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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>1º de setiembre 2011</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>América
Latina/Economía </FONT></STRONG></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>Frente a la crisis económica internacional...</DIV>
<DIV align=justify><BR>De las fantasías del desacople a la ilusión de blindarse
con la Unasur</FONT></STRONG> <BR> <BR> <BR><STRONG>Esteban
Mercatante <BR>Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx<BR>Buenos Aires,
22 agosto, 2011 <BR><A
title="http://www.ips.org.ar/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://www.ips.org.ar/">http://www.ips.org.ar/</A></STRONG></FONT><A
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title="http://www.ips.org.ar/ CTRL + clic para seguir el vínculo"></STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial> <BR>El agravamiento de la
crisis internacional está generando un cambio en el ánimo imperante en los
gobiernos de la región. Hasta hace un tiempo, la consideración parecía ser que
la crisis era eminentemente una crisis de los capitalismos avanzados y su modelo
neoliberal, pero que el impacto a los "emergentes" sería limitado. La
expectativa de fondo era -y sigue siendo- que la creciente demanda asiática de
alimentos es un aspecto estructural sólido que no será arrastrado por la crisis
(lo mismo que los altos precios). El ascenso de los emergentes, es decir de
América Latina y los países asiáticos profundizando sus flujos comerciales y de
inversiones, no sería golpeado por la crisis.</FONT></DIV><FONT size=2
face=Arial>
<DIV align=justify><BR>En las últimas semanas ese panorama se puso un poco más
brumoso. En pequeña escala, se vio durante los días de la crisis una caída de
los formidables precios de las materias primas. En la reunión de presidentes de
la UNASUR el colombiano Santos planteó el problema de qué sucedería con los
dólares que tiene la región como reservas si se deprecia el dólar, a la vez que
alertó contra las consecuencias que viene teniendo el masivo ingreso de
capitales, y lo que podría ocurrir si el flujo se revirtiera rápidamente. En la
reunión técnica que se realizó hace una semana entre los ministros de la región,
definieron la ampliación del Fondo Latinoamericano de Reservas (que por el
momento integran Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, Uruguay y
Venezuela). Este fondo permitiría proveer fondos a países que afronten
dificultades por el lado externo. También se discutió la eliminación del dólar
del comercio regional (algo que aplican con escaso éxito Argentina y Brasil), el
el fomento de los intercambios entre los países miembros y el apoyo a las
instituciones de crédito sudamericanas, como la Corporación Andina de Fomento y
el nunca concretado Banco del Sur.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG>¿Blindaje de los
"emergentes"?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La reunión de los últimos días en la UNASUR muestra que
los gobiernos se preparan para recibir impactos por el lado financiero. Los
esperan meno por el lado del comercio externo, especialmente de commodities. Por
eso se ha discutido centralmente como articular políticas activas para que la
región pueda blindarse de la crisis.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estamos ante medidas defensivas, que mantienen de fondo
la ilusión de que nos salvamos de la mano de China. En esta esperanza se unen a
los nostálgicos de la época dorada de las exportaciones agrarias a Inglaterra a
comienzos del siglo XX, con los neodesarrollistas que aspiran a continuar y
ampliar la apropiación de esas rentas para realizar inversiones y políticas de
demanda. Sólo los divide qué hacer con los dólares del comercio exterior.
