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<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>2 de julio 2011<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo - Uruguay<BR>Redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Bolivia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Por la recuperación del proceso de
cambio para el pueblo y con el pueblo<BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>Manifiesto de la
Coordinadora Plurinacional de la Reconducción</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial><FONT size=3><FONT size=2><STRONG>Viento
Sur</STRONG></FONT></FONT></FONT></DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial><FONT size=3><FONT size=2><A
href="http://www.vientosur.info/"><STRONG>http://www.vientosur.info/</STRONG></A></FONT></FONT></FONT></DIV>
<DIV><FONT size=2 face=Arial><FONT size=3><FONT size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2></FONT><BR></FONT>Hermanos y Hermanas: Quienes
firmamos este manifiesto no nos atribuimos representación alguna. Simplemente
asumimos la obligación moral de dar nuestra palabra honesta y comprometida
frente a los difíciles momentos que vive nuestro país, identificándonos con lo
que sienten y piensan muchas bolivianas y bolivianos. Convocamos a conformar una
Coordinadora Plurinacional de la Reconducción para recuperar el proceso de
cambio, y proponemos la apertura inmediata de espacios deliberativos de amplia
concurrencia.<BR><BR>Cuando en el año 2000 los bolivianos y bolivianas rompimos
con las formas de hacer política y economía a las que nos habían condenado todos
los gobiernos, despojándonos casi de todo lo material y espiritual, decidimos
ponernos de pie y cambiar las cosas por nosotros mismos. Así, derrotamos al
enemigo común de nuestro pueblo y de otros pueblos como el nuestro: El Estado
colonial, los malos gobiernos, el imperialismo, las formas de dominación del
orden mundial capitalista, los organismos financieros, como el FMI y el BM, las
transnacionales, la burguesía intermediaria, las oligarquías regionales, los
partidos políticos y los aparatos represivos.<BR><BR>Nuestras armas fueron las
piedras y los palos, pero, ante todo, la capacidad de indignación y lucha,
recuperadas ante el desprecio con el que se nos gobernó y oprimió, siempre en
nuestro propio nombre y en el ajeno beneficio de las élites privilegiadas y el
capital transnacional. <BR><BR>Nuestra forma fue la movilización, por eso
respondemos a los movimientos sociales y naciones y pueblos indígenas
originarios campesinos y afro-bolivianos. Practicamos esa democracia que siempre
hemos querido: la directa, la participativa, sin intermediarios, en asambleas y
cabildos, en las plazas, las calles, los sindicatos, las comunidades y los
ayllus, deliberando, decidiendo y ejecutando lo que decidíamos, tomando las
calles, las plazas, los caminos y los territorios. <BR><BR>Cambiamos el rumbo
del despojo de nuestros bienes comunes y de nuestro patrimonio nacional
construido por las generaciones de nuestros padres y abuelos, madres y abuelas,
y decidimos, como en el 2000, 2003 y 2005, que el destino de éstos debería ser
el bienestar, la dignidad y la libertad de los que habitamos en este territorio,
sin exclusión ni discriminación. Derrotamos al proyecto neoliberal, a la
política partidaria excluyente, circense, mercantilista y corrupta, y le
devolvimos el sentido ético a lo político, entendiéndolo como la capacidad
colectiva de construir un destino común.<BR><BR>Fue así como la gente sencilla y
trabajadora del campo y la ciudad, las comunidades, el proletariado, los y las
ciudadanas, con su lucha y su esperanza, y desde sus comunidades y
organizaciones de base, abrió el proceso de cambio, dándole la finalidad de
transformar profundamente la injusta realidad que ha imperado siempre y de
construir un nuevo Estado y una nueva sociedad, donde todas las personas
convivan en equidad, justicia y fraternal armonía, entre sí y con la gran
comunidad de vida que expresa nuestra Madre Tierra.<BR><BR>Hoy, en el año 2011,
al quinto año de gobierno e ingresando a la segunda gestión del Presidente Evo
Morales, todos y todas nos preguntamos: ¿Qué ha pasado? ¿Cómo hemos llegado
hasta aquí, a la crisis misma del proceso? ¿Cómo estamos? ¿Cuál es la situación
y el futuro del proceso de cambio que hemos abierto entre todos y en el que
hemos depositado nuestras esperanzas de un mejor futuro
colectivo?<BR><BR><STRONG>I. En lo económico </STRONG></FONT></DIV><FONT size=2
face=Arial>
<DIV align=justify><BR>Hoy la gran mayoría de nuestro pueblo se encuentra
básicamente en la misma situación de pobreza, precariedad y angustia en la que
