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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4 face=Arial><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>13 de octubre 2011</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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<HR>
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size=3><STRONG>Siria<BR></STRONG></FONT></DIV></FONT></FONT>
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size=3><STRONG></STRONG></FONT></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><FONT size=3><STRONG>Una unidad
forjada contra la dictadura</STRONG></FONT><BR><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Khalil
Habash</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Alencotre/La
Breche</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><A
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title="http://alencontre.org/ CTRL + clic para seguir el vínculo">http://alencontre.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Viento
Sur</STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Traducción de Faustino
Eguberri</STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Calibri><A
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href="http://www.vientosur.info/"></A></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><BR><STRONG>El artículo de Khalil
Habash -historiador y militante sirio- que publicamos a continuación no tiene
por objetivo una puesta al día sobre el momento actual. Intenta poner en guardia
contra esquemas analíticos que atribuyen un lugar central a la "configuración
confesional" en la comprensión de la situación presente en Siria. Al hacerlo,
estas representaciones validan uno de los "méritos" que se atribuye a la
dictadura del clan Assad: "el mantenimiento de la unidad de Siria" contra
"intentos de desmembramiento". Este artículo fue redactado a finales de
septiembre de 2011.</STRONG></FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR><STRONG> El 2 de octubre de 2011, en Estambul, se
constituyó el Consejo Nacional Siria, en continuidad con múltiples esfuerzos. El
CNS reivindica su independencia. Dice reunir a la mayoría de las corrientes de
la oposición, en particular los Comités de coordinación locales (LCC), los
liberales, los Hermanos Musulmanes y partidos kurdos y asirios. Por el momento,
el único candidato declarado para ponerse a la cabeza del CNS es Burhen Ghaliun,
un universitario de renombre, en el exilio en París.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El viernes 7 de octubre, el dirigente kurdo
Mechaal Tamo fue asesinado en la ciudad de Qamichli, situada en el noreste del
país. Mechaal Tamo había sido recientemente liberado, tras haber pasado tres
años y medio en prisión. Había rechazado una proposición de diálogo presentada a
las organizaciones kurdas por el poder. Los Comités de coordinación locales han
acusado al régimen de intentar "liquidar físicamente a las figuras de la
oposición". Los funerales de M. Tamo, en Qamichli, han reunido a cerca de 50.000
personas. Las "fuerzas de seguridad" han disparado, haciendo al menos dos
muertos y numerosos heridos. En Dmeir, cerca de Damasco, en otros funerales, el
domingo 9 de octubre, las fuerzas represivas han golpeado con la misma mano
asesina.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>En este contexto, no puede sino extrañar -o quizá
no- que el ministro de "Comunicación" de Bolivia, Ivan Canelas, y una delegación
del ALBA (Alianza Bolivariana por las Américas) se encuentre en Damasco para
mostrar su apoyo al régimen dictatorial de Bachar el-Assad. Es cierto que el
ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela, Nicola Maduro, no ha dudado en
hablar de ¡una "gran conspiración mediática" contra el régimen sirio! Lo que
recuerda las peores imbecilidades falsas y cómplices de la "guerra fría". Pero,
esta vez, esas inepcias están formuladas en nombre de los "valores" de un
pretendido "socialismo del siglo XXI". [Redacción de A
l´encontre].</STRONG><BR><BR><BR>La revolución siria ha entrado en su séptimo
mes de lucha contra el régimen de el-Assad. El número de personas muertas en
Siria es ahora superior a 2900 (desde el 15 de marzo), mientras que no se sabe
nada de la suerte de más de 3.000 manifestantes. Durante el mes sagrado del
Ramadán (del 1 al 30 de agosto de 2011), 473 manifestantes fueron muertos. La
represión ejercida por las fuerzas de seguridad sirias desde mediados de marzo
ha conducido al arresto de más de 70.000 personas. Además, según el Observatorio
sirio para los Derechos Humanos, basado en Gran Bretaña, 15.000 personas siguen
detenidas. Las escuelas y los estadios de fútbol han sido transformados en
centros de detención y de tortura.<BR><BR>A pesar de la violenta represión de la
que es objeto, el objetivo del movimiento popular sirio sigue siendo el mismo,
como lo mostraba la consigna de la última manifestación del viernes (30 de
septiembre): "Continuaremos hasta que hagamos caer al
régimen".<BR><BR><STRONG>Analistas que deforman la
realidad</STRONG><BR><BR>Numerosos analistas y especialistas de la región han
explicado este movimiento, sus dinámicas o sus fracasos a través del "prisma
confesional", "comunitario". Utilizan muy a menudo la historia de Siria a fin de
probar que reside ahí la prueba de un país dividido, fragmentado. Numerosos de
ellos describen el régimen de Assad como algo que tiene que ver estrictamente
con una dominación alauita. Otros dicen que determinadas minorías apoyan a este
régimen porque estaban protegidas y vivían tranquilamente bajo esta dominación.