Empresarios locales expresan la misma fe. Como dice una nota del diario La
Nación Eduardo de Eduardo Eurnekian, por caso, suele entusiasmarse en
privado con que el futuro será de los países emergentes por razones
estructurales: el mundo desarrollado llegó a un techo y no crecerá más hasta que
no se descubran nuevas tecnologías, dice. China, India, Vietnam, Indonesia y
América Latina, en cambio, traccionarán al planeta durante los próximos
años".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Este optimismo a contramano de las penurias europeas y
norteamericanas, pasa por alto la severa corrosión que vienen sufriendo las
bases del crecimiento asiático. Por mucho que han aumentado los vínculos
económicos Sur-Sur, la economía que ha empezado a cargar sobre sus espaldas el
crecimiento mundial, China, no ha dejado atrás su esquema de crecimiento apoyado
en exportaciones. No hay plan de hacerlo en lo inmediato, e incluso el plan de
aumentar la proporción del consumo en relación al PBI en 5 puntos parece
voluntarista. Lo mismo puede decirse de muchas otras economías asiáticas. El
dinamismo de su crecimiento exportador se recostaba sobre el consumo
norteamericano en base a endeudamiento, cosa que no veremos resurgir el lo
inmediato. Aunque la demanda norteamericana recuperó gran parte de lo perdido
durante la crisis, no estamos ante una perspectiva de que siga jugando el rol
que tuvo hasta 2007 de dinamizador del crecimiento mundial. Sin ese apoyo, no
está claro por el momento cómo sostendrán su crecimiento en el mediano y largo
plazo las economías que más vienen creciendo. Alemania, la economía que entre
los países más desarrollados aparece más sólida, no puede reemplazarla (si es
que no se ve arrastrada por la crisis en Europa), ya que ella misma también es
fuertemente dependiente de las exportaciones. Por eso, no está muy claro dónde
seguirán colocando sus exportaciones. No por casualidad, hemos visto cómo desde
2008 se aceleró el esfuerzo de China por acceder a nuevos mercados. Esto no
debería pasar desapercibido: aunque las ventas a China siguen creciendo para la
región, y el país asiático encabeza el ranking de los destinos de exportaciones
de la región, mucho más viene aumentando el volumen y valor de las ventas chinas
en los países de la región. Es una fuente de dólares, pero también un destino
hacia el cuál fluyen. El balance está cada vez más cerca de la zona de déficit,
o ya está allí para algunos países latinoamericanos. Y lo que debería ser más
preocupante para los países de la región, es que esta avanzada exportadora en la
región, por mucho que deteriore los balances externos de los países
latinoamericanos, difícilmente permita reemplazar la demanda de EEUU, y por lo
tanto es muy probable que vaya acompañada de una desaceleración del crecimiento
de China, y por lo tanto de su demanda de alimentos.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG>¿Nueva época de
autonomía regional?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Algunos sectores políticos e intelectuales afines a los
gobiernos de la región recurren al paralelismo entre la crisis actual y la otra
crisis histórica global, la de los años '30, para plantear que la debacle
definitiva de la ideología neoliberal y su decálogo del Concenso de Washington,
sería la oportunidad para hacer finalmente lo que según esta visión se inició
pero no se pudo concluir durante la última década: profundizar el desarrollo
local mediante una profundización del mercado interno vía redistribución a los
sectores populares.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>¿Puede plantearse en el
marco de la actual crisis histórica un curso semejante, que no se dio durante
los años más prósperos de la última década? Son varias las condiciones que
sugieren que la respuesta a esta pregunta es que tal perspectiva es bastante
improbable.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Venimos de un cierto agotamiento de un ciclo de
gobiernos con rasgos "nacionalistas", más retóricos que reales, pero que tomaron
alguna distancia del pleno alineamiento imperialista que se impuso durante el
imperio indisputado Concenso de Washington. Su posición relativamente autónoma
se apoyó en la bonanza que tuvo la economía mundial: altos precios de granos e
hidrocarburos, fuerte crecimiento de la demanda de los mismos, bajas tasas de
interés, y flujos de capitales para varios países. Luego de una década con