estuvo siempre. Pareciera que los que más mejoraron son los que siempre
estuvieron bien: los banqueros, las transnacionales petroleras y mineras, los
contrabandistas y los narcotraficantes. El gasolinazo del 26 de diciembre ha
evidenciado que la gestión económica de este Gobierno se dirige a reproducir y
restaurar las viejas estructuras que mantuvieron históricamente al país en la
pobreza y la opresión, y no a la construcción de otras nuevas, justas y
liberadoras, como es el mandato del pueblo boliviano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>- A 5 años de la nacionalización, las transnacionales
siguen en poder de nuestros campos hidrocarburíferos</DIV>
<DIV align=justify><BR>La nacionalización decretada el 1 de mayo de 2006, para
hacerse real y efectiva, tendría que haberse consumado en una rápida secuencia
de acciones centradas en la reapropiación material de los hidrocarburos, en toda
la cadena productiva, por parte del Estado boliviano expresado en YPFB. Sin
embargo, hasta la fecha, ese proceso se ha reducido a la sola recuperación de
los sectores secundarios del transporte y la refinación. A cinco años de su
refundación, YPFB no opera, salvo alguna posible excepción irrelevante, ningún
campo hidrocarburífero en producción, y no muestra la voluntad de imponer su
estrategia ni hacer prevalecer los intereses nacionales frente a las empresas
contratistas, como correspondería en ejercicio del inalienable derecho
propietario del Estado boliviano, honrando el discurso de “socios no patrones”.
La inconsecuencia con el interés nacional ha llegado a la inconcebible situación
de adquirirse, a alto precio, la mayoría accionaria en determinada empresa
hidrocarburífera, para luego ceder a la socia transnacional la condición de
operadora y, consiguientemente, el dominio efectivo del proceso
productivo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las transnacionales petroleras, supuestamente
nacionalizadas, se han beneficiado de injustas y leoninas indemnizaciones
cargadas a YPFB. Así ocurrió, por ejemplo, con Transredes, que fue indemnizada
con alrededor de 241 millones de dólares, aunque delinquió y causó grave daño
económico al Estado boliviano en los años anteriores, o con las indemnizaciones
por inversiones financiadas con deudas asumidas por YPFB. A otras, YPFB les está
devolviendo el costo, globalmente establecido en 1.500 millones de dólares, de
inversiones pasadas que permanecen en su poder y beneficio. A todas las empresas
contratistas, YPFB les devuelve por concepto de costos recuperables grandes
cantidades de dinero que solo el año 2010 llegaron a 640 millones de dólares,
siendo que este concepto, por su especial amplitud y ambigüedad, puede aplicarse
a una gran variedad de situaciones, muchas de ellas carentes de legitimidad y
efectivo control por parte de YPFB. Las transnacionales se benefician también
con la injusta devolución del impuesto a las transacciones (IT), no obstante que
este impuesto recae en última instancia en los consumidores. Por último, algunas
de estas empresas, como en el caso de PETROBRAS, han venido siendo
ilegítimamente favorecidas con la exportación de gas boliviano de un alto valor
energético asociado que no se reconoce en su precio de compra.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No obstante todos los injustos privilegios de los que
siguen gozando, y del dominio efectivo del proceso productivo que conservan, a
cinco años de la nacionalización, las transnacionales petroleras solo aportaron
1.528 millones de dólares (regalías e IDH) el año 2010. Pero, si restamos los
640 millones de dólares que las petroleras exigen que YPFB les pague por costos
recuperable del mismo año, resulta que su contribución efectiva se reduce a 888
millones de dólares, mientras que los otros empresarios aportaron por impuestos
a las utilidades 857 millones de dólares el mismo año. Es decir, todos los
empresarios contribuyeron con 1.746 millones de dólares el año 2010. Entre
tanto, los consumidores y ciudadanos, el pueblo, aportó por una serie de
impuestos, sin incluir el de las propiedades, alrededor de 2.300 millones de
dólares en el año 2010. En otras palabras, el pueblo contribuye con montos mucho
mayores a los de los empresarios para sostener al Estado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En contraste, YPFB sufre la descapitalización constante,
pues debe hacerse cargo del pago de las indemnizaciones y de la devolución de
los costos recuperables, las inversiones y el impuesto a las transacciones a las
transnacionales. Asimismo, se ha cargado a la débil economía de la empresa el
pago de los bonos Juancito Pinto y Juana Azurduy y de la Renta dignidad. Al
