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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>8 de noviembre 2011</U><BR><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: <A
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
href="mailto:germain5@chasque.net">germain5@chasque.net</A></FONT></STRONG><A
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href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
title="mailto:germain5@chasque.net CTRL + clic para seguir el vínculo"
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Estados
Unidos</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>"Ocupa Wall
Street" saca a la luz a personas sin hogar</FONT></STRONG> <BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Barbara Ehrenreich
*</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Revista Sin
Permiso</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://www.sinpermiso.info/"><FONT
title="http://www.sinpermiso.info/ CTRL + clic para seguir el vínculo"
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title="http://www.sinpermiso.info/ CTRL + clic para seguir el vínculo">www.sinpermiso.info/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Traducción de Brenda Ramírez
Goñi</STRONG><BR><BR><BR>Como sabe cualquiera que ha tenido que gestionar un
campamento o construir una villa desde cero, las ocupaciones suponen grandes
problemas logísticos. Se debe alimentar y mantener razonablemente caldeadas y
secas a muchas personas. Hay que sacar la basura, brindar atención médica y una
seguridad rudimentaria, para lo cual una docena de comités, o más, debe
dedicarse día y noche. Pero para el individuo sin hogar, un problema suele
opacar todo lo demás, incluso la pérdida del trabajo, la destrucción de la clase
media y el reinado del 1%. Se trata de la simple pregunta: ¿dónde voy a
orinar?</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><BR> </DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>Algunos de los campamentos de Ocupa
Wall Street que se están esparciendo por EE. UU. tienen acceso a baños químicos
(Freedom Plaza en Washington, D.C.) o, mejor aún, baños con fregadero y agua
corriente (Fort Wayne, Indiana). Otros requieren que las personas se las
rebusquen solos. En Zuccotti Park, a cuadras de Wall Street, esto implica ratos
largos de espera para usar un baño en un Burger King cercano o esperas más
cortas en un Starbucks a una cuadra. En McPherson Square en D.C., una joven
ocupante de aproximadamente veinte años me mostró la pizzería donde puede orinar
cuando está abierta y el callejón donde se resguarda por las noches. Cualquiera
que tenga problemas relacionados con el hecho de ir al baño, provocados por la
edad, el embarazo, los problemas en la próstata o el síndrome de intestino
irritable, debería prepararse para unirse a la revolución en
pañales.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><BR></FONT><FONT size=2
face=Arial>Por supuesto, los manifestantes políticos no enfrentan solos los
desafíos del acampe urbano. Las personas sin hogar lidian con los mismos
problemas a diario: cómo recolectar alimentos, mantener el calor por las noches
cubriéndose con cartones o lonas y orinar sin incurrir en delito. Los baños
públicos son escasos en las ciudades estadounidenses, "como si la necesidad de
ir al baño no existiera", como dijo una vez el experto en viajes Arthur Frommer.
Incluso ceder a la presión de la vejiga implica arriesgarse a un arresto. Un
informe llamado "Criminalizing Crisis" ("Criminalización de la crisis"), que
será emitido este mes por el Centro nacional de leyes para las personas sin
hogar y la pobreza, relata la siguiente historia de Wenatchee, Washington:
</FONT><FONT size=2 face=Arial>"A fines de 2010, una familia con tres niños, que
hacía un año y medio no tenían hogar, solicitaron un departamento de 2
habitaciones. El día antes a la reunión programada con el encargado para
adquirir el alquiler, el padre de la familia fue arrestado por orinar en la vía
pública. El arresto sucedió en una hora en la que no había baños públicos
disponibles. Debido al arresto, el hombre no pudo concretar la cita y se alquiló
la propiedad a otra persona. Hasta marzo de 2011 la familia seguía sin tener
donde vivir y estaba buscando vivienda".</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><BR></FONT><FONT size=2 face=Arial>Lo
que están empezando a descubrir quienes participan de Ocupa Wall Street, y que
las personas sin hogar han sabido siempre, es que las necesidades biológicas más
comunes son ilegales cuando se las realiza en las calles de Estados Unidos, no
sólo orinar, sino también sentarse, acostarse y dormir. A pesar de que las leyes
varían de ciudad a ciudad, una de las más duras está en Sarasota, Florida, donde
se emitió una ordenanza en 2005 que vuelve ilegal "cavar en la tierra", es
decir, para construir una letrina, cocinar, hacer fuego o dormirse, y "que la
persona no tenga otro lugar donde vivir cuando está
despierta".</FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR>En otras palabras, es ilegal no tener hogar o vivir en la
calle por cualquier otro motivo. Vale aclarar que no existen leyes que exijan
que las ciudades brinden alimento, refugio o baños a sus ciudadanos indigentes.