condiciones extraordinarias están no han sido aprovechadas para generar cambios
significativos en la estructura económica. El único aspecto significativo que
muestra un cambio en la situación es que la región redujo su endeudamiento
externo, y en muchos casos la deuda pública. Esto ha sido así en el conjunto de
la región, y no específicamente en algunos países. En vez de decretar el no pago
de las mismas, se pagó generosamente, y a esto se sumaron las remesas de
utilidades y otras transferencias, para concretar una década de generosos
aportes de recursos de los países latinoamericanos al resto del mundo, que
podrían haberse volcado a resolver los profundos problemas de infraestructura
social y encarar el desarrollo en importantes áreas relegadas. La posibilidad de
aprovechar hoy la crisis para seguir un curso de mayor autonomía dando mayor
peso al mercado interno, aplicando incentivos sectoriales y medidas similares,
está puesta en duda porque los gobiernos de la región que vienen aplicando
algunas medidas económicas de tipo más intervencionista están entre los más
sensibles a los trastornos que puedan ocasionar un fuerte deterioro en la
situación internacional. Podría creerse que los países que han tenido una
política de mayor apertura al capital externo y menos intervencionista -como
Brasil- son los más comprometidos, ya que están viendo cómo las medidas tomadas
para enfrentar la crisis en los países del norte están generando flujos de
capitales que sobrevalúan sus monedas y generan incluso algunas burbujas. Sin
embargo, esto no es necesariamente así. Argentina y Venezuela, por ejemplo con
la inflación creciente y los problemas fiscales -disimulados por la propia
inflación. Esto viene siendo contenido por la continuidad de algunas de las
condiciones extraordinarias que acompañaron el crecimiento "a base de burbujas"
de la última década, y que se mantuvieron, aún profundizadas, durante el primer
tiempo pos crisis. También ayuda para países como la Argentina que las medidas
monetarias en EEUU hayan apreciado algunas monedas en relación al dólar,
mientras que el peso tiene una paridad casi fija. Aunque la crisis viene
golpeando distinto, y para algunos países pesan más los aspectos en los que las
condiciones siguieron siendo favorables mientras que para otros los efectos son
más combinados, lo cierto es que incluso para estos últimos la situación del
comercio exterior favorable sigue siendo un colchón para manejar los
desequilibrios. Aquí, pensando las analogías, tenemos que pensar en un probable
escenario 74-75, donde la disparada de precios pueda ser seguida por una fuerte
caída. Esto pasó también en 2008, pero se revirtió al año siguiente. La
diferencia entre 2008 y la actualidad, es que la mayoría de los países de la
región han perdido capacidad de ajuste (gastando parte de los "colchones"
fiscales y de los dólares logrados durante 2002-2007). Si las economías con
mayor apertura están expuestas a las consecuencias que puede tener una abrupta
reversión en los flujos de capitales, y también lo están si se mantiene ese
flujo por los efectos recesivos que puede ocasionar la sobrevaluación de la
moneda, los problemas que se han ido acumulando sin atinar a resolverlos,
también las economías caracterizadas por un mayor intervencionismo han perdido
capacidad de reacción ante un cambio abrupto en las condiciones internacionales.
Difícil en este contexto capitalizar una nueva profundización de la crisis,
cuando lo que se impondrá más bien es contener los trastornos que la misma
podría ocasionar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Una segunda cuestión que pone límites a una perspectiva
más autónoma, es que la burguesía mercado internista, al igual que en la década
del '30, es raquítica en relación a los sectores burgueses exportadores de
materias primas y el capital imperialista asociado a ellos. Incluso gran parte
de la misma son multinacionales industriales, también dedicados a la
exportación en muchos casos. Estas últimas están a lo sumo interesadas en
algunos nichos de mercado regional pero no en aumentar significativamente
sus inversiones en la región. Lo que, utilizando la terminología de algunos
investigadores podríamos denominar la "cúpula industrial" de los países
latinoamericanos, que incluye aparte de capitales extranjeros muchas
multilatinas afincadas en varios países de la región (con preponderancia de
capitales de México y Brasil) se basa en la exportación a otros países de la
