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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4>boletín solidario de información<BR><FONT
color=#800000 size=5>Correspondencia de Prensa</FONT><BR><U>24 de setiembre
2011</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Colectivo Militante - Agenda
Radical</FONT><BR>Montevideo - Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
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<HR>
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<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Libia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Entrevista al ensayista y escritor
Santiago Alba Rico</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2><FONT face=Arial><STRONG><FONT size=3>"En Libia
se ha producido una revolución
popular"</FONT></STRONG><BR><BR><BR></FONT><STRONG><FONT face=Arial>Salvador
López Arnal<BR>Rebelión</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
title="http://rebelion.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://rebelion.org/"><STRONG>http://rebelion.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><FONT size=3
face="Times New Roman"></FONT><BR><BR>Santiago Alba Rico es ensayista y
escritor, vive desde hace muchos años en Túnez y ha traducido algunas obras del
árabe. Entre sus últimos libros publicados, cabe destacar Capitalismo y
nihilismo (Akal, 2009) y, junto con J. D. Fierro, Túnez, la revolución (Hiru,
2011). </FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial><STRONG>- Si te parece podríamos
empezar con un poco de historia. ¿Podrías dar cuenta, en media página, no te
dejo más, de la historia reciente de Libia?</STRONG></FONT></DIV><FONT size=2
face=Arial>
<DIV align=justify><BR>En pocas palabras: en 1912 Italia, que había quedado
fuera del reparto colonial de la conferencia de Berlín (1884), invadió Libia,
formalmente parte del imperio otomano, pero de escasa importancia para los
turcos. Por cierto, fue el teniente Giulio Cavotti el primero que lanzó una
bomba desde un avión y fue precisamente en 1911 y sobre Libia, a las afueras de
Trípoli, en el oasis de Tagara. En 1922 Mussolini reforzó la presencia italiana
y, bajo su dictadura colonial, el gobernador Italo Balbo unió la Cirenaica y la
Tripolitana, fijando las fronteras del país actual. En 1940 vivían allí 140.000
colonos italianos, a los que se había instalado en las mejores tierras, proceso
de despojamiento al que desde el comienzo se opusieron las tribus y cofradías
beduinas y especialmente la Sanusi, cuyo líder, Sidi Idris, llegaría a ser rey
tras la independencia del país. Los últimos 20.000 italianos fueron expulsados
en 1970 por Gadafi. Para que nos hagamos una idea de la ferocidad colonial
italiana, basta con recordar que los desplazamientos forzosos de población
ordenados entre 1928 y 1932 por el mariscal Badoglio acabaron directa o
indirectamente con la vida de medio millón de libios, según los datos del
historiador estadounidense de origen libio Ali Abdellatif Ahmida. En ese periodo
fue capturado y ahorcado el héroe de la resistencia Omar Al-Mukhtar, cuyo nombre
reivindican por igual gadafianos y antigadafianos. Una famosa frase del mariscal
fascista italiano recuerda, por cierto, las amenazas de Gadafi en su primer
discurso de febrero contra sus compatriotas rebeldes: "no tendré piedad con los
que no se sometan, ni con ellos ni con sus familias ni con sus rebaños ni con
sus herederos". </DIV>
<DIV align=justify><BR>El rey Idris proclama la independencia de Libia en la
Nochebuena 1951. Dieciocho años más tarde entra en escena el entonces coronel
Muamar el Gadafi. Te pido casi lo mismo que en caso anterior: ¿puedes hacer un
resumen del papel histórico de Gadafi? ¿Fue realmente un defensor del
panarabismo? En media página, como en la pregunta anterior.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Gadafi formaba parte del sector izquierdista del ejército
libio y se reclamaba seguidor de Gamal Abdel Nasser, el líder panarabista
egipcio que moriría apenas un año después, en 1970. Su muy errática trayectoria
se inició, en efecto, en esa dirección, con una fugacísima unión con Egipto y
Siria y algunas medidas claramente soberanistas. Seminacionalizó la banca, cerró
las bases militares de Inglaterra y EEUU y nacionalizó el 51% de las compañías
petrolíferas extranjeras. Pero como dice el periodista comunista Farid Adley,
huido de Libia a Italia en los años setenta, este "impulso" acabó muy pronto. He
aquí el resumen que hacía él en Il Manifesto el pasado mes de marzo: "Ya en
1973, de la revolución de los Oficiales Libres no quedaba nada, salvo la
implacable represión de toda disidencia. Las horcas en la Universidad, la
expulsión de los compañeros de lucha, la supresión de cualquier tipo de
oposición, la prohibición de los sindicatos, la anulación de cualquier acción
independiente de la sociedad civil, el asesinato en el extranjero de los
opositores (Italia fue el escenario favorito para ese tipo de acciones
terroristas) y las operaciones militares contra civiles que protestaban
pacíficamente en contra de la voluntad del tirano (años 80 y 90 en Derna y
Benghazi), así como la masacre de Abu Selim (26 de junio de 1996 ), son ejemplos
del dominio de esta nueva clase dirigente que, de hecho, se ha reducido a la
familia de Gadafi y a un pequeño círculo de sus seguidores". Otro escritor
árabe, en este caso libanés, René Naba, anticipa a 1971 la deriva del régimen:
"A partir de esa fecha", dice, "cada año trajo su cuota de desolación, como el
secuestro de un avión comercial inglés para entregar a Sudán a los dirigentes
comunistas, decapitados a continuación en Jartum; la misteriosa desaparición del
jefe del movimiento chií libanés Moussa Sadr o el resuelto apoyo al presidente
sudanés Gaafar al-Nimeiry, a pesar de que fue uno de los artífices de la
transferencia a Israel de varios miles de judíos etíopes «falashas»". </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Cuáles han sido a lo largo de estos 42 años
las relaciones de Gadafi con las potencias occidentales? Si no ando muy errado,
Ronald Reagan ordenó el bombardeo de Trípoli y Bengasi, las dos principales
ciudades libias, en 1986 (una hija adoptiva de Gadafi, Jana, murió durante los
bombardeos). Luego las cosas cambiaron un poco.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Así es. Al mismo tiempo que entregaba al carismático
líder del partido comunista de Sudán Abdel Khaleq Mahjoub, hacía desaparecer al
líder chiita libanés Moussa Sadr y perseguía a sus propios opositores de manera
implacable, dentro y fuera de Libia, apoyaba en el exterior a distintos grupos
armados que los EEUU consideraban, unos justamente y otros no, "terroristas".
Eso llevó a la ruptura de relaciones diplomáticas en 1981 y a la prohibición por
parte de la administración Reagan de importaciones de petróleo libio en 1982.