mismo tiempo, YPFB sufre una grave incapacidad operativa. Así se reveló cuando,
en una relativa compensación a su descapitalización permanente, se le destinaron
1.000 millones de dólares de las reservas internacionales, y en dos años no tuvo
la capacidad de invertirlos ni siquiera en una pequeña proporción.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras el poder de las transnacionales petroleras se ha
reestructurado con rostro remozado y conserva lo principal de su dominio sobre
los hidrocarburos bolivianos, YPFB se ha refundado aplastada por el peso de las
deudas y los bonos, por una abrumadora incapacidad de gestión y por un manejo
clientelar que en el pasado produjo su ruina. Por eso, a cinco años de su
refundación, es una empresa débil y marginal en el proceso productivo de los
hidrocarburos, no ha superado de manera efectiva y esencial la condición
residual a la que la condenó el neoliberalismo, y no es capaz de desarrollar una
estrategia empresarial que permita la efectiva reapropiación nacional de los
hidrocarburos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>- Bolivia financia al capital financiero transnacional
con sus reservas internacionales</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como demostración de la buena salud de la economía
nacional y del éxito de sus políticas económicas, el Gobierno de Evo Morales
propagandiza la existencia de reservas internacionales que expresan el ahorro
del país y que a la fecha tienen la dimensión nunca antes alcanzada de 10.700
millones de dólares. Sin embargo, el beneficio que el país, y particularmente
sus sectores sociales mayoritarios, obtiene de dichas reservas es escaso y
dudoso, mientras es evidente y destacado el obtenido por el capital financiero
transnacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En efecto, se ha destinado una parte importante de las
reservas a la compra de bonos de bancos y gobiernos extranjeros, como el de EEUU
y Portugal. Solo el primer semestre del año 2010, Bolivia invirtió 734 millones
de dólares en bonos del Tesoro de los Estados Unidos, a un interés promedio del
2%. Con lo que resulta que el Gobierno, pretendidamente antiimperialista de
Bolivia, financia con el sacrificado ahorro interno del país, al mismísimo
tesoro del imperio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Asimismo, el Gobierno de Bolivia, durante el primer
semestre de 2010, compró bonos del Banco Bilbao Vizcaya-Argentaria de España por
un valor de 1.290 millones de dólares. En este caso, la inversión boliviana
tiene la extraordinariamente baja tasa de interés de alrededor de 0,25 %,
mientras los créditos concesionales que recibe el país del Banco Mundial tienen
tasas de interés del 0,50%, de 2,5% los otorgados por la Corporación Andina de
Fomento, y de 2%, los créditos solidarios de Venezuela. Es decir, el Gobierno de
Evo Morales emplea el ahorro del pueblo boliviano en otorgar créditos
concesionales a la banca transnacional, con intereses 8 veces menores a los de
los créditos solidarios que Venezuela brinda a Bolivia. El “anticapitalista” y
“antiimperialista” gobierno de Evo Morales es mucho más generoso y solidario con
la banca transnacional, núcleo duro y agresivo del capital mundial, de lo que el
Presidente Hugo Chávez lo es con Bolivia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por otra parte, al considerar la importancia y
disponibilidad de las reservas internacionales, se debe tener en cuenta que
cerca de 4 mil millones de dólares de las mismas deben destinarse a respaldar
las importaciones bolivianas del extranjero, y, asimismo, que su cuantía debe
cotejarse con la de la deuda externa que, al presente, se halla alrededor de los
3.000 millones de dólares.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En suma, bajo un altisonante discurso anticapitalista y
antiimperialista, el Gobierno de Evo Morales ha financiado a países ricos y a la
banca transnacional con más de 2.500 millones de dólares del sacrificado ahorro
nacional de uno de los países más pobres del continente, otorgados a bajísimos
intereses solidarios. Al mismo tiempo, han sido insignificantes y absolutamente
insuficientes los recursos públicos invertidos en los sectores productivos del
país, no obstante que entre ellos existen muchos emprendimientos que redituarían
mucho más que los míseros intereses que paga el Tesoro de EEUU o el banco Bilbao
Vizcaya. Ante la escasa inversión pública para el desarrollo productivo general
del país, se han perdido importantes oportunidades para diversificar la economía
con sustento productivo, buscar la autosuficiencia, la soberanía alimentaria y
disminuir la dependencia tecnológica, o reconstruir y fortalecer efectivamente
