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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>21 de junio 2011<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo - Uruguay<BR>Redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>España/19-J</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>Himno a la
alegría<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Miguel Romero
*</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
href="http://www.vientosur.info/"><STRONG>http://www.vientosur.info/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial> </DIV>
<DIV align=justify>-“Oye, ¿dónde está nuestra gente?”<BR>-“¿Cuál de
ellas?”<BR><BR>1. El que pregunta buscaba al cortejo de Lavapiés que se le había
despistado entre calle y calle. El que responde está mirando a la muchedumbre de
cortejos, grupos, colegas… hermanados como nunca, que abarrotan la Ronda de
Atocha camino de la Plaza de Neptuno, convencidos por primera vez en ni se sabe
los años de que, como dice uno de lemas más hermosos y subversivos del 15-M:
“Dormíamos. Nos hemos despertado”. Toda aquella gente era, efectivamente,
nuestra gente.<BR><BR>¿Cuanta gente? Era especialmente importante que después de
la tremenda campaña intimidatoria política y mediática desencadenada tras el
15-J catalán hubiera mucha gente en la calle, especialmente el Barcelona. Y ha
habido muchísima gente en Barcelona, lo que constituye la mejor noticia del
19-J, en sí misma y para el futuro del movimiento. Pero también,
proporcionalmente a las posibilidades de cada lugar, en todas partes: en
Canarias, en Galicia, en Ávila… Y hasta 8.000 en Bilbao y 5.000 en Donostia; si
no lo veo, no lo creo.<BR><BR>¿Y en Madrid? En Madrid, tenemos a Lynce, el no va
más del conteo “científico” de manifestantes. En esta ocasión, el conteo “cabeza
a cabeza (sic)”, ha dado “37.742 personas, con un margen de error del 12%
(resic)”. Dividiendo por seis, sale a poco más de 6.000 personas por columna. Ni
hablar. Hasta 6.000 sabemos contar sin necesidad de fotografías aéreas. La cifra
real de manifestantes estuvo mucho más cerca de los 150.000 que dio la acampada,
que de los cálculos de estos Standard & Poor´s de la medida de
manifestaciones. A ver cómo cuentan cuando venga el Papa.<BR><BR>2. Si esta vez
era especialmente importante el número de manifestantes, como prueba del
crecimiento y la extensión del movimiento, hay también otros avances en el
contenido y las formas de acción.</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>En Madrid, ha sido una idea genial la organización de
columnas de manifestantes desde barrios y pueblos, como un enramado de afluentes
que desembocaron en la reunión general en la Plaza de Neptuno. Una idea que, por
cierto, viene del ala militante del movimiento obrero madrileño
(http://marchasanticrisis.wordpress.com/), a la que el 15-M tuvo la
inteligencia de sumarse; los resultados de la sinergia han sido
espectaculares.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta forma de marcha ha creado por sí sola una conciencia
de movimiento y de causa común potentísima. Ha propiciado también una intensa
emoción y alegría compartidas –imposible describir con palabras lo que se sintió
en la columna que venía del Sur cuando volviendo la cabeza vimos aproximarse a
la multitud que venía desde el Este- sentimientos que no son en absoluto ajenos
a la política entendida como una práctica emancipatoria; tantos miles de abrazos
auténticos entre la gente son la imagen antagónica de las risas y las carantoñas
estúpidas de los políticos profesionales cuando posan para las cámaras. Terminar
la concentración masiva de la Plaza de Neptuno con el Himno a la Alegría de la
9ª sinfonía de Beethoven, secuestrado como "himno oficial" de la Unión Europea,
sido una bonita idea.<BR><BR>Ha habido también un ambiente más “popular”, menos
protagonizado por jóvenes, una participación mucho más numerosa que en otras
ocasiones de gente “mayor”. En este sector, la idea de: “Dormíamos. Nos hemos
despertado”, toma un sentido especial, que se expresa en muchas declaraciones:
algo así, como un “arrepentimiento” de la pasividad del pasado -de los “años de