Mientras Gadafi asesinaba a los autores de la tentativa de golpe de 1984 -los
Consejos Revolucionarios de Base emitieron una orden que legalizaba el asesinato
de todos los disidentes- él mismo se convertía en el blanco de las iras de su
mellizo Reagan, quien en efecto bombardeó Trípoli en 1986. Una serie de
atentados atribuidos al régimen de Gadafi (la voladura de dos aviones
comerciales sobre Escocia y Chad y la de una discoteca en Berlín, con centenares
de víctimas civiles, en 1988 y 1989) fundamentaron el bloqueo impuesto por la
ONU en 1992 y que duró diez años. Pero en 2003, como recuerda René Naba, Gadafi
"se rindió sin condiciones al orden estadounidense": entregó su programa nuclear
a George Bush hijo desvelando al mismo tiempo todo un sector de la cooperación
de los países árabes y musulmanes en el ámbito de la tecnología nuclear;
reprivatizó parcialmente el sector petrolero permitiendo el retorno de las
grandes compañías occidentales; aceptó convertirse -el paladín del
panafricanismo- en el carcelero homicida de los emigrantes subsaharianos que
trataban de alcanzar Europa (historia terrible que cuenta en detalle el
periodista Gabriele del Grande); contrató dos empresas estadounidenses de
relaciones públicas para cabildear en su favor en EEUU; colaboró, como revelan
los papeles publicados hace unos días por The Independent, con la CIA y el M-16
en la entrega y tortura de presuntos islamistas radicales; recibió una y otra
vez a Toni Blair como asesor de J.P. Morgan y comenzó reformas de liberalización
económica por las que fue felicitado por el propio Strauss-Khan, presidente
entonces del FMI, en enero de 2011, un mes antes del estallido de la rebelión
popular. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- En la voz "Libia" de la Wikipedia en castellano
se puede leer: "Actualmente al país se le adjudica la esperanza de vida más alta
de África continental (si se cuentan a las dependencias sólo es superada por la
isla británica de Santa Elena), con 77,65 años. También cuenta con el PIB
(nominal) per cápita más alto del continente africano, y el segundo puesto
atendiendo al PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo (PPA). Además,
Libia ocupa el primer puesto en índice de desarrollo humano de África, y se le
puede comparar en términos de PIB per cápita con países tan desarrollados como
Argentina o México". No son malos indicadores.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>No sé si Argentina y México son buenos indicadores, pero
en este caso me limitaré a relativizar esos datos con una cita de nuestro
compañero Tariq Alí, extraída de su libro "Protocols of the Elder of Sodom", el
cual incluye una reseña de su estancia en Libia en 2006: "Libia obtiene del
petróleo 36 mil millones de dólares al año. Su presupuesto anual es de 10 mil
millones. Su población es de aproximadamente seis millones Naturalmente nadie se
muere de hambre. Los comercios están llenos de comida, pero el nivel de la
educación y los servicios de salud son primitivos. Miles de libios tienen que
cruzar a Túnez para recibir tratamiento médico. El contraste con Cuba, una isla
siempre corta de dinero, es instructivo. La Universidad de Medicina de las
Américas en La Habana forma y educa a cientos de estudiantes del norte y el sur
de América (principalmente afro-estadounidenses e hispanos). El nivel de la
cultura y la educación es muy alta. ¿Por qué no en Libia? (.) Uno de los hijos
de Gaddafi, Saif al-Islam, se está preparando para la sucesión. Como es
estudiante de doctorado en la London School of Economics y un enamorado del
occidente neoliberal, hay pocas críticas aquí sobre la propuesta de traspaso.
Gadafi, después de todo, ya no es el dirigente de un "estado canalla" sino un
"gran estadista" (en palabras de Jack Straw) y ha recibido a Blair en su tienda.
Esto ayuda a mantener la pretensión de que él cedió ante Londres, no ante
Washington. Es muy sencillo: Saif quiere privatizarlo todo y convertir a Libia
en un pequeño estado del Golfo". Hasta aquí la cita de Tariq Alí. Como vivo en
Túnez desde hace años, puedo confirmar lo que dice sobre los libios que visitan
las consultas médicas privadas a las que los tunecinos no pueden acudir. Por lo
demás, me cuesta trabajo aceptar este criterio económico como principio de
legitimación del derecho o no de los pueblos a la rebelión. Con mucho menos
motivo lo tendrían los bahreiníes, cuya renta per capita es mucho más alta que
la de los libios. ¿Y tendríamos que reprochar a los saudíes que reclamaran
democracia en la calle a la brutal teocracia wahabita o aceptar que se disparara
sobre ellos si decidieran rebelarse? ¿Y no nos dice la derecha española
precisamente que el movimiento 15-M no tiene fundamento, pues ninguna generación
de jóvenes españoles ha vivido con tantas comodidades y ventajas como la actual?
</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG>- Me centro en
los últimos acontecimientos. ¿Se ha producido una revolución popular en Libia?
¿Similar a lo ocurrido en Túnez, Egipto, Yemen o Bahrein por ejemplo? ¿Debería
incluir Siria también?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin lugar a dudas. Y debes incluir a Siria, por supuesto.
Es muy triste, muy doloroso, encontrarse con compañeros dignos de todo respeto
(que además reivindican para sus propios países procesos populares de
democratización como los que están produciéndose en el mundo árabe) incurrir en
dobles raseros muy semejantes a los que tanto condenamos en el imperialismo y
distinguir entre dictaduras buenas y dictaduras malas y pueblos con derechos y
pueblos sin ellos. He insistido muchas veces en que esta posición aplica
automatismos de bloque enteramente superados por la historia y proyecta sobre el
mundo árabe clichés eurocentristas (¡eurocentrismo latinoamericano también!)