las empresas del país estratégicas, abriendo también los espacios de despliegue
de la economía social y comunitaria, como establece la Constitución.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esto último nos lleva a constatar lo siguiente, aún más
grave y frustrante para el proceso de cambio, que se ha defeccionado así del
propósito revolucionario de construir y desarrollar el sector social y
comunitario de la economía, programáticamente constituido en el eje de un nuevo
modelo económico de auténtica equidad y amplia inclusión social, que conduciría
a la nueva sociedad que anhelan los bolivianos y bolivianas. Hablamos de la
perspectiva de una economía plural integrada, articulada y complementaria,
encaminada a pasar del modelo extractivista a un modelo productivo basado en la
soberanía alimentaria, conformando el modelo alternativo civilizatorio del vivir
bien.</DIV>
<DIV align=justify><BR>- La condena del modelo extractivista</DIV>
<DIV align=justify><BR>No hemos salido del modelo extractivista, mas bien
reforzamos su persistencia, robusteciendo las cadenas de nuestra dependencia al
centro del sistema-mundo capitalista, supeditándonos a la división del trabajo
internacional y a los condicionamientos del mercado internacional, transfiriendo
nuestros recursos naturales y valores en aras de la acumulación ampliada de
capital, des-acumulándonos internamente, repitiendo la condena impuesta por el
colonialismo y la colonialidad, ser un país extractivista. Cuando de lo que se
trata, de acuerdo al horizonte abierto por la Constitución de salir del modelo
extractivista, construir un modelo productivo y producente de nuevas relaciones
sociales de producción, basadas en la solidaridad, la complementariedad y la
reciprocidad. Cuando de lo que se trata es de salir de la dependencia y
supeditación a la economía mundo capitalista haciendo posible otro mundo
alternativo, abriendo las rutas de una transición transformadora y emancipadora,
rescatando las profundas tradiciones comunitarias y movilizando las iniciativas
sociales y populares.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo más grave de este modelo extractivista es el alcance
destructivo, depredador y contaminante a la que ha llegado la minería
capitalista, destrozando la tierra mediante la tecnología de explotación a cielo
abierto. Ya no solamente la minería capitalista deja cementerios mineros, deja
huecos en el subsuelo, sino que ahora deja zonas desoladas y desequilibradas
ecológicamente, sin que este alto costo ecológico recompense a los habitantes,
comunidades, campesinos y bolivianos y bolivianas. La destrucción tiene
perspectivas de ser irradiante, conllevando despojamiento en los otros espacios
económicos concomitantes, en lo social, destruyendo las capacidades de cohesión,
en lo cultural, destruyendo las redes simbólicas, en lo ético, empujando a la
gente al abismo de la decadencia moral.<BR></DIV>
<DIV align=justify>- La depredación de los transgénicos</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para el colmo el gobierno impulsa la legalización de los
transgénicos, que son productos manipulados genéticamente bajo control y
monopolio de ocho trasnacionales, atentando contra la vida, los ciclos de la
vida, la integralidad complementaria de los seres vivientes, dejando que estas
trasnacionales se apoderen de la reproducción de la vida y la mercantilicen,
volviendo a los campesinos, comunidades y consumidores en dependientes y
supeditados absolutos de sus circuitos de ganancia. Esta actitud del gobierno y
con complicidad de la Asamblea Legislativa Plurinacional devela los actuales
compromisos y alianzas de los gobernantes con las trasnacionales, las empresas
agroindustriales, las oligarquías regionales, las clases económicamente
dominantes. Destapa también el doble discurso, por una parte se propagandiza el
discurso de defensa de la Madre Tierra y por otro se ejerce el poder para
continuar con su depredación y la destrucción de los ecosistemas. No se hace
caso para nada a lo establecido por la Ley de la Madre Tierra, que se encuentra
agendada en la Asamblea Legislativa Plurinacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>- Más deuda para cargarla sobre los hombros de los
bolivianos</DIV>
<DIV align=justify><BR>Dado que al Estado no le alcanzan sus ingresos, como lo
muestra el déficit fiscal en el que se ha caído, debido a su política rentista,
de crecimiento burocrático y grandes concesiones a las transnacionales, el
Gobierno ha venido acrecentando la deuda pública aceleradamente. Solo en el año
2011, los créditos de agencias multilaterales y de otros países significaron