Mientras que otros se concentran en la composición religiosa de la oposición que
está compuesta principalmente de musulmanes sunitas. Algunos afirman que la
solución reside en la necesidad de dar garantías de protección a los "grupos
minoritarios" en una posible era post Assad -incluyendo en ella a los alauitas-
para que se unan al levantamiento.<BR><BR>Estos dos discursos están lejos de la
realidad del movimiento popular sirio y de sus dinámicas. Y la historia del país
está deformada. La mayor parte de los comentaristas describen la historia de
Siria como algo que se resume en una lucha entre fuerzas confesionales; algunos
llegan hasta afirmar que "las minorías sirias han conocido siempre un estatus
precario y han sido frecuentemente objeto de persecuciones" o que "para las
minorías, Assad representa la seguridad", lo que está lejos de la
realidad.<BR><BR>El régimen se ha pintado siempre a sí mismo como el protector
de las minorías contra la pretendida amenaza del extremismo islámico. Se trata
de hecho de una herramienta utilizada por este régimen autoritario y burgués
para dividir a los sirios y desviar toda crítica sobre la corrupción que reina
en su seno y sobre la represión que lleva a cabo. Pero las minorías y los sirios
en general -laicos o religiosos- no tienen necesidad de la asistencia o de la
protección de una dictadura para vivir tranquilamente y participar activamente
en el destino de Siria. <BR><BR><STRONG>Un país multiconfesional</STRONG>
<BR><BR>Fares el Khoury, un sirio de origen cristiano, fue dos veces primer
ministro tras la Segunda Guerra Mundial. Fue elegido, entre otros, por Mustapha
Siba´i (1915-1964), miembro del parlamento sirio entre 1949 y 1954), el fundador
de los Hermanos Musulmanes en Siria. Este último, sostiene en su obra Le
socialisme de l´islam (1959) que el Islam enseña un modelo único de socialismo
en conformidad con la naturaleza humana, fundada en cinco derechos naturales: la
vida, la libertad, el conocimiento, la dignidad y la propiedad.<BR><BR>El Baas
fue cofundado por Michel Aflak (1910-1989), un sirio de origen cristiano. Este
partido era uno de los más populares en Siria y en el Machred antes de que se
convirtiera en un partido autoritario y represivo en manos de Hafez al-Assad en
Siria y de Saddam Hussein en Irak.<BR><BR>Edmont Rabbath, un sirio de origen
cristiano, fue el primer embajador sirio ante la ONU. La revolución siria de
1925 contra el ocupante francés estaba dirigida por el líder druso Sultan
al-Atrash (1891-1982) con la ayuda de otras personalidades de horizontes
diversos como Ibrahim Hananou (1869-1935), de origen kurdo, mientras que todas
las regiones, y todas las confesiones y comunidades de Siria se rebelaron contra
la división del país impuesta por el Mandato francés /1. Numerosas
personalidades e intelectuales alauitas han sido personajes eminentes de la
historia siria, como Saadalla Wannous (1941-1997), dramaturgo y militante
sirio.<BR><BR>En la misma onda, los Hermanos Musulmanes no fueron la única
fuerza que luchó contra el régimen de Assad durante los años 1980. La represión
no fue limitada solo a los Hermanos Musulmanes (referencia a la masacre de Hama
en 1982), puesto que se extendió a todas la fuerzas políticas de la izquierda,
que sufrieron olas sucesivas de arrestos hasta el agotamiento. Miles de
militantes hicieron la experiencia de la muerte, de la tortura y del
encarcelamiento sin proceso en virtud del estado de urgencia en vigor desde hace
un largo período (1963) así como del exilio. La sociedad fue prácticamente
vaciada de sus fuerzas vivas.<BR><BR><STRONG>Un movimiento nacional y
pacífico</STRONG><BR><BR>El movimiento popular sirio ha sido un movimiento
pacífico y nacional, exigiendo la dignidad, la libertad, la justicia social, el
desarrollo económico y reformas políticas. Las consignas principales de los
manifestantes son : "¡uno, uno, el pueblo sirio es uno!", "¡Silmiya, silmiya!"