asimilables a los de la propaganda islamofóbica occidental tantas veces
denunciada: los árabes pueden sublevarse por pan o por Dios, pero no por
democracia; las revoluciones que comienzan en París o en Caracas pueden tener
consecuencias en otros lugares de Europa o de América Latina, pero las que
comienzan en Túnez no (pese a todo lo que une este país a los del resto del
mundo árabe). Si como recuerda Carlos Varea no hay ningún régimen progresista en
esa zona del mundo, si todos los regímenes son además autoritarios,
autocráticos, dictatoriales o tiránicos, ¿no es lo natural que sus pueblos se
levanten? ¿Y no debería alegrarnos en lugar de despertar nuestras suspicacias y
reservas? Repito de nuevo algo que he dicho muchas veces. Negar el carácter
espontáneo y legítimo de las revueltas libia y siria supone cometer una doble
injusticia: la de defender a dos tiranos que disparan sobre sus pueblos y la de
ofender a los pueblos que tratan de acabar con ellos. Me resulta muy difícil
conciliar esa doble injusticia con los principios de la izquierda. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Por qué crees que ha intervenido la OTAN a
favor de los rebeldes? No ocurrió esa intervención otánica en el caso de Túnez o
Egipto por ejemplo. ¿Es de nuevo un intento de liquidar, como en el caso de
Yugoslavia, algo que aunque sea remotamente huele a "socialismo"?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Nada de eso. Creo que ha quedado ya claro qué clase de
socialismo había en Libia. Ni siquiera había ya un soberanismo limitado que
objetivamente, como en Iraq, obstaculizase el abrazo del imperialismo. Es
demasiado obvio -y aún así, por supuesto, verdadero- hablar de los intereses
económicos, que en realidad ya estaban asegurados. Los intereses pueden
justificar una intervención, pero no permitirla. Por así decirlo, se interviene
cuando se puede, no cuando se quiere. Para entender la intervención de la OTAN
hay que inscribirla en el contexto de la región -una región sacudida por un
seísmo inesperado- y contemplarla al mismo tiempo como una gran improvisación. Y
en este caso hay que tener muy en cuenta dos factores coadyuvantes, sin los
cuales la intervención militar de la OTAN habría sido imposible, y dos intereses
directamente políticos -no económicos- sin los cuales quizás tampoco habría
tenido lugar o no del modo en que finalmente se ha producido. El primero de los
factores coadyuvantes es el hecho, en efecto, de que se trataba de una causa
justa. No hay que confundir propaganda y mentira. Como escribía Sartre en los
años setenta "el poder utiliza la verdad cuando no hay una mentira mejor"; y en
este caso, al contrario que en el de Iraq, no había ninguna mentira mejor que la
propia verdad: había una "dictadura feroz" que era de veras una dictadura feroz
y unos "rebeldes libios" que, al menos al principio, eran en realidad unos
rebeldes libios. El segundo factor coadyuvante es que el régimen de Gadafi
cumplía un papel marginal en la geoestrategia de la zona; aparte de unos cuantos
dictadores africanos y unos cuantos imperialistas, no tenía amigos. En cuanto
los imperialistas le retiraron su apoyo, se volvió enteramente vulnerable. La
Libia de Gadafi podía ser atacada sin que nadie opusiera resistencia, como así,
en efecto, ocurrió: ni siquiera Rusia y China utilizaron su derecho al veto para
impedir la resolución 1973. Respecto de los dos "intereses" directamente
políticos, uno de ellos es sin duda el de la brutal teocracia saudí, reñida
desde hace mucho tiempo con el dictador libio, y que presionó -en gran potencia-
a unos EEUU muy renuentes y muy debilitados y cuyos intereses energéticos están
desde 1945, fecha del pacto del Quincey, en el Golfo pérsico, no en el norte de
África. El otro "interés" directamente político tiene que ver con la Francia de
Sarkozy, claramente fuera de juego en su tradicional "patio trasero" (en este
caso, sí, el norte de África) después de su apoyo a las dictaduras de Ben Alí y
Moubarak y los escándalos de dos de sus ministros, beneficiarios de tratos de
favor y regalos por parte de los regímenes derrocados. Era una oportunidad única
-un regalo- para recuperar el terreno, repenetrar con fuerza en una región muy
desconfiada y convulsa y represtigiarse al mismo tiempo a los ojos de los árabes
revolucionarios y de sus votantes franceses. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Algunos intelectuales de izquierda argumentaron
en su momento que la intervención otánica era un mal menor, una forma de impedir
la masacre anunciada por Gadafi ("Entraremos en Bengasi como Franco entró en
Madrid"). ¿Qué opinión te merece esta posición que, como sabes, no ha dejado de
generar discrepancias en la mayoría de los ámbitos de la
izquierda?</STRONG></DIV><FONT size=3 face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR>No podemos saber si hubiera habido o no una masacre; en
eso tiene razón Pepe Escobar. Lo malo es que la única manera de averiguarlo era
de algún modo permitirla. Por todo lo que sabemos de Gadafi, por lo que ya había
hecho, por sus propias declaraciones, no sé si podemos éticamente considerar el
pretexto humanitario un simple "pretexto". Digo lo mismo que antes con la
propaganda y la verdad. Para la OTAN fue un pretexto, claro, pero lo cierto es
que objetivamente su intervención, que también ha producido víctimas civiles por
las que habrá que pedir cuentas, salvó muchas vidas en Benghasi la noche del 18
de marzo. Treinta tanques y veinte lanzamisiles fueron detenidos por los
bombardeos a las puertas de la ciudad, donde ya habían provocado en pocas horas
-según reporta el periodista Gabriele del Grande- 94 muertos. Si la artillería
de Gadafi hubiera entrado en la ciudad, como hizo en Misrata, el número de
muertos habría sido altísimo. En cuanto a lo que habría sucedido de haber
sofocado a sangre y fuego Gadafi la rebelión, hay que valorarlo también en
términos regionales, en el contexto de la Primavera Árabe, que habría sufrido un
retroceso, si no un colapso, casi inmediato. Para Túnez habría sido, desde
luego, una gran desdicha. Gadafi siguió apoyando a Ben Ali y a los Trabelsi tras
su derrocamiento, amenazó a los tunecinos -a los que acusó de echar drogas en el
café de los buenos jóvenes libios- y, según algunas fuentes, preparaba un plan
de desestabilización, a través de mercenarios, para restablecer al dictador en
el poder. Puede decirse que los rebeldes libios salvaron la revolución tunecina,
lo que puede parecernos poco importante, desde luego, si seguimos considerando
que las revoluciones árabes, como no son marxistas, no sin ni revoluciones ni
nada. Pero yo, sinceramente, me siento muy aliviado. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Se ha esgrimido también el siguiente argumento:
también Sadam Hussein fue un tirano, un gobernante autoritario, incuso criminal,
y toda la izquierda se posicionó en contra de la invasión de Irak. Por lo tanto,
lo mismo debería haber hecho en el caso de Libia. ¿Qué opinión te merece esta
aproximación?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Es un paralelismo absurdo. Ya he apuntado algunas de las
diferencias -Chomsky ha señalado otras-, pero la más importante me sigue
pareciendo ésta: la intervención contra Iraq, al margen de la ONU y amparándose
en mentiras, no se produjo en medio de una gran revuelta popular local y
regional contra las dictaduras árabes. Cuando hablan los pueblos, las izquierdas
saben bien a quién tienen qué apoyar. Las izquierdas árabes, que han celebrado
la caída de Gadafi sin dejar de advertir contra los peligros de la intervención,
nos han señalado el camino. </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG>- ¿Ha habido o
no habido intervención sobre el terreno de tropas o servicios
occidentales?</STRONG></DIV><FONT size=3 face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR>Parece que ha habido algunos grupos de apoyo logístico
-sin duda los ha habido- y los periódicos rusos han denunciado, sin
confirmación, la presencia de algunos soldados qataríes y saudíes camuflados
entre las milicias rebeldes. Lo que sí está confirmado (ver, por ejemplo, el
artículo de Piovesana, el periodista de Peace Reporter:
http://www.rebelion.org/noticias/africa/2011/8/los-rebeldes-libios-entre-al-qaeda-y-la-cia-134821)
es el retorno a Libia, para incorporarse a los combates, de miembros del Grupo
Combatiente Islámico Libio, formados en Afganistán. Desde luego, al contrario
que en Bagdad, nadie ha visto tanques estadounidenses -o franceses o ingleses-
en las plazas de Trípoli. Y lo que ha sido decisivo en la victoria final, más
que la participación de tropas extranjeras, ha sido la batalla de Gebel Nafusa.
