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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información</U><BR><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa</FONT><BR><U>24 de noviembre 2011<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical</FONT><BR>Montevideo -
Uruguay<BR>redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Egipto<BR></FONT></STRONG></DIV></FONT>
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size=3></FONT></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>Revolución
egipcia, acto II</FONT><BR><BR></DIV></STRONG></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Alain Gresh (Le Monde
Diplomatique)<BR><A
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<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Traducción: de Faustino
Eguberri <BR>Viento Sur<BR><A
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size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR><BR><EM>Querría, antes de comenzar este post, hacer un
llamamiento a sus lectores. Como saben, este blog igual que numerosas
publicaciones en esta página web solo son posibles porque Le Monde Diplomatique
existe y financia estas actividades. Como todos los años, llamamos a los
lectores a que contribuyan con sus donativos a ayudar y consolidar nuestra
independencia (ver <A
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invito a participar, en la medida de sus medios y a extender este llamamiento a
su alrededor.</EM><BR><BR></DIV>
<DIV align=justify>Las previsiones más pesimistas se habían vuelto moneda
corriente. Tras la primavera venía el otoño árabe, la contrarrevolución estaba
en marcha, y, para algunos, ni siquiera la revolución había tenido lugar. Este
sentimiento era sin duda tanto más profundo porque el derrocamiento de los
regímenes tunecino y egipcio se había realizado con una aparente facilidad,
creando la ilusión de que las transformaciones serían sencillas. En cuanto el
proceso pareció ralentizarse, los augurios anunciaron que la revolución había
perdido. Sin embargo, toda la historia de las revoluciones, de la revolución
inglesa a la revolución francesa, de la revolución bolchevique a la revolución
argelina, prueba que las transformaciones necesitan tiempo, energía, a menudo
enfrentamientos violentos. Raramente las clases dominantes ceden sin combatir.
Pero si la contrarrevolución es una realidad, nada indica que deba
necesariamente triunfar.<BR><BR>La caída del presidente Hosni Mubarak no había
sido más que una primera etapa, seguida del nombramiento de un nuevo gobierno, y
luego de la detención del presidente y de miembros de su familia y del comienzo
de su proceso, que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) no deseaba.
Otras medidas habían sido impuestas por la calle, particularmente la disolución
del Partido Nacional Democrático (PND, de Mubarak) y luego el nombramiento de
una dirección provisional del sindicato oficial.<BR><BR>Pero, en todo el país,
los responsables del antiguo régimen luchaban denodadamente para mantener sus
privilegios. El ejemplo más llamativo era el de los medios del estado, prensa
oficial y televisión. A pesar de algunos pequeños cambios, estos medios
difundían el punto de vista del CSFA, no dudaban en utilizar la mentira y la
calumnia, como en tiempos del antiguo presidente. En cada empresa, en cada
universidad, en cada administración, se mantenían también "pequeños Mubarak" que
habían participado en las malversaciones del antiguo régimen. Y en todas partes
se multiplicaban huelgas y luchas para obtener a la vez el cambio de dirección y
una mejora de las condiciones de vida de los asalariados. Como las
movilizaciones obreras habían preparado la actual revolución /1
.<BR><BR>Paralelamente, las elecciones en diversos sindicatos profesionales
llevaban a profundos cambios en organizaciones que tienen un peso real en la
sociedad. Primero el sindicato de los médicos: los Hermanos Musulmanes, aún
guardando la mayoría a nivel nacional, perdían el control de la mayoría de las
secciones regionales /2. Ganaban las elecciones del sindicato de enseñantes (no
he podido obtener los resultados exactos), pero perdían también la presidencia
del sindicato de periodistas, y sobre todo la del poderoso sindicato de
abogados. Más que los reveses (a veces relativos) de los Hermanos, era la fuerte
participación en todos esos escrutinios lo que indicaba la voluntad de los
afiliados de ver a esas organizaciones jugar un papel combativo.<BR><BR>Esta
actividad, como las huelgas y las movilizaciones locales contra la corrupción o
contra dirigentes del antiguo régimen aún en su puesto no eran espectaculares, y
se encontraban en parte disimuladas por el juego de los aparatos políticos, las
interminables discusiones entre los partidos y las fuerzas armadas sobre el
calendario electoral, el futuro contenido de la Constitución, etc.<BR><BR>Más
que cualquier otra cosa, lo que va a perder al CSFA -que disponía, al menos al
comienzo, de una cierta credibilidad-, es el mantenimiento de su política
