la posición de la comunidad michoacana de Santa María de Ostula y
respeto por su policía comunitaria.<BR><BR>Exigieron también la declaratoria de
inocencia y la libertad incondicional de varios presos políticos indígenas por
todo el país, cuyo único delito ha sido defender sus comunidades. Rechazaron la
respuesta bélica del Estado con el hostigamiento del ejército y de muchos grupos
paramilitares, introducidos por Calderón en los pueblos. Defendieron al pueblo
triqui de Oaxaca y a los Caracoles y Juntas de Buen Gobierno zapatista en
Chiapas. Rechazaron el despojo de territorios de los pueblos del Istmo de
Tehuantepec. <BR><BR><STRONG>HABLAN EN NURÍO</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>En la segunda reunión siguieron apuntando a todos estos
problemas y añadieron con énfasis la demanda de la salida de los paramilitares
de varias comunidades, recordando que hace 15 años se firmaron los Acuerdos de
San Andrés como ley suprema de los pueblos indígenas, que se expresan en su
autonomía. <BR><BR>Anunciaron que proseguirían construyendo la autonomía de sus
pueblos. Recalcaron que el derecho milenario al territorio lo defienden en cada
playa, cada lago, cada río, cada bosque, cada desierto, y cada selva, porque la
Madre Tierra no es una mercancía y ellos son parte de ella. <BR><BR>Plantearon
que el Congreso Nacional Indígena no olvida a sus muertos, que son su fuerza
para resistir el embate del mal gobierno y las amenazas del gran capital.
Indicaron que el Congreso Nacional Indígena es el lugar de los pueblos
indígenas, espacio de seguridad, sitio de reflexión a donde va y viene su
palabra, palabra que es historia, trabajo, baile, música, escuela, tierra,
dignidad, forma y vida autónoma.<BR><BR>Los pueblos indígenas se congratulan de
tener en el Congreso Nacional indígena esa casa donde comparten experiencias,
tristezas y alegrías, donde han construido hermandad y rebeldía y han defendido
sus tierras, su agua, sus radios comunitarias y su dignidad. <BR><BR>Los
miembros de la Otra Campaña zapatista pueblos indios, campesinos, trabajadores
de todo tipo, jóvenes anarquistas, organizaciones barriales, y tantos otros y
otras, sufren el embate de esta otra guerra que el gobierno y el capital han
desatado sobre ellos al amparo de la fallida guerra en contra del narcotráfico.
Este conglomerado de los de abajo ha aprendido de los pueblos indios su
persistencia, su paciencia y su creatividad de largo plazo.
<BR><BR><STRONG>PISTAS DESDE EL MUNDO ÁRABE</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Para tratar de entender la dinámica de los de abajo ante
la ambigua guerra del capital y del Estado frente el narcotráfico y de la guerra
en contra de la autonomía de los de abajo nos pueden ayudar algunas pistas que
ha ofrecido el filósofo Alain Badiou al analizar lo que está sucediendo
actualmente en el mundo árabe. <BR><BR>Badiou llama la atención de la decadencia
de cualquier Estado, lo que implica que un día, libremente asociados en el
despliegue de la potencia creadora que poseen, los pueblos pueden arreglárselas
sin la funesta coerción del Estado. <BR><BR>Otra de sus pistas tiene que ver con
el hecho de que entre los de abajo no se da un supuesto contagio que se
extiende, sino una resonancia, que es ese algo que se forma en un sitio y
resuena con la onda de choque en otros lugares. Esto es precisamente lo que ha
sucedido con el zapatismo en México: ha producido resonancias, sobre todo en la
construcción de autonomías. <BR><BR>Badiou subraya que la resonancia tiene que
ver con lo que él define como acontecimiento, esa creación de un sinnúmero de
posibilidades, que no es la repetición de lo ya conocido. Badiou nos dice que en
el arranque de un acontecimiento, el pueblo se compone de aquellos que saben
cómo resolver los problemas que el acontecimiento les plantea. <BR><BR>Resolver
sin ayuda del Estado problemas insolubles es el destino de un acontecimiento.
Badiou llama la atención acerca de que miles de nuevas posibilidades
relacionadas con las contradicciones surgen en todo momento, posibilidades a las
que el Estado, todo Estado, es completamente ciego. <BR><BR><STRONG>FRENTE A UN
ESTADO CIEGO</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Frente al Estado se fragua una fidelidad organizada que
va imaginando las etapas sucesivas de la acción en una dinámica de emancipación.
Todo esto está sucediendo en la Otra Campaña zapatista. Pero no basta. La
sobrevivencia creadora de los de abajo necesita una firme solidaridad para
inhibir la constante agresión de la guerra que están padeciendo.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Investigador de Ciesas. Corresponsal de Envío en México.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>