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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>24 de noviembre 2011<BR></U><FONT color=#800000
size=5>Colectivo Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo -
Uruguay<BR>Redacción y suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>América
Latina</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT size=2 face=Arial>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>¿Cómo acabar con los
feminicidios?<BR></FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Maltratadas y deudos de víctimas de
feminicidio reclaman acción a estados latinoamericanos<BR></FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Marcela Valente * <BR>IPS, Buenos Aires,
21-11-2011</STRONG></DIV>
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href="http://ipsnoticias.net/">http://ipsnoticias.net/</A></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Con 18 años, la argentina Vanina Alderete es una
sobreviviente de la expresión más salvaje de la violencia machista. Cuando tenía
11, su padre asesinó a su madre y a sus dos hermanos y la dejó a ella gravemente
herida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cinco veces había acudido su madre a la policía para
denunciar las agresiones y amenazas del marido. "Ellos decían que no estaban
para prevenir sino para reprimir, y le sugerían que no nos metiera a los niños
en problemas de pareja", contó la joven a IPS. <BR><BR>Ahora Alderete, que vive
en la nororiental provincia de Salta, ganó un juicio al Estado que deberá
pagarle una indemnización de casi 250.000 dólares por haber faltado a su deber
de protegerla de la tragedia. <BR><BR>El gobierno provincial adelantó que
apelará la sentencia. "Todo lo que pregonan sobre los derechos de la infancia y
la mujer queda en la nada con la apelación", criticó a IPS su abogado, Oscar
Juárez. <BR><BR>La de Alderete es una expresión dramática de feminicidio, como
se denomina a los homicidios cometidos contra mujeres por su condición de tales.
El padre, condenado a cadena perpetua, dejó a la joven sin familia. <BR><BR>Con
un cuchillo de cocina el agresor mató a su esposa y a sus hijos de ocho y cinco
años, y creyó haber asesinado también a la mayor, pero la niña logró huir.
Estuvo tres meses hospitalizada con graves heridas y ahora vive con un abuelo.
<BR><BR>El triple asesinato ejemplifica contra lo que se lucha en el Día
Internacional de la No Violencia contra la Mujer, que el viernes 25 abre 16
jornadas de actividades a nivel mundial para concienciar sobre lo que activistas
califican como "un genocidio silencioso", que victimiza a la mitad de la
humanidad. <BR><BR>Justamente, para dar visibilidad a estos casos de violencia
brutal y forzar políticas que pongan fin a la agresión sistemática de la mujer,
en los últimos cinco años la figura del feminicidio está siendo incorporada al
código penal de países latinoamericanos. <BR><BR>Pero juristas expertas en
derechos de género, convocadas por el Comité de América Latina y el Caribe para
la Defensa de los Derechos Humanos de la Mujer (Cladem), se manifestaron, en
general, escépticas sobre la eficacia de la figura. <BR><BR>Mucho mejor que
incorporar una nuevo tipo penal difícil de probar, las especialistas se inclinan
por exigir un registro oficial de estas muertes y recomiendan mejorar la
respuesta del Estado ante las denuncias de mujeres atacadas. <BR><BR>"Yo
quisiera restarle neutralidad a la ley penal, pero el tema es cómo hacerlo
porque en cinco países de la región donde existe el feminicidio la figura
conduce más a la impunidad que a la sanción", dijo a IPS la abogada Susana
Chiarotti. <BR><BR>Chiarotti integra el consejo consultivo de Cladem y el Comité
de Expertas en Violencia del Mecanismo de Seguimiento de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer. <BR><BR>El tratado, conocido como Convención de Belém do Pará, obliga a
los Estados americanos a actuar "con la debida diligencia para prevenir,
investigar y sancionar la violencia contra la mujer". Pero el compromiso se
incumple en casos como el de Alderete. <BR><BR>"Es vergonzoso que el Estado en
lugar de reparar, apele el fallo", sostuvo la argentina Chiarotti. <BR><BR>El
feminicidio fue incorporado a la legislación de Costa Rica, Chile, Guatemala, El
Salvador y México. "Para algunos estados este es el camino fácil, crear una
nueva figura, pero el derecho penal aparece cuando la mujer ya murió", alertó.
