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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U>boletín solidario de
información<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Correspondencia de
Prensa<BR></FONT><U>2 de enero 2012<BR></U><FONT color=#800000 size=5>Colectivo
Militante - Agenda Radical<BR></FONT>Montevideo - Uruguay<BR>Redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Afganistán</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG><FONT size=3>El país
donde hombres de 60 se casan con niñas de 8
*<BR></FONT></STRONG><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial><STRONG>Rebecca Murray <BR>IPS,
Kabul, enero 2012<BR></STRONG></FONT><A href="http://ipsnoticias.net/"><FONT
size=2 face=Arial><STRONG>http://ipsnoticias.net/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2 face=Arial></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2 face=Arial>Los derechos de las mujeres siguen
marginados en Afganistán, pero en ningún ámbito esa desigualdad es tan chocante
como en el viciado sistema judicial de este país.<BR>La historia de Yasmin * es
un ejemplo. La edad legal para casarse siendo mujer es 16 años. Pero cuando ella
tenía ocho, su familia arregló su matrimonio con un hombre de 60, en una
apartada localidad de la oriental provincia de Nangarhar. <BR><BR>Después de
cuatro años de infelicidad, Yasmin huyó con un hombre de su aldea del que estaba
enamorada. <BR><BR>Cuando la pareja fue detenida por escapar y volver a casarse,
ella estaba embarazada. Tuvo a su hijo en prisión. Ya liberada obtuvo
alojamiento en un refugio de Kabul, temiendo que su familia y su primer marido,
ahora con 70 años, la localizaran y la mataran por el honor mancillado.
<BR><BR>"El primer paso previsto es su divorcio, ahora tiene 18 años y tiene
derecho a hacerlo", dice Huma Safi, responsable del programa de Mujeres por las
Mujeres Afganas, una organización que ofrece refugio y asistencia legal y
familiar. <BR><BR>"El segundo paso será conseguir un verdadero matrimonio con su
segundo esposo, de quien ella está enamorada. El casamiento también permitirá
reducir la sentencia de él. Y luego podrán vivir juntos", explica.
<BR><BR>Cuando se llevó a cabo la segunda Conferencia de Bonn sobre Afganistán,
el 5 de diciembre, las mujeres afganas batallaron para que se las escuchara, una
década después de que la comunidad internacional se reuniera en la misma ciudad
alemana para diseñar una hoja de ruta para que este país, arruinado por décadas
de guerras, construyera sus instituciones sobre el fundamento de los derechos
civiles. <BR><BR>Las prioridades de Bonn II, en el marco del retiro las fuerzas
de la coalición internacional previsto para 2014, fueron la transición de la
seguridad, las conversaciones de paz con el movimiento islamista Talibán y las
futuras relaciones regionales. <BR><BR>El Banco Mundial alertó sobre la
dependencia afgana de la ayuda internacional, que asciende a más de 90 por
ciento de su presupuesto de 17.100 millones de dólares, y Bonn II fue una señal
de los recortes que están practicando donantes. <BR><BR>Defensoras de los
derechos de las mujeres afganas temen que sus proyectos sufran las consecuencias
de esa disminución de recursos. <BR><BR>Selay Gaffar, de la Red de Mujeres
Afganas, tuvo solo tres minutos en la conferencia para pedir a los donantes que
siguieran apoyando la defensa de sus derechos. <BR><BR>La declaración final de
Bonn II relacionó brevemente la equidad de género con la Constitución afgana en
materia de gobernanza y negociaciones de paz. <BR><BR>En los últimos años, las
activistas lograron crear conciencia sobre los derechos de género y mejorar el
acceso a la educación y a la salud de las mujeres, en especial en áreas urbanas.
<BR><BR>También se establecieron refugios, que albergan por ejemplo a mujeres
como Yasmin, liberadas de prisión que no pueden volver a su hogar por la
estigmatización. Pero sus habitantes tampoco se sienten seguras allí ni tienen
libertad de movimiento. <BR><BR>Una encuesta de Thompson-Reuters, divulgada en
junio de 2011, ubicó a Afganistán como el país más peligroso del mundo para las
mujeres por la violencia, la pobreza y la falta de atención médica.