(pacífica, pacífica), así como "¡el pueblo quiere derrocar al
régimen!".<BR><BR>La oposición siria ha presentado sin cesar un frente unido
contra el riesgo de una guerra civil nacional y confesional. Las consignas de
los manifestantes como "¡Todos somos sirios, estamos unidos!" son repetidas de
forma permanente durante las manifestaciones y en diferentes redes como Facebook
o Twitter. En numerosas manifestaciones, podemos ver pancartas afirmando: "No al
sectarismo".<BR><BR>Es un levantamiento nacional y popular, que reúne al
conjunto de la comunidades de Siria, más allá de los ritmos de entrada en el
movimiento. En la ciudad de Qamishly, los manifestantes gritaban por la libertad
y al cambio en árabe, kurdo y asirio: "¡Hurria! ¡Azadi!
¡Houriyeto!".<BR><BR>Soltaron también globos con la palabra paz escrita en
diferentes lenguas. Había también banderolas en árabe sobre las que estaba
escrito: "Árabes, kurdos, asirios, siríacos: somos todos sirios!". En Banyas,
más de 1000 mujeres desfilaron tras el discurso de Bachar al-Assad (en la
televisión nacional) gritando: "No sunita, no alauita. La libertad es todo lo
que queremos!".<BR><BR>Las minorías han tomado una parte importante en este
levantamiento, al lado de los musulmanes sunitas y esto a través de todo el
país. De los cristianos a los alauitas pasando por los drusos, todos han tenido
su parte en el proceso revolucionario en curso.<BR><BR>Por ejemplo, una reciente
declaración de militantes sirios cristianos apoyando al revolución denunciaba la
proclamación hecha en Francia por el patriarca maronita Bechara Boutros Rai que
decía que el derrocamiento del régimen de Assad sería una amenaza para los
cristianos en Siria /2. Recuerdan al patriarca Rai que los cristianos han vivido
durante "centenares de años con sus hermanos sirios sin temor y nadie,
absolutamente nadie, tiene ningún mérito en este terreno: los cristianos son una
parte indivisible de este país". La comunidad alauita está también presente en
el proceso revolucionario, por intermediario de sus intelectuales como Louai
Hussein, Samar Yazbeck y muchos otros, mientras que grupos de militantes sobre
el terreno y en Internet están igualmente activos como el Ittilaf shebab alawyye
doud al nizam al Assad (la Alianza de Jóvenes contra el Régimen de Assad). Han
condenado el comportamiento del régimen en numerosas ocasiones y hecho recaer la
responsabilidad de los enfrentamientos confesionales en la política del régimen
y sus rasgos represivos. Numerosos militantes de las confesiones minoritarias se
han convertido en mártires de esta revolución, mientras algunos han sido y son
torturados y siguen en prisión. La represión ha golpeado a todos los rebeldes,
independientemente de su confesión. ¿Es eso la pretendida protección ofrecida a
las minorías por el régimen de Assad, punto de vista recuperado -bajo ángulos
diferentes- por ciertos "analistas"?<BR><BR><STRONG>Defender la unidad del
pueblo sirio</STRONG><BR><BR>La oposición siria en su gran mayoría, tanto en el
exilio como en el interior del país, denuncia las divisiones confesionales y
defiende la unidad del pueblo sirio. La Coordinadora de los Comités Locales -que
son redes militantes de bases que ayudan a la organización y documentan las
manifestaciones- produce una carta de información diaria destinada a los medios
árabes e internacionales. En una declaración reciente contra una intervención
extranjera y la militarización de la revolución, explicaba que el objetivo de la
revolución siria no está limitado al derrocamiento del régimen, sino que apunta
también a construir un sistema democrático y un marco a escala nacional que
salvaguarde la libertad y al dignidad del pueblo sirio. La Comisión General de
la Revolución Siria, que cuenta ahora cerca de 120 comités locales, ha llamado
también a una revolución pacífica, alejada de todo sectarismo y contra una
intervención militar extranjera, a fin de construir una Siria democrática,
social e igualitaria.<BR><BR>El grupo facebook La Revolución Siria 2011 ha
condenado de forma repetida el sectarismo y toda forma de discriminación entre
los sirios, dando la prioridad a la bandera nacional, contra las tentativas del
régimen de pintar el movimiento de protesta como confesional.<BR><BR>Este grupo
facebook ha publicado, desde el 24 de marzo de 2011, un Código Ético contra el
sectarismo en Siria. Las denominaciones atribuidas a las manifestaciones del
viernes han sido decididas entre los organizadores a fin de ser lo más
inclusivas posibles, designando por ejemplo el viernes "Azadi" (libertad en
kurdo), cuando habían llamado al viernes que precedía al fin de semana de
Pascuas "Azime" (grande), en referencia a la fiesta cristiana. En efecto, en