Cito a Angelo del Boca, historiador del colonialismo italiano y biógrafo de
Gadafi: "Ha sido realmente decisiva. Como ya he mencionado varias veces en el
Gebel Nefusa hay árabes y bereberes, históricamente enfrentados unos con otros,
pero que se han unido esta vez. No hay que olvidar que los bereberes en Libia
han estado siempre del lado del poder. Cuando la presencia italiana estaban con
los italianos contra los resistentes. Este ha sido un elemento decisivo. Lo
confirma la información que recibo directamente del disidente Anwar Fekini, que
ha participado en la resistencia en el Gebel, y que desde hace días me insistía
en que la situación había cambiado mucho desde el punto de vista militar. A
pesar de la falta de armas pesadas los rebeldes del Gebel habían llegado a 50 a
60 km de Trípoli. Luego, en los últimos días habían podido capturar tanques,
armas pesadas para poder acecarse y entrar en la capital libia. Las rebeliones
siempre han empezado en el Gebel, también durante la presencia italiana. Cuando
los italianos desembarcaron en Trípoli en octubre de 1911, no fueron los turcos
quienes resistieron contra ellos, sino los montañeses del Gebel que bajaron a
caballo desde los montes, llegaron a Trípoli y causaron aquella matanza de 550
soldados italianos en Sciara Sciat. Los jóvenes rebeldes de hoy pertenecen a las
mismas familias de los rebeldes de hace cien años. Desde este punto de vista,
los insurgentes de Bengasi, que lidian todavía con una profunda división
interna, poco tienen que ver con la operación final de la caída de Trípoli".
Sobre las relaciones entre árabes y bereberes y la rehabilitación por parte de
los rebeldes de la lengua bereber, prohibida durante 42 años, invito a leer, por
lo demás, los artículos del periodista vasco Karlos Zurutuza
(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=133904, <A
title="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=131137 CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=131137">http://www.rebelion.org/noticia.php?id=131137</A>).
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Qué papel ha jugado Turquía, que no olvidemos
es miembro de la OTAN, en todo el proceso?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Turquía es miembro de la OTAN, pero también juega sus
propias bazas como subpotencia regional. Lo estamos viendo estos días, siguiendo
la estela de Sarkozy y Cameron en Libia, pero sin coincidir con ellos y después
de visitar Egipto y Túnez. Es verdad que tenemos que ser prudentes porque, como
recuerda bien Miguel León (http://rebelion.org/noticia.php?id=135744),
contradiciendo en este caso a Pepe Escobar, es difícil saber cuánto hay de
autoconciencia de neopotencia y cuánto de maniobra por vía interpuesta para
facilitar un reordenamiento blando de Oriente Próximo. Cualquiera que sea el
caso, el nuevo papel de Turquía -impostado o sincero- demuestra que, tras la
Primavera Árabe, nada puede manejarse de la misma manera, y esto incluye también
a Israel. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- El gobierno de Venezuela, que intentó algunas
mediaciones, se ha mantenido muy crítico de la intervención otánica y también de
los rebeldes, además de lanzar más de una proclama favorable a Gadafi. ¿Cómo
valoras esta posición?</STRONG></DIV><FONT size=3 face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR>Como un error catastrófico. El presidente Chávez no ha
comprendido que las revoluciones árabes las está haciendo el mismo pueblo que él
defendió en Venezuela después del "caracazo" de 1989. Primero guardó silencio
sobre Túnez y Egipto y a continuación pasó, no a denunciar la intervención de la
OTAN, lo que hubiera sido justo, sino a declarar su amistad y apoyo a Gadafi,
gran héroe anti-imperialista que daba su merecido a los mercenarios de los
yanquis. Chávez era un ídolo en el mundo árabe después de que Venezuela cortara
relaciones con Israel en 2007. Los manifestantes palestinos sacaban su
fotografía en las marchas y los jóvenes tunecinos, en la única concentración
permitida por Ben Alí en enero de 2008 (precisamente para apoyar a Palestina),
gritaban "Chávez presidente". Todo eso se ha perdido. Hoy Chávez es "el amigo de
Gadafi". Se ha desperdiciado una ocasión histórica para poner en contacto las
dos zonas más anti-imperialistas (y más amenazadas por el imperialismo) del
planeta. Peor aún: el apoyo a Gadafi ha permitido una identificación falaz entre
el régimen libio y la democracia venezolana, lo que sólo beneficia a los que
quieren erosionar los procesos emancipatorios de América Latina. ¿Por qué lo ha
hecho? Los intereses comunes como miembros de la OPEC no son suficientes para
explicar la actitud del gobierno venezolano; prefiero buscar una explicación más
honrosa. La que se me ocurre -después de pensar larga y dolorosamente- tiene que
ver básicamente con la ignorancia de lo que ocurre en estas tierras, tan lejos
de América Latina, y con la virtud a veces destructiva -cuando se hace política-
de la "lealtad personal". Por una vez, Chávez ha actuado como Aznar y
Berlusconi, dando razón a los críticos que le reprochan "personalismo" y
"caudillismo" y debilitando también por eso el proceso revolucionario que él
puso en marcha y que sigue siendo imprescindible para el mundo civilizado.