<BR><BR>"Entre 2001 y 2003 se prestó mucha atención a los derechos femeninos,
pero luego disminuyó", indica Huma Safi. "Nuestra principal preocupación es no
volver a la situación de hace 15 años. No solo a la del régimen del Talibán,
tampoco a la de antes", apunta. <BR><BR>"En la guerra civil de los muyahidines,
muchas mujeres fueron violadas", explica. "La gente estaba tan cansada del
conflicto, que fuimos olvidadas por la comunidad internacional". <BR><BR>En
vísperas de Bonn II, el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, perdonó a
Gulnaz, una muchacha de 21 años violada y luego condenada por adulterio, que dio
a luz en prisión a un hijo fruto de esa violación. <BR><BR>Pero la gracia
presidencial no es lo habitual. <BR><BR>La mayoría de las 700 mujeres recluidas
en las sórdidas prisiones afganas fueron condenadas por adulterio o "zina"
(relaciones sexuales entre personas no casadas), un castigo común por escapar de
un matrimonio forzado o del abuso crónico. Muchas están detenidas con sus hijos.
<BR><BR>"Hay dos tipos de casos, con un montón de variantes, que escuchas una y
otra vez, observa Heather Barr, investigadora de Human Rights Watch (HRW), con
sede en Nueva York. <BR><BR>"Unas son muchachas muy jóvenes obligadas a contraer
matrimonio contra su voluntad y que escapan para evitarlo. A veces solas y otras
con ayuda de un hombre, de quien no están realmente enamoradas", describe.
<BR><BR>"Otra categoría son las mujeres casadas, casi siempre contra su
voluntad, que sufren violencia doméstica por lo general física, pero a veces
verbal", indica Barr. "Se escapan. Estos casos suelen convertirse en zina cuando
hay un hombre acompañándolas", añade. <BR><BR>Según Barr, si bien todas las
mujeres que entrevistó tenían abogado, la calidad de la defensa no era buena, y
los juicios carecían de investigación y de pruebas. "A veces el hombre logra lo
que quiere mediante soborno, pero ella no", apunta. <BR><BR>"La zina está en el
Código Penal, pero la huida no. Cuando lo comenté a jueces y abogados, me
respondieron que al escapar las mujeres se arriesgan a incurrir" en esa falta,
relata Barr. <BR><BR>Gran parte de la población todavía apela a mecanismos
tradicionales de justicia comunitaria fuera del sistema formal, según HRW.
<BR><BR>En 2009, Karzai promulgó la Ley Chiita de la Familia, que incluía la
autorización del matrimonio de adolescentes de 14 años y el derecho de los
maridos a forzar sexualmente a sus esposas. Pero, tras protestas de la sociedad
civil y la comunidad internacional, la norma fue modificada. <BR><BR>Ese mismo
año, el gobierno aprobó la ley de Eliminación de la Violencia contra las
Mujeres, que penaliza actos como el matrimonio infantil o forzado y la
violación. <BR><BR>Un análisis de la Organización de las Naciones Unidas sobre
su implementación, divulgado en noviembre, señala: "Funcionarios del sistema
judicial comenzaron a aplicar la ley en muchas partes del país, pero su uso
constituye una ínfima proporción de la forma en que el gobierno atiende casos de
violencia contra la mujer". <BR><BR>Mujeres como Zuhra * que siguen siendo
condenadas. A los 12 años, vivía en Kabul cuando la casaron con un hombre mayor
que ya tenía tres esposas. Este la obligó a prostituirse a diario hasta que la
vivienda que habitaban fue allanada. Fue detenida y estuvo presa dos años. Ahora
tiene 17 y vive en un refugio. <BR><BR>"Logramos que se divorciara, pero ahora
quiere casarse otra vez. Tratamos de que entienda que tiene tiempo, no hay
apuro", relata Huma Safi. "No la culpo, cuando salen fuera de prisión, sienten
que con un marido estarán protegidas". <BR><BR>* Los nombres de las mujeres
fueron cambiados para proteger su identidad.
<HR>
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