alrededor de 1.500 millones de dólares de endeudamiento neto nuevo. Así, a fines
del 2010, la deuda externa se acercaba a los 3.000 millones de dólares. El otro
componente de financiamiento del Estado, la deuda interna, también ha
experimentado un gran crecimiento, superando los 4.500 millones de dólares en
2010. En suma, la deuda del Estado boliviano ha superado ya, al presente, los
7.500 millones de dólares.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero para el Gobierno, este gigantesco endeudamiento
parece no ser suficiente ni representar problema alguno, pues ha decidido
endeudarse mucho más. Para ello, el ministro de economía ha anunciado que se
emitirán bonos del Gobierno de Bolivia por un monto de 5.000 millones de dólares
para ofertarlos en el mercado internacional solo durante el año 2011. Continuar
con dicha política es un grave atentado para la economía nacional. Si se
materializan las nuevas proyecciones de endeudamiento, los bolivianos no
podremos terminar de pagar semejante deuda, cuyo peso asfixiará y aplastará,
como ha sido la dolorosa experiencia de todo el continente con la deuda externa,
todas nuestras iniciativas y esfuerzos de desarrollo soberano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El gobierno pretende obtener nuevos ingresos a costa de
los humildes, tal y como razonaron y actuaron los neoliberales del pasado. Es
por ello que se han detectado recursos en los seguros de los trabajadores y se
pretende utilizarlos contra la voluntad de sus titulares y sin respetar sus
derechos ni la autonomía de sus instituciones. De igual modo, en el proyecto
borrador de la Nueva Ley de Hidrocarburos 2011, se formula una serie de tasas
sobre ventas brutas y otras que inevitablemente se descargarán sobre la
población que ya ha visto sus ingresos reducidos por la inflación. Es la sombra
de un nuevo gasolinazo, mucho más disimulado, que se cierne sobre la cabeza del
pueblo boliviano.<BR><BR><STRONG>II. En lo político</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>También el ámbito político, el de la construcción de la
democracia participativa, ha sido escenario de grandes capitulaciones
gubernamentales y, consiguientemente, profundas frustraciones para la marcha del
proceso de cambio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El soberano mandato del pueblo boliviano, claramente
expresado en la nueva CPE, establece el imperativo supremo de construir el
Estado Plurinacional Comunitario, concebido como la integración emancipadora de
la sociedad boliviana, que amplía y profundiza la democracia mediante sus formas
directas y comunitarias, y el autogobierno local y étnico expresado en las
autonomías indígena, departamental, municipal y regional. El Estado
Plurinacional Comunitario, en ningún caso, puede ser la conculcación de la
tradicional democracia representativa, sino su profundización y complementación
histórica, dando al conjunto de la sociedad más derechos, garantías, libertad y
sobre todo participación en las decisiones públicas, en síntesis, más
democracia. Sin embargo, el Gobierno de Evo Morales ha tomado una inocultable
opción antidemocrática; ha violado reiteradamente la nueva CPE, recién aprobada
por la esperanzada voluntad de transformación democrática del pueblo boliviano,
y ha cancelado la auténtica construcción del Estado Plurinacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>- Se han violado principios de la democracia</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las graves agresiones a la democracia y violaciones a la
nueva CPE empezaron con la transgresión al elemental principio democrático de la
independencia de poderes que se produjo cuando el Órgano Ejecutivo, con la
complacencia servil de la Asamblea Legislativa, nombró vertical y
arbitrariamente a las principales autoridades del Órgano Judicial. La
subordinación de la administración de justicia a la voluntad del gobierno
central, que por sí solo revela este acto, ha generado justificadas dudas en la
ciudadanía sobre la transparencia y legitimidad que se dará a la elección de los
magistrados por voto universal, de acuerdo con la norma constitucional, más aún,
cuando dicha subordinación tiene una larga y vergonzosa confirmación en las
múltiples y subrepticias acciones con las que el Gobierno ha instrumentado a
distintas instituciones públicas relacionadas con la administración de justicia
para eliminar o reprimir la oposición y la disidencia política.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Más allá de su profundo sentido autoritario, esta
sostenida actitud ha tenido un particular impacto exculpatorio de los verdaderos
corruptos de la partidocracia tradicional, al mezclarlos, bajo el mismo