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Quienes componen el Consejo Nacional de
Transición? ¿Qué opinión te merece este Consejo? La Unión Africana, si no ando
errado, no lo ha reconocido. Uno de los portavoces de ese Consejo, hablando de
las pocas ciudades que siguen siendo leales a Gadafi, ha declarado: "A veces
para ahorrar derramamiento de sangre, tienes que derramar sangre, y mientras más
rápido lo hagas, menos sangre se derramará".</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sobre los rebeldes se ha escrito tanto y en Rebelión
hemos publicado tantos artículos y tan detallados que me conformaré con enumerar
de nuevo la variada filiación de sus miembros: jóvenes abrumados por la "miseria
vital" (como en Túnez y Egipto, los primeros en manifestarse pacíficamente);
militares desertores de primera hora en Bengasi; oportunistas del régimen
gadafista; liberales educados en EEUU, algunos próximos a la CIA y todos ellos
pro-occidentales; e islamistas vinculados al Grupo Islámico Combatiente Libio,
que se suman más tarde a la revuelta, pero que juegan un papel determinante por
su preparación y disciplina. Del CNT sólo forman parte, que yo sepa, los
oportunistas, los liberales y los islamistas, lo que demuestra ya la intención
(como, por otra parte en Túnez y Egipto) de dejar fuera a los chabab que
sacrificaron sus vidas por derrocar la dictadura. Pero debo decir sinceramente
que no veo muchas diferencias entre este gobierno provisional y el de Túnez o
Egipto, donde los oportunistas del antiguo régimen, los militares y los
liberales gestionan por el momento la vida política. Nadie esperaba que los
rebeldes libios fueran socialistas, desde luego, y en todo caso me parece
significativo señalar que las primeras divisiones y diferencias entre islamistas
y pro-occidentales dentro del CNT apuntan dos detalles "inesperados" para los
que han visto desde el principio una "conspiración neocolonial" en la rebelión
libia. La primera es la resistencia firme y mayoritaria a una intervención
terrestre de la OTAN e incluso a una tentativa de tutelaje neocolonial. Cuando
Ismail Salabi, comandante de Bengasi, dice que no van a permitir que "una
minoría dirija el nuevo destino de Libia" o cuando Abdelhakim Belhaj, comandante
de Trípoli y también islamista, denuncia a la CIA como responsable de su
encarcelamiento y tortura bajo la dictadura de Gadafi, no es pura palabrería
(http://www.alquds.co.uk/index.asp?fname=latest\data\2011-09-19-04-51-39.htm).
Saben que la mayor parte del pueblo libio, islamistas o no, están de su lado. Al
mismo tiempo, cuando estos mismos líderes islamistas hablan del "Estado civil" y
de la "democracia" no lo hacen para tranquilizar a la OTAN sino a los chabab que
han participado en la Rebelión, conscientes de que en el mundo árabe la hora de
Al-Qaeda y sus afines ha pasado. Saben que si el islamismo quiere gobernar Libia
tendrá que cambiar su discurso (como en Túnez o en Egipto) y aceptar nuevas
reglas de juego. Por supuesto, la posibilidad de que haya enfrentamientos,
incluso armados, y todo acabe en un gran caos inducido no se puede desdeñar.
Pero lo que en todo caso demostraría eso, una vez más, es que los rebeldes nunca
han sido títeres de las potencias occidentales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Se habla también de limpieza étnica, de la ininterrumpida
limpieza étnica perpetrada por los "rebeldes" (según parece las gentes de
Cirenaica tiene prejuicios históricos arraigados hacia los africanos
subsaharianos).<BR>Hemos hablado del trato que Gadafi infligía a los
subsaharianos en las cárceles del desierto. El racismo, desgraciadamente, forma
parte de la cultura de la dictadura y por lo tanto se ha manifestado en los dos
bandos. Pero me gustaría añadir algunas citas de Gabriele del Grande, tomadas de
las crónicas que ha escrito después del 23 de agosto desde Trípoli, y que
demuestran -si creemos su testimonio- que no se trata, ni mucho menos, de una
"ininterrumpida limpieza étnica" y que además la "caza del mercenario" (que no
del negro) empieza a estar bajo control. Del Grande, que ha denunciado también
abusos, agresiones y linchamientos de negros por parte de los rebeldes, me
parece un testigo plenamente fiable. Así comienza su larga crónica, que puede
ser leída en italiano en http://fortresseurope.blogspot.com/: "A finales de
agosto los periódicos de medio mundo han alertado de la "caza al negro" en
Trípoli, de los abusos y las redadas. La realidad, sin embargo, es diferente,
más compleja y al mismo tiempo contradictoria. Ha habido excesos, algún arresto
de más era inevitable con una armada popular de miles de jóvenes y chiquillos
todavía bajo el shock de la sangre vertida en la batalla que ha liberado Trípoli
al precio de centenares de muertos. Esas violencias y esos excesos hay que
condenarlos. Pero el relato no termina aquí". Durante su estancia en Trípoli,
Del Grande visitó centros de detención provisionales y hospitales donde se
atendía a los partidarios de Gadafi heridos, blancos y negros, libios o
extranjeros (sobre todo chadianos y nigerinos). Del Grande recoge innumerables
testimonios y confesiones que vale la pena leer, pero su conclusión es más o
menos la que se refleja en estas líneas: "Muchas de las personas con las que he
hablado, milicianos del régimen y presuntos mercenarios, fueron heridas en el
frente y se encuentran ingresadas en los hospitales de Trípoli, donde pude
verificar que recibían el mismo tratamiento médico reservado a los partisanos
libios. Con la diferencia de que, después del tratamiento, irán directamente a
la cárcel, en espera de juicio. Quien pruebe su inocencia será liberado, como
les ha ocurrido ya en estos días a muchos prisioneros -libios y africanos-
injustamente arrestados y que han encontrado testigos dispuestos a exculparlos.
Quien sea hallado culpable de haber matado puede ser condenado a muerte. Y aquí
sí debemos preocuparnos mucho. Porque en este momento de caos, el riesgo de
errores judiciales y de sentencias sumarias con insuficiencia de pruebas es
elevadísimo". </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Te hago ahora algunas preguntas sobre opiniones
vertidas por algunos autores y algunas fuerzas políticas. Gilbert Achcar, por
ejemplo, ha escrito recientemente: "[.] hemos visto cómo las fuerzas de Gadafi,
bien armadas, bien entrenadas y bien armadas desde hace tiempo, fueron capaces
de llevar a cabo una ofensiva tras otra, a pesar de estos varios meses de
bombardeos de la OTAN, así como la dificultades y el costo en vidas humanas que
ha pagado la resistencia, primero para asegurarse Misrata, mucho más pequeña que
Bengasi, y después para romper el bloqueo del frente occidental antes de entrar
en Trípoli. Cualquiera que, desde lejos, cuestione el hecho de que Bengasi
hubiera sido totalmente aplastado no tiene decencia, desde mi punto de vista.