plomo” de tantas batallas perdidas, porque no se dieron, desde mediados de los
80 - junto con un compromiso de no aceptar más somníferos, vengan de donde
vengan. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Se abre así la posibilidad de afrontar una cuestión
central para el movimiento: la plena incorporación a él de las clases
trabajadoras. Es un objetivo y un desafío muy difícil. La iniciativa que se está
considerando de convocar una huelga general con autonomía de los sindicatos es
muy arriesgada, pero no es desdeñable. Sin moverles la silla a los sindicatos
mayoritarios no vamos a ninguna parte. Moviéndola, quizás incluso pueda haber un
margen de acuerdo con ellos y, en todo caso, se puede potenciar el crecimiento
de la simpatía hacia el 15-M y la participación en él de militantes y dirigentes
sindicales –que existe desde el primer día en los sindicatos “alternativos” y ya
se está impulsando por militantes de CC OO-, así como la formación algunos
nacientes “grupos 15-M” en centros de trabajo: una idea magnífica.<BR><BR>Ha
crecido también la participación de inmigrantes, especialmente latinoamericanos
que cuentan con la ventaja para la participación del idioma común. Queda mucho
por hacer, pero es vital que el movimiento sea capaz de ser solidario en las
"distancias cortas", con quienes sufren los golpes más duros de la ausencia de
derechos, la represión y la crisis.<BR><BR>Un movimiento en construcción
necesita éxitos prácticos. Ya lo es, y de grandes dimensiones, haber conseguido
en poco más de un mes constituir una expresión política, con creciente apoyo
social, de la indignación popular contra el sistema político y la dictadura de
los mercados. Pero hacía falta algo más tangible, que se pudiera tocar con los
dedos. En este sentido, la contribución a la extensión de las agrupaciones de
afectados(as) por las hipotecas y las acciones de solidaridad contra los
desahucios, que están consiguiendo detenerlos,
(http://afectadosporlahipoteca.wordpress.com/) han fortalecido la confianza y la
moral del movimiento y su carácter solidario con las víctimas, frecuentemente
inmigrantes, de la gigantesca estafa bancaria que exige cantidades impagables,
además de la dación del piso, ante el impago de hipotecas-timo, comprometidas
ingenuamente y sin leer la letra pequeña en los tiempos de la “burbuja
inmobiliaria”. Por cierto, estas acciones anti-desahucio no están contando con
la solidaridad, ni siquiera formal de los sindicatos de Banca. Sería muy útil
que esta solidaridad se expresara urgentemente, lo que serviría también para
desmentir las siniestras noticias de que CC OO de Banca apoya a la patronal
bancaria en nombre de la “estabilidad del sistema financiero”.<BR><BR>3. Un
nuevo movimiento social, y más aún un proyecto de nuevo movimiento social, entra
difícilmente en las clasificaciones políticas habituales. En todo caso, el 19-J
ha concluido el debate, muy poco interesante, sobre si el movimiento era “de
izquierdas”, o se limitaba a la presión sobre el sistema en nombre de reformas
democráticas y una difusa demanda de justicia social. Estamos, en realidad, ante
el nacimiento de un “pueblo de izquierdas” que ha estado ausente de la realidad
española, o al menos no ha tenido conciencia de sí mismo, desde los tiempos de
la República. La diversidad política, ideológica, de experiencias, aspiraciones
y tradiciones, es enorme como no podía ser menos. Pero llama la atención la
dinámica vertiginosa de maduración política común. No sé si valora cómo se
merece, la capacidad de respuesta al ataque político y mediático posterior al
15-J. No sólo no han conseguido amedrentar a la gente, sino que tampoco la han
alejado un milímetro de la desobediencia civil pacífica que es su identidad y su
método de acción fundamental, sin necesidad de directrices o consignas de
ninguna parte, como fruto natural de la reflexión y la determinación de las
personas que participan o simpatizan con el movimiento. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los medios destacan el carácter “pacifico” del 19-J,
después de haber manipulado hasta la náusea los conflictos de la Ciutadella.