Siria, los cristianos llaman "gran viernes" al viernes que precede a
Pascuas.<BR><BR><STRONG>Un régimen clientelista</STRONG><BR><BR>Podemos subrayar
que, día tras día, los manifestantes y los grupos de oposición en toda Siria han
visto crecer su conciencia política. Participan cada vez más en debates
políticos a la vez que organizan y documentan las manifestaciones de
calle.<BR><BR>De hecho, el régimen es el único que ha utilizado las divisiones
confesionales para intentar basar su control sobre la sociedad y dividir a la
población siria. Ha construido un ejército según criterios confesionales a fin
de mantener su lealtad. Mientras la mayoría de los reclutas son sunitas -debido
a que constituyen la mayoría de la población- el cuerpo de oficiales es ante
todo alauita.<BR><BR>Sin embargo, este régimen es sobre todo un régimen
clientelista que encuentra uno de sus apoyos principales -además de en su
aparato de seguridad- entre la burguesía mayoritariamente sunita y cristiana de
Alepo y de Damasco, que se ha beneficiado de las políticas neoliberales
realizadas estos últimos años por el régimen. Este último ha tejido una red de
lealtades por medio de lazos, vínculos -ante todo de orden financiero y
económico- con individuos de las diferentes comunidades. Las políticas
económicas del régimen han beneficiado a una pequeña oligarquía y a algunos de
sus clientes.<BR><BR>La política de liberalización económica del régimen ha
reproducido casi la situación socioeconómica que prevalecía antes de que los
baasistas tomaran el poder en 1963: el 5% de la población posee más del 50% de
la Renta Nacional.<BR><BR><STRONG>Un régimen en quiebra</STRONG><BR><BR>Hoy, el
levantamiento popular sirio certifica la quiebra del proyecto del régimen. El
Baas fue popular hace treinta años, cuando ofrecía un progreso social en las
zonas rurales y entre las minorías religiosas. Ahora, el partido Baas es una
cáscara vacía. Los levantamientos en Deraa igual que en otras zonas rurales,
bastión histórico del partido Baas y del régimen, que no había tomado parte en
las insurrecciones de los años 1980, ilustran este fracaso. Ciudades como
Qamichli (noreste del país), Hama y Homs han participado también en el
movimiento de protesta, así como todas las diferentes comunidades de Siria,
desde los kurdos discriminados, hasta los musulmanes en general y los
cristianos.<BR><BR>En conclusión, el movimiento de protesta une como ha unido a
los egipcios y a los tunecinos durante sus revoluciones. Ninguna unidad
efectiva, tomando en cuenta la realidad del país, es posible bajo una dictadura
que desarrolla al contrario una estrategia de temores entre las comunidades. Una
política que encuentra, desgraciadamente, una traducción en el plano analítico
entre numerosos comentaristas.<BR><BR>El movimiento popular en Siria lucha, de
hecho, por la unidad del pueblo sirio y contra las divisiones; lo hace
desarrollando un sentimiento de solidaridad nacional y social que transciende
las divisiones étnicas y confesionales. Ahí reside la única garantía para los
sirios, independientemente de sus vínculos a una comunidad o a otra. Necesita la
victoria de la revolución antidictatorial a fin de construir una Siria nueva,
democrática, social e independiente.<BR><BR><STRONG><U></U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG> <BR><BR>1/ A la salida de la
Primera Guerra Mundial, Francia recibió un "mandato" de la Sociedad de Naciones
(que reconocía la independencia provisional "a condición de que los consejos y
la ayuda de un Mandatario guiasen su administración hasta el momento en que sean
capaces de funcionar solas") sobre el Líbano y Siria, antiguas posesiones
otomanas; mientras Gran Bretaña recibía un mandato semejante para Irak,
Transjordania (la actual Jordania) y Palestina. Esos mandatos son de hecho la
adaptación de las negociaciones realizadas durante la guerra entre Francia y
Gran Bretaña para el control del Medio Oriente y de sus recursos petroleros; lo
que, desde 1916, habían establecido los acuerdos francobritánicos llamados
Sykes-Picot. Ver Henry Laurens, "Comment l'Empire Ottoman fut dépecé" :
http://www.monde-diplomatique.fr/2003/04/LAURENS/10102#nh6/www.monde-diplomatique.fr
(ndr). <BR>2/ 77º patriarca maronita de Antioquía y de todo Oriente desde marzo
de 2011, Mgr Béchara Boutros Rai, ha declarado en París ante la Conferencia de
obispos de Francia, el 7 de septiembre pasado que le habría "gustado que se
dieran más oportunidades a Assad para hacer las reformas políticas que ha
comenzado. (...) Era preciso dar más oportunidades al diálogo interno. (...) No
estamos con el régimen, pero tememos la transición..." (AFP del 8 de septiembre
de 2011) (ndr).</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>