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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>30 de setiembre 2011<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Haití</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>País ocupado
<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Eduardo Galeano
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Brecha, Montevideo,
30-9-2011</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
href="http://www.brecha.com.uy/"><STRONG>http://www.brecha.com.uy/</STRONG></A></FONT></DIV><FONT
size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR><BR>Consulte usted cualquier enciclopedia. Pregunte cuál
fue el primer país libre en América. Recibirá siempre la misma respuesta:
Estados Unidos. Pero Estados Unidos declaró su independencia cuando era una
nación con 650 mil esclavos, que siguieron siendo esclavos durante un siglo, y
en su primera Constitución estableció que un negro equivalía a las tres quintas
partes de una persona.<BR><BR>Y si a cualquier enciclopedia pregunta usted cuál
fue el primer país que abolió la esclavitud, recibirá siempre la misma
respuesta: Inglaterra. Pero el primer país que abolió la esclavitud no fue
Inglaterra sino Haití, que todavía sigue expiando el pecado de su
dignidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los negros esclavos de Haití habían derrotado al glorioso
ejército de Napoleón Bonaparte, y Europa nunca perdonó esa humillación. Haití
pagó a Francia, durante un siglo y medio, una indemnización gigantesca, por ser
culpable de su libertad, pero ni eso alcanzó. Aquella insolencia negra sigue
doliendo a los blancos amos del mundo.<BR></DIV>
<DIV align=justify>***<BR></DIV>
<DIV align=justify>De todo eso sabemos poco o nada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Haití es un país invisible.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Sólo cobró fama cuando el terremoto del año 2010 mató más de
200 mil haitianos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La tragedia hizo que el país ocupara, fugazmente, el
primer plano de los medios de comunicación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Haití no se conoce por el talento de sus artistas, magos
de la chatarra capaces de convertir la basura en hermosura, ni por sus hazañas
históricas en la guerra contra la esclavitud y la opresión colonial.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Vale la pena repetirlo una vez más, para que los sordos
escuchen: Haití fue el país fundador de la independencia de América y el primero
que derrotó a la esclavitud en el mundo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Merece mucho más que la notoriedad nacida de sus
desgracias.</DIV>
<DIV align=justify><BR>***<BR></DIV>
<DIV align=justify>Actualmente, los ejércitos de varios países, incluyendo el
mío, continúan ocupando Haití. ¿Cómo se justifica esta invasión militar? Pues
alegando que Haití pone en peligro la seguridad internacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Nada de nuevo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo a lo largo del siglo xix , el ejemplo de Haití
constituyó una amenaza para la seguridad de los países que continuaban
practicando la esclavitud. Ya lo había dicho Thomas Jefferson: de Haití provenía
la peste de la rebelión. En Carolina del Sur, por ejemplo, la ley permitía
encarcelar a cualquier marinero negro, mientras su barco estuviera en puerto,
por el riesgo de que pudiera contagiar la peste antiesclavista. Y en Brasil, esa
peste se llamaba "haitianismo".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ya en el siglo xx, Haití fue invadido por los marines,
por ser un país "inseguro para sus acreedores extranjeros". Los invasores
empezaron por apoderarse de las aduanas y entregaron el Banco Nacional al City
Bank de Nueva York. Y ya que estaban, se quedaron diecinueve años.</DIV>
<DIV align=justify><BR>***</DIV>
<DIV align=justify><BR>El cruce de la frontera entre la República Dominicana y
Haití se llama "El mal paso".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Quizás el nombre es una señal de alarma: está usted
entrando en el mundo negro, la magia negra, la brujería...</DIV>
<DIV align=justify><BR>El vudú, la religión que los esclavos trajeron de África
y se nacionalizó en Haití, no merece llamarse religión. Desde el punto de vista
de los propietarios de la civilización, el vudú es cosa de negros, ignorancia,
atraso, pura superstición. La Iglesia Católica, donde no faltan fieles capaces
de vender uñas de los santos y plumas del arcángel Gabriel, logró que esta
superstición fuera oficialmente prohibida en 1845, 1860, 1896, 1915 y 1942, sin
que el pueblo se diera por enterado.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Pero desde hace ya algunos años las sectas evangélicas se
encargan de la guerra contra la superstición en Haití. Esas sectas vienen de
Estados Unidos, un país que no tiene piso 13 en sus edificios, ni fila 13 en sus
aviones, habitado por civilizados cristianos que creen que Dios hizo el mundo en
una semana.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En ese país, el predicador evangélico Pat Robertson
explicó en la televisión el terremoto del año 2010. Este pastor de almas reveló
que los negros haitianos habían conquistado la independencia de Francia a partir
de una ceremonia vudú, invocando la ayuda del Diablo desde lo hondo de la selva
haitiana. El Diablo, que les dio la libertad, envió al terremoto para pasarles
la cuenta.</DIV>
<DIV align=justify><BR>***</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Hasta cuándo seguirán los soldados extranjeros en Haití?
Ellos llegaron para estabilizar y ayudar, pero llevan siete años desayudando y
desestabilizando a este país que no los quiere.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La ocupación militar de Haití está costando a las
Naciones Unidas más de 800 millones de dólares por año.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Si las Naciones Unidas destinaran esos fondos a la
cooperación técnica y la solidaridad social, Haití podría recibir un buen
impulso al desarrollo de su energía creadora. Y así se salvaría de sus
salvadores armados, que tienen cierta tendencia a violar, matar y regalar
enfermedades fatales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Haití no necesita que nadie venga a multiplicar sus
calamidades. Tampoco necesita la caridad de nadie. Como bien dice un antiguo
proverbio africano, la mano que da está siempre arriba de la mano que
recibe.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero Haití sí necesita solidaridad, médicos, escuelas,
hospitales, y una colaboración verdadera que haga posible el renacimiento de su
soberanía alimentaria, asesinada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco
Mundial y otras sociedades filantrópicas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para nosotros, latinoamericanos, esa solidaridad es un
deber de gratitud: será la mejor manera de decir gracias a esta pequeña gran
nación que en 1804 nos abrió, con su contagioso ejemplo, las puertas de la
libertad. </DIV>
<DIV align=justify><BR>(Este artículo está dedicado a Guillermo Chifflet, que
fue obligado a renunciar a la Cámara de diputados cuando votó contra el envío de
soldados uruguayos a Haití.)
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>