represiva hacia todos los opositores, y más en general respecto al conjunto de
la población: mismas detenciones arbitrarias, malos tratos, torturas.; uso de
los tribunales militares para juzgar a civiles; negativa a investigar sobre los
casos de tortura, incluso de muerte, en las prisiones. La prosecución de estas
prácticas ha desacreditado al ejército no solo entre la juventud intelectual
movilizada desde el 25 de enero, sino también en todas las capas populares. La
participación activa en los enfrentamientos de los grupos de forofos de los
clubs de fútbol, cuya odio a las fuerzas del orden no deja de recordar el odio
de la juventud de las barridas francesas hacia las brigadas anticriminalidad
(BAC), testimonia el hartazgo general frente al autoritarismo y la arbitrariedad
/3. <BR><BR>El caso del bloguero Alaa Abdel Fattah /4, detenido por motivos
absurdos, ha conmovido aún más a la opinión pública porque la carta que ha
enviado desde la prisión ha puesto a la luz las condiciones de detención de sus
compañeros de celda y la situación de decenas de miles de jóvenes, a menudo
salidos de los medios populares y que no disponen de conexiones que les
protejan. Esta arbitrariedad y la inaudita violencia de cada represión -contra
la manifestación de los coptos /5, en octubre, igual que contra los
manifestantes de Tahrir, el viernes 18 de noviembre y los días siguientes /6-
han sido el elemento esencial de la extensión de las manifestaciones. Recordemos
que la consigna de "dignidad" (karama) ha sido el cemento de todas las capas de
la sociedad, tanto en Egipto como en el resto del mundo árabe. <BR><BR>Por otra
parte, la adopción de un documento "supraconstitucional", que quería fijar
límites estrictos al futuro Parlamento encargado de escribir la Constitución, ha
levantado numerosas oposiciones, particularmente la de los Hermanos Musulmanes
que veían en él una herramienta para apartarles de todo ejercicio real del
poder. En efecto, este texto daba al ejército la posibilidad de rechazar toda
decisión del futuro Parlamento, incluso la posibilidad de disolverlo. Era el
"modelo turco" -pero no el actual: el de hace treinta años, cuando el ejército
"velaba" el poder civil. un derecho que le ha sido arrebatado por las reformas
de los diez últimos años. <BR><BR>El CSFA empujaba así a los Hermanos Musulmanes
a una oposición abierta y éstos convocaban, con otras fuerzas a una
manifestación de un millón de personas el viernes 18 de noviembre: por primera
vez desde la primavera de 2011, los Hermanos Musulmanes salían a la calle. La
amplitud de la manifestación y luego su violenta represión han desencadenado los
acontecimientos actuales -y una removilización que ha superado ampliamente el
marco de El Cairo y de Alejandría. La negativa de los Hermanos Musulmanes a
participar en las nuevas movilizaciones -a pesar de su denuncia clara de la
represión-, confirma que tienen dificultades para adaptarse a la nueva situación
del post-Mubarak, lo que no deja de crear divisiones entre ellos /7. Es cierto
que su objetivo a corto plazo es la celebración de las elecciones el 28 de
noviembre, que les garantizarían un número elevado de diputados. <BR><BR>Es aún
difícil saber cómo se desarrollará esta etapa /8. Lo que es seguro, es que los
egipcios no buscan, como afirma de forma despectiva el editorial del Figaro del
23 de noviembre, su "nuevo faraón". El CSFA ha hecho la noche del 22 algunas
concesiones: dimisión del gobierno, promesa de que las elecciones presidenciales
tendrán lugar antes del fin de junio de 2012, de que el poder pasará entonces a
los civiles, apertura de investigaciones sobre la represión. Pero parece que es
demasiado poco, demasiado tarde. Las manifestaciones prosiguen, la movilización
se extiende -se ha visto así, hecho sin precedentes, a 250 diplomáticos con
plaza demandar la vuelta del poder a los civiles. La revolución continúa.
<BR><BR><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG>
<STRONG><U><BR><STRONG></U></STRONG></STRONG><BR>1/ Raphaël Kempf, « Racines
ouvrières du soulèvement égyptien », Le Monde diplomatique, mars 2011
http://www.monde-diplomatique.fr/2011/03/KEMPF/20245.<BR>2/
http://blog.mondediplo.net/2011-10-23-Echec-relatif-des-Freres-musulmans-aux-elections<BR>3/
Claire Talon, « Egypte : génération ultra », LeMonde.fr, 17 octobre 2011
http://www.lemonde.fr/afrique/article/2011/10/17/egypte-generation-ultras_1589030_3212.html<BR>4/
http://blog.mondediplo.net/2011-11-15-Dans-les-prisons-egyptiennes<BR>5/
http://blog.mondediplo.net/2011-10-10-Egypte-sanglante-repression-contre-les-coptes<BR>6/
http://www.arabist.net/blog/2011/11/22/tahrir-what-next.html<BR>7/ (Hany El
Waziry y Ghada Sherief, « Discord within Brotherhood for not participating in
demo », Al-Masry Al-Youm in English, 22 noviembre)<BR>8/ Isandr El Amrani, «
Tahrir : What next ? », The Arabist, 22 noviembre
http://www.arabist.net/blog/2011/11/22/tahrir-what-next.html</DIV>
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