tratamiento arbitrario, con quienes son víctimas de la injusta represión
política judicial, convirtiéndolos también en víctimas. Por lo demás, la forzada
celeridad y debilidad de fundamentos con los que se enjuician y destituyen a
opositores contrasta con la indulgente lentitud e inoperancia frente a la
creciente corrupción de los oficialistas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al mismo tiempo, el Gobierno de Evo Morales ha dado un
fuerte giro autoritario frente al conjunto de la sociedad. Así, mientras se
proclama gobernar obedeciendo, se lo hace, en realidad, desde una estrecha
concentración del poder y las decisiones sobre el futuro colectivo. Por eso, se
han evitado o eliminado todos los espacios que permitirían la efectiva
participación social en la conducción del proceso o se los ha reducido a
insignificantes simulacros protocolares. A las legítimas demandas y
movilizaciones con las que los sectores populares ejercen sus derechos y
defienden sus intereses, se ha venido respondiendo con la descalificación
calumniosa, la intimidación sistemática o la represión violenta y brutal. Esto
ha sido particularmente evidente en el campo del trabajo asalariado, donde la
lucha de los trabajadores contra las condiciones de precarización que sufren y
el desconocimiento de sus derechos sociales viene siendo respondida desde el
Gobierno con la calumnia, la intimidación y la represión. El Gobierno de Evo
Morales ha envuelto su gestión y sus actos en una densa intransparencia que la
hace inaccesible al conocimiento y control de la ciudadanía, reduciendo la
divulgación de la gestión pública al mediocre ejercicio propagandístico.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por último, las conductas autoritarias y represivas en el
Gobierno se combinan con la reproducción de las antiguas prácticas de
prebendalismo y distribución corporativa de la administración pública que
caracterizaron al Estado oligárquico y colonial, degradando la función pública y
sometiendo a las organizaciones populares al envilecimiento de la servidumbre
política. Hoy, como en los tristes tiempos de la decadencia de la Revolución del
52 y del pacto militar-campesino, hay una dirigencia social siempre lista para
enfrentarse agresivamente, y sin más argumento que su obsecuencia oficialista, a
las protestas obreras, las marchas indígenas y cualquier otra manifestación de
disconformidad de los sectores populares.</DIV>
<DIV align=justify><BR>- Se ha abandonado la construcción del Estado
Plurinacional</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero si principios e instituciones fundamentales de la
democracia representativa han sido trasgredidos o avasallados, la constitución
concreta de las nuevas instituciones públicas, en las que debe adquirir vigencia
real el Estado Plurinacional Comunitario, ha sido obstruida, distorsionada,
postergada o abandonada por la acción u omisión del Gobierno. Así, las leyes
aprobadas por la Asamblea Legislativa Plurinacional, sin consulta con los
pueblos indígenas y originarios, han desconocido la letra y el espíritu de la
nueva Constitución y han herido de muerte el proyecto del Estado Plurinacional
Comunitario.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para empezar, en la Ley de Régimen Electoral se ha
violado flagrantemente el derecho constitucional de los pueblos indígenas a la
representación política directa, menoscabando profundamente el carácter
plurinacional de la Asamblea Legislativa, al establecer un número de
circunscripciones especiales indígenas que priva de posibilidades reales de
representación política directa a varios pueblos indígenas del territorio
nacional, y niega toda posibilidad de ello a los pueblos indígenas de
Chuquisaca.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el mismo sentido, en la Ley de Autonomías y
Descentralización, se han establecido, para la constitución y funcionamiento de
las autonomías indígenas, normas obstructivas que desconocen, en este ámbito
socio-cultural eminentemente comunitario, las prácticas de la democracia
comunitaria constitucionalmente reconocida, además de desconocerse la
pre-existencia de los pueblos indígenas y originarios a la Colonia y la
República, como estipula el artículo 2 de la nueva Constitución.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Asimismo, la reforma del sistema educativo, ámbito
fundamental para la emancipación cultural y la construcción de un sentido de
ciudadanía plurinacional, no solo que no es objeto de ningún avance real y
práctico, sino que experimenta sensibles retrocesos en los modestos logros de
años anteriores. Por último, la Ley de Deslinde Jurisdiccional es colonial y