región, pero también de Europa y Asia. Se enfoca en algunos segmentos de
consumidores medios y altos, y en ninguna medida acompañaría un cambio marcado
en los patrones distributivos marcadamente regresivos, que más allá de la
retórica y de algunas concesiones no se alteró en la última década. En ese
sentido, la base para un proyecto de desarrollo más apoyado en el mercado
interno como respuesta a la crisis mundial se muestra más acotada en el contexto
actual.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-La economía mundial está mucho más interconectada. La
crisis actual se ha mostrado como mundial en un sentido en el que no podía serlo
la crisis del '30. A diferencia de lo que fueron las crisis de deuda y de
balance de pagos que se dieron entre los '80 y comienzos del siglo XXI, la "Gran
Recesión" no se caracterizó por una propagación exclusivamente financiera, sino
que también golpeó severamente el comercio global, y por lo tanto afectó la
producción y el empleo en todo el mundo. Lo mismo puede decirse de los
mecanismos puestos en juego para enfrentar la crisis. Para que nos demos una
idea, un sólo paquete de estímulo de los lanzados por EEUU fue equivalente al
doble de la economía argentina. Una magnitud algo menor a esta tuvo el programa
de estímulo monetario QE2. Estamos considerando sólo las medidas tomadas por
EEUU. Pensemos que esto se amplifica en Europa y en Asia. Magnitudes igualmente
astronómicas tienen los ajustes que en Europa y EEUU se están discutiendo para
hacer frente a los problemas fiscales. No es casual entonces que estas políticas
generen enormes desequilibrios y burbujas en varios países de los que más vienen
creciendo por 2008, como China y Brasil. No hay proporción entre el impacto
global de las medidas tomadas por las economías más fuertes, y la capacidad de
"blindarse" que tienen los países latinoamericanos. Contradictoriamente, son
algunos de los países que por su envergadura aparecen como más fuertes (como
China y Brasil) algunos de los más afectados y "desequilibrados" por las medidas
tomadas por las naciones afectadas por la crisis. Entre otras cosas porque su
fortaleza y crecimiento ha permitido oportunidades de rentabilidad imposibles de
hallar en otros países. Esto ha generado enormes problemas para la política
económica, frente a los cuáles han intentado distintas series de iniciativas, la
última de las cuáles fue la reunión de UNASUR.</DIV>
<DIV align=justify><BR>-Por último, debemos señalar que uno de los principales
blindajes que tienen los estados latinoamericanos para hacer frente a la
situación inestable de la economía mundial, son las reservas obtenidas del
comercio exterior. A diferencia de lo que ocurría parcialmente en los '30, hoy
las reservas monetarias en mercancía dineraria (oro, plata) son casi
inexistentes, y la mayoría de las mismas están conformadas por dólares. La
magnitud del "blindaje", depende en gran medida de que EEUU evite un escenario
crítico que hoy empieza a estar cada vez más planteado, como es la corrida sobre
el dólar, aunque su materialización siga siendo bastante improblable por el
momento.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Ni "oportunidades históricas" ni blindajes que
desacoplen de las turbulencias globales</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Con la amenaza de un default europeo sobrevolando en el
horizontes próximo, la ilusión de un desacople de las economías latinoamericanas
es muy difícil de sostener. Incluso Página/12, siempre dispuesto a festejar el
mal pasar de las economías del norte dando muestras de una buena dosis de
provincianismo, destila hoy preocupación por las consecuencias que puede traer
el clima de fin de época para el ordenamiento económico global. Como se vio a
fines de 2008, un escenario de bancarrota en Europa o una fuerte corrida sobre
el dólar y la deuda norteamericana, con efectos globales similares a los que
tuvo la caída de Lehman Brothers, no permiten esperar ningún
desacople.</DIV><FONT size=3 face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, aún si este escenario no se produce, las
economías de la región seguirán mostrando crecientes dificultades. El mejor
escenario para las burguesías latinoamericanas es que la ominosa perspectiva de
las economías europeas y EEUU siga siendo parcialmente compensada por el
crecimiento de China, y que esta última economía no se vea arrastrada en la
vorágine ni se agudicen los problemas internos que su economía ya está