Pero no destacan lo fundamental: que después de cuatro días de machaque sobre la
sagrada “soberanía popular” y de los “representantes elegidos por el pueblo”, el
movimiento ha seguido con su desafío al sistema político gritando con total
convicción: “¡No nos representan!”. Una convicción que el 19-J ha extendido a la
Unión Europea, con un rechazo radical del Pacto del Euro. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo esto, a lo que habría que añadir las aportaciones de
grupos como Economía y Feminismos, en poco más de un mes y cuando el punto de
partida de las reivindicaciones era la reforma de la Ley Electoral (un objetivo
que, a mi parecer, sigue siendo bastante confuso, no porque la ley electoral
actual no sea escandalosamente antidemocrática, que por supuesto lo es, sino
porque caben muchas “reformas” que, por ejemplo, sólo afecten al reparto de las
cuotas de poder entre los partidos parlamentarios o pre-parlamentarios, como
Equo; también, porque hasta la mejor ley electoral tendría un efecto muy
limitado en el sistema político, si no viene precedida de cambios profundos en
las relaciones de fuerzas sociales, que no vendrán de las instituciones
parlamentarias; y finalmente porque apenas se está considerando la reciente
reforma de la ley, pactada discretamente entre PP y PSOE, mientras los diputados
de izquierda miraban al techo, que establece una barrera de recogida de miles de
firmas para permitir la participación electoral de candidaturas sin previa
representación parlamentaria).<BR><BR>4. Es un pronóstico razonable pensar que
esta dinámica de maduración, o si se quiere de “radicalización” unitaria, no
podrá mantenerse durante mucho tiempo más, máxime con la perspectiva de unas
elecciones generales. Por eso fortalecer el “cemento común” para que pueda
convivir con debates y con opciones diferentes de sectores del movimiento en
determinadas circunstancias es una tarea muy importante, que debería nacer de
abajo a arriba, echando raíces en las asamblea de barrios y pueblos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pienso que ese cemento necesita para fortalecerse, sobre
todo, acción y comunicación. Por eso el activismo actual, que puede parecer
excesivo, con decenas de iniciativas en estudio o en marcha, creo que es
positivo. Y el trabajo de toda la gente de comunicación: hackers, periodistas
por escrito, fotografía, video… está haciendo ya una contribución magnífica al
desarrollo del movimiento, pero tienen aún mucho tajo por delante; porque de
ellas y ellos depende que se fortalezca la autonomía del movimiento respecto a
los medios convencionales (muy necesaria, como hemos podido comprobar con la
campaña orquestada tras el 15-J) y se creen espacios de debate compatibles con
la marcha general del movimiento que, como hasta ahora, tendría que seguir
basada en la acción.<BR><BR>5. No hay duda: ya nada será como antes y todo será
mejor que antes. No ya mejor de lo que existía antes: eso era fácil de mejorar.
Mejor de lo que podíamos haber imaginado. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La izquierda social y política necesitaba un cambio
radical en la movilización y las expectativas de la gente “de abajo”,
especialmente la gente joven, para poder un salto adelante en cantidad y
calidad, para que pudiera plantearse como una tarea actual la construcción de un
referente político anticapitalista con influencia social. Pues ahí está la
posibilidad material, no sólo la ilusión o la esperanza, para ese cambio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>También está ahí un desafío. Porque lo que ha ocurrido no
sólo es mejor de lo que podíamos haber imaginado. Es también, y sobre todo,
diferente a como podíamos haberlo imaginado. Y lo que toca ahora es aprender a
jugar cuando “el movimiento real que critica el orden existente” está cambiando
las reglas del juego.<BR><BR>* Editor de Viento Sur
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>