racista porque limita la jurisdicción indígena originaria campesina a una
especia de minoría de edad, al igual que en la Colonia, contradiciendo la
administración de justicia propia según la nueva Constitución, el Convenio 169
de la OIT y la Declaración de Derechos Indígenas de Naciones Unidas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como ningún gobierno neoliberal en el pasado reciente, el
Gobierno de Evo Morales, que en los foros internacionales se sitúa a la
vanguardia discursiva de los derechos de la Madre Tierra y de los pueblos
indígenas, ha asumido en su totalidad el diseño subimperial del capitalismo
brasileño para implementar megaproyectos de infraestructura inadecuados a las
necesidades nacionales y locales. Estos además implican, primero, alto
endeudamiento externo con la consiguiente pérdida de soberanía y, luego, graves
e irreparables daños al ecosistema y al ejercicio de los derechos territoriales
de los pueblos indígenas y originarios. En este afán, el Gobierno ha venido
violando reiteradamente el derecho a la consulta previa e informada que la nueva
Constitución ha establecido en favor de los pueblos indígenas y originarios
cuando se pretende ocupar o afectar su territorio con obras o actividades de
distinta naturaleza, como es dramáticamente el caso de la carretera que se
pretende construir, con capital y empresa brasileños, en el Parque Nacional y
Territorio Indígena Isiboro Sécure, sin la previa e informada consulta a las
comunidades indígenas que lo habitan ancestralmente y que son su legal y
legítimo propietario.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el derrotero de la Guerra del Agua, de la marcha
indígena por la Asamblea Constituyente, de las incontables movilizaciones
campesinas e indígenas por tierra y territorio, de las victoriosas
insurrecciones populares de abril y septiembre de 2000, octubre del 2003 y mayo
y junio de 2005, y de todas las gestas combativas del pueblo boliviano,
convocamos a todos los bolivianos y bolivianas a recuperar el proceso de cambio
para el pueblo, y a construir, con su capacidad colectiva creadora, un destino
común de justicia, libertad y dignidad. En esa perspectiva, proponemos la
apertura inmediata de espacios deliberativos de amplia concurrencia, en los que
queremos recuperar y reconducir el proceso de cambio; evaluemos honesta y
profundamente la situación del país y construyamos, colectiva y
democráticamente, las propuestas y alternativas que nos conduzcan a conquistar
el mañana soñado.<BR><BR><STRONG>Propuestas</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>1. Conformar una Coordinadora Plurinacional de la
Reconducción.<BR>2. Replantear colectivamente y de manera participativamente la
agenda de la reconducción.<BR>3. Defender movilizadamente la Constitución y su
aplicación consecuente.<BR>4. Revisión de las leyes promulgadas por el gobierno
y aprobadas por la Asamblea Legislativa Plurinacional, también sus actos,
acciones, decisiones atentatorias de la Constitución Política del Estado.<BR>5.
Construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico efectuando
transformaciones institucionales y estructurales económicas, políticas, sociales
y culturales fortaleciendo los gobiernos territoriales y aplicando plenamente
las formas democráticas directa, representativa y comunitaria.<BR>6. Ejercer la
interculturalidad emancipadora y participar abiertamente en la descolonización
múltiple, desmontando todos los mecanismos de dominación económica, social,
cultural y de género.<BR>7. Desarrollar colectiva y participativamente una
agenda económica productiva para salir del modelo extractivista y conformar un
modelo productivo basada en la soberanía alimentaria, cumpliendo con la
Constitución en el ejercicio de la planificación integral y participativa.<BR>8.
La aprobación de la Ley de la Madre tierra y su promulgación cumpliendo con las
resoluciones de Tiquipaya, impulsando una plataforma sudamericana que establezca
una agenda común energética, ambiental, alimentaria, económica y de ciudadanía
intercultural<BR>9. Mantener comunicada, informada a la población, abriendo
espacios de participación en forma de redes confluentes, de tal manera que todo
lo que se haga sea una construcción
colectiva.<BR><BR><STRONG>Firman:</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Alejandro Almaraz, Gustavo Guzmán, Raul Prada, Oscar
Vega, Roberto Fernández, Oscar Olivera Foronda, Marcela Olivera Foronda,
Leonardo Tamburini, Pablo Regalsky, Pablo Mamani, Jorge Komadina, Gustavo Soto,
Aniceto Hinojosa, Víctor Hugo Sainz, Moisés Torres, Rafael Quispe y otros.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>