<BR><BR>A su juicio, sería mejor avanzar en la prevención, mejorando la
participación del Estado desde el momento en que la mujer hace la primera
denuncia. Pero no todas las juristas están convencidas de renunciar a tener el
nuevo delito en la ley. <BR><BR>En la discusión convocada por Cladem en Buenos
Aires y publicada en octubre con el título "Contribuciones al Debate sobre la
Tipificación Penal del Feminicidio", algunas sostenían que la figura puede
ayudar a crear conciencia entre los jueces. <BR><BR>Los funcionarios aún hoy
consideran que los celos pueden ser un atenuante en estos casos, y se siguen
utilizando conceptos como el de "crimen pasional", la "provocación" de la mujer
o la "emoción violenta" para justificar la barbarie, recordaron. <BR><BR>No
obstante, la mayoría de las expertas descree de esta vía. La viceministra de la
Mujer de Perú, Rocío Villanueva, analizó en el debate la experiencia de su país,
donde no existe el feminicidio pero se trabaja con eficacia para prevenirlo.
<BR><BR>Perú creó un observatorio dependiente del Ministerio Público que
registra cada año los homicidios por violencia sexista y detalla el proceso
previo de denuncias de la víctima para identificar las fallas del Estado en la
prevención. <BR><BR>Algunas expertas, por ejemplo, propusieron medidas
alternativas como la de arrestar al agresor por desacato, si incumple la orden
de exclusión del hogar dictada por la justicia luego de un primer ataque.
<BR><BR>En cambio, entre los países que incorporaron el feminicidio, los
resultados no son alentadores. Uno de los pioneros fue Guatemala donde
organismos internacionales alertan de una epidemia de asesinatos por desigualdad
de género. <BR><BR>De 2000 a 2010 más de 5.200 mujeres fueron asesinadas en ese
país según la policía. No obstante, desde que en 2008 se incorporó el
feminicidio, el crimen persiste y la figura no parece efectiva ni para prevenir
ni para sancionar. <BR><BR>"La mayoría de los agresores en Guatemala son
condenados por homicidio agravado, porque es difícil probar el feminicidio que
exige mostrar las relaciones desiguales de poder, la misoginia, o el odio de
género", advirtió Chiarotti. <BR><BR>Familiares de las víctimas saben de estas
dificultades. En julio, Cristina Siekavizza, una administradora de empresas,
desapareció de su casa. <BR><BR>Un mes después, su esposo, Roberto Barreda, huyó
con los dos hijos de ambos y se convirtió en el principal sospechoso de la
desaparición de su mujer. Una empleada del hogar familiar atestiguó entonces que
el hombre había golpeado a la mujer hasta matarla. <BR><BR>"La justicia de este
país se mueve lenta cuando se mueve", dijo a IPS Juan Siekavizza, padre de la
mujer presuntamente asesinada cuyo cuerpo aún no apareció. "Llevamos meses y
seguimos igual", se quejó el hombre. <BR><BR>La madre de Barreda, Beatriz de
León, expresidenta de la Corte Suprema de Justicia, está ahora presa por
obstrucción de la justicia, por haber movido sus influencias para impedir la
captura de su hijo y la ubicación de los nietos, en otro ejemplo de actuación
del Estado contra las víctimas de delitos sexistas. <BR><BR>Siekavizza reconoció
que Guatemala cuenta con una ley progresista que condena el feminicidio "pero
que se aplique es otra cosa", ironizó. <BR><BR>¿Cómo se explica que, pese a las
leyes contra la violencia en todos los países siga habiendo tantos hombres que
golpean a las mujeres hasta desfigurarlas y las ultimen con cuchillos, armas de
fuego, con sus propias manos o quemándolas con alcohol? <BR><BR>La argentina
Natalia Gherardi, del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, intentó una
respuesta para IPS. "Las leyes, en las que se avanzó mucho en América Latina, no
son la respuesta a los problemas". <BR><BR>"Está claro que los estados no son
indiferentes a esta forma extrema de violencia y que hay una condena bastante
homogénea en la región, pero hay deudas pendientes que no pasan por el plano
normativo", remarcó. <BR><BR>Gherardi mencionó la necesidad de contar con
estadísticas sobre violencia. Hoy, salvo contados países, la mayoría de los
registros de feminicidios están bajo responsabilidad de organizaciones de
mujeres que recogen los casos que se publican en diarios. <BR><BR>"Una mejor
información nos permitiría mejores políticas", concluyó. <BR><BR>También señaló
que hay una segunda deuda del Estado con las mujeres que es el de garantizarles
el acceso a la justicia. "La ley penal no es para prevenir, el derecho tiene que
dar otras respuestas para que las muertes no sigan ocurriendo", advirtió.
<BR><BR>* Con el aporte de Danilo Valladares (Guatemala).
<HR>
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