atravesando. Si se da este escenario benévolo, cada vez más improbable, de todos
modos irá acompañado de efectos ambivalentes causados por las medidas tomadas en
el norte para afrontar la crisis. La disparada de precios de los commodities
puede mantenerse, agravando los problemas inflacionarios en distintos países,
pero también puede transformarse en una fuerte caída y generar problemas en el
balance externo para varios países. También puede suceder lo mismo con los
flujos de capitales. Pueden acelerarse, generando los problemas de
sobrevaluación de algunas monedas regionales y la existencia de burbujas
inmobiliarias, o pueden revertirse abruptamente, generando problemas crediticios
en algunos países donde esta entrada de dólares ha sido la base para crear booms
de consumo. Estos efectos externos se articularán también con los
distintos problemas que ya muestran las economías de la región, generando a la
vez distintas tensiones regionales, como las que están viviendo Argentina y
Brasil.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Qué implica esto? Que lo que no permitieron los años de
bonanza de la década pasada, mucho menos podrá darse ahora, aún si sigue
habiendo una situación que no se vuelve inmanejable. La inflación, el efecto
desestabilizador de la suba de capitales, las tendencias al desbalance del
comercio externo (especialmente por el factor China) son algunos de los aspectos
que están planteando la necesidad de algunos ajustes, en el marco de los cuáles
es difícil proponer cualquier plan industrialista ni nada por el estilo. Si
durante los mejores años de la década, con rentabilidades récord, la acumulación
de capital se mantuvo retraída y más bien la región aportó capitales al resto
del mundo, más improbable se ve ahora la promesa de medidas para un desarrollo
integrado de la región, del tipo de las declaradas en las reunión de
UNASUR. Aún en el caso de medidas como las de Brasil anunciadas hace algunas
semanas, estas tienen un carácter defensivo ante la sobrevaluación de la moneda,
y apuntan a resolverlo sin tocar la moneda ni afectar los intereses del sector
financiero. Además, tienen un sesgo clásicamente ortodoxo, recordando a las
tomadas por Cavallo en la década del '90 para afrontar el mismo problema en la
Argentina.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR>Frente a los
desequilibrios mencionados, y la discusión de las medidas para enfrentarlos, se
vuelve cada vez más difícil articular las necesidades de los distintos sectores
de la burguesía, y sobre todo mantener las expectativas de mejoras de las masas
obreras y populares. Se plantea una perspectiva de mayores pujas entre distintos
sectores burgueses y de mayor lucha de clases, aun en el escenario menos
crítico.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las desigualdades estructurales, en el crecimiento y en
los desequilibrios acumulados generan enormes vallas a cualquier respuesta
coordinada de la región ante la agudización de la crisis, más allá de las
declaraciones de buenas intenciones realizadas en las cumbres de la Unasur.
Aunque el futuro pueda mantener o aun mejorar uno de los polos de estas
condiciones -la demanda estructuralemente más alta de granos y otras
commodities- difícilmente se mantengan los precios actuales, y aunque pueda
haber nuevas inyecciones de liquidez que creen condiciones similares a las del
crédito barato que acompañó la última década, todo sugiere que irán acompañadas
de mayores efectos "traumáticos" sobre los precios. Si los "logros" que tienen
para mostrar los países de la región no se condicen con la retórica, será
difícil siquiera mantenerlos en la situación inestable que plantea aún el mejor
de los escenarios previsto para la coyuntura, que es que puedan contenerse las
contradicciones más explosivas por el transcurso de entre uno y dos años.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El desarrollo de una alternativa política independiente
de los trabajadores, es urgente contra los preparativos de las burguesías para
descargar sobre nuestras espaldas los efectos de la crisis. Para evitar es
necesario imponer un programa obrero y socialista de respuesta a la crisis, que
tome medidas contra el imperialismo e imponga el monopolio estatal del comercio
exterior y la nacionalización y control por parte de la clase trabajadora de los
principales resortes de las economías de la región.
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>