Decirle a un pueblo sitiado, desde la seguridad de una ciudad occidental, que
son unos cobardes -porque a eso equivale cuestionar si se estaban enfrentando a
una masacre- es una indecencia, simplemente". ¿A ti también te parece una
indecencia?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sí, me parece una indecencia. No estamos hablando de los
revolucionarios de Sierra Maestra, entrenados para vencer o morir, sino de
jóvenes sin adiestramiento militar -y niños, ancianos y familias enteras- que se
defienden como pueden de una agresión feroz y que piden ayuda a las Naciones
Unidas, no a la OTAN, al mismo tiempo que declaran expresamente su rechazo de
cualquier intervención terrestre. ¿No hay algo indecente en despreciar a esa
gente? </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Siguiendo las secuencias de los hechos, ¿qué
posiciones debería haber tomado la izquierda en tu opinión? Por ejemplo, aun
aceptando las consideraciones de Achcar, la resolución de la ONU, ¿no merecía
ninguna crítica?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Merece todas las críticas y desde el principio. Su
redacción viola la carta fundacional de Naciones Unidas permitiendo la
intervención de la OTAN y autorizándola a ir mucho más allá de la "exclusión
aérea" reclamada. Y su aplicación viola incluso la resolución misma, ya bastante
permisiva. En cuanto a cuál debería haber sido la posición de la izquierda,
imagino que te refieres a la izquierda europea y latinoamericana. La izquierda
árabe aceptó desde el principio la necesidad de afirmar al mismo tiempo el apoyo
a los rebeldes y la denuncia de la intervención de la OTAN. No era un ni-ni,
como pretenden algunos anti-imperialistas muy alejados del terreno, sino un Sí a
los rebeldes. Un Sí a los rebeldes que implicaba una posición obvia (no a
Gadafi) y otra contradictoria (no a la OTAN). Hay que confiar en que, a partir
de ahora, el sí a los rebeldes coincida enteramente con el no a la OTAN. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Achcar también ha apuntado: "[..] lancé una
campaña con dos demandas inseparables: ¡Paren las bombas! ¡Manden armas a los
insurgentes!". ¿Armas para los insurgentes? ¿Qué insurgentes son estos
insurgentes? ¿Puedes darnos alguna informaciones básicas? No parece que sus
últimas actuaciones sean muy razonables ni justas.</STRONG> </DIV><FONT size=3
face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR>¿Qué insurgentes son ésos? Los insurgentes realmente
existentes, a los que ya hemos descrito antes, apoyados por la mayor parte del
pueblo libio. En cuanto a sus últimas actuaciones, imagino que te refieres a los
linchamientos de mercenarios y ya hemos hablado también de ello. Con
independencia de que siguen siendo abusos muy pequeños por contraste con los
crímenes de Gadafi -algunos de los cuales también se están descubriendo en estos
días-, no debemos ser tolerantes en ninguna dirección y tenemos que reclamar que
todos los responsables de crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad, con
independencia de su bando, sean juzgados. Se dirá que es una ingenuidad, pero si
todas las palabras incapaces de introducir efectos reales en el mundo son
ingenuas, entonces son ingenuas la mayor parte de las denuncias
anti-imperialistas. La misión de la izquierda debe ser la de denunciar todos los
crímenes y, si no son tratados por igual, tendremos entonces que denunciar una
vez mas las hipocresías, los dobles raseros y las manipulaciones de los
gobiernos y las instituciones internacionales. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Te copio ahora una aproximación de Pepe
Escobar: "Llamadla la guerra FOL; la guerra R2P (como en "responsabilidad para
proteger" el saqueo occidental; la guerra Air France; la guerra Total); en todo
caso los FOL lo pasaron increíblemente bien alardeando de su victoria. El Gran
Liberador Árabe, el presidente neo-napoleónico Nicolas Sarkozy, exultaba
alegría: "Nos hemos alineado con el pueblo árabe en su aspiración de libertad".
Bahreiníes, saudíes, yemenitas, para no hablar de tunecinos y egipcios, tienen
derecho a sentirse desconcertados. Sarko agregó: "Se salvaron decenas de miles
de vidas gracias a la intervención". Incluso los "rebeldes" hablan de que hay
por lo menos 50.000 muertos, y la OTAN sigue adicta a un salvaje desenfreno de
bombardeos. El emir de Qatar por lo menos admitió que Muamar Gadafi en fuga no
podría haber sido derrocado sin la OTAN. Pero agregó que la Liga Árabe podría
haber hecho más; de hecho lo hizo, suministrando una votación fraudulenta que
abrió la puerta para la Resolución 1973 de la ONU redactada por ingleses,
franceses y estadounidenses". Su posición parece mucho más crítica aunque
inicialmente Escobar pareció centrar sus críticas en Gadafi y su
gobierno.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Respeto y admiro muchísimo a Pepe Escobar, uno de los más
brillantes analistas del mundo, y entiendo perfectamente sus críticas a la OTAN
y su vigilancia atenta a los rebeldes, pero no puedo dejar de expresar mi
perplejidad ante su cambio de opinión. El 24 de febrero, por ejemplo, escribía:
"Lo que Gadafi hará es ir a Bengasi en busca de venganza. Por tanto, es hora ya
de que los manifestantes se apoderen allí de unas cuantas armas pesadas y
preparen una estrategia para una resistencia organizada. Puede que tengan que
resistir durante algún tiempo, la única solución posible para evitar un baño de
sangre es que las Naciones Unidas afronten la situación y declaren una zona de
exclusión aérea, que podría causar estragos en la decisión del régimen de enviar
mercenarios e incluso abortar una posible ofensiva contra Bengasi"
(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=123022). La verdad es que recuerda
bastante las posiciones de Achcar y no acabo de ver qué ha ocurrido después de
inesperado para modificar tan radicalmente su opinión sobre Gadafi y sobre la
legitimidad de la revuelta libia. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Por su parte, Guillermo Almeyra, que se ha
mostrado muy crítico respecto "a los despistados de siempre de una izquierda ma
non troppo, habituados a adorar gobiernos que bautizan como progresistas" ha
escrito: "La principal fuerza de este colonialismo europeo-estadounidense es la
heterogeneidad del Consejo Nacional de Transición (CNT) y la despolitización y
falta de dirección, así como de proyectos revolucionarios democráticos en el
sector más avanzado del mismo, así como la total ausencia de instituciones
estatales mediadoras debido a la concentración del poder en manos de Kadafi y de
sus hijos y presuntos herederos. De modo que la caída del gobernante -dada la