La prohibición actual sobre la falta de vivienda empezó a tomar forma en la
década de 1980, junto con el gran crecimiento de la industria financiera (Wall
Street y sus tributarios en todo el país). Esa también fue la época en la que
dejamos de ser un país que fabricaba más allá de "productos financieros"
invisibles, ingrávidos, y dejamos también que la antigua clase obrera industrial
se forjara su vida en lugares como Wal-Mart.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Resultó que los capitanes de la nueva "economía de casino",
los corredores y bancarios inversores, eran individuos muy sensibles, algunos
dirían demasiado, que se irritaban fácilmente por tener que pasar por las calles
donde merodeaban las personas sin hogar o tener que verlos en las estaciones de
trenes. En una economía donde una centimillonésima de la población puede
convertirse en multimillonario de la noche a la mañana, los pobres y la
muchedumbre pueden ser una tremenda sorpresa. Empezando por el Alcalde Rudy
Giuliani en Nueva York, ciudad tras ciudad aprobaron las ordenanzas de "ventanas
rotas" o "calidad de vida" volviendo peligroso el deambular de las personas sin
hogar o, en algunos casos, hasta su aspecto de "indigentes" en espacios
públicos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hasta el momento nadie ha considerado todo el sufrimiento
provocado por esta medida, las muertes como consecuencia del frío y la
exposición, pero "Criminalizing Crisis" ofrece esta historia de una mujer
embarazada en Columbia, Carolina del Sur: "Durante el día, cuando no podía estar
dentro de un refugio, intentó pasar el tiempo en un museo y le dijeron que se
fuera. Luego se sentó en un banco fuera del museo y volvieron a indicarle que se
fuera a otro sitio. En varias oportunidades más, mientras estaba embarazada, le
dijeron que no podía sentarse en un parque local durante el día porque estaría
'ocupando ilegalmente' el lugar. A principios de 2011, cuando ya contaba con
seis meses de embarazo, la mujer empezó a sentirse mal, fue a un hospital y dio
a luz a un bebé muerto".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mucho antes de que Tahrir Square fuera sólo un sueño, e
incluso antes de la reciente recesión, las personas sin hogar de Estados Unidos
habían empezado a defenderse por sí propias, crear campamentos organizados, por
lo general ciudades de carpas, en lotes vacíos o áreas boscosas. Estas
comunidades suelen presentar varias formas elementales de gobierno autónomo:
repartición de alimentos de organizaciones locales de beneficencia, construcción
de letrinas e implementación de reglas (como no consumir drogas, usar armas o
violencia). Con el debido respeto al movimiento de democracia de Egipto, los
indignados del Reino de España y los rebeldes en todo el mundo, las ciudades de
carpas son los progenitores del movimiento de ocupación estadounidense.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Nada hay de "político" en estos establecimientos de las
personas sin hogar, ni señales de codicia o visitas de lumbreras izquierdistas,
pero han sido tratados con mucha menos tolerancia oficial que los campamentos
del "otoño estadounidense". Por ejemplo, Skid Row en Los Ángeles, lidia con un
acoso constante de la policía, pero cuando llovió el Alcalde Antonio
Villaraigosa distribuyó ponchos cerca de Ocupa Los Ángeles. En todo el país, en
los últimos años la policía se ha encargado de las ciudades de carpas de las
personas sin hogar, una por una, desde Seattle hasta Wooster, desde Sacramento
hasta Providence, en redadas que suelen dejar a los anteriores ocupantes sin sus
mínimas posesiones. En Chattanooga, Tennessee, el verano pasado, un trabajador
de una organización de beneficencia narró la dispersión por la fuerza de un
asentamiento local de carpas: "La ciudad no va a aceptar las carpas. Eso ha
quedado muy claro. Las carpas tienen que estar fuera de la vista".<BR></DIV>
<DIV align=justify>Lo que están descubriendo todos los sectores de la sociedad
que pertenecen al movimiento, al menos cada vez que piensan en orinar, es que no
tener hogar en Estados Unidos es vivir como un fugitivo. Los indigentes son
nuestros propios "ilegales" nativos que enfrentan prohibiciones sobre las
acciones más básicas de supervivencia. No se les permite deslucir el espacio
público con su orina, sus heces o sus cuerpos cansados. Tampoco pueden arruinar
el paisaje con sus inusuales opciones de vestuario o los aromas de sus cuerpos.
De hecho, deben morir y preferentemente hacerlo sin dejar un cuerpo que el
sector público deba trasladar, procesar y quemar. Pero los ocupantes no
provienen de todos los sectores de la sociedad, solo de los que están en
decadencia, por deudas, desempleo y ejecuciones hipotecarias, y se dirigen
eventualmente al pauperismo y las calles. Algunos de los actuales ocupantes
desde el principio no tenían hogar y fueron atraídos a los campamentos por la
comida gratis y el refugio, al menos temporal, del acoso de la policía. Muchos
otros provienen de los "nuevos pobres" sin hogar que suelen acampar en los sofás
de amigos o las camas plegables de los padres.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En Portland, Austin, y Filadelfia, el movimiento Ocupa
Wall Street está asumiendo la causa de las personas sin hogar como propia, lo
que por supuesto es así. La falta de viviendas no es un asunto incidental y
desconectado de la plutocracia ni la codicia. Es hacia donde todos nos
dirigimos, -el 99%, o al menos el 70%, de nosotros, todos los licenciados
universitarios abrumados por deudas, maestros desempleados y personas
empobrecidas- a menos que esta revolución triunfe.<BR><BR><BR>* Barbara
Ehrenreich es la autora de muchos libros, el más reciente: Bright-Sided: How the
Relentless Promotion of Positive Thinking Has Undermined America. Este ensayo es
una versión corta de un epílogo nuevo de su último y exitoso libro: Nickel and
Dimed: On (Not) Getting By in America, recientemente publicado por Picador
Books.
<HR>
<BR><BR><BR></FONT></DIV></BODY></HTML>