imposibilidad actual de los colonialistas de enviar tropas y de poner
gobernadores propios- llevará a una guerra de bandas entre los agentes de las
diversas potencias, los diferentes grupos presentes en el CNT y las tribus (que
controlan diferentes unidades militares). Se cruzarán las vendettas y será
difícil formar un gobierno que convoque a elecciones parlamentarias, dada la
carencia de partidos y de vida democrática. Además, con respecto a la OTAN, una
cosa es el CNT y otra muy diferente la voluntad de sus seguidores en la
oposición a Kadafi". ¿Te parece razonable esta aproximación? ¿Es probable que
suceda lo que apunta Almeyra?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>He apuntado esa posibilidad más arriba y, desde luego,
coincido con Almeyra en que, respecto de la OTAN, una cosa es la posición de la
cúpula del CNT y otra muy distinta la de los que han participado en la
liberación de Libia, islamistas y no islamistas. Una posición parecida -en
cuanto a la posibilidad del caos- la sostiene Alberto Pradilla en un artículo
muy recomendable: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=135465. Yo soy
ligeramente más optimista. El petróleo, fuente de discordia, puede tener también
un efecto "civilizador". Al contrario que en Túnez o en Egipto, donde había un
aparato institucional y organizaciones civiles, Libia era una gelatina por
encima de la cual flotaba, como el espiritu de Dios en el Génesis, la voluntad
schmittiana de Gadafi. En Libia hay que empezar desde cero. En un interesante
artículo, en el que por cierto se relativiza desde el terreno el papel de las
tribus en el país, Mohammed Bamyeh concluye de esta manera esperanzadora: "Así
que de una situación en la que las instituciones del Estado estaban mínimamente
desarrolladas pasamos al surgimiento del modelo de revolución más
institucionalmente desarrollado del mundo árabe. La aparente excepción libia no
radica sólo en la violencia y el derramamiento de sangre. El ejemplo de este
gran pueblo que se organiza, que se levanta en medio de la resistencia
espontánea y sin miedo a la violencia estatal, desmiente las quejas occidentales
sobre la supuesta "ausencia de sociedad civil" en Libia. De la misma manera que
tanto diplomáticos occidentales como comentaristas han sufrido para determinar
el carácter exacto de este movimiento, han pasado por alto su elemento más
importante y esclarecedor: que representa no tanto una ideología concreta como
el rotundo renacimiento de las, por largo tiempo, reprimidas tradiciones civiles
de la Libia moderna. Por lo tanto, viniendo de la más desesperada de las
circunstancias, la revuelta de Libia ha dado el mayor salto hacia adelante de
todas las revoluciones árabes hasta la fecha" (<A
title="http://www.jadaliyya.com/pages/index/1001/is-the-2011-libyan-revolution-an-exception CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="http://www.jadaliyya.com/pages/index/1001/is-the-2011-libyan-revolution-an-exception">http://www.jadaliyya.com/pages/index/1001/is-the-2011-libyan-revolution-an-exception</A>)
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Atilio A. Boron, por su parte -"Libia: socios
del horror"- ha escrito recientemente, a principios de septiembre: "Días atrás
el corresponsal del periódico londinense The Independent estacionado en Trípoli
dio a conocer una serie de documentos que el mismo había hallado en una oficina
gubernamental abandonada con toda premura por sus ocupantes. Ese material arroja
una luz enceguecedora para quienes creen que para oponerse y condenar el
criminal ataque aéreo de la OTAN sobre Libia es necesario enaltecer la figura de
Gadafi y ocultar sus crímenes hasta convertirlo en un socialista ejemplar y
ardiente enemigo del imperialismo. La oficina en cuestión era la de Moussa
Koussa, ex Ministro de Relaciones Exteriores de Gadafi, hombre de la más
absoluta confianza de éste y, anteriormente, jefe del aparato de seguridad del
líder libio. Como se recordará, ni bien estalló la revuelta en Bengazi Koussa
defeccionó y se marchó sorpresivamente a Londres. Pese a las numerosas
acusaciones que existían en su contra por torturas y desapariciones de miles de
víctimas, el hombre no fue molestado por las siempre tan alertas autoridades
británicas y poco después se esfumó. Ahora se sospecha que sus días transcurren
bajo la protección de algunas de las feroces autocracias del Golfo Pérsico. La
papelería descubierta por el corresponsal del Independent ayuda a entender
porqué". ¿Te parece justo este comentario?</STRONG></DIV><FONT size=3
face=Calibri></FONT>
<DIV align=justify><BR>Justísimo. Y quiero agradecer desde aquí a mi admirado
Atilio Borón la valentía de su posición. Es una de las voces más autorizadas de
América Latina y es para mí un gran alivio compartir con él líneas de análisis
que han sido tan mal comprendidas, cuando no duramente rechazadas, en algunos
sectores de la izquierda bolivariana y latinoamericana. </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG>- Te pregunto
ahora por una declaración reciente de la Secretaría de política internacional
del PCE que lleva por título: "Libia: una guerra colonial por el dominio
económico y militar".</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este comunicado torpísimo del PC se ajusta a la
perfección al marco de análisis que he tratado precisamente de denunciar como
injusto, eurocéntrico y mecánico. Me limito a citar un pasaje de un artículo mío
que acabo de publicar en el Gara: "El otro error en el que ha incurrido un
cierto sector de la izquierda tiene que ver precisamente con su esquematismo o,
mejor dicho, con su monismo. Los pueblos y las izquierdas árabes, jugándose la
vida sobre el terreno, han comprendido enseguida la imposibilidad de escapar a
la incomodidad analítica si querían derrocar a sus dictadores. Han sabido que
había que afirmar muchos hechos al mismo tiempo, algunos contradictorios entre
sí. En el caso de Libia, esos cinco o seis hechos son los que siguen: Gadafi es
un dictador; la revuelta libia es popular, legítima y espontánea; la revuelta es
enseguida infiltrada por oportunistas, liberales pro-occidentales e islamistas;
la intervención de la OTAN nunca tuvo vocación humanitaria; la intervención de
la OTAN salvó vidas; la intervención de la OTAN provocó muertes de civiles; la
intervención de la OTAN amenaza con convertir Libia en un protectorado
occidental. ¿Qué hacemos con todo esto? Podemos dejar a un lado la realpolitik,
acudir al realismo y tratar de analizar la nueva relación de fuerzas en el
contexto de un mundo árabe en pleno proceso de transformación. O podemos afirmar
Un Solo Hecho -monismo- y someter todos los demás a sus latigazos negacionistas.
Así, si sólo afirmamos la intervención de la OTAN, con sus crímenes y amenazas,
nos vemos enseguida obligados, por una pendiente lógica que nos aleja cada vez
más de la realidad, a negar el carácter dictatorial de Gadafi y afirmar, aún
más, su potencial emancipatorio y anti-imperialista; a negar el derecho y
espontaneidad de la revuelta libia y afirmar, aún más, su dependencia mercenaria
de una conspiración occidental. Lo malo de este ejercicio de Monismo es que deja
fuera precisamente los datos que más importan a los pueblos árabes y a las
izquierdas árabes y los que más deberían importar a los anti-imperialistas de
todo el mundo: la injusticia de un tirano y la reclamación de justicia del
pueblo libio". Este Monismo lleva a efectos ópticos muy injustos y al deseo de
que las cosas sean distintas de como son; y estas dos cosas llevan finalmente a
la manipulación de los datos. Una menor, pero que me ha llamado la atención
desde el principio, tiene que ver con la presunta filiación monárquica de los
rebeldes (luego todos se volvieron de Al-Qaeda). Para deslegitimar la revuelta
popular, una y otra vez los monistas se han referido al uso por parte de los
rebeldes de "la bandera monárquica". Es un absurdo. A los regímenes de Moubarak
y Ben Ali se podía oponer la bandera nacional porque no era obra suya. La
bandera de la "jamahiriya" era la bandera de la dictadura y frente a ella, los
rebeldes han enarbolado la de la independencia colonial; es decir, la bandera
nacional. "La cuestión de la bandera izada en las zonas liberadas, la de la
independencia, no es una señal de retorno al pasado", dice el periodista
comunista libio Farid Adley, y sigue: "Esa bandera no es propiedad del exrey
Idriss o de la cofradía sanussita. Yo habría usado la bandera roja, pero ni yo
ni mi generación pintamos nada en esta revolución. La corriente monárquica en la
oposición es absolutamente minoritaria y enarbolar la tricolor, con la estrella
y la media luna en blanco, no es un apego al pasado, sino un claro rechazo al
régimen". Esta cuestión, aclarada hace ya seis meses, no ha impedido a los
monistas seguir manipulando la realidad, en este caso y en otros más serios.
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Editor de Axis of Logic, Lizzie Phelan es,
según parece, uno de los pocos periodistas independientes que han soportado con
éxito la tormenta de los bombardeos de EE.UU./OTAN de Trípoli y la invasión de
la ciudad por los mercenarios. Informó desde el interior del Hotel Rixos y luego
se mudó al cercano Hotel Corinthia, todavía en medio de furiosas batallas entre
fuerzas del gobierno y los mercenarios de la OTAN. Escapó de Libia en un barco
de pesca que la llevó, junto con otros, a Malta, a principios de esta semana. En
su primer informe desde su partida de Libia, señalaba cosas como las siguientes:
Este baño de sangre no corresponde a la narrativa de una "Libia libre" en la
cual los civiles son "protegidos", pero en una atmósfera semejante cargada de la
avidez por control a cualquier precio, es casi imposible que los que están en el
terreno sean honestos en cuanto a las imágenes ante sus ojos, mientras
permanezcan en territorio en manos de los rebeldes. Un joven rebelde armado que
llevaba la bandera francesa sobre su uniforme de campaña apareció detrás de mí y
me preguntó de dónde era. "Londres" respondí. "Ah Cameron, amamos a Cameron",
sonrió con una amplia sonrisa. Me obligué a sonreír; incluso una crítica a mi
propio primer ministro dejaría traslucir deslealtad hacia los nuevos gobernantes
de Libia". ¿Cuál es tu impresión sobre la situación que describe
Phelan?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>En primer lugar, corregirte cuando hablas de combates
entre "fuerzas del gobierno y mercenarios de la OTAN". He creído dejar claro que
se ha tratado de una revuelta espontánea y legítima y, si hemos de hablar de
mercenarios, más allá de los enrolados en el ejército de Gadafi, entonces quizás
convendría invertir los términos y hablar de los "aviones mercenarios" de la
OTAN al servicio de los rebeldes. Lo digo sólo por provocar, aunque, si se trata
de fidelidad a la realidad, esta expresión es un poco más correcta que la que
empleas. <BR>Gracias por la corrección.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En cuanto a la frase del joven rebelde es muy de
lamentar. Estoy seguro de que si les hubiesen ayudado los cubanos -si ello
hubiera sido posible, que no lo era- los jóvenes rebeldes adorarían a Fidel. ¿Y
no hemos sido siempre muy comprensivos con aquellos palestinos que, tras la
revuelta de 1936, pensaron por un momento en jugar la baza de Hitler contra los
ingleses, que eran sus opresores? ¿Y con los independentistas indios que,
durante la segunda guerra mundial, vieron en los fascistas japoneses a unos
"liberadores"? Por no hablar de Lawrence de Arabia, peón del imperialismo
británico, amado por los árabes que luchaban contra el imperio otomano. O de
nuestros propios republicanos españoles durante la guerra civil, que imploraron
la intervención de Inglaterra y Francia, potencias capitalistas responsables ya
entonces de innumerables crímenes coloniales. En todo caso, y como he dicho
antes, de la frase de ese joven, que parece la típica frase del nativo de la
Medina que quiere agradar al turista, yo no sacaría conclusiones precipitadas y
generales.</DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3 face=Calibri></FONT><BR><STRONG>- Finalizo con
una pregunta de política-cultural: ¿cómo debería apoyar el avance democrático y
socialista en Libia la izquierda europea?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Tenemos pocos medios para apoyarlos en lo que realmente
necesitan: financiamiento de locales, periódicos, cadenas radiofónicas, etc.
Como sólo podemos mandarles palabras, que éstas sean al menos razonables y que,
de algún modo, impliquen que hemos escuchado previamente las suyas. Sería bueno,
en este sentido (en Túnez y Egipto ha comenzado a hacerse) que se establecieran
marcos de diálogo entre las izquierdas mediterráneas, como forma de abordar
problemas que, como demuestra el 15-M, son comunes a ambas riberas (también lo
son los problemas relativos a una tradición de organización partidista
cuestionada por las propias revoluciones). Al mismo tiempo, examinemos hasta
dónde hemos llegado nosotros y cuánto nos queda aún por hacer antes de pretender
darles lecciones. Hace unos días he estado en Argentina, participando en un
encuentro sobre las revoluciones árabes y quiero acabar aquí con las mismas
palabras con las que cerré mi intervención en Buenos Aires: "la tarea es inmensa
e incierta, pero nadie puede desdeñar lo que se ha conseguido. Por primera vez
en la historia los pueblos árabes -acostumbrados a asistir pasivamente a cambios
de gobierno decididos en conflictos palaciegos y sin su intervención- han sido
capaces de levantarse, tomar conciencia de su poder y derrocar a sus dictadores,
cómplices además de las potencias neocoloniales. Démosles tiempo. Nosotros, los
europeos, nos hemos tomado cientos de años para llegar donde estamos, que no es
mucho, cada vez más lejos de los valores universales que decimos defender.
Concedamos al mundo árabe al menos dos décadas para que decida a su modo el
camino hacia la libertad y